I. Jamás cooperarás con otras razas.
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
¿Vienes a jugar con nosotros?
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
¿Vienes a jugar con nosotros?
¿Sobrevivirás el Juego?
⚝ Reglas⚝ Ambientación⚝ Razas⚝ Alianzas⚝ Personajes Canon⚝ Territorios Neutrales⚝ Habilidades Prohibidas⚝ Modelo de Ficha⚝ Temas Libres⚝ Dudas⚝ Sugerencias⚝ Novedades⚝ ¡Conoce a la Administración!⚝ Discord
⚝ Reactivación de Cuentas
Registros
On-Rol
⚝ Sistema de Encuentros ⚝ Sistema de Dados⚝ Hoja de Personaje⚝ Misiones⚝ Familiares⚝ Pide al NPC⚝ Puntos y Niveles⚝ Cierre de Temas⚝ Level Up⚝ Calendario⚝ Tienda⚝ Regalo de Puntos
I'm not a Higher Power, I Just Live in the Ceiling [Lilianna ID]
Lun Abr 17, 2023 5:39 am por Lilianna Vasiliev
You'll Break your Back to Make me Feel Again || Rachel ID
Vie Abr 07, 2023 10:28 pm por Rachel Le Fayet
I'm Tired of Breathing Empty Air || Ciaran ID
Mar Abr 04, 2023 9:17 pm por Hayate Ciaran Asher
From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
Vie Mayo 06, 2022 7:06 pm por Nicholas Taylor Allen
Escape from this Afterlife (Priv. Vincent)
Vie Abr 29, 2022 8:21 pm por Vincent Schwarz
Waking Up at the Start of the End of the World {Priv. Zack}
Sáb Abr 23, 2022 3:13 am por Tiffany Hale
I see your monsters, I see your pain || Libre
Vie Abr 22, 2022 6:15 pm por Noah Adams
I Prayed, God Sent me right to Voice Mail || Priv. Nick
Vie Abr 22, 2022 5:25 pm por Gala Florian
Baby, I'm the reason why Hell's so hot || Priv. Faith Asher
Vie Abr 22, 2022 5:03 pm por Joshua Friedrich
Problemas o Cambio de Botón AQUÍ
Lun Abr 18, 2022 7:33 pm por Invitado
Sabías que...¿Cuando mueres vas directo al cementerio de los alrededores?
Sabías que...¿Eres irreconocible en tu forma de raza?
Sabías que...¿Si abres temas libres en ciertos lugares quizás los responda un canon?
Sabías que...¿Para cruzar la neblina debes cumplir ciertas condiciones?
Sabías que...¿Cada templo tiene un secreto?
Mejor Posteador Mejor Ficha Nombre Apellido Nombre Apellido Mejor TemaNombre del Tema Nombre Apellido Nombre Apellido Mejor Pareja
Afiliados Hermanos Directorios
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Primero que nada, gracias a Emme, quién ha transformado el foro en esta maravilla, con una skin preciosa, widgets y perfiles. Además de que la gran mayoría de las tablas que usamos pertenecen a ella. Agradecemos infinitamente su paciencia con nosotros y a sus hermosas creaciones.
Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
Atte. Persephone Hansen
Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
Atte. Persephone Hansen
I'm not a Higher Power, I Just Live in the Ceiling [Lilianna ID]
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I'm not a Higher Power, I Just Live in the Ceiling [Lilianna ID]I'm not a Higher Power, I Just Live in the Ceiling [Lilianna ID]
por Lilianna Vasiliev Lun Abr 17, 2023 5:39 am
Lilianna VasilievBanshee
01Edad19 || 23 de Noviembre
02SexoFemenino
03AlianzaNeutral
04OcupaciónEstudiante Universitaria
05Origen del PersonajeGrace - Identity V & Shiro - No Game no Life
I Will Stand on the Side as you Shine
06Habilidades y Debilidades
✓ Primera Habilidad
✓ Segunda Habilidad
✓ Tercera Habilidad
(Recuerda explicar cual de las habilidades puede usar en forma humana o si puede usarlas todas a mitad de su capacidad)
✓ Segunda Habilidad
✓ Tercera Habilidad
(Recuerda explicar cual de las habilidades puede usar en forma humana o si puede usarlas todas a mitad de su capacidad)
✘ Primera Debilidad
✘ Segunda Debilidad
✘ Tercera Debilidad
✘ Segunda Debilidad
✘ Tercera Debilidad
07Descripción Psicológica
MÍNIMO 10 LÍNEAS EN MODO EDITOR.
08Descripción Física
MÍNIMO 10 LÍNEAS EN MODO EDITOR.
Describan la forma humana de su personaje; La original, con la que llegaron al evento.
En el caso de Teriántropo y Dragones describan la forma intermedia.
Y recuerden describir la forma de raza; La forma que tomaron cuando explotó la bomba.
Describan la forma humana de su personaje; La original, con la que llegaron al evento.
En el caso de Teriántropo y Dragones describan la forma intermedia.
Y recuerden describir la forma de raza; La forma que tomaron cuando explotó la bomba.
09Historia
A diferencia de muchos otros dioses, Lilianna fue un error. El error más amado y consentido de toda la historia, por supuesto, la diosa más joven del panteón de Adarlan nunca tuvo una sola opción de ser algo más que una niñita completamente mimada. Heredó de su abuela una memoria prodigiosa, por lo que recuerda cada segundo de su vida.
Es más fácil si lo escribo yo abue, me da flojera sentarme aquí a esperar. Además, es MI historia, no sabes TODO. ¿Y? Quizás no quiero que lo sepas todo, tampoco. Y la experta en contar historias soy yo.
Recuerdo todo, sí, pero mis primeros años de vida son muy confusos. Ahora los entiendo, estaba viviendo el momento, y otros al mismo tiempo. No sé si eran pasado, o futuros que no fueron... Supongo que Selena sabría, pero nunca estuvo para preguntarle, y mientras más tiempo pasé alrededor de mi familia y más maduré, esa confusión fue desapareciendo. Todavía lo siento, a veces como lo que los humanos llamarían un deja vú, o ver lo que resultaría de una acción, como un efecto mariposa. Mis hijas tienen mucha suerte de no haber heredado eso de mi. Mis papás, mi familia lo sabe, pero nunca quise decirles lo confuso y pesado que es a veces.
Recuerdo a abue y pa y papi cubriéndose sus oídos desde que nací. Que cuando algo me dolía, o molestaba, o tenía hambre, primero atinaban a cubrirse los oídos, o atenderme a mi y luego a sus orejas ensangrentadas. Nunca quise hacerles daño, y el alivio que parecieron sentir cuando abue inventó esas orejeras fue un poquito más pequeño que el mío. Yo nunca he querido hacerle daño a nadie.
Mis primeros años fueron hermosos. Perfectos. No había nada a mi alrededor excepto amor, tanto que... Tanto que...
Que alguien me dijo que me habían malcriado. Yo no sé acerca de eso, soy muy buena jugando juegos, y estoy casi segura de que soy tan genial y hermosa y fantástica como dicen mis papás. Mis poderes a veces hacían cosas raras, pero los de mi familia también. Éramos dioses, después de todo, yo solo por existir era lo mejor del mundo, eso me decía mi familia. Los amo con todo mi corazón. Siempre pensé que lo que hacían era hermoso. Que los cantos de papi y la comida de pa y las flores de tyxie y las manos flotantes y pociones de abue y el viento cálido de abuelito eran hermosos, preciosísimos, realmente dignos de toda la adoración que recibían. Yo también los adoro así.
Muchos años de solo eso, lo suficiente como para que todo lo que pasó después realmente no fueran más que tropezones. Sé lo que puede salir mal cuando una diosa no es cuidada como debería ser. No fue mi caso, soy feliz. No lo fui cuando entendí que todos los dioses de segunda... Y tercera generación tienen dos dioses que los crearon. Primero tuve que entender que UNO de mis papás es mi papá real, aunque a mi no me importa, los dos son más reales de lo que... Que Selena fue. Es. No sé. Ellos tampoco, que cuando pregunté me dijeron la verdad, que realmente no saben. Esa respuesta fue suficiente para mi.
