I. Jamás cooperarás con otras razas.
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
¿Vienes a jugar con nosotros?
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
¿Vienes a jugar con nosotros?
¿Sobrevivirás el Juego?
⚝ Reglas⚝ Ambientación⚝ Razas⚝ Alianzas⚝ Personajes Canon⚝ Territorios Neutrales⚝ Habilidades Prohibidas⚝ Modelo de Ficha⚝ Temas Libres⚝ Dudas⚝ Sugerencias⚝ Novedades⚝ ¡Conoce a la Administración!⚝ Discord
⚝ Reactivación de Cuentas
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⚝ Sistema de Encuentros ⚝ Sistema de Dados⚝ Hoja de Personaje⚝ Misiones⚝ Familiares⚝ Pide al NPC⚝ Puntos y Niveles⚝ Cierre de Temas⚝ Level Up⚝ Calendario⚝ Tienda⚝ Regalo de Puntos
I'm not a Higher Power, I Just Live in the Ceiling [Lilianna ID]
Lun Abr 17, 2023 5:39 am por Lilianna Vasiliev
You'll Break your Back to Make me Feel Again || Rachel ID
Vie Abr 07, 2023 10:28 pm por Rachel Le Fayet
I'm Tired of Breathing Empty Air || Ciaran ID
Mar Abr 04, 2023 9:17 pm por Hayate Ciaran Asher
From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
Vie Mayo 06, 2022 7:06 pm por Nicholas Taylor Allen
Escape from this Afterlife (Priv. Vincent)
Vie Abr 29, 2022 8:21 pm por Vincent Schwarz
Waking Up at the Start of the End of the World {Priv. Zack}
Sáb Abr 23, 2022 3:13 am por Tiffany Hale
I see your monsters, I see your pain || Libre
Vie Abr 22, 2022 6:15 pm por Noah Adams
I Prayed, God Sent me right to Voice Mail || Priv. Nick
Vie Abr 22, 2022 5:25 pm por Gala Florian
Baby, I'm the reason why Hell's so hot || Priv. Faith Asher
Vie Abr 22, 2022 5:03 pm por Joshua Friedrich
Problemas o Cambio de Botón AQUÍ
Lun Abr 18, 2022 7:33 pm por Invitado
Sabías que...¿Cuando mueres vas directo al cementerio de los alrededores?
Sabías que...¿Eres irreconocible en tu forma de raza?
Sabías que...¿Si abres temas libres en ciertos lugares quizás los responda un canon?
Sabías que...¿Para cruzar la neblina debes cumplir ciertas condiciones?
Sabías que...¿Cada templo tiene un secreto?
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Atte. Persephone Hansen
Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
Atte. Persephone Hansen
From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
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From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Nicholas Taylor Allen Lun Feb 07, 2022 5:56 am
Does it almost feel like nothing's changed at all?
Don't be paralyzed, move on…
-Ah, mierda, me encontraron.- Fue lo primero que pasó por su cabeza cuando sintió un balazo atravesar su pecho. -Bueno, fue una buena vida.- Se dejó hundir en un estado que no era nuevo, como si estuviese bajo el agua, pero en vez de morir, como debería haber hecho con una herida como esa, una voz femenina le cantó reglas. No le costó demasiado elegir su raza, aunque lo hizo con un poco de escepticismo.
Se le quitó rapidito cuando despertó en el parque donde había estado sentado cuando el gas azul había aparecido. Patas enormes y peludas. Realmente era un león. La primera explicación fue que de alguna manera le habían metido en algún tipo de realidad aumentada. También se le quitó rapidito cuando algo le atacó por la espalda mientras observaba sus enormes patas, esa vez sí que sintió completamente cómo moría.
Despertó en otra parte, otra vez zafado de una muerte segura. ¿Qué era este lugar? Ni idea, pero claramente la muerte no era permanente, y… Se podía aparecer en otros lugares. -Fast travel, me gusta.- Ya no era un león, si no que… Alguna mezcla extraña. Escuchaba todo a su alrededor, mucho más específico que antes, olía cosas que no reconocía. Escuchaba… Sonidos de pelea. Violencia.
Realmente había sido atacado. -Respira tranquilo.- Se recordó, pero algo que había tirado por la ventana hace años se hacía un espacio en su consciencia. ¿Hace cuánto que no se sentía en peligro? Suficiente tiempo que creyó que esa parte de él había muerto para siempre. Pero ahí estaba. Se escuchó gruñir en algo más parecido a un animal que persona, pero decidió atribuirlo al hecho de que era mitad león y tenía una cola y orejas peludas.
-Aquí vamos de nuevo.- Suspiró pesadamente. Junto con sus sentidos nuevos, tenía el instinto de que podía hacer cosas. Cambiar de forma, se transformó en ese león enorme al tiempo que un… ¿Vampiro? Intentaba atacarle por la espalda. -Nunca más.- Era una acción bastante gatillante para Nick, un ataque por la espalda, terminó de sacarle de quicio. Esquivada, mordida y se había deshecho de su oponente. No quería pelear, pero no había una posibilidad en el mundo de que volvieran a tomarle desprevenido.
Quizás una o dos horas de defenderse con violencia, se encontró fuera del colegio. Pensó que quizás encontrar un lugar para esconderse ahí dentro era buena idea, pero todo el resto había pensado lo mismo. Aunque estuviese afuera, no necesitaba un rincón para cuidar su espalda, no cuando escuchaba todo mucho mejor que antes. Se hizo camino sin realmente saber dónde iba, alejándose de focos problemáticos.
Demoró una media hora, cruzando una plaza, esquivando más edificios, veía árboles a lo lejos. Supuso que alejarse de la multitud era la mejor idea, parecía ser que algún botón salvaje había sido apretado en todo el mundo al despertar. Él también lo sentía, pulsaba, esa parte de él que realmente creyó haber enterrado para siempre. ¿Era parte de todo eso? No le daba la cabeza en ese momento para ponerse a pensar en todas las implicancias y posibilidades, tan sólo respiraba profundo en un intento de calmar su alter ego descontrolado.
Llegó al borde del bosque, revisando cada rincón que podía ver, buscando peligro donde no había, demasiado alerta como para soportarlo por mucho más tiempo. A lo lejos, al pie de un árbol y sobre la tierra y hojas, alguien que claramente no había entendido el peligro del lugar. Entrecerró los ojos. No, estaba tirada... ¿Muerta? Recuerdos que había dejado tirados por la ventana junto con esa personalidad asquerosa le pusieron en movimiento instantáneamente hacia ella. Afinó sus orejas, sus sentidos, y logró escuchar respiración, latidos, provenientes de ella.
No fue lo único que escuchó más latidos, respiración absolutamente alterada, quizás estaba a cien metros de ella, pero un demonio que se encontraba a unos veinte metros de él había empezado a moverse hacia ella. -Qué elección cansada.- Remarcó con amargura en su cabeza, cruzando hacia la figura sin problemas, le saltó encima, tumbándolo al piso, enterrando sus garras en los hombros desformados.
Volvió a su forma intermedia para no perder sus sentidos, se levantó y lo pateó en el piso con una sonrisa un tanto cruel. “Ve a probar tus poderes nuevos con alguien que no te vaya a reventar en el piso, infeliz. Aquí no hay honor, pero te voy a ofrecer una oportunidad de salir de aquí sin inventarte un agujero nuevo.” Dejó un escupitajo asqueroso en la cara del demonio y volvió a patearlo con las manos en sus bolsillos. “Anda, culero, estoy esperando que te retires y se me acaba la paciencia.” Su tono era absolutamente neutral y calmado, un hecho, como si le estuviera mandando a comprar pan, quizás más terrorífico que si fuera una amenaza explícita.
El demonio se levantó como pudo y se alejó rápido. Nick había visto más cojones en niños de doce años. Volvió a escupir en el suelo, de asco ante el ser que había pretendido atacar a alguien que claramente no podía defenderse. Suspiró pesadamente, su actitud de mierda chocaba con el instinto de proteger a la niña, sentido común junto con sentido de autoconservación era una mezcla extraña, pero le bastó un par de segundos de cerrar los ojos y respirar para tomar las riendas de su cabeza.
Otra vez, se le quitó rapidito, tuvo que volver a soltarlas para darse vuelta, tomar la muñeca de un adolescente y arrebatar la cortapluma con que había intentado apuñalarle por la espalda. Rápido, silencioso, pero Nick tenía simplemente demasiadas alarmas cuando se trataba de ese movimiento contra él, incluso antes de sus sentidos agudizados.
“¿Es que no escuchaste lo que acabo de decir?” Escupió, guiándolo del pescuezo, usando la inercia del intento de puñalada para dirigirlo de bruces al piso. Escuchó al chico maldecir, intentó incorporarse, tomando una forma que no reconoció. Algo mitad animal, mitad otra cosa, pero poco importaba. Pisó su espalda con fuerza, escuchó el crujir de un par de costillas, luego se agachó y sin más preámbulo simplemente hundió la hoja del cuchillo en su cuello, perforando la yugular y tráquea, luego giró con un movimiento brusco, y retiró el arma.
“¡Mierda!” Se enderezó, pateó el cuerpo, más costillas quebradas, y llevó sus manos a su cabeza. Palpitaba con fuerza, recuerdos que había despachado hace tiempo volvían como almas en pena. “¡Mierda, mierda, mierda!” ¿Después de todo ese tiempo, todo le había llevado de vuelta al mismo puto lugar?
