Poco a poco la banda comenzó a tener más renombre entre los miembros de la universidad de música, Carry había tenido que ajustar sus horarios del Taekwondo para poder practicar más tiempo y seguir aportando dinero a la casa. Su tío había notado su estrés por la falta de descanso y las pruebas del instituto así que decidió darle el sábado libre para que pudiera relajarse un poco.
Tras un pequeño debate entre ambos familiares, la peli corto finalmente aceptó el descanso de su trabajo con la promesa de recuperar aquellas dos hora en los cursos de verano que impartirían en las vacaciones próximas.

La mañana fue un completo marató de descanso, después de limpiar un poco la casa y hacer las compras necesarias para la semana siguiente, Carry se quedó de ver con sus amigos en la casa del baterista, tal vez un tarde de videojuegos, bebidas o ensayo le sentaría bien, aún no había planes concretos pero algo pensarían al momento.
Con su chaqueta favorita en hombros y sus botas negras resonando en el piso, la joven cantante se adentró a las calles del pueblo para dirigirse a su destino. Las personas iban y venían con tranquilidad, algo que uno no podía disfrutar en las grandes ciudades donde el tiempo parece correr con mayor prisa que la gente debía apresurarse para vivir.
Con calma Carry atravesó la avenida y caminó por una las calles menos transitadas para evitar contratiempos; sin embargo, conforme avanzaba sus oídos comenzaron a notar la música en el aire, era una guitarra solitaria en alguna. Atraída por la curiosidad, la peli negro buscó al causante de aquellas notas, dudaba que fuera su amigo.

Cerca había un pequeño grupo de personas reunidas entorno a alguien, sin duda era el guitarrista de aquellas notas. Con cautela, Carry se unió a los espectadores y miró desde un lado, se sorprendió de ver a una jovencita tocando las cuerdas de aquella forma. A primera vista le calculó unos quince años, tal vez tuviera menos.
La cantante escuchó por unos momentos aquellas notas, intentó imaginar el acompañamiento de la batería y el bajo, y tras dar unos pequeños golpes al suelo con la punta de su pie, empezó la magia.
Cerrando los ojos y sin moverse de su lugar, Carry alzó la voz y comenzó a darle letra a aquellas notas, no era una canción bien echa, la peli negro cantaba en ruso, pese a no saber el idioma se limitó a repetir a ritmo algunas frases de otras canciones, les cambió el tono y la intensidad para acompañar mejor a la guitarrista.

Los espectadores se sorprendieron y se alejaron un poco más para dejar en el escenario improvisado a las dos mujeres de cabellos cortos. Poco a poco Carry comenzó a llevar el mismo ritmo que la desconocida y pudo soltarse con mayor seguridad. Antes de que se diera cuenta, ya estaba meneando su cuerpo y acompañaba su canto con el movimiento de sus manos. La audiencia también había crecido y las monedas comenzaron a caer dentro del estuche de la guitarra.
Al término de aquella improvisación, dejó que la desconocida se luciera en un solo para cerrar con el acto.
─Nada mal
Admitió antes de que los aplausos las envolviera a las dos, sólo entonces Cacrry recordó a la audiencia e hizo un ademán para restarle importancia a su participación, después de todo era el acto de la jovencita del mechón rojo.
Un hombre valiente gritó entre los mirones “Dust in the wind” un clásico de los éxitos del rock. Carry no pudo evitar sonreír de lado y mirar a la guitarrista con cierta mirada de desafío.
─Me das el acompañamiento?
Le preguntó pues no sabía si aquella jovencita conocía los acordes de la canción, pero si ella lograba demostrar lo contrario, Carry no se iba a dejar superar por ella.


Finalmente cuando la gente despejó el lugar, la cantante finalmente pudo acercarse a charlar con la que consideraba una niña. Sorpresa se llevaría al saber su verdadera edad.
─Parece que realmente te gusta la guitarra, tienes buena mano. ¿Tomas clases?

La guitarrista pareció un poco contradictoria por unos instantes, Carry no supo si lo que confesó enseguida era verdad o no, pero aún así no pudo llevarse una sorpresa antes sus palabras.
─Clases de pequeña? espera a qué edad empezaste a tocar la guitarra…. qué edad tienes ahora?
preguntó un poco más bajo como si no quisiera hacer realmente aquella pregunta, sabía que preguntar por la edad de los desconocidos no era muy amable.
Después escuchó lo que parecía ser un nombre y uno de esos gestos chinos que hace el personal de restaurantes asiáticos cuando te ofrecen una galleta de la fortuna. Un poco sin saber cómo responder, la cantante se inclinó un poco con todo el torso y las manos tensas.
─Carry, Carry Michel
respondió cuando terminó de hacer su intento de reverencia.
─Gracias, estudio la carrera de canto en la universidad. Mis amigos y yo formamos una banda así que tal vez nos hayas escuchado en alguna parte.
Habló con una gran sonrisa en su rostro, podía notarse el gusto por el canto sin ser pretenciosa o engreída.
─Empezó como un simple proyecto escolar pero decidimos adoptarlo como un proyecto de vida, esperamos poder llegar alto. Un sueño muy loco ¿no crees?
rió ligeramente ante la idea de volverse reconocido, al menos de manera local.

─Qué hay de tí? tienes algún proyecto que te gustaría hacer con la guitarra? me gusta escuchar a las personas que les apasiona la música, disculpa si soy un poco pesada
Casi como si aquello hubiera sido más una advertencia que una disculpa, Carry se recargó en la pared para descansar un poco mientras le sonreía a la joven del mechón rojo.
─En mi opinión creo que podrías tener buenas oportunidades, si alguna vez quieres hablar con nuestro guitarrista, puedes venir a nuestros ensayos, seguro que te divertirás
Pese apenas saber el nombre de la contraria, Carry tenía aquella cercanía con las personas que compartían gustos similares para tratarlos como parte de sus amigos, incluso podía ser un poco protectora igual que una hermana mayor. Sabía que no había nada más feo que sentirse ajena en cualquier lugar.