No fui feliz cuando pensé por primera vez que tengo una mamá que no está. Todas las otras mamás están. ¿Y la mía? Lo único que tengo de ella es este poder incompleto que sirve para poco más que confundir. Quizás si ella estuviera... Pero no está. Y primero creí que era culpa mía. Que me había dejado porque no me quería. Al principio no quisieron responder, pero es muy fácil hacer que mis papás hagan lo que yo quiera. Nunca los obligaría a hacer algo malo... Pero realmente necesitaba saber. Por lo menos sé como se ve. Tiene ojos de distinto color, como yo. Nunca he encontrado una forma que me guste lo suficiente, pero sin importar lo que haga mis ojos siempre tienen colores distintos. Mis papás también, pero abue me dijo que eso se lo hicieron ellos mismos porque son idiotas.
Selena hizo cosas que no debía y la exiliaron. Pero es una diosa ¿No? Me tuvo, estuvo en Adarlan, y me dejó sin una nota, no intentó comunicarse conmigo, no vino nunca a verme. Seguro los otros dioses, seguro Ryuu y Astrid y el resto la hubiesen dejado quedarse un poquito, para conocerme. ¿No? Yo creo que soy una buena hija, creo que me querría mucho si me hubiese dado una oportunidad. Todo el mundo me ama, y realmente soy graciosa y simpática, y me preocupo mucho y cuando amo amo con cada pedazo de mi ser. Yo creo que la hubiese amado. Ella... Ella se lo pierde. Sí. Ella se lo pierde. No la necesito. Tengo una familia que me adora, y yo a ellos.
Como dije, tropezones. No hay nada de que preocuparse realmente. O por lo menos no había... No, eso viene después.
Cuando ya estuve más grande, y creo también en más control de mis poderes, cuando ya no estaba pudriendo todo orgánico que tocaba o transformando pajaritos en abominaciones pegajosas, cuando ya no chillaba tan fuerte como para romper los tímpanos de un dios, comencé a salir. Primero a conocer a otros dioses, más que nada porque creo que mis papás no querían que yo sin querer hiriera a algún mortal por ponerme a chillar. Ahí fue donde conocí los distintos tipos de magia que cada uno tenía... Y que cada uno parecía tener un pedacito de Adarlan, tener sus propios deberes, o dominios. Ryuu cuida del balance, mis papás del mar y sus animales, tyxie de lo mismo pero en la tierra, suma y sigue.
Y todos tenían magias hermosas. Magias que podían controlar bien, que no dañaban a nadie accidentalmente. No me dejaron realmente conocer a Adam y al dios de los Demonios, fuera de eventos formales. Por lo menos no en ese momento, porque eran malos, que abue no confiaba en que me iban a tratar como yo me merecía. Así que nunca vi realmente como era la magia negra de ellos, no con mis ojos, aunque abue me la explicó cuando pregunté. Porque la mía... No es así. La mía no es linda. Yo... He aprendido a quererla, por lo menos partes de ella. Pero ¿Por qué mis papás pueden sentarse en el suelo y llenarse de animalitos y curarlos y yo los espanto? Apenas toco uno, se transforma en una criatura fea. Una criatura que sólo querría existir en los pantanos que creo cuando me quedo en el agua mucho tiempo. Mi territorio estaba lleno de monstruitos que nadie nunca llamaría hermosos. Pero aprendí a quererlos, porque al fin y al cabo... Yo soy genial, y por lo tanto lo que yo creo también, aún si quizás se ve distinto y más raro que lo que hace mi familia.
Otro tropezón, pero apenas mencioné que mi magia era más fea mis papás me dijeron que era la más hermosa de todos los dioses. Y que los animales no se me acercaban porque yo era demasiado fabulosa y se asustaban de mi. Y que cuando se convertían al tocarlos, era porque estaban transformándose en seres que iban a combinar con mi pantano. ¿Ven? Tengo la mejor familia del mundo. Nunca pude echarme a morir porque tenía tristeza de algo. No era que no hubiese permiso, era que me hacían sentir tan feliz, tan querida, tan aceptada, que en la seguridad de estar cerca de ellos sólo se me olvidaban mis tropezones.
Fue cuando comencé a visitar ciudades donde habían mortales que todo se puso algo más complicado. Ya sabía cómo manejar más o menos esas réplicas que veía en mi cabeza a veces. Abue me explicó que probablemente es algo que viene de Selena, que podía manejar el tiempo, y eso me ayudó algo. Pasa que los dioses no mueren. Así que estar rodeada de dioses, y semidioses no era un problema. Lo que veía eran réplicas. No el fin de una historia. La primera vez que vi el fin de una historia... Pa me tuvo que sacar de ahí lo más rápido posible, apenas abrí la boca, mientras que papi se quedó atrás para curar los oídos que se habían reventado sólo con haber tomado aire.
Yo nunca había visto a nadie morir. Fue horrible. No era algo que yo había pedido, o quería. Yo entendía el concepto, la idea de que los mortales, pues... Mueren. Pero es distinto saberlo, que verlo. Dentro de tu cabeza. Mientras que el mortal está parado ahí, respirando sin problemas. Quise... Quise hacer algo. Apenas lo vi, yo abrí la boca para decirle que no se subiera a la escalera en la tarde, que había una piedra floja donde la iba a apoyar, y se iba a caer, y que tuviera cuidado. Yo solo quería decirle que tuviera cuidado. En vez, papi me devolvió a su templo donde sólo chillé y chillé y chillé y mi cabeza no podía hacer más que eso aunque quería ayudar y advertirle.
Todos esos gritos y llanto, y el mortal murió de todos modos. Se cayó de una escalera demasiado alta, se quebró el cuello. Por lo menos... Por lo menos murió rápido. Y que bueno, porque es uno de los recuerdos más vívidos que tengo.
Abue me hizo un objeto mágico, un collar que se supone iba a apagar mis gritos, que no hicieran daño, antes de volver a salir entre mortales. Lo probamos, grité y chillé como hago a veces, y sólo fue a un volumen normal, el collar se robó toda la magia negra que sale de mi boca y hace daño. Salí con mis papás de nuevo, realmente no quería estar sola y ver otra muerte. Abue estaba algo preocupada, así que nos siguió sin avisar. Y que bueno, porque una pequeña elfa que me miró con curiosidad se iba a ahogar en dos días. La piedra mágica del collar reventó un segundo después de que me puse a gritar, y creo que no maté a todos a mi alrededor porque Abue los protegió con un escudo mientras mis papás me sacaron de ahí.
Ahí fue donde Abue me explicó que hay algunas cosas que simplemente no se le pueden denegar a un dios. Nadie nunca iba a poder romper un escudo de Abue, nadie nunca iba a poder mover la isla de Ryuu... Nadie nunca iba a poder quitarme mi voz. Eso era bueno. Eso me dijeron, que mi voz es hermosa, que es muy lindo que me preocupe tanto por los mortales que sienta que tengo que gritar así de fuerte para cuidarlos. Pregunté si se podía hacer algo para salvar a la niña. Abue habló con Tass. Parece que era una pregunta parecida a algo que Selena había dicho. ¿Ven? Creo que somos más parecidas de lo que ella cree. Creo que nos llevaríamos bien.
La respuesta fue no. Que la muerte es el dominio de Tass, y las almas que estaban destinadas a volver al ciclo le pertenecían a ella. No necesité que Ryuu me explicara las reglas de nuevo, que los dominios de los dioses estaban establecidos y no se podían transgredir así como así. Entendí... Pero eso no quitó lo mucho que me dolió tener ese conocimiento y saber que no había nada que hacer. Fue ahí donde comencé a visitar a Tass. Descubrí que puedo sacar un pedazo de mi voz, o poder, o consciencia quizás, y tan sólo dejarla ahí chillando. Yo me puedo ir a otro lado al mismo tiempo. Me encerraba en mi cuarto a chillar, luego me largaba a hablar con ella.