Se giró hacia la chica, era pequeña, flaquita, estaba viva y era un blanco fácil. Moriría sin él, de seguro. No podía caer directamente de vuelta en malos hábitos, suficiente había tenido ya, y le había costado un buen tiempo llegar a ser sí mismo, no pretendía retroceder en el tiempo. “¡Vete, traidor!” Ardía, ese punto en su espalda, la cicatriz en forma de estrella, al punto en que llevó una mano enguantada, esperando encontrar sangre, un hoyo otra vez.
Nada. Al concentrarse en él, sintió dolor por todo su cuerpo, que la cicatriz en su cara volvía a abrirse, cada corte, cada pequeño punto donde le habían quemado, cada hueso roto que no había sanado correctamente, cada diente que había perdido. No era real, no era real y lo sabía, estaba todo en su cabeza. -Ya basta, todos fuera.- Se ordenó de manera severa, obligando a todos sus pensamientos a alinearse.
Aunque sentía que estaba de vuelta, esta vez era distinto, se recordó. No estaba desprotegido, aunque sí en peligro, podía pelear de vuelta de mejor manera. No era un niño, ni debilucho, ni asustado. Ya no estaba en desventaja, era un campo de juego nivelado. Y él tenía la delantera, este lugar no era nada comparado con las calles de los barrios bajos de Londres. -Todo tranquilo, gobiérnate.- Repitió, algo más calmado, se abrazó con fuerza, abrió los ojos, se concentró en lo que le decían sus sentidos.
Todas técnicas que había aprendido estudiando. -Sí, estudiando, animal, cuando saliste de ahí.- Era fácil perderse en flashbacks, tanto que sentía físicamente estar de vuelta. Los conocía, los suyos, los de distintos pacientes, sabía como arrancarse de ahí sin ayuda. Quizás un esfuerzo sobrehumano, más considerando la situación, como un soldado que de pronto se encontrase de vuelta en medio de un campo de batalla.
-Hay cosas más importantes.- Fijó los ojos en la niña, cruzando el resto de la distancia hacia ella. Escuchaba más pasos, más respiraciones aceleradas, gente, monstruos que tarde o temprano intentarían lo mismo una y otra vez. “Permiso, pequeña, ya luego me golpeas si quieres.” Murmuró, levantándola con cuidado, no pesaba absolutamente nada.
Se la echó al hombro lo más delicadamente posible, pero entre la urgencia y compartir su cuerpo con un yo de su pasado extremadamente violento, no fue su momento más caballeroso. “Uff, jesús, Allen, por cosas com esta estás soltero, pedazo de bestia.” ¿Faltaba decir que de las pocas razones por las que se había arrastrado fuera de la mierda con tanta facilidad era su humor?
Le dio un par de palmaditas en la espalda a la chica y se largó a trotar, nuevamente dándole bastante distancia a cada ser que escuchaba. ¿Dónde ir? No conocía el terreno en absoluto, pero recorrió de todos modos, mirando de un lado a otro, intentando encontrar algún lugar...
Encontró lo que estaba buscando, un edificio pequeño, una puerta, ventanas que todavía no habían sido rotas. Un taller de arte, notó al entrar. Dejó a la niña en el piso con más cuidado que antes, no escuchaba a nadie cerca, pero prefirió asegurarse. Agarró uno de los atriles de madera, cerró la puerta y la trabó con él.
Hecho eso, se giró hacia ella, arrodillándose a un lado, buscando heridas con la mirada. Tan sólo tierra donde había caído, nada más. Exhaló con algo de alivio. Le escuchaba respirar tranquila, también, aunque no estaba seguro si eso indicaba que estaba completamente sana. Nada a la vista, por lo menos, no se atrevía a ponerse a buscar.
“¡Hey!” Llamó, moviendo el cabello negro fuera de su cara casi sin tocarla. -Mierda.- Notó que su guante estaba manchado con sangre. Al bajar la cabeza, en realidad esas dos horas de pelea le habían arruinado bastante la ropa. Seguro si la despertaba así terminaría por espantarla.
Decidió por lo menos deshacerse de la chaqueta amarilla y guantes, dejándolos en un montoncito en una esquina. No podía hacer mucho acerca de la camisa, tan solo arremangó las mangas hacia arriba, doblándolas lo más ordenado posible. Eso brindaba otro problema, descubría todas sus cicatrices, pero mejor violencia vieja que nueva, o eso creyó. Aprovechó el vuelo y usó un montón de delantales manchados con pintura para inventar una almohada que puso bajo su cabeza. Una tela larga que cubría un cuadro se convirtió en un tipo de frazada ligera.
Nick volvió a intentarlo, ahora pareciendo bastante menos desquiciado, habiendo hecho lo posible por ponerle cómoda. Tuvo que mantener su forma intermedia, no quería bajar la guardia demasiado y así podía escuchar cualquier peligro. “¡Oye!” Frunció el ceño, no podía ser un bruto de mierda. -Basta ya.- Su tono había sido demasiado tosco, un gruñido demasiado duro. Algo que ya no le pertenecía, aunque estuviese usando a sus demonios para sobrevivir y mantenerse a salvo, no podían dominarle otra vez.
“Hey... Chica... ¿Estás bien?” Intentó otra vez. Mejor, muchísimo mejor, sonaba a él mismo, amigable, algo más relajado. Aguantó las ganas de doblarle el brazo, o cachetearla un par de veces. Impulsos como ese tampoco le pertenecían, aunque sabía por experiencia propia que servirían.
“Tienes suerte ¿Sabes? No mucha gente tiene el placer de ser rescatada por mi.” Bromeó, extendiendo una mano hacia ella, decidió que lo menos extraño sería acariciar su cabello, algo de contacto amable, no lo suficiente como para cruzar algún tipo de límite. “Ahora vas a tener que aguantar a un chico aprensivo hasta que esté seguro que estás bien, te compadezco la verdad.” Agregó en ese mismo tono bromista.
Tanto por ella como por él, aunque no sabía si podía escucharle, era a beneficio de ambos, en realidad. Su otra mano temblaba bastante y era todo su esfuerzo por obligarse a estar a flote y no perderse en recuerdos que le quemaban la piel. “Menudo apocalipsis extraño, apenas tenga tiempo voy a tener que ponerme a pensar en qué acaba de pasar. Me disculpo si empieza a oler a cabello quemado, a veces pasa cuando fuerzo demasiado las neuronas.”
Frunció el ceño, observando el cabello de la chica, notando que el suyo también era largo en esa forma. Intentó recogerlo detrás de su... Oreja... Pero estaba en la puta punta de su cabeza, donde era absolutamente inútil. “Qué falla estúpida de diseño. ¿Y ahora qué hago con esto? ¿Cómo lo hacen las chicas?” Recuperó su mano sólo para intentar hacer un nudo con su nueva melena, pero no logró nada. “Mierda, trenzas, pero no sé hacerlas.”
A los veinte minutos ya no aguantaba mucho más. Había llenado el aire con pavadas lo mejor posible, pero ya no podía ignorar cuanto temblaban sus manos. Sin una distracción, sin más estrés inmediato, sin ninguna razón puntual para mantenerse en una pieza en ese momento, no le quedaba mucho más que sucumbir.
No permanentemente, pero para ese punto ya sabía que la única manera de salir era pasando por el medio de toda la mierda. Una vez más, como cuando había escapado de todo eso, enfrentarlo para poder sobrepasarlo. No tenía demasiadas ganas, dolía, quemaba, le ardía el pecho. Nick se alejó un poco de la chica, arrastrándose hacia atrás hasta que topó con una pared. Cerró los ojos. Inhaló. Exhaló. Inhaló. Exhaló. Abrió los ojos, y ya no estaba en una sala de arte. Estaba en una bodega abandonada.
Se acostó sobre un lado, hundiendo los cantos de sus manos contra sus ojos, y dejó que los recuerdos le ahogaran uno a uno.
Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Kelly Chambers Lun Feb 07, 2022 7:28 am
La escuela…
Su hogar…
Una mochila, ¿Por qué llevaba una mochila al festival? pensaba realmente en llevar sus libros favoritos a su maestra favorita, quería compartir esas historias mientras que el festival pasaba. Era su amiga, su mejor amiga…
Pensaba, que la única amiga que podía tener, o por lo menos, la que se sentía con más cercanía a las demás, ¿Demás? Pensó por un momento mientras caminaba hacia la escuela, observando sobre su hombro, cerrando sus ojos con suavidad, tragando saliva. Sus manos estaban frías, ¿Por qué iba al evento? Podría haber estado de nuevo en casa, encerrada en su habitación, o atender a su padre… o a su madre… o a su…
Respiró profundamente, negó suavemente con la cabeza, mordió su labio inferior, sus uñas se enterraban en la muñeca, ahí donde mantenía ocultas varias cicatrices. Su otra mano, del brazo que recibía el castigo, agarraba el mandil blanco que iba como pieza principal del vestido. Negó con la cabeza, una y otra vez, quería llorar, su garganta mantenía un nudo, grande, enorme, su corazón siendo apretado con fuerza.
Tan sólo se quedó de pie, temblando ligeramente, sus pies no se movían, no reaccionaba, sus ojos se movían de un lado a otro, tratando de encontrar algo que podría moverla, solamente un paso, dos, quien sabe, necesitaba algo… algo…
Algo…
Algo la empujó, la sacó de aquel trance, era un grupo de chicos que caminaba hacia la escuela, unas palabras de disculpa que ella no pudo captar, y sólo negó suavemente con la cabeza, alzando su mano, una sonrisa falsa. Respiró profundamente, después otra vez y comenzó a andar.
Iba a ser un día normal, ¿No? Era un hermoso día, estaba nevando un poco, pero aunque no lo pareciera tenía ropas térmicas, sus mallas eran un poco más gruesas, también sus mangas rayadas de blanco y negro. Era mucho más flaca de lo que lograba aparentar. Aún con el rápido latir de su corazón se movió hacia la escuela.
Iba a ser un buen día…
Ese fue su último pensamiento cuando se sentó en el patio, donde no había casi ninguna persona, tembló un poco, abrió su mochila, revisando que tuviera todo, estaba emocionada, y sacó de su mochila un libro, revisó su portada, pasó sus dedos con suavidad antes de guardarlo de nuevo, esperó… trató de encontrar el coraje en ella… esperó…
Y una explosión, sus orejas zumbaron con fuerza.
Un golpe.
Estaba flotando en un vacío, ¿Qué había pasado? Solamente una onda de choque, calor por todo su cuerpo, ¿Había sido su muerte? Todo era tan… espontáneo, de un abrir y cerrar de ojos todo había pasado a un sueño, a un estado de aturdimiento que no creyó que fuera posible, ni siquiera leer varias novelas de guerra le habían preparado para lo que había sentido…
Fue una explosión.
Después las palabras de una mujer llenaron su cabeza, varias opciones enfrente de ella.
Decidió…
De un momento a otro, de nuevo, estaba sentada, pero todo parecía tan extraño y familiar, sus manos no eran de quién podía pensar, ¿Otro cuerpo? Después gritos a la lejanía. Tembló, ¿Qué estaba pasando? No podía evitar tener miedo, se levantó, tragó saliva, después de eso se quiso esconder entre los árboles, pero pisó una vez antes de que algo la poseyera, un grito salió de sus labios, horrendo, agudo, antes de por fin caer al suelo exhausta, cansada, perdió la consciencia.
No había sueños esta vez, despertó, temblaba, ¿Qué acababa de pasar? Lágrimas recorrieron sus ojos, sentía como de sus cabellos recorría una especie de líquido. Con fuerza cerró los ojos.
¿Esto era real?
¿Dónde estaba?
¿De quién era este cuerpo?
Lo sentía suyo, completamente, movía sus dedos, pero tenían una textura extraña, movía su boca, pero no era su voz que salía, sino una conglomeración de voces que de alguna manera encontraban armonía en sus cuerdas vocales. ¿Qué más estaba pasando? Estaba llorando aún más, más el agua no caía por completo al suelo, tragó un poco de saliva, tratando de mantener su mente en la realidad…
¿Realidad?
Esta no era una realidad, esto era algo completamente diferente, y aunque se había levantado y caminando unos cuantos pasos, de nuevo un grito, aún más fuerte. De nuevo en negro.
Se tardó más en levantarse, observó su mano, era humana, su piel completamente pálida, ¿Qué había pasado? ardía su garganta, lloraba sin poder controlarse, por lo menos hasta que mordió con fuerza su labio inferior y lo abrió con sus propios dientes, que la sangre fluyera, que el dolor la regresara al presente. Respiró profundamente, ¿En qué parte estaba ahora? No podía saber, no tenía conocimiento alguno, por lo menos, su cabeza no estaba en sus cinco sentidos, maldecía…
Maldecía perder conocimiento.
¿Qué mierda estaba pasando? Tembló por miedo a lo peor.
De nuevo un grito.
De nuevo una pérdida de conocimiento.
¿Acaso había sido suerte? ¿O se habría muerto mientras que su cuerpo se ocupaba del extraño asunto? No tenía ni idea alguna. Solamente pudo soñar esta vez, un sueño, una pesadilla más bien, algo que no la podía dejar descansar. La imaginación era una herramienta poderosa.
Ella estaba ahí, parada en medio de su casa mientras que esta se incendiaba. Sentía calor rodear su cuerpo, temblaba dentro de su subconsciente, lloraba con fuerza, no quería recordar, no quería vivir mucho más sin su…
Ahí estaba su peluche, enfrente de ella, entre las llamas de un pasado tormentoso, de eventos recientes, o por lo menos así se sentía en su cabeza. ¿Por qué no más tiempo con él? Deseaba tener un deseo como sus libros, deseaba poder vender el alma al diablo si eso significaba que su hermano apareciera y su familia pudiera estar bien.
Se estaba hundiendo en un espiral de terror.
Se estaba hundiendo en una pesadilla de soledad pura.
De culpa.
Pero…
Entre todo eso, parecía ser una pequeña niña perdida, que todo ese peso, todo ese estrés tuvo como consecuencia a tomar esa forma primitiva en su cabeza. Que solamente quería estar con su madre de nuevo, con su padre de nuevo, de estar bien como en tiempos anteriores, de abrazarlos.
Y todo de manera repentina se calmó, cerró sus ojos, dejó de llorar, de sollozar, limpió los mocos que habían salido de su nariz, respiró profundamente y cerró sus ojos.
De un momento a otro sintió caricias en su cabello.
-¿Madre?- preguntó, sintiendo como sus dedos tocaban pasto, esto era… como cuando iban a comer a las afueras del pueblo, donde había un poco de naturaleza antes de llegar a la playa. Un hermoso árbol los andaba cubriendo, ella acariciaba sus cabellos, su figura materna, a lo lejos su padre jugando con su hermano.
La mujer solamente sonrió y presionó sus labios suavemente, en un signo de silencio.
Kelly asintió y cerró sus ojos, dejándose querer, de estar por un momento tranquila. Era tan cambiante, como un huracán, tenía que hacer algo al respecto, a tomar una forma, ¿Qué estaba pasando afuera? no tenía idea, y si era así no podía dejar que su yo real estuviera dominando la situación.
Que en cualquier momento se podría romper en mil pedazos, un frágil corazón mantenía, igual que un frágil cuerpo. Como si fuera de porcelana podía ser destruida por un toque. Se estaba rompiendo, pero no importaba, ahora, con los ojos cerrados, se dejó querer por su madre en su mente.
-Se fuerte Kelly- dijo esa proyección, mientras que su mano se acababa posando en su mejilla, y ella solamente asintió la cabeza. Una niña como ella…
Lentamente, abrió los ojos, y no estaba en el lugar donde su sueño lo había puesto, más bien… era otro lugar, un techo conocido, un suelo conocido, paredes conocidas. Tragó un poco de saliva, su garganta completamente seca, sus ojos un poco cansados, ardían un poco. Estaban mojados al igual que sus mejillas. Su mirada bajo, estaba en un lugar donde la creatividad no encontraba límites.
¿Cómo llegó a este lugar? Tragó un poco más de saliva, sus manos apretaron el mandil con fuerza, respiró profundamente y lentamente se sentó, miró sus manos, sus muñecas, algo diferente había debajo de esa piel. Se concentró un poco, después un poco más antes de mirar a un lado y ver a un hombre acostado.
Sus labios se abrieron, antes de cerrarlos de nuevo, un hombre que parecía torturado. No se levantó, no avanzó hacia él. Observaba su cola, sus orejas, sus manos que tomaron forma de un gato, o por lo menos de un felino. Extrañas criaturas rondaban por el lugar, y hasta ahora, parecía ser un milagro que no gritara de nuevo.
Respiró profundamente, sabía que no iba a durar mucho, pero tenía que aprovechar el tiempo que se le había dado, “Se fuerte Kelly” se dijo a sí misma, intentando encontrar las fuerzas que no tenía para levantarse. Temblaba con fuerza, como si hubiera corrido más allá de lo que su cuerpo permitía.
Pero aún así, entre quejidos y esfuerzo se pudo levantar, sus ojos observaban a detalle al hombre, y a un lado de ella estaban varios delantales, era una almohada, ¿Él la había cuidado todo este tiempo? Se lo tenía que agradecer, en su debido momento, por lo mientras agarró los delantales con sus manos, se quejaba un poco más, y como si fuera un mantra se repitió -Se fuerte Kelly- en un susurro, bajo su aliento mientras que se esforzaba al pobre hombre.
Dejó los delantales encima de él, como si fuera una sábana, ¿Pero como unirlos para que no se deshicieran? repentinamente de sus muñecas soltó silenciosamente varios hilos, ¿Qué era esto? ¿Una clase de mujer araña? No lo pensó mucho por el momento, ya era una situación muy extraña ver a un hombre mitad animal, amarró lo más rápido que pudo las prendas del cuello, haciendo múltiples nudos para que no se separaran por si él daba algún fuerte movimiento.
¿Qué más?
Tragó un poco de saliva, no sabía qué hacer, qué no hacer, por lo que se arrodilló cerca de él, de su cabeza -oye- susurró, tranquila, suave, que su voz estaba desgastada. Su mano se posó en su cabeza, y así como su madre lo hacía acarició los cabellos del ajeno en un intento de llamar su atención.