Le pedí que no le dijera a nadie. Es... Difícil de explicar. Mi familia es hermosa. En mi familia todos son felices. En mi familia yo soy igual de hermosa, y me quieren tanto que... Que no quiero que sepan que a veces tengo problemas. Problemas reales, por lo menos. No me da miedo llorar porque estoy aburrida, o porque abue no me dejó ganar de nuevo. A veces sí decía, sólo que estaba triste. Eso era suficiente y no me llegaba más que todo el amor y los mimos que necesitaba. Ellos no necesitaban saber que yo estaba triste por algo que nadie podía arreglar. Tass podía explicarme cómo lidiar con eso. Al final, yo soy inteligente, y capaz, y fuerte, y esto podía hacerlo sin ayuda.
Ya sabía que las almas están en un ciclo eterno. Pero Tass me explicó que una muerte era una coma, no un punto. Que aunque yo veía finales, también estaba viendo el principio de algo nuevo. No solucionó todo, pero fue suficiente como para empezar a pensar en ello de otra manera. Aprendí mucho de los mortales desde lejos, donde no podía hacerles daño. Ryuu me enseñó algo parecido a moverme por las corrientes mágicas, pero creo que lo hago de una manera que no le gusta. Ecos de todo lo que pudo haber sido, es fácil sentarme y recorrerlos, como saltar de una plataforma a otra hasta encontrar algo que quiero mirar, como una persona. Así, si veo a alguien que va a morir pronto, el grito que los mataría antes de tiempo está a miles de miles de kilómetros, lo único que sentían un escalofrío extraño. Un eco de lo que hubiese sido morir por un grito mío.
Sé que vas a preguntar. No. Me cuidaron demasiado como para haber visto una muerte que iba a ser provocada por un grito mío. Eso se lo puedo agradecer a toda mi familia, o quizás no estaría aquí contando mi historia así.
Trabajé mucho para controlarlo, yo sabía que tenía hijas que habían vivido como híbridas todas sus vidas. Que ahora estaba yo. ¿Sufrían igual que yo? ¿Se sentían a veces igual de solas, o incomprendidas? Crecí alrededor de gente empática. Sé cómo preocuparme por el resto, y lo único que quería era traerlas conmigo, abrazarlas a todas, hacer un lugar donde se sintieran a salvo, y aceptadas.
¿Aceptadas? Sí. Verán...
Sé que me dijeron que lo que hice estuvo mal. Pero vi como alguien rodaba los ojos y luego golpeaba a una de mis hijas para que dejara de gritar. ¿Entienden? Yo iba a ver esa escena, así que mi hija vio esa muerte al mismo tiempo que yo. Un bucle. No sucede demasiado, o al menos eso creo... Quizás Selena lo entendería más que yo. Pero de un momento a otro estaba ahí, creo que demasiado enfurecida, grité, pero no de llanto, si no de rabia. Descubrí ahí que mi grito de rabia no duele, tan sólo espanta. Prefiero eso. El híbrido... Lo partí en tres con mis garras. ¿Garras? Sip, en ese momento tuve garras. Todo no se llenó de sangre, si no lodo. Apenas lo toqué, abrí su piel, donde toqué con mis garras se hizo lodo.
No necesito explicarles que llegó todo el puto mundo antes de que pudiese parpadear. Primero un Reaper, todos eran responsables de avisarle a Tass si un dios había asesinado a alguien que no le correspondía, que no fuese un seguidor o hijo. Pero antes de eso llegó Seiryuu, creo que antes de que el resto del lodo cayera al piso, quién sabe cómo se enteró tan rápido. No voy a decir que no estaba consciente o cuerda. Fue de las reacciones más honestas que he tenido. ¿Se meten con mis hijas? Se meten directamente conmigo. Fue lo que le dije a Ryuu, así, todos le tienen mucho respeto, pero en ese momento a mi no me importó un carajo. No podía decirme qué hacer o dejar de hacer para proteger a mis hijas. Bueno... Aparentemente sí podía. Me prohibió proyectarme así por un tiempo, me obligó a aprender a meditar con él, realmente podría haber sido mucho más duro conmigo. Pero de haberlo hecho, se hubiese echado encima a abue, abuelo, mis papás y tyxie. Creo que no tenía ninguna gana, y supuso que ayudarme a controlarme era mejor idea.
Me ayudó, claro. Tuve más tiempo para planear lo que quería hacer para ayudar a mis hijas. Me habló del balance, de lo bueno que tenía que venir con lo malo. Que no podía haber magia blanca sin negra. ¿Ven? Que no podía haber magia blanca si no existiera la negra. Que mis papás y tyxie podían brillar porque estaba yo para contrarrestarlo. Quizás todos tenían un dominio, un trabajo específico que yo no. No en el ecosistema de Adarlan, por lo menos. Pero si estar ahí permitía que el resto fuese así de hermoso, entonces esa era mi responsabilidad. Y como dicen mis papás, yo soy una chica muy responsable, y todo lo que me propongo lo hago a la perfección.
Con ayuda de abuelo y Ryuu, y el permiso de mis papás, me hice un espacio en su isla. Fue fácil, ya tenía toda la idea, tan sólo me senté a la orilla del mar. Me quedé ahí, y medité, y dejé que mi magia saliera y saliera y saliera. ¿A que no saben que yo también puedo hacer crecer árboles? Bueno... De manera extraña. Brotan, crecen, se ponen oscuros y pegajosos, la mayoría se muere. Como dije, si me quedo en agua mucho tiempo se comienza a ensuciar y enlodar. Un pantano enorme. Hermoso, a su manera. Los animales que se acercaron mientras lo hacía también cambiaron, seres que podían vivir en un lugar tan húmedo y oscuro como el que estaba haciendo. Hermosos, a su manera.
Luego llamé a mis hijas. No fue necesario que alguien las fuera a buscar. Que alguien avisara, o que Ryuu enviase algún mensaje por corrientes mágicas. Mis hijas... Estaban acompañadas, pero solas. Nunca tuvieron un lugar donde pudiesen realmente existir sin ser una molestia. Hasta que yo estuve lista para acogerlas. Grité cuando mi templo terminó de alzarse desde el lodo, piedras grises y raíces y manglares. Ryuu y abuelo no escucharon. Pero todas mis hijas si. Yo había visto a abue hacerlo muchas veces, nuestro secreto, que se partía en miles de partes iguales y se esparcía por su territorio.
Creo que sin querer usé algo de la magia que heredé de Selena. En menos de dos minutos me había partido en miles, había ido a buscar a mis hijas y traído a casa, con maletas y todo. Ya estaban en casa, un lugar hecho solo para nosotras, donde podíamos existir sin que nadie nos juzgara, y eso hicimos.
No sé si mi manera de cuidar a mis hijas era parecida a la de tyxie o abue, pero sí sé que era lo que ellas querían y necesitaban. Estuve ahí para cada una, les expliqué lo que nunca nadie había hecho, aprendieron que eran igual de valiosas e importantes que cualquier otra raza. Y juntas encontramos una manera de hacer que el dolor de lo que sabíamos no fuera tan horrible.
Historias.
Solo ver el fin de una historia tras otra es algo que termina por enloquecerte. En mi territorio, si veíamos el final de una historia, nuestros llantos se convertían en una pregunta. ¿Me cuentas tu historia? No teníamos permiso para intervenir en lo que iba a pasar, y no teníamos la capacidad de quedarnos calladas. Pero entre nosotras sabíamos lo que significaba esa pregunta. Te voy a perder, vi el final, y ahora quiero saber todo el resto.
¿Saben lo corta que es una vida mortal? ¿Saben todo el tiempo que los mortales gastan en cosas que al final del día son irrelevantes? Yo tengo todo el tiempo del mundo para enojarme y aislarme y luego volver a mi familia. Los mortales no. Con cada historia se hacía más y más obvio, que el tiempo... El TIEMPO simplemente nunca es suficiente. Mis hijas aprendieron de mi que solo una vida nunca iba a ser suficiente para ellas, que no tenían TIEMPO que gastar en estar deprimidas, en odiarse a sí mismas por lo que eran o hacían. Que cada segundo era preciado, que era necesario llenar cada capítulo de sus historias con cosas hermosas antes de que se acabara.
Creo que estar tan cerca y conectadas con la muerte nos dio una perspectiva distinta, por lo menos cuando yo logré darle un giro positivo a nuestros poderes. Que no eran una maldición, si no una oportunidad de ofrecerle a alguien condenado un momento para recordarlos como lo que fueron, no como lo que terminaron siendo en sus últimos segundos.
En algunos territorios, aceptaron a mis hijas no como molestias chillonas, si no como seres que traían un poco de consuelo a las familias de los que se habían perdido. Seres que asistirían a funerales y llorarían sin importar que, mostrándole el respeto que merecían a los muertos. ¿No te gustaría que el corazón de por lo menos una persona se rompiera por un tiempo cuando te mueras? ¿Saber que importaste lo suficiente para eso? Mis hijas tomaron ese rol, por lo menos una vez que yo me aseguré de que nadie iba a hacerles ni decirles nada malo, no me gustó nunca que se alejaran de mi territorio, pero algunas realmente querían ayudar de esa manera.
"La muerte no es mala. Pero sí es triste. La vida no es demasiado corta. Pero tampoco es eterna." Eso es lo que repetí mil veces, infinitas veces, a cada hija que sufría, y eso las calmaba. Mi voz no es como la de papi, no trae consuelo sólo por existir, si no todo lo contrario. Por eso tengo que elegir mis palabras con cuidado a veces.
Fui buena mamá para mis hijas, pero esos pequeños tropezones siempre estuvieron ahí. Tuve una eternidad para que esas preguntas y dolorcitos crecieran, porque no podía solucionarlos. ¿Quién podría entenderme? Intenté preguntarle al dios con la magia más horriblemente negra, el origen de la magia negra de hecho. Pero me vio cara de ingenua e intentó hacerme pagar por algunas preguntas, y yo soy mucho más inteligente que eso. Iván....IVANIVAN
Pero encontré en Iris alguien que sí entendía. Su magia, esa que la hacía quien era, era considerada una maldición para sus hijos. Distinta que la mia, claro, pero las vidas de nuestros hijos eran tanto más difíciles que las del resto sólo porque nuestra raza tenía razgos más dolorosos. Iris me mostró que se quebraba en pedazos distintos, no iguales. Que partes de su personalidad estaban en distintos cuerpos, eso la dejaba ser ella misma, mientras otro pedazo era ella misma y no se metía en su propio camino.
Mi único problema era, todavía, que yo quería ser buena mamá, pero también quería estar con mis papás, y conocer el mundo y el resto de los dioses. Y también quería estar yo triste a veces, sin tener que estar mintiéndole a mis hijas.
Fue mucho más fácil cuando aprendí a hacer eso. Y además como siempre cambiaba de forma no muchos se dieron cuenta, y partida en dos fui mucho mejor diosa, y mamá, y mucho mejor Lilianna. El mundo necesitaba dos de mi, no solo una.
Y justo cuando sentí que todo ya iba bien... Algo pasó.
Todos van a contar otra versión. Porque yo... Yo sentí algo antes. Yo... Yo debería haber sabido. Si lo único que puedo hacer que podría hacerse útil es saber cuando alguien iba a morir... Y hubo tanta muerte... No sabía qué le estaba pasando a mis hijas, estaban gritando por gente que no estaba ahí con nosotros. Yo... Yo recuerdo miles de miles de momentos que pasaron en mi cabeza días antes, algo andaba mal, pero nunca creí que tenía que ver con el resto. Creí que algo me estaba pasando a mi, y yo estaba afectando a mis hijas. No salí de mi territorio, me las traje a todas de vuelta, me partí en tres para poder ayudarlas a ellas, buscar una solución y además pasarlo mal sola en otra parte. ¿Qué? ¿Qué estaba pasando?
Un día después de que mis hijas comenzaron a gritar...
Ya saben lo que pasó. No lo voy a repetir. Sólo voy a decir que yo debería haber podido hacer algo. Que si Ryuu es el guardián del mundo, y Tass se encarga de la reencarnación... Entonces yo debería haber sido una alarma ¿No? Yo era una alarma, Ryuu no podía saber lo que iba a suceder, pero yo si. Yo si, y no supe qué era lo que estaba pasando.
Y mis hijas... Yo quería matar a Iris. Con mis propias manos. Quería chillarle en los oídos hasta que se le salieran los ojos de la cabeza. Iris... Iris me entendía, y yo a ella, éramos amigas, juntas intentando probar que nuestra magia no era una maldición, y no definía quién éramos. Y ella...
Antes de que todo se calmara un poco maté todo teriántropo que me encontré, mientras los adultos intentaban calmar a Ryuu. No me importó ver sus muertes y luego llevarlas a cabo. Se lo merecían, ellos, Iris también. Por mi, hubiese dejado que el dragón se encerrara con Iris en alguna parte a despedazarla por siglos hasta que aprendiera su lección. Pero que fue un accidente, que había que darle otra oportunidad.
Por lo menos ya sabía qué era lo que me había pasado. Creo... Creo que una parte mía gritó por años, poniéndose al día con todas las muertes, por la traición...
Y luego Abuelo la soltó. Pero mis hijas estaban bien. Yo estaba bien. Nada... Nada iba a salir mal, o yo lo hubiese sabido ¿No? Cuando nos llamaron fuera porque la habían encontrado... Y sentimos el sello cerrarse a nuestro alrededor, yo... No recuerdo qué es lo que pasó y lo que no. No sé qué de todos los futuros que vi, de todas las muertes, fueron ciertas y cuales sólo posibilidades. Los otros no sintieron que sus hijos estaba muriendo y yo tampoco. Pero lo vi. Una y otra vez, en todas partes, en todo Adarlan, mis hijas primero... Por eso no habían gritado. Luego todo el resto.
Y todo fue culpa de Iris.
No sé cuántos teriántropos maté, porque me vi asesinándolos a todos, uno por uno, en alguna de las líneas temporales. Todo es muy confuso, no tengo el poder para realmente buscar lo que quiero ver y recordarlo, las cosas solo vienen a mi y ya. En ese momento TODO vino a mi. No estuve ahí mentalmente para nada más de lo que sucedió. Ni siquiera me dio la cabeza para partirme en pedazos y encontrar alguno que estuviese estable y cuerdo. Sólo grité y grité y grité y Adarlan a mi alrededor se resquebrajó y secó y convirtió en lodo y ceniza y las corrientes mágicas mismas se doblaron a mi alrededor para esquivarme. No quería nada más que quitarme ese dolor de encima, no quería nada más que ver mi propio final entremedio de todo el resto.
¿Dónde estaba? Si la vida no era eterna, si sólo teníamos una chance de hacer todo bien antes de morir, entonces ¿Dónde estaba mi final?
No estaba. Pude ver el final de todo el mundo, uno por uno, y todos al mismo tiempo. ¿Tiempo? ¿Dónde estaba el botón para retroceder todo esto? Si yo podía ver partecitas del futuro, y partecitas del pasado de una persona, todo porque Selena me había hecho, entonces... ¿Dónde estaba el tiempo? ¿Dónde estaba Selena, la que tenía que estar aquí para evitar todo esto?
No aquí conmigo. Como siempre.
Simplemente no pude escuchar los cantos de papi cuando intentó calmarme. No había nada en el mundo, nadie, que pudiese calmar mi llanto. Y estaba segura de que era un llanto que no iba a terminar nunca, un luto tan tan enorme por cada una de las personas en Adarlan que iba a pasar el resto de mi vida así. Y no quería que nadie tuviese que lidiar con eso. Muchos se fueron a sus templos a dormir, pero yo me fui al mio sabiendo que era poco probable que yo tan sólo me durimiera así como así.