-Oye- susurró de nuevo, quería llamar su atención.
Sus dedos no dejaban de pasar por los cabellos cafés. Sus ojos de manera detenida pasaban por cada marca que él tenía en su piel, ¿Eran marcas de cigarro? ¿Cicatrices de armas? En sus libros siempre los describen, hasta a veces decían de dónde provenían todos esos detalles, como un trasfondo más grande para el personaje.
Su hogar…
Una mochila, ¿Por qué llevaba una mochila al festival? pensaba realmente en llevar sus libros favoritos a su maestra favorita, quería compartir esas historias mientras que el festival pasaba. Era su amiga, su mejor amiga…
Pensaba, que la única amiga que podía tener, o por lo menos, la que se sentía con más cercanía a las demás, ¿Demás? Pensó por un momento mientras caminaba hacia la escuela, observando sobre su hombro, cerrando sus ojos con suavidad, tragando saliva. Sus manos estaban frías, ¿Por qué iba al evento? Podría haber estado de nuevo en casa, encerrada en su habitación, o atender a su padre… o a su madre… o a su…
Respiró profundamente, negó suavemente con la cabeza, mordió su labio inferior, sus uñas se enterraban en la muñeca, ahí donde mantenía ocultas varias cicatrices. Su otra mano, del brazo que recibía el castigo, agarraba el mandil blanco que iba como pieza principal del vestido. Negó con la cabeza, una y otra vez, quería llorar, su garganta mantenía un nudo, grande, enorme, su corazón siendo apretado con fuerza.
Tan sólo se quedó de pie, temblando ligeramente, sus pies no se movían, no reaccionaba, sus ojos se movían de un lado a otro, tratando de encontrar algo que podría moverla, solamente un paso, dos, quien sabe, necesitaba algo… algo…
Algo…
Algo la empujó, la sacó de aquel trance, era un grupo de chicos que caminaba hacia la escuela, unas palabras de disculpa que ella no pudo captar, y sólo negó suavemente con la cabeza, alzando su mano, una sonrisa falsa. Respiró profundamente, después otra vez y comenzó a andar.
Iba a ser un día normal, ¿No? Era un hermoso día, estaba nevando un poco, pero aunque no lo pareciera tenía ropas térmicas, sus mallas eran un poco más gruesas, también sus mangas rayadas de blanco y negro. Era mucho más flaca de lo que lograba aparentar. Aún con el rápido latir de su corazón se movió hacia la escuela.
Iba a ser un buen día…
Ese fue su último pensamiento cuando se sentó en el patio, donde no había casi ninguna persona, tembló un poco, abrió su mochila, revisando que tuviera todo, estaba emocionada, y sacó de su mochila un libro, revisó su portada, pasó sus dedos con suavidad antes de guardarlo de nuevo, esperó… trató de encontrar el coraje en ella… esperó…
Y una explosión, sus orejas zumbaron con fuerza.
Un golpe.
Estaba flotando en un vacío, ¿Qué había pasado? Solamente una onda de choque, calor por todo su cuerpo, ¿Había sido su muerte? Todo era tan… espontáneo, de un abrir y cerrar de ojos todo había pasado a un sueño, a un estado de aturdimiento que no creyó que fuera posible, ni siquiera leer varias novelas de guerra le habían preparado para lo que había sentido…
Fue una explosión.
Después las palabras de una mujer llenaron su cabeza, varias opciones enfrente de ella.
Decidió…
De un momento a otro, de nuevo, estaba sentada, pero todo parecía tan extraño y familiar, sus manos no eran de quién podía pensar, ¿Otro cuerpo? Después gritos a la lejanía. Tembló, ¿Qué estaba pasando? No podía evitar tener miedo, se levantó, tragó saliva, después de eso se quiso esconder entre los árboles, pero pisó una vez antes de que algo la poseyera, un grito salió de sus labios, horrendo, agudo, antes de por fin caer al suelo exhausta, cansada, perdió la consciencia.
No había sueños esta vez, despertó, temblaba, ¿Qué acababa de pasar? Lágrimas recorrieron sus ojos, sentía como de sus cabellos recorría una especie de líquido. Con fuerza cerró los ojos.
¿Esto era real?
¿Dónde estaba?
¿De quién era este cuerpo?
Lo sentía suyo, completamente, movía sus dedos, pero tenían una textura extraña, movía su boca, pero no era su voz que salía, sino una conglomeración de voces que de alguna manera encontraban armonía en sus cuerdas vocales. ¿Qué más estaba pasando? Estaba llorando aún más, más el agua no caía por completo al suelo, tragó un poco de saliva, tratando de mantener su mente en la realidad…
¿Realidad?
Esta no era una realidad, esto era algo completamente diferente, y aunque se había levantado y caminando unos cuantos pasos, de nuevo un grito, aún más fuerte. De nuevo en negro.
Se tardó más en levantarse, observó su mano, era humana, su piel completamente pálida, ¿Qué había pasado? ardía su garganta, lloraba sin poder controlarse, por lo menos hasta que mordió con fuerza su labio inferior y lo abrió con sus propios dientes, que la sangre fluyera, que el dolor la regresara al presente. Respiró profundamente, ¿En qué parte estaba ahora? No podía saber, no tenía conocimiento alguno, por lo menos, su cabeza no estaba en sus cinco sentidos, maldecía…
Maldecía perder conocimiento.
¿Qué mierda estaba pasando? Tembló por miedo a lo peor.
De nuevo un grito.
De nuevo una pérdida de conocimiento.
¿Acaso había sido suerte? ¿O se habría muerto mientras que su cuerpo se ocupaba del extraño asunto? No tenía ni idea alguna. Solamente pudo soñar esta vez, un sueño, una pesadilla más bien, algo que no la podía dejar descansar. La imaginación era una herramienta poderosa.
Ella estaba ahí, parada en medio de su casa mientras que esta se incendiaba. Sentía calor rodear su cuerpo, temblaba dentro de su subconsciente, lloraba con fuerza, no quería recordar, no quería vivir mucho más sin su…
Ahí estaba su peluche, enfrente de ella, entre las llamas de un pasado tormentoso, de eventos recientes, o por lo menos así se sentía en su cabeza. ¿Por qué no más tiempo con él? Deseaba tener un deseo como sus libros, deseaba poder vender el alma al diablo si eso significaba que su hermano apareciera y su familia pudiera estar bien.
Se estaba hundiendo en un espiral de terror.
Se estaba hundiendo en una pesadilla de soledad pura.
De culpa.
Pero…
Entre todo eso, parecía ser una pequeña niña perdida, que todo ese peso, todo ese estrés tuvo como consecuencia a tomar esa forma primitiva en su cabeza. Que solamente quería estar con su madre de nuevo, con su padre de nuevo, de estar bien como en tiempos anteriores, de abrazarlos.
Y todo de manera repentina se calmó, cerró sus ojos, dejó de llorar, de sollozar, limpió los mocos que habían salido de su nariz, respiró profundamente y cerró sus ojos.
De un momento a otro sintió caricias en su cabello.
-¿Madre?- preguntó, sintiendo como sus dedos tocaban pasto, esto era… como cuando iban a comer a las afueras del pueblo, donde había un poco de naturaleza antes de llegar a la playa. Un hermoso árbol los andaba cubriendo, ella acariciaba sus cabellos, su figura materna, a lo lejos su padre jugando con su hermano.
La mujer solamente sonrió y presionó sus labios suavemente, en un signo de silencio.
Kelly asintió y cerró sus ojos, dejándose querer, de estar por un momento tranquila. Era tan cambiante, como un huracán, tenía que hacer algo al respecto, a tomar una forma, ¿Qué estaba pasando afuera? no tenía idea, y si era así no podía dejar que su yo real estuviera dominando la situación.
Que en cualquier momento se podría romper en mil pedazos, un frágil corazón mantenía, igual que un frágil cuerpo. Como si fuera de porcelana podía ser destruida por un toque. Se estaba rompiendo, pero no importaba, ahora, con los ojos cerrados, se dejó querer por su madre en su mente.
-Se fuerte Kelly- dijo esa proyección, mientras que su mano se acababa posando en su mejilla, y ella solamente asintió la cabeza. Una niña como ella…
Lentamente, abrió los ojos, y no estaba en el lugar donde su sueño lo había puesto, más bien… era otro lugar, un techo conocido, un suelo conocido, paredes conocidas. Tragó un poco de saliva, su garganta completamente seca, sus ojos un poco cansados, ardían un poco. Estaban mojados al igual que sus mejillas. Su mirada bajo, estaba en un lugar donde la creatividad no encontraba límites.
¿Cómo llegó a este lugar? Tragó un poco más de saliva, sus manos apretaron el mandil con fuerza, respiró profundamente y lentamente se sentó, miró sus manos, sus muñecas, algo diferente había debajo de esa piel. Se concentró un poco, después un poco más antes de mirar a un lado y ver a un hombre acostado.
Sus labios se abrieron, antes de cerrarlos de nuevo, un hombre que parecía torturado. No se levantó, no avanzó hacia él. Observaba su cola, sus orejas, sus manos que tomaron forma de un gato, o por lo menos de un felino. Extrañas criaturas rondaban por el lugar, y hasta ahora, parecía ser un milagro que no gritara de nuevo.
Respiró profundamente, sabía que no iba a durar mucho, pero tenía que aprovechar el tiempo que se le había dado, “Se fuerte Kelly” se dijo a sí misma, intentando encontrar las fuerzas que no tenía para levantarse. Temblaba con fuerza, como si hubiera corrido más allá de lo que su cuerpo permitía.
Pero aún así, entre quejidos y esfuerzo se pudo levantar, sus ojos observaban a detalle al hombre, y a un lado de ella estaban varios delantales, era una almohada, ¿Él la había cuidado todo este tiempo? Se lo tenía que agradecer, en su debido momento, por lo mientras agarró los delantales con sus manos, se quejaba un poco más, y como si fuera un mantra se repitió -Se fuerte Kelly- en un susurro, bajo su aliento mientras que se esforzaba al pobre hombre.
Dejó los delantales encima de él, como si fuera una sábana, ¿Pero como unirlos para que no se deshicieran? repentinamente de sus muñecas soltó silenciosamente varios hilos, ¿Qué era esto? ¿Una clase de mujer araña? No lo pensó mucho por el momento, ya era una situación muy extraña ver a un hombre mitad animal, amarró lo más rápido que pudo las prendas del cuello, haciendo múltiples nudos para que no se separaran por si él daba algún fuerte movimiento.
¿Qué más?
Tragó un poco de saliva, no sabía qué hacer, qué no hacer, por lo que se arrodilló cerca de él, de su cabeza -oye- susurró, tranquila, suave, que su voz estaba desgastada. Su mano se posó en su cabeza, y así como su madre lo hacía acarició los cabellos del ajeno en un intento de llamar su atención.
-Oye- susurró de nuevo, quería llamar su atención.
Sus dedos no dejaban de pasar por los cabellos cafés. Sus ojos de manera detenida pasaban por cada marca que él tenía en su piel, ¿Eran marcas de cigarro? ¿Cicatrices de armas? En sus libros siempre los describen, hasta a veces decían de dónde provenían todos esos detalles, como un trasfondo más grande para el personaje.
Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Nicholas Taylor Allen Miér Feb 09, 2022 2:59 am
Does it almost feel like nothing's changed at all?
Don't be paralyzed, move on…
Uno a uno, desde el principio. ¿Qué era lo primero que recordaba? Miedo. Incertidumbre. Siluetas que no era capaz de reconocer, fantasmas que le habían acosado toda su niñez y adolescencia. ¿Quienes eran? ¿Cuál era su nombre, siquiera tuvo uno? ¿Su cumpleaños real? Las siluetas que sabían siempre se quedaban en silencio.
Sólo tenía pedazos del primer orfanato, de la misma manera, sólo fantasmas antes de su primera adopción. Esa sí que la recordaba, y su cuerpo también. Varias quemaduras ardieron con los recuerdos que podía sentir, completamente vivos, el abuso recorría su cuerpo en olas, su mente, recordó haber sido convencido de que merecía todo lo que recibía.
No era el único ahí, otros niños de distintas edades, él era el más nuevo, más joven, no sabía nada todavía. Ni cómo lidiar con lo que sucedía, no había escuchado nada más que ser adoptado era mejor que vivir en el orfanato, y estaba tan perdido y descolocado de que la realidad fuese tan distinta.
Las noches… Era tan fácil aprovecharse de un niño tan asustado y maltratado, normalmente estaba tan cansado al llegar la noche que no podía ni quejarse. Recordaba el temor de quedarse dormido, cerrar los ojos por más de un minuto, sabía que le esperaban como buitres, apenas apagaban las luces, cualquier indicio de que ya no había aguantado el agotamiento.
En esa vida no había conocido un toque cariñoso. Incluso cuando parecían serlo, cuando le manipulaban y creía en quienes prometían algo, cualquier tipo de atención positiva, de cuidado… Terminaba siendo más de lo mismo. Siempre más de lo mismo. Y por años no había podido defenderse, ni entender lo que sucedía.
¿Tres, cuatro? ¿A qué edad le habían adoptado por primera vez? No pensaba en eso demasiado, la respuesta estaba en alguna parte, si quería ponerse a buscar papeles antiguos en algún archivo oficial. Pero ¿Para qué?
Había caído, se había dormido. Otra vez, como todas las noches, había perdido, no podía despertar… Estaba tan cansado, tenía tanta hambre, y nadie le permitiría suplir esas necesidades básicas. Podía hasta escuchar a los buitres moverse. Uno le cubría con algo, pero conocía esa artimaña, había caído demasiadas veces intentando encontrar amor, alguien que le entregara algo de cariño.
“Oye.” Quizás si cerraba los ojos, si se hacía el dormido. Quizás si dejaba de respirar el suficiente tiempo tan sólo desaparecería, o perdería el conocimiento, no tendría que sufrir el abuso inminente.
Sintió la mano en su cabeza. Él nunca había conocido aquel cariño, nunca un adulto le prestó una mano para más que hacerle daño. No fue hasta que decidió salir de ese ciclo horrendo, cerca de la mayoría de edad, hasta que había enterrado al niño que había hecho lo necesario para sobrevivir, sin remordimiento, sin pensar en el resto… Sólo cuando dio vuelta su vida logró conocer un toque como ese.
En el estado en que se encontraba, el recuerdo de haber salido de ahí simplemente no llegó a él. Esa mano sólo buscaba hacerle daño. Intentaba engañarle. Cicatrices que no se podían ver ardieron con fuerza, hundió sus manos más fuerte contra sus ojos, intentó no reaccionar, hacer que quien fuera que quería aprovecharse de él esa noche pasara a alguien más.
“Oye.” Se le revolvió el estómago. Creyó que iba a vomitar. -Por favor. Sólo por hoy, déjame.- Escuchó esa plegaria en su cabeza, y su pecho se encendió en llamas. No, no aguantaba más, ni un segundo más de silencio y sumisión.
Como la primera vez que se había defendido. Los movimientos exactos, cuadro por cuadro, como si estuviese reviviendo la escena que pasaba en su cabeza, Nick se levantó de donde estaba repentinamente. Como un soldado despertando abruptamente, listo para pelear, el hombre abrió los ojos, se incorporó, rodeó el cuello de su agresor con una mano mientras atrapaba la muñeca escuálida con la otra.
Usó todo su cuerpo para impulsar a quien tenía agarrado al piso, cargándose encima, empujando tanto la mano como cabeza contra el suelo. Estaba encima, una rodilla a cada lado en un movimiento que no había tardado más de un segundo. No apretaba, sólo le estaba inmovilizando por completo.
“¡No vuelvas a tocarme, Andrew!” Había gritado lo suficientemente fuerte como para hacer retumbar el agua donde se encontraban los pinceles. En el momento, lo suficiente como para que todo el resto de los niños escuchara, que se despertaran, que supieran que ya no lo aguantaría más.
Su acento era completamente distinto a lo normal. Algo que sólo se escuchaba en los barrios más bajos de Londres, que pocos incluso reconocerían específicamente, quizás sólo por películas populares.
Los ojos esmeralda habían estado abiertos, pero cegados por fantasmas. No tenía idea de quién había agarrado, su cara estaba torcida en una mueca absolutamente desquiciada de furia, no se ajustaba en absoluto a la chica a no ser que se tomara en cuenta que realmente no sabía dónde estaba.
Al escuchar el golpe contra el suelo, parpadeó varias veces. -¿Qué carajo…- Su expresión pasó a completa confusión, luego entrecerró los ojos, observando a la chica… Le costó algo encontrarse, se notó en su cara como pasaba de un pensamiento a otro, el miedo de no entender lo que estaba pasando, como si se hubiese despertado en un lugar desconocido.
Un par de segundos después, sus ojos encontraron la sala de arte, volvieron a la chica. Soltó la muñeca, todavía pasmado, soltó el cuello… Hizo un ruido algo ahogado en su garganta, un intento de decir algo, pero todavía sentía cómo la adrenalina le quemaba las venas.
Su respiración completamente acelerada, intentó calmarla con algunos suspiros, se dejó caer hacia atrás. Una mueca de horror al finalmente caer en cuenta de lo que había hecho, enterró su cara en sus manos. “Perdóname, yo…” Murmuró, el acento desaparecido, sonaba a alguien común y corriente de Londres, su voz suave, de alguna manera sonaba agotaba.
Restregó su cara con sus manos, notando sólo en ese momento que sus mejillas estaban humedecidas. Había comenzado a llorar cuando la chica se le había acercado, todavía perdido en recuerdos. “Mierda” Maldijo en voz baja, limpiando con sus puños de manera brusca antes de sacudir la cabeza, intentando borrar el resto de la escena que había estado pasando en su mente.
“No voy a hacerte daño, solo…” Suspiró pesadamente, enseñándole sus manos en un gesto de rendición, sus orejas se habían pegado a su cabeza cuando retrocedió. “Estaba teniendo una pesadilla, supongo.” Se encogió de hombros, intentando volver a la personalidad que le gustaba, a quien era en realidad, pero no se podía sacudir del otro por completo.
Miró sus manos, abiertas frente a él, y notó cómo temblaban visiblemente. Con un esfuerzo y otra respiración lenta y deliberada, notó que el resto de su cuerpo hacía lo mismo, difícil notarlo bajo la adrenalina y dolor fantasma. Sabía que no estaba herido, casi no lograron tocarle después de la primera vez en que había respawneado. Lo sabía con la mente racional, pero esa no estaba al mando en ese momento.