¿Lo peor de todo? ¿Lo PEOR peor de todo, pensando en que no iba a morirme nunca? Lo único que me hacía sentir mejor era saber el resto de las historias de cada uno. Nunca tuve la oportunidad. Sólo vi los finales. No tenía nada a que aferrarme de consuelo. Sólo finales.
No sé por cuanto tiempo grité.
Pero eventualmente fue suficiente como para partirme en dos, y una mitad mía por lo menos pudo dormir. Después de todo, mis papás eran dos dioses de lo mismo. ¿Por qué no podía yo partirme en dos así igualito?
Pues, resulta que no funciona tan así, y mis papis son dos personas y almas con UNA esfera de poder, y yo soy una persona con una esfera de poder. Partirme en dos no me hace menos UNA persona.
Pero lo intenté igual, y me funcionó... Creo...
Parte de mi durmió. La otra lloró y gritó y lo pasó mal... Y después de mucho mucho mucho mucho tiempo, se aburrió. No me quise despertar a mi misma, estaba por fin tan calmada, que... Me dio tristeza despertarme sólo para sufrir completa en vez de solo la mitad de mi. Tampoco quise despertar a mis papis, porque estaban tan tristes... Mis abuelos no estaban en sus templos, y me dio pena y me largué a chillar de nuevo por mucho más tiempo. Y al final decidí ir a buscarlos a la tierra.
Mala, pésima idea. Allá también se mueren, pero no hay nada sobrenatural que pudiese excusar mis gritos. Trataron de meterme en un psiquiátrico creo que se llaman, y eso fue suficiente. Luego recordé que entre mis gritos cuando todos se estaban llendo, Tass dijo que iba a tratar de buscar a Selena. Así que eso hice. Fuera de la tierra, lejos de todas las cosas que se mueren, busqué a Selena. Al final, era la única que podía hacer algo para ayudarnos. No porque yo la necesitara o nada por el estilo.
Ahí estuve, hasta que mi otra parte se despertó. No sabía qué estaba pasando, pero con mi suerte de seguro nada bueno, así que me fui a buscar a mi misma para no dejarme sola.
El resto... El resto puedes terminarlo tu, abue. Toma. No... No lo leas, está demasiado genial, se te van a caer los ojos y esos los necesitas para seguir llorando.
¡Introduzcan a su personaje! ¿Vivía en Grendelshire o Londres? Quizá venía de viaje al gran evento que se formó en Fallgate, o eran invitados. Traten de ser claros con la razón por la que asistieron al evento.
Recuerden explicar lo que sintieron al momento en que explotó la bomba, el por qué su elección de raza, si cuando despierta desea obedecer o romper las reglas y si se unió a alguna alianza.
Es más fácil si lo escribo yo abue, me da flojera sentarme aquí a esperar. Además, es MI historia, no sabes TODO. ¿Y? Quizás no quiero que lo sepas todo, tampoco. Y la experta en contar historias soy yo.
Recuerdo todo, sí, pero mis primeros años de vida son muy confusos. Ahora los entiendo, estaba viviendo el momento, y otros al mismo tiempo. No sé si eran pasado, o futuros que no fueron... Supongo que Selena sabría, pero nunca estuvo para preguntarle, y mientras más tiempo pasé alrededor de mi familia y más maduré, esa confusión fue desapareciendo. Todavía lo siento, a veces como lo que los humanos llamarían un deja vú, o ver lo que resultaría de una acción, como un efecto mariposa. Mis hijas tienen mucha suerte de no haber heredado eso de mi. Mis papás, mi familia lo sabe, pero nunca quise decirles lo confuso y pesado que es a veces.
Recuerdo a abue y pa y papi cubriéndose sus oídos desde que nací. Que cuando algo me dolía, o molestaba, o tenía hambre, primero atinaban a cubrirse los oídos, o atenderme a mi y luego a sus orejas ensangrentadas. Nunca quise hacerles daño, y el alivio que parecieron sentir cuando abue inventó esas orejeras fue un poquito más pequeño que el mío. Yo nunca he querido hacerle daño a nadie.
Mis primeros años fueron hermosos. Perfectos. No había nada a mi alrededor excepto amor, tanto que... Tanto que...
Que alguien me dijo que me habían malcriado. Yo no sé acerca de eso, soy muy buena jugando juegos, y estoy casi segura de que soy tan genial y hermosa y fantástica como dicen mis papás. Mis poderes a veces hacían cosas raras, pero los de mi familia también. Éramos dioses, después de todo, yo solo por existir era lo mejor del mundo, eso me decía mi familia. Los amo con todo mi corazón. Siempre pensé que lo que hacían era hermoso. Que los cantos de papi y la comida de pa y las flores de tyxie y las manos flotantes y pociones de abue y el viento cálido de abuelito eran hermosos, preciosísimos, realmente dignos de toda la adoración que recibían. Yo también los adoro así.
Muchos años de solo eso, lo suficiente como para que todo lo que pasó después realmente no fueran más que tropezones. Sé lo que puede salir mal cuando una diosa no es cuidada como debería ser. No fue mi caso, soy feliz. No lo fui cuando entendí que todos los dioses de segunda... Y tercera generación tienen dos dioses que los crearon. Primero tuve que entender que UNO de mis papás es mi papá real, aunque a mi no me importa, los dos son más reales de lo que... Que Selena fue. Es. No sé. Ellos tampoco, que cuando pregunté me dijeron la verdad, que realmente no saben. Esa respuesta fue suficiente para mi.
No fui feliz cuando pensé por primera vez que tengo una mamá que no está. Todas las otras mamás están. ¿Y la mía? Lo único que tengo de ella es este poder incompleto que sirve para poco más que confundir. Quizás si ella estuviera... Pero no está. Y primero creí que era culpa mía. Que me había dejado porque no me quería. Al principio no quisieron responder, pero es muy fácil hacer que mis papás hagan lo que yo quiera. Nunca los obligaría a hacer algo malo... Pero realmente necesitaba saber. Por lo menos sé como se ve. Tiene ojos de distinto color, como yo. Nunca he encontrado una forma que me guste lo suficiente, pero sin importar lo que haga mis ojos siempre tienen colores distintos. Mis papás también, pero abue me dijo que eso se lo hicieron ellos mismos porque son idiotas.
Selena hizo cosas que no debía y la exiliaron. Pero es una diosa ¿No? Me tuvo, estuvo en Adarlan, y me dejó sin una nota, no intentó comunicarse conmigo, no vino nunca a verme. Seguro los otros dioses, seguro Ryuu y Astrid y el resto la hubiesen dejado quedarse un poquito, para conocerme. ¿No? Yo creo que soy una buena hija, creo que me querría mucho si me hubiese dado una oportunidad. Todo el mundo me ama, y realmente soy graciosa y simpática, y me preocupo mucho y cuando amo amo con cada pedazo de mi ser. Yo creo que la hubiese amado. Ella... Ella se lo pierde. Sí. Ella se lo pierde. No la necesito. Tengo una familia que me adora, y yo a ellos.
Como dije, tropezones. No hay nada de que preocuparse realmente. O por lo menos no había... No, eso viene después.
Cuando ya estuve más grande, y creo también en más control de mis poderes, cuando ya no estaba pudriendo todo orgánico que tocaba o transformando pajaritos en abominaciones pegajosas, cuando ya no chillaba tan fuerte como para romper los tímpanos de un dios, comencé a salir. Primero a conocer a otros dioses, más que nada porque creo que mis papás no querían que yo sin querer hiriera a algún mortal por ponerme a chillar. Ahí fue donde conocí los distintos tipos de magia que cada uno tenía... Y que cada uno parecía tener un pedacito de Adarlan, tener sus propios deberes, o dominios. Ryuu cuida del balance, mis papás del mar y sus animales, tyxie de lo mismo pero en la tierra, suma y sigue.
Y todos tenían magias hermosas. Magias que podían controlar bien, que no dañaban a nadie accidentalmente. No me dejaron realmente conocer a Adam y al dios de los Demonios, fuera de eventos formales. Por lo menos no en ese momento, porque eran malos, que abue no confiaba en que me iban a tratar como yo me merecía. Así que nunca vi realmente como era la magia negra de ellos, no con mis ojos, aunque abue me la explicó cuando pregunté. Porque la mía... No es así. La mía no es linda. Yo... He aprendido a quererla, por lo menos partes de ella. Pero ¿Por qué mis papás pueden sentarse en el suelo y llenarse de animalitos y curarlos y yo los espanto? Apenas toco uno, se transforma en una criatura fea. Una criatura que sólo querría existir en los pantanos que creo cuando me quedo en el agua mucho tiempo. Mi territorio estaba lleno de monstruitos que nadie nunca llamaría hermosos. Pero aprendí a quererlos, porque al fin y al cabo... Yo soy genial, y por lo tanto lo que yo creo también, aún si quizás se ve distinto y más raro que lo que hace mi familia.
Otro tropezón, pero apenas mencioné que mi magia era más fea mis papás me dijeron que era la más hermosa de todos los dioses. Y que los animales no se me acercaban porque yo era demasiado fabulosa y se asustaban de mi. Y que cuando se convertían al tocarlos, era porque estaban transformándose en seres que iban a combinar con mi pantano. ¿Ven? Tengo la mejor familia del mundo. Nunca pude echarme a morir porque tenía tristeza de algo. No era que no hubiese permiso, era que me hacían sentir tan feliz, tan querida, tan aceptada, que en la seguridad de estar cerca de ellos sólo se me olvidaban mis tropezones.
Fue cuando comencé a visitar ciudades donde habían mortales que todo se puso algo más complicado. Ya sabía cómo manejar más o menos esas réplicas que veía en mi cabeza a veces. Abue me explicó que probablemente es algo que viene de Selena, que podía manejar el tiempo, y eso me ayudó algo. Pasa que los dioses no mueren. Así que estar rodeada de dioses, y semidioses no era un problema. Lo que veía eran réplicas. No el fin de una historia. La primera vez que vi el fin de una historia... Pa me tuvo que sacar de ahí lo más rápido posible, apenas abrí la boca, mientras que papi se quedó atrás para curar los oídos que se habían reventado sólo con haber tomado aire.
Yo nunca había visto a nadie morir. Fue horrible. No era algo que yo había pedido, o quería. Yo entendía el concepto, la idea de que los mortales, pues... Mueren. Pero es distinto saberlo, que verlo. Dentro de tu cabeza. Mientras que el mortal está parado ahí, respirando sin problemas. Quise... Quise hacer algo. Apenas lo vi, yo abrí la boca para decirle que no se subiera a la escalera en la tarde, que había una piedra floja donde la iba a apoyar, y se iba a caer, y que tuviera cuidado. Yo solo quería decirle que tuviera cuidado. En vez, papi me devolvió a su templo donde sólo chillé y chillé y chillé y mi cabeza no podía hacer más que eso aunque quería ayudar y advertirle.
Todos esos gritos y llanto, y el mortal murió de todos modos. Se cayó de una escalera demasiado alta, se quebró el cuello. Por lo menos... Por lo menos murió rápido. Y que bueno, porque es uno de los recuerdos más vívidos que tengo.
Abue me hizo un objeto mágico, un collar que se supone iba a apagar mis gritos, que no hicieran daño, antes de volver a salir entre mortales. Lo probamos, grité y chillé como hago a veces, y sólo fue a un volumen normal, el collar se robó toda la magia negra que sale de mi boca y hace daño. Salí con mis papás de nuevo, realmente no quería estar sola y ver otra muerte. Abue estaba algo preocupada, así que nos siguió sin avisar. Y que bueno, porque una pequeña elfa que me miró con curiosidad se iba a ahogar en dos días. La piedra mágica del collar reventó un segundo después de que me puse a gritar, y creo que no maté a todos a mi alrededor porque Abue los protegió con un escudo mientras mis papás me sacaron de ahí.
Ahí fue donde Abue me explicó que hay algunas cosas que simplemente no se le pueden denegar a un dios. Nadie nunca iba a poder romper un escudo de Abue, nadie nunca iba a poder mover la isla de Ryuu... Nadie nunca iba a poder quitarme mi voz. Eso era bueno. Eso me dijeron, que mi voz es hermosa, que es muy lindo que me preocupe tanto por los mortales que sienta que tengo que gritar así de fuerte para cuidarlos. Pregunté si se podía hacer algo para salvar a la niña. Abue habló con Tass. Parece que era una pregunta parecida a algo que Selena había dicho. ¿Ven? Creo que somos más parecidas de lo que ella cree. Creo que nos llevaríamos bien.
La respuesta fue no. Que la muerte es el dominio de Tass, y las almas que estaban destinadas a volver al ciclo le pertenecían a ella. No necesité que Ryuu me explicara las reglas de nuevo, que los dominios de los dioses estaban establecidos y no se podían transgredir así como así. Entendí... Pero eso no quitó lo mucho que me dolió tener ese conocimiento y saber que no había nada que hacer. Fue ahí donde comencé a visitar a Tass. Descubrí que puedo sacar un pedazo de mi voz, o poder, o consciencia quizás, y tan sólo dejarla ahí chillando. Yo me puedo ir a otro lado al mismo tiempo. Me encerraba en mi cuarto a chillar, luego me largaba a hablar con ella.
Le pedí que no le dijera a nadie. Es... Difícil de explicar. Mi familia es hermosa. En mi familia todos son felices. En mi familia yo soy igual de hermosa, y me quieren tanto que... Que no quiero que sepan que a veces tengo problemas. Problemas reales, por lo menos. No me da miedo llorar porque estoy aburrida, o porque abue no me dejó ganar de nuevo. A veces sí decía, sólo que estaba triste. Eso era suficiente y no me llegaba más que todo el amor y los mimos que necesitaba. Ellos no necesitaban saber que yo estaba triste por algo que nadie podía arreglar. Tass podía explicarme cómo lidiar con eso. Al final, yo soy inteligente, y capaz, y fuerte, y esto podía hacerlo sin ayuda.
Ya sabía que las almas están en un ciclo eterno. Pero Tass me explicó que una muerte era una coma, no un punto. Que aunque yo veía finales, también estaba viendo el principio de algo nuevo. No solucionó todo, pero fue suficiente como para empezar a pensar en ello de otra manera. Aprendí mucho de los mortales desde lejos, donde no podía hacerles daño. Ryuu me enseñó algo parecido a moverme por las corrientes mágicas, pero creo que lo hago de una manera que no le gusta. Ecos de todo lo que pudo haber sido, es fácil sentarme y recorrerlos, como saltar de una plataforma a otra hasta encontrar algo que quiero mirar, como una persona. Así, si veo a alguien que va a morir pronto, el grito que los mataría antes de tiempo está a miles de miles de kilómetros, lo único que sentían un escalofrío extraño. Un eco de lo que hubiese sido morir por un grito mío.
Sé que vas a preguntar. No. Me cuidaron demasiado como para haber visto una muerte que iba a ser provocada por un grito mío. Eso se lo puedo agradecer a toda mi familia, o quizás no estaría aquí contando mi historia así.
Trabajé mucho para controlarlo, yo sabía que tenía hijas que habían vivido como híbridas todas sus vidas. Que ahora estaba yo. ¿Sufrían igual que yo? ¿Se sentían a veces igual de solas, o incomprendidas? Crecí alrededor de gente empática. Sé cómo preocuparme por el resto, y lo único que quería era traerlas conmigo, abrazarlas a todas, hacer un lugar donde se sintieran a salvo, y aceptadas.
¿Aceptadas? Sí. Verán...