“Me llamo Nick, Nicholas. Estabas tirada en el parque, te traje aquí porque no había nadie, es una locura allá afuera.” Explicó, otra vez para su beneficio y también el de la chica. Mientras más hablaba, parecía calmarse, en su voz, en el temblor de sus manos. El dolor en su espalda no desaparecía, algo en su expresión denotaba aquello. “Debo haberme quedado dormido esperando que despertaras. No sabes cuanto lo siento.” Bajó la voz hasta un murmullo en su disculpa, sus orejas tan pegadas a su cabeza que casi desaparecían en la melena café. Sus mejillas seguían algo húmedas, pero ya había dejado de llorar.
Se notaba lo mucho que se estaba esforzando en calmarse, en sólo algunos segundos había pasado de un energúmeno violento a sólo un hombre bastante afectado. Claramente era alguien con demonios y muchísimo dominio sobre ellos, empleaba herramientas de autocuidado sin siquiera tener que pensarlo, como si fueran segunda naturaleza.
Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Kelly Chambers Miér Feb 09, 2022 4:03 am
Pensamientos habían surgido mientras que su mano estaba acariciando la cabeza ajena, pasando por sus cabellos, ¿Quién era este chico desconocido? Había sido su salvador, o por lo menos eso pensaba, pero no podía agradecerle, por lo menos no de la manera usual, con palabras, eso era… cooperar, ¿No? tragó un poco de saliva, todo esta situación estaba fuera de control, los gritos se escuchaban en la lejanía, y la seguridad de los cuatro muros era efímera, en cualquier momento alguien podía destruirlos.
Era todo un caos, pero en medio del caos había encontrado a una persona acostada, que parecía estar sumergida en pesadillas, tal y como lo había hecho ella en su momento. Cerró sus ojos, pensando en que podía hacer para darle como pago por aquel servicio benévolo, y, de alguna manera, heroico.
Pensó primero en algún pañuelo, podía sacar tela de sus muñecas.
Después pensó en una clase de memento, y así las ideas comenzaron a irse, ¿Unos guantes? ¿Unos calcetines? pensaba, de todas maneras… ¿Dónde estaba su mochila? Tragó un poco de saliva al abrir sus ojos y observar alrededor, no tenía cosas importantes, por lo que podía buscarla después, debió de caerse en… en… ¿En donde? No podía recordar bien, eran lagunas en su memoria que estaban bloqueando tal recuerdo.
Pero no contó conque, en cuestión de segundos, alguien le tomara de su muñeca, provocando un grito ahogado apenas y salir por el agarro de su cuello. No tenía fuerza alguna, no podía, no era de cuerpo resistente, no tenía nada de fuerza para ello y solamente no tenía más remedio que rendirse ante el agresor.
Ahí estaba, sin decir ninguna palabra, sus ojos observando el rostro del chico a quien estaba cuidando, sus lágrimas surgieron de nuevo de sus ojos, y sollozaba en silencio, tenía miedo, estaba asustada de lo que podía pasar, pero… ¿Acaso no era un castigo? Morir ahí, pensó un momento, y aunque temblaba trato de que su rostro no mostrara alguna emoción, simplemente iba a aceptar lo que viniera.
Un grito, cerró los ojos y movió su cabeza a un lado, ¿Andrew? pensó por un momento, trató de tragar saliva pero no podía, ahí estaba, sin nada más…
De nuevo sus ojos se abrieron, apenas y podía respirar por el agarre, ese grito la sacó de sus casillas una vez más, una máscara que había construido gracias al karma se agitó, no pudo dejar salir un quejido el cual apenas podía dejar salir. Dolía demasiado, ¿Se había roto algo? ¿posiblemente un esguince?, odiaba su cuerpo, tan frágil, como si fuera de porcelana.
Sus dedos se movían, no era el dolor que se esperaba, así que llegó a la conclusión de que era un dolor pasajero, pero no evitaba que fuera incómodo; su otra mano no la movió, tan sólo espero a alguna acción del ajeno. Él también estaba marcado por su pasado, ¿Qué reacción era esa? Un militar después de regresar de una guerra, una mujer abusada físicamente por su esposo… un niño que le tocaba una paliza… En su mente figuraba el trauma, esa manera de reaccionar que había leído en sus libros, ese grito, siempre alerta.
Entre las lágrimas, los silenciosos sollozos pudo expresar una pequeña sonrisa, una que decía “Todo estaba bien”, era bastante indulgente. No podía evitar las reacciones naturales, el temblor de su cuerpo, pero sus ojos se posaron siempre en el hombre encima de ella. Era como si lo entendiera.
Tomó un bocado de aire, después tosió un poco, el dolor en su cuello estaba marcado, seguramente la mano ajena estaba ahí, marcada en su piel pálida. movió su muñeca, los dedos, dolía, pero el dolor era soportable por lo menos. Sus labios se abrieron, tratando de decir algo, pero en lugar de eso hizo una mueca de dolor.
Se quedó acostada, respirando agitadamente, temblando mientras que con su mano sana limpiaba sus lágrimas. Respiró profundamente, inhaló, exhaló… Negó suavemente con su cabeza ante la disculpa, quería decir algo, pero aún podía sentir ese agarre.
Escuchó lo demás mientras reposaba, respirando lentamente, clamando sus pensamientos, sus emociones, tratando de recuperar esa máscara recién hecha “Se fuerte Kelly” se dijo una vez más en su mente. Lentamente hizo el intento de levantarse, apoyándose más en su mano sana que la otra, sentía que con sólo apoyarla le causaba un pequeño dolor agudo. Tragó un poco de saliva, ahí estaba el moreno enfrente de él, presentándose. Asintió con la cabeza, estando de acuerdo con la locura que había en el exterior.
Se quedó ahí, sentada, y después se acomodó un poco para estar sentada sobre sus rodillas, negó de nuevo ante su disculpa, y tan sólo posó su mano a la cabeza del sujeto, entre las orejas de gato y sólo acarició sus cabellos, lento, suave, cariñoso.
-No hay… porque pedir perdón Nick- susurraba, lentamente recuperando el habla, aún le dolía -Fue mi culpa… por no ser más… cuidadosa- respiró profundamente, y con su mano herida tapó su boca, evitando que esa tos llegara a incomodar. Dejó la cabeza ajena y sacó un pañuelo de uno de los bolsillos que tenía el mandil por la parte de adentro, y se lo pasó al hombre.
-Como… pago por salvarme- dijo, finalmente, esa decisión tomó para pagar por lo menos una parte de su acción bondadosa -Me llamó Kelly… Chambers, es un placer conocerte- dijo, con una pequeña sonrisa, aún con sus mejillas humedecidas, aún con alguna lágrima que se escapaba, pero más calmada. ella había visto esos rastros en el ajeno, pequeños caminos. Tragó un poco de saliva, de nuevo, más relajada, sus manos descansando en su regazo y sus ojos observaron al ajeno, con una pequeña sonrisa en su rostro que se mantenía, no iba a dejar de sonreír.
-Tuvo que haber sido una muy mala pesadilla, pero ya esta bien- dijo mientras se levantaba, tambaleándose un poco, no había sentido el dolor que tenía en su cabeza y espalda hasta ese momento, el golpe fue tan seco. Respiró profundamente, estaba adolorida, pero eso no evitó que caminara hasta esa sábana provisional, compuesta por varios delantales y lo dejó en los hombros del ajeno. Otro pago por su generosidad -Estás en la realidad... o por lo menos eso creo, con... el caos allá afuera es imposible saber- comentó, posando un dedo en su labio inferior, pensando un poco antes de concentrarse en el presente, en él y el lugar donde escogió refugiarse.
-Uhm… la sala de arte, creo que aquí… es seguro por hoy- dijo, caminando un poco, movió la cabeza a un lado y después del otro, dolía, pero se sentía… segura, viva, evitaba que pensamientos malignos invadieran su mente, era bueno tener algo más en la cabeza por el momento, y parecía ser que tendría buena compañía.
agarró dos butacas y las arrastró suavemente por el suelo, mostraba claramente que la chica no era para nada fuerte, pero hizo lo que pudo para poner una a un lado del chico, y la otra enfrente -Si no es… molestia preguntar, ¿Cómo te sientes?- preguntó, un poco preocupada, la máscara se estaba reforzando cada segundo, y aunque le tenía miedo al ajeno, no era su culpa.
Todos viven con sus demonios, y ella sentía que tenía toda una legión en su espalda.
Era todo un caos, pero en medio del caos había encontrado a una persona acostada, que parecía estar sumergida en pesadillas, tal y como lo había hecho ella en su momento. Cerró sus ojos, pensando en que podía hacer para darle como pago por aquel servicio benévolo, y, de alguna manera, heroico.
Pensó primero en algún pañuelo, podía sacar tela de sus muñecas.
Después pensó en una clase de memento, y así las ideas comenzaron a irse, ¿Unos guantes? ¿Unos calcetines? pensaba, de todas maneras… ¿Dónde estaba su mochila? Tragó un poco de saliva al abrir sus ojos y observar alrededor, no tenía cosas importantes, por lo que podía buscarla después, debió de caerse en… en… ¿En donde? No podía recordar bien, eran lagunas en su memoria que estaban bloqueando tal recuerdo.