Sé que me dijeron que lo que hice estuvo mal. Pero vi como alguien rodaba los ojos y luego golpeaba a una de mis hijas para que dejara de gritar. ¿Entienden? Yo iba a ver esa escena, así que mi hija vio esa muerte al mismo tiempo que yo. Un bucle. No sucede demasiado, o al menos eso creo... Quizás Selena lo entendería más que yo. Pero de un momento a otro estaba ahí, creo que demasiado enfurecida, grité, pero no de llanto, si no de rabia. Descubrí ahí que mi grito de rabia no duele, tan sólo espanta. Prefiero eso. El híbrido... Lo partí en tres con mis garras. ¿Garras? Sip, en ese momento tuve garras. Todo no se llenó de sangre, si no lodo. Apenas lo toqué, abrí su piel, donde toqué con mis garras se hizo lodo.
No necesito explicarles que llegó todo el puto mundo antes de que pudiese parpadear. Primero un Reaper, todos eran responsables de avisarle a Tass si un dios había asesinado a alguien que no le correspondía, que no fuese un seguidor o hijo. Pero antes de eso llegó Seiryuu, creo que antes de que el resto del lodo cayera al piso, quién sabe cómo se enteró tan rápido. No voy a decir que no estaba consciente o cuerda. Fue de las reacciones más honestas que he tenido. ¿Se meten con mis hijas? Se meten directamente conmigo. Fue lo que le dije a Ryuu, así, todos le tienen mucho respeto, pero en ese momento a mi no me importó un carajo. No podía decirme qué hacer o dejar de hacer para proteger a mis hijas. Bueno... Aparentemente sí podía. Me prohibió proyectarme así por un tiempo, me obligó a aprender a meditar con él, realmente podría haber sido mucho más duro conmigo. Pero de haberlo hecho, se hubiese echado encima a abue, abuelo, mis papás y tyxie. Creo que no tenía ninguna gana, y supuso que ayudarme a controlarme era mejor idea.
Me ayudó, claro. Tuve más tiempo para planear lo que quería hacer para ayudar a mis hijas. Me habló del balance, de lo bueno que tenía que venir con lo malo. Que no podía haber magia blanca sin negra. ¿Ven? Que no podía haber magia blanca si no existiera la negra. Que mis papás y tyxie podían brillar porque estaba yo para contrarrestarlo. Quizás todos tenían un dominio, un trabajo específico que yo no. No en el ecosistema de Adarlan, por lo menos. Pero si estar ahí permitía que el resto fuese así de hermoso, entonces esa era mi responsabilidad. Y como dicen mis papás, yo soy una chica muy responsable, y todo lo que me propongo lo hago a la perfección.
Con ayuda de abuelo y Ryuu, y el permiso de mis papás, me hice un espacio en su isla. Fue fácil, ya tenía toda la idea, tan sólo me senté a la orilla del mar. Me quedé ahí, y medité, y dejé que mi magia saliera y saliera y saliera. ¿A que no saben que yo también puedo hacer crecer árboles? Bueno... De manera extraña. Brotan, crecen, se ponen oscuros y pegajosos, la mayoría se muere. Como dije, si me quedo en agua mucho tiempo se comienza a ensuciar y enlodar. Un pantano enorme. Hermoso, a su manera. Los animales que se acercaron mientras lo hacía también cambiaron, seres que podían vivir en un lugar tan húmedo y oscuro como el que estaba haciendo. Hermosos, a su manera.
Luego llamé a mis hijas. No fue necesario que alguien las fuera a buscar. Que alguien avisara, o que Ryuu enviase algún mensaje por corrientes mágicas. Mis hijas... Estaban acompañadas, pero solas. Nunca tuvieron un lugar donde pudiesen realmente existir sin ser una molestia. Hasta que yo estuve lista para acogerlas. Grité cuando mi templo terminó de alzarse desde el lodo, piedras grises y raíces y manglares. Ryuu y abuelo no escucharon. Pero todas mis hijas si. Yo había visto a abue hacerlo muchas veces, nuestro secreto, que se partía en miles de partes iguales y se esparcía por su territorio.
Creo que sin querer usé algo de la magia que heredé de Selena. En menos de dos minutos me había partido en miles, había ido a buscar a mis hijas y traído a casa, con maletas y todo. Ya estaban en casa, un lugar hecho solo para nosotras, donde podíamos existir sin que nadie nos juzgara, y eso hicimos.
No sé si mi manera de cuidar a mis hijas era parecida a la de tyxie o abue, pero sí sé que era lo que ellas querían y necesitaban. Estuve ahí para cada una, les expliqué lo que nunca nadie había hecho, aprendieron que eran igual de valiosas e importantes que cualquier otra raza. Y juntas encontramos una manera de hacer que el dolor de lo que sabíamos no fuera tan horrible.
Historias.
Solo ver el fin de una historia tras otra es algo que termina por enloquecerte. En mi territorio, si veíamos el final de una historia, nuestros llantos se convertían en una pregunta. ¿Me cuentas tu historia? No teníamos permiso para intervenir en lo que iba a pasar, y no teníamos la capacidad de quedarnos calladas. Pero entre nosotras sabíamos lo que significaba esa pregunta. Te voy a perder, vi el final, y ahora quiero saber todo el resto.
¿Saben lo corta que es una vida mortal? ¿Saben todo el tiempo que los mortales gastan en cosas que al final del día son irrelevantes? Yo tengo todo el tiempo del mundo para enojarme y aislarme y luego volver a mi familia. Los mortales no. Con cada historia se hacía más y más obvio, que el tiempo... El TIEMPO simplemente nunca es suficiente. Mis hijas aprendieron de mi que solo una vida nunca iba a ser suficiente para ellas, que no tenían TIEMPO que gastar en estar deprimidas, en odiarse a sí mismas por lo que eran o hacían. Que cada segundo era preciado, que era necesario llenar cada capítulo de sus historias con cosas hermosas antes de que se acabara.
Creo que estar tan cerca y conectadas con la muerte nos dio una perspectiva distinta, por lo menos cuando yo logré darle un giro positivo a nuestros poderes. Que no eran una maldición, si no una oportunidad de ofrecerle a alguien condenado un momento para recordarlos como lo que fueron, no como lo que terminaron siendo en sus últimos segundos.
En algunos territorios, aceptaron a mis hijas no como molestias chillonas, si no como seres que traían un poco de consuelo a las familias de los que se habían perdido. Seres que asistirían a funerales y llorarían sin importar que, mostrándole el respeto que merecían a los muertos. ¿No te gustaría que el corazón de por lo menos una persona se rompiera por un tiempo cuando te mueras? ¿Saber que importaste lo suficiente para eso? Mis hijas tomaron ese rol, por lo menos una vez que yo me aseguré de que nadie iba a hacerles ni decirles nada malo, no me gustó nunca que se alejaran de mi territorio, pero algunas realmente querían ayudar de esa manera.
"La muerte no es mala. Pero sí es triste. La vida no es demasiado corta. Pero tampoco es eterna." Eso es lo que repetí mil veces, infinitas veces, a cada hija que sufría, y eso las calmaba. Mi voz no es como la de papi, no trae consuelo sólo por existir, si no todo lo contrario. Por eso tengo que elegir mis palabras con cuidado a veces.
Fui buena mamá para mis hijas, pero esos pequeños tropezones siempre estuvieron ahí. Tuve una eternidad para que esas preguntas y dolorcitos crecieran, porque no podía solucionarlos. ¿Quién podría entenderme? Intenté preguntarle al dios con la magia más horriblemente negra, el origen de la magia negra de hecho. Pero me vio cara de ingenua e intentó hacerme pagar por algunas preguntas, y yo soy mucho más inteligente que eso. Iván....IVANIVAN
Pero encontré en Iris alguien que sí entendía. Su magia, esa que la hacía quien era, era considerada una maldición para sus hijos. Distinta que la mia, claro, pero las vidas de nuestros hijos eran tanto más difíciles que las del resto sólo porque nuestra raza tenía razgos más dolorosos. Iris me mostró que se quebraba en pedazos distintos, no iguales. Que partes de su personalidad estaban en distintos cuerpos, eso la dejaba ser ella misma, mientras otro pedazo era ella misma y no se metía en su propio camino.
Mi único problema era, todavía, que yo quería ser buena mamá, pero también quería estar con mis papás, y conocer el mundo y el resto de los dioses. Y también quería estar yo triste a veces, sin tener que estar mintiéndole a mis hijas.
Fue mucho más fácil cuando aprendí a hacer eso. Y además como siempre cambiaba de forma no muchos se dieron cuenta, y partida en dos fui mucho mejor diosa, y mamá, y mucho mejor Lilianna. El mundo necesitaba dos de mi, no solo una.
Y justo cuando sentí que todo ya iba bien... Algo pasó.
Todos van a contar otra versión. Porque yo... Yo sentí algo antes. Yo... Yo debería haber sabido. Si lo único que puedo hacer que podría hacerse útil es saber cuando alguien iba a morir... Y hubo tanta muerte... No sabía qué le estaba pasando a mis hijas, estaban gritando por gente que no estaba ahí con nosotros. Yo... Yo recuerdo miles de miles de momentos que pasaron en mi cabeza días antes, algo andaba mal, pero nunca creí que tenía que ver con el resto. Creí que algo me estaba pasando a mi, y yo estaba afectando a mis hijas. No salí de mi territorio, me las traje a todas de vuelta, me partí en tres para poder ayudarlas a ellas, buscar una solución y además pasarlo mal sola en otra parte. ¿Qué? ¿Qué estaba pasando?
Un día después de que mis hijas comenzaron a gritar...
Ya saben lo que pasó. No lo voy a repetir. Sólo voy a decir que yo debería haber podido hacer algo. Que si Ryuu es el guardián del mundo, y Tass se encarga de la reencarnación... Entonces yo debería haber sido una alarma ¿No? Yo era una alarma, Ryuu no podía saber lo que iba a suceder, pero yo si. Yo si, y no supe qué era lo que estaba pasando.
Y mis hijas... Yo quería matar a Iris. Con mis propias manos. Quería chillarle en los oídos hasta que se le salieran los ojos de la cabeza. Iris... Iris me entendía, y yo a ella, éramos amigas, juntas intentando probar que nuestra magia no era una maldición, y no definía quién éramos. Y ella...
Antes de que todo se calmara un poco maté todo teriántropo que me encontré, mientras los adultos intentaban calmar a Ryuu. No me importó ver sus muertes y luego llevarlas a cabo. Se lo merecían, ellos, Iris también. Por mi, hubiese dejado que el dragón se encerrara con Iris en alguna parte a despedazarla por siglos hasta que aprendiera su lección. Pero que fue un accidente, que había que darle otra oportunidad.
Por lo menos ya sabía qué era lo que me había pasado. Creo... Creo que una parte mía gritó por años, poniéndose al día con todas las muertes, por la traición...
Y luego Abuelo la soltó. Pero mis hijas estaban bien. Yo estaba bien. Nada... Nada iba a salir mal, o yo lo hubiese sabido ¿No? Cuando nos llamaron fuera porque la habían encontrado... Y sentimos el sello cerrarse a nuestro alrededor, yo... No recuerdo qué es lo que pasó y lo que no. No sé qué de todos los futuros que vi, de todas las muertes, fueron ciertas y cuales sólo posibilidades. Los otros no sintieron que sus hijos estaba muriendo y yo tampoco. Pero lo vi. Una y otra vez, en todas partes, en todo Adarlan, mis hijas primero... Por eso no habían gritado. Luego todo el resto.
Y todo fue culpa de Iris.
No sé cuántos teriántropos maté, porque me vi asesinándolos a todos, uno por uno, en alguna de las líneas temporales. Todo es muy confuso, no tengo el poder para realmente buscar lo que quiero ver y recordarlo, las cosas solo vienen a mi y ya. En ese momento TODO vino a mi. No estuve ahí mentalmente para nada más de lo que sucedió. Ni siquiera me dio la cabeza para partirme en pedazos y encontrar alguno que estuviese estable y cuerdo. Sólo grité y grité y grité y Adarlan a mi alrededor se resquebrajó y secó y convirtió en lodo y ceniza y las corrientes mágicas mismas se doblaron a mi alrededor para esquivarme. No quería nada más que quitarme ese dolor de encima, no quería nada más que ver mi propio final entremedio de todo el resto.
¿Dónde estaba? Si la vida no era eterna, si sólo teníamos una chance de hacer todo bien antes de morir, entonces ¿Dónde estaba mi final?
No estaba. Pude ver el final de todo el mundo, uno por uno, y todos al mismo tiempo. ¿Tiempo? ¿Dónde estaba el botón para retroceder todo esto? Si yo podía ver partecitas del futuro, y partecitas del pasado de una persona, todo porque Selena me había hecho, entonces... ¿Dónde estaba el tiempo? ¿Dónde estaba Selena, la que tenía que estar aquí para evitar todo esto?
No aquí conmigo. Como siempre.
Simplemente no pude escuchar los cantos de papi cuando intentó calmarme. No había nada en el mundo, nadie, que pudiese calmar mi llanto. Y estaba segura de que era un llanto que no iba a terminar nunca, un luto tan tan enorme por cada una de las personas en Adarlan que iba a pasar el resto de mi vida así. Y no quería que nadie tuviese que lidiar con eso. Muchos se fueron a sus templos a dormir, pero yo me fui al mio sabiendo que era poco probable que yo tan sólo me durimiera así como así.
¿Lo peor de todo? ¿Lo PEOR peor de todo, pensando en que no iba a morirme nunca? Lo único que me hacía sentir mejor era saber el resto de las historias de cada uno. Nunca tuve la oportunidad. Sólo vi los finales. No tenía nada a que aferrarme de consuelo. Sólo finales.
No sé por cuanto tiempo grité.
Pero eventualmente fue suficiente como para partirme en dos, y una mitad mía por lo menos pudo dormir. Después de todo, mis papás eran dos dioses de lo mismo. ¿Por qué no podía yo partirme en dos así igualito?
Pues, resulta que no funciona tan así, y mis papis son dos personas y almas con UNA esfera de poder, y yo soy una persona con una esfera de poder. Partirme en dos no me hace menos UNA persona.
Pero lo intenté igual, y me funcionó... Creo...
Parte de mi durmió. La otra lloró y gritó y lo pasó mal... Y después de mucho mucho mucho mucho tiempo, se aburrió. No me quise despertar a mi misma, estaba por fin tan calmada, que... Me dio tristeza despertarme sólo para sufrir completa en vez de solo la mitad de mi. Tampoco quise despertar a mis papis, porque estaban tan tristes... Mis abuelos no estaban en sus templos, y me dio pena y me largué a chillar de nuevo por mucho más tiempo. Y al final decidí ir a buscarlos a la tierra.
Mala, pésima idea. Allá también se mueren, pero no hay nada sobrenatural que pudiese excusar mis gritos. Trataron de meterme en un psiquiátrico creo que se llaman, y eso fue suficiente. Luego recordé que entre mis gritos cuando todos se estaban llendo, Tass dijo que iba a tratar de buscar a Selena. Así que eso hice. Fuera de la tierra, lejos de todas las cosas que se mueren, busqué a Selena. Al final, era la única que podía hacer algo para ayudarnos. No porque yo la necesitara o nada por el estilo.
Ahí estuve, hasta que mi otra parte se despertó. No sabía qué estaba pasando, pero con mi suerte de seguro nada bueno, así que me fui a buscar a mi misma para no dejarme sola.
El resto... El resto puedes terminarlo tu, abue. Toma. No... No lo leas, está demasiado genial, se te van a caer los ojos y esos los necesitas para seguir llorando.
¡Introduzcan a su personaje! ¿Vivía en Grendelshire o Londres? Quizá venía de viaje al gran evento que se formó en Fallgate, o eran invitados. Traten de ser claros con la razón por la que asistieron al evento.
Recuerden explicar lo que sintieron al momento en que explotó la bomba, el por qué su elección de raza, si cuando despierta desea obedecer o romper las reglas y si se unió a alguna alianza.
10Extras
code by emmeAl menos CINCO datos extra de su personaje.
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