Pero no contó conque, en cuestión de segundos, alguien le tomara de su muñeca, provocando un grito ahogado apenas y salir por el agarro de su cuello. No tenía fuerza alguna, no podía, no era de cuerpo resistente, no tenía nada de fuerza para ello y solamente no tenía más remedio que rendirse ante el agresor.
Ahí estaba, sin decir ninguna palabra, sus ojos observando el rostro del chico a quien estaba cuidando, sus lágrimas surgieron de nuevo de sus ojos, y sollozaba en silencio, tenía miedo, estaba asustada de lo que podía pasar, pero… ¿Acaso no era un castigo? Morir ahí, pensó un momento, y aunque temblaba trato de que su rostro no mostrara alguna emoción, simplemente iba a aceptar lo que viniera.
Un grito, cerró los ojos y movió su cabeza a un lado, ¿Andrew? pensó por un momento, trató de tragar saliva pero no podía, ahí estaba, sin nada más…
De nuevo sus ojos se abrieron, apenas y podía respirar por el agarre, ese grito la sacó de sus casillas una vez más, una máscara que había construido gracias al karma se agitó, no pudo dejar salir un quejido el cual apenas podía dejar salir. Dolía demasiado, ¿Se había roto algo? ¿posiblemente un esguince?, odiaba su cuerpo, tan frágil, como si fuera de porcelana.
Sus dedos se movían, no era el dolor que se esperaba, así que llegó a la conclusión de que era un dolor pasajero, pero no evitaba que fuera incómodo; su otra mano no la movió, tan sólo espero a alguna acción del ajeno. Él también estaba marcado por su pasado, ¿Qué reacción era esa? Un militar después de regresar de una guerra, una mujer abusada físicamente por su esposo… un niño que le tocaba una paliza… En su mente figuraba el trauma, esa manera de reaccionar que había leído en sus libros, ese grito, siempre alerta.
Entre las lágrimas, los silenciosos sollozos pudo expresar una pequeña sonrisa, una que decía “Todo estaba bien”, era bastante indulgente. No podía evitar las reacciones naturales, el temblor de su cuerpo, pero sus ojos se posaron siempre en el hombre encima de ella. Era como si lo entendiera.
Tomó un bocado de aire, después tosió un poco, el dolor en su cuello estaba marcado, seguramente la mano ajena estaba ahí, marcada en su piel pálida. movió su muñeca, los dedos, dolía, pero el dolor era soportable por lo menos. Sus labios se abrieron, tratando de decir algo, pero en lugar de eso hizo una mueca de dolor.
Se quedó acostada, respirando agitadamente, temblando mientras que con su mano sana limpiaba sus lágrimas. Respiró profundamente, inhaló, exhaló… Negó suavemente con su cabeza ante la disculpa, quería decir algo, pero aún podía sentir ese agarre.
Escuchó lo demás mientras reposaba, respirando lentamente, clamando sus pensamientos, sus emociones, tratando de recuperar esa máscara recién hecha “Se fuerte Kelly” se dijo una vez más en su mente. Lentamente hizo el intento de levantarse, apoyándose más en su mano sana que la otra, sentía que con sólo apoyarla le causaba un pequeño dolor agudo. Tragó un poco de saliva, ahí estaba el moreno enfrente de él, presentándose. Asintió con la cabeza, estando de acuerdo con la locura que había en el exterior.
Se quedó ahí, sentada, y después se acomodó un poco para estar sentada sobre sus rodillas, negó de nuevo ante su disculpa, y tan sólo posó su mano a la cabeza del sujeto, entre las orejas de gato y sólo acarició sus cabellos, lento, suave, cariñoso.
-No hay… porque pedir perdón Nick- susurraba, lentamente recuperando el habla, aún le dolía -Fue mi culpa… por no ser más… cuidadosa- respiró profundamente, y con su mano herida tapó su boca, evitando que esa tos llegara a incomodar. Dejó la cabeza ajena y sacó un pañuelo de uno de los bolsillos que tenía el mandil por la parte de adentro, y se lo pasó al hombre.
-Como… pago por salvarme- dijo, finalmente, esa decisión tomó para pagar por lo menos una parte de su acción bondadosa -Me llamó Kelly… Chambers, es un placer conocerte- dijo, con una pequeña sonrisa, aún con sus mejillas humedecidas, aún con alguna lágrima que se escapaba, pero más calmada. ella había visto esos rastros en el ajeno, pequeños caminos. Tragó un poco de saliva, de nuevo, más relajada, sus manos descansando en su regazo y sus ojos observaron al ajeno, con una pequeña sonrisa en su rostro que se mantenía, no iba a dejar de sonreír.
-Tuvo que haber sido una muy mala pesadilla, pero ya esta bien- dijo mientras se levantaba, tambaleándose un poco, no había sentido el dolor que tenía en su cabeza y espalda hasta ese momento, el golpe fue tan seco. Respiró profundamente, estaba adolorida, pero eso no evitó que caminara hasta esa sábana provisional, compuesta por varios delantales y lo dejó en los hombros del ajeno. Otro pago por su generosidad -Estás en la realidad... o por lo menos eso creo, con... el caos allá afuera es imposible saber- comentó, posando un dedo en su labio inferior, pensando un poco antes de concentrarse en el presente, en él y el lugar donde escogió refugiarse.
-Uhm… la sala de arte, creo que aquí… es seguro por hoy- dijo, caminando un poco, movió la cabeza a un lado y después del otro, dolía, pero se sentía… segura, viva, evitaba que pensamientos malignos invadieran su mente, era bueno tener algo más en la cabeza por el momento, y parecía ser que tendría buena compañía.
agarró dos butacas y las arrastró suavemente por el suelo, mostraba claramente que la chica no era para nada fuerte, pero hizo lo que pudo para poner una a un lado del chico, y la otra enfrente -Si no es… molestia preguntar, ¿Cómo te sientes?- preguntó, un poco preocupada, la máscara se estaba reforzando cada segundo, y aunque le tenía miedo al ajeno, no era su culpa.
Todos viven con sus demonios, y ella sentía que tenía toda una legión en su espalda.
Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Nicholas Taylor Allen Miér Mar 16, 2022 1:55 am
Does it almost feel like nothing's changed at all?
Don't be paralyzed, move on…
Le descolocó un poco la expresión de la chica. Era joven ¿No? Se veía pequeña, frágil, recordaba que casi no pesaba nada, y aún así después del susto inicial le miraba con una sonrisa. No había ni intentado zafarse ni pelear, quizás porque él definitivamente tenía todas las de hacerle más daño, en especial cuando gritaba como desquiciado.
Mientras más se calmaba, mejor lograba pensar, como si de a poco estuviese desbloqueando el resto de su cerebro idiota que había decidido sólo concentrarse en sobrevivir contra un enemigo inexistente. Observó a la chica moverse un poco, no veía su cara ahora que había retrocedido un poco. Tosía, respiraba aceleradamente, seguro le había dado el susto de su vida.
Aún así siguió hablando y disculpándose, hasta que al parecer la niña se había recuperado lo suficiente como para levantarse. Quiso ayudarla, hizo ademán de hacerlo, pero luego se detuvo, quedándose donde estaba para no espantarla aún más. En vez, la observó con una mirada calmada, algo arrepentida. Realmente no se esperó que tan sólo estirara la mano para acariciar su cabeza.
Se dejó, más por no saber qué otra cosa hacer. Había dejado de llorar, pero ante ese gesto tuvo que parpadear rápido, bajó las manos para apoyarlas en sus muslos, hundiendo las yemas de sus dedos contra ellos. Normalmente no era problema, normalmente Nick podía ser normal, no largarse a llorar por algo tan simple como el más mínimo contacto físico cariñoso. Pero en ese momento fantasmas ya capturados y echados en la unidad de contenimiento estaban por todas partes, confundiéndole.
“Si alguien te hace daño, por más que creas que lo merezcas, es culpa de quién eligió la violencia.” Discutió con suavidad, sin aceptar que no tomara su disculpa, siempre había alternativas. Su voz temblaba más de lo que le gustaría, pero el cariño le afectaba demasiado. No duró demasiado, agradeció un poco eso, que mucho más y estaba seguro que sería reducido a un niño pequeño.
Notó que sacaba un pañuelo de un bolsillo, lo recibió con una mirada algo confundida. “¿Pago?” Ladeó la cabeza, recibiéndolo automáticamente. “Un placer, hubiese preferido mejores condiciones…” Murmuró, indicando a su alrededor en un ligero reproche contra él mismo y la situación. Ya no lo pensó demasiado y se inclinó hacia adelante, limpiando las mejillas y lágrimas de la chica en un movimiento completamente distinto al último, demostrando que era mucho más que sólo un hombre traumado y violento.
La sonrisa no se ajustaba a la situación, estaba fuera de lugar. Le recordaba a un juego donde todos sonreían sin importar qué debido a una droga. -Sobreadaptada.- Diagnosticó sin pensarlo en algún lugar de su cabeza, no solía hacerlo nunca y casi no le prestó atención.
Asintió sin agregar mucho, no tenía ganas de revivirla más de lo necesario. Ya estaba bien, sí, despierto, de a poco temblaba menos. De a poco retomaba el control. Kelly se movió, la siguió con la mirada, había estado bastante seguro de que no estaba herida cuando la recogió, pero nada le aseguraba que no hubiesen heridas internas. Ahora ya podía descartar eso, aunque sí se movía un poco raro. Sacudió la cabeza, patearse en el piso de culpa no ayudaría a nadie.
No tenía frío, pero se quedó bajo la manta, más por curiosidad. No la había observado detenidamente hasta ese momento, donde notó que eran los mismos delantales con que la había cubierto, pero estaban unidos con algún tipo de hilo. Recordó dónde estaban, razas, habilidades. “Realidad suena tan extraño, considerando todo esto…” Hizo ademán de indicar todo, el mundo, la gente, las razas, lo que había cambiado en un abrir y cerrar de ojos.
“Huh, sala de arte.” Murmuró, mirando a su alrededor. Tenía sentido, claramente. No solía mirar el mundo por los ojos de quien había sido en el pasado, pero le sonaba en ese momento tan innecesario, un gasto tan estúpido de recursos… Recordó en pedazos algunos meses donde había asistido a escuelas que no tenían ni siquiera suficientes mesas para todos los estudiantes, y aquí…
Restregó su cara con sus manos, guardando el pañuelo en el bolsillo de su pantalón, acallando esa voz gruñona y resentida que no tenía cabida ya en su vida. La chica movía butacas como si estuviese hecha de papel, se incorporó para ayudarla el resto del camino, demasiado distraído como para moverlas junto con ella desde el principio.
No le molestaba estar en el suelo, en absoluto, tanto costumbre como comodidad, pero se sentó en el asiento que la chica había arrastrado de cualquier manera. La observó con más atención, esa sonrisa forzada con mondadientes, escuchó la pregunta y sintió que su corazón se apretaba un poco. “No es molestia.” No tenía sentido mentirle ni hacerse el idiota.
“Disperso.” Murmuró, abriendo y cerrando sus puños despacio, desviando la mirada para mirar por la ventana. “Todo esto es pasado, y pisado, enterrado, hace años que no se asomaba ni molestaba.” Aún con el esfuerzo de mover sus manos, no dejaban de temblar. No eran memorias ni vivencias ignoradas y reprimidas, les había dado la importancia necesaria, y luego seguido con su vida.
“Entré a este lugar como yo normal, tranquilo, pedazo enorme de imbécil que creyó que esto era una con de ñoños…” En un gesto completamente olvidado, recorrió las cicatrices de sus brazos con las yemas de sus dedos, una por una. No necesitaba mirarlas, sabía dónde estaban, las sentía sin problemas. Más, en todo su cuerpo, de a poco recorrió, pasando de sus brazos a sus hombros, donde ya no se veían bajo la tela.
“Supongo que ahora que ya no me siento seguro, esa parte dura y violenta que me mantuvo vivo tanto tiempo tiene ganas de salir a jugar.” Murmuró amargamente, claramente no estaba de acuerdo, él no lo había llamado nunca, él no recurría a la violencia desde que simplemente había decidido no hacerlo más. Se notaba en cómo hablaba de sí mismo que realmente se conocía a sí mismo, sus heridas, sus falencias, tan rápido como generó un conflicto en sí mismo ya podía entenderlo.
“Es alguien que ya no soy, pero supongo que al gatillarse, vino con bombos y platillos.” No podía tocar la cicatriz en forma de estrella que se encontraba en su espalda. Todavía ardía, no como cuando se la había ganado, pero como si alguien le hubiese hecho daño encima de ella. Estaba intentando convencerse de que no era posible, pero su cabeza tenía otras ideas.
Quiso prometer que no volvería a hacerle daño así, pero por mucho que estuviese intentando, en ese momento no tenía idea alguna de lo que haría si volvía a quedarse dormido. Jugando sin pensarlo, como lo hacía cuando niño, dejó un dedo sobre cada cicatriz pequeña, oscura y perfectamente redonda. Mientras respondía hacía inventario de su estado mental, extremadamente útil, parecía bastante más calmado que hace unos minutos.
Alzó la mirada de donde estaba, en algún lugar del piso, y observó a la chica. “¿Te molesta si te pregunto por qué sonríes?” No sonaba molesto, como si sintiera que la sonrisa no fuese genuina. No sonaba cruel, o como si creyera que la sonrisa no pertenecía ahí en ese momento. Era tan sólo curiosidad, quizás, un tono suave y ameno que invitaba a responder con honestidad.
“Está bien no estar bien. Si hay un momento en toda tu vida donde has tenido todo el derecho de largarte a llorar y sentir miedo, es este. No me conoces, no tienes que hacerte la valiente conmigo.” Era más una invitación, algo práctico. Dudaba profundamente que estuviese tan bien como se intentaba mostrar. La otra posibilidad era que se estuviese obligando, porque de otro modo no sería capaz de volver a estar bien nunca, pero lo dudaba.
Había dejado sus cicatrices, apoyado su codo en su muslo y su cabeza sobre su puño. Su tono era amigable, tan sólo estaba tratando de ayudar. La última opción le dolía de pensar, pero seguía siendo una posibilidad. “O, si prefieres, puedo salir por la puerta y dejarte tranquila sin problemas. Mi misión era sacarte de una situación peligrosa, de todos modos, no hacerte sentir que estás en una.” Terminó, dedicándole ahora una sonrisa, guiñando un ojo en complicidad, como si fuese él y ella hablando acerca de la parte desagradable en secreto, sin que se diera cuenta. Había una cantidad enorme de humor en ese gesto, aligerando lo que había dicho en parte.
Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Kelly Chambers Vie Mar 18, 2022 8:44 pm
“Eres fuerte Kelly”
Ese era su pensamiento, aquel que la convencía de no andar llorando como una desquiciada, que en ese momento se sentía pesada, pero lentamente aquel sentimiento se levantaba de sus hombros, que el peso el cual cargaba se aliviaba, aunque sea por una mentira… Era la forma más fácil de hacerlo.
Una mentira.
Nunca había sido fuerte, ni en corazón, ni en cuerpo, menos en mente. Solamente era una chica que no podía soportar la culpa que en su mente se formaba, que su tristeza podría ser desatada con tan simples recuerdos de su familia, que su miedo podía dominarla y provocar que no pudiera hacer algo. Era algo bastante complejo, ¿Entonces cómo estaba ahí, sin perder la expresión de su rostro? Todo gracias a una mentira.
La chica pelinegra pensó unos momentos las palabras del hombre, asintiendo con la cabeza con su pequeña sonrisa -Tienes razón- dijo, cerrando los ojos y respirando profundamente -Pero de igual manera, podría haber sido más cuidadosa- hablaba, no con fuerza, no con ansias de discutir, simplemente era su forma de ser, de que ella se disculpara sin haber tenido la culpa. Movió su muñeca, sintiendo como le había sujetado, como estaba preparada para lo que viniera en ese momento. Hace tiempo que se había hecho la idea de que debía de pagar por lo que había hecho. ¿Es una culpa no fundamentada? Posiblemente, pero Kelly no lo veía de esa manera, no podía quitarse la venda que bloqueaba la verdad de los hechos.
No pudo evitar ponerse nerviosa ante la cercanía del ajeno, en dejarse limpiar las lágrimas de sus mejillas, los rastros que aún tenía. No era brusco, sino amable, cariñoso, un pasado violento no hace a la persona del presente al parecer. -Gracias- dijo después de esa limpieza, y se dedicó a buscar asientos más cómodos para los dos.
-Es más como si el infierno se hubiera desatado- mencionó por lo bajo de su aliento, su corazón se detuvo por un momento, después un fuerte suspiro, negando con la cabeza, esta era la nueva realidad que al parecer todos estaban viviendo, ¿Era justo? Para nada, nada de las reglas, nada de el estado actual era justo, pero por el momento, en medio del caos no podía hacer nada al respecto, simplemente era esperar a que todo pasara. A que finalmente llegara el final de las peleas y asesinatos para así comenzar a organizarse, ¿Qué iba a hacer? pensó por unos momentos, las razas, las reglas, era completamente obvio que les estaban obligando a dividirse, romper amistades y crear nuevas para la supervivencia.
Asintió con la cabeza, de nuevo, entiendo más o menos a lo que se refería, o por lo menos eso intentaba. El conocimiento que le habían dado los libros no se comparaban a la cruda realidad, y aunque su imaginación era poderosa, no se comparaban al dolor que había sentido, ni a la desesperación de las primeras horas.
Una parte de él…
Pensó por un momento, ¿Qué pasaría si tuviera la fuerza para defenderse? ¿Si fuera violenta como él lo había mostrado? una Kelly diferente, sin remordimientos, tal vez una Kelly que desearía ser en este momento, pero no podía serlo, no fuera de su mente. Tenía que conformarse.
De alguna manera no se sentía mal por ello, estaba aceptando lo que era. Se estaba engañando en lo que no era.
La pregunta la tomó por sorpresa, quien quiso responder instantáneamente, pero simplemente se quedó en silencio, escuchando las palabras del hombre, que sangraban de sabiduría. Miró por un momento la ventana, dos segundos… tres segundos después su mirada se dirigió a él, con una sonrisa un poco más amplia, pero a la vez que demostraba cierta tristeza encerrada en su corazón, y simplemente negó con la cabeza.
-No te preocupes por ello- dijo finalmente -No es necesario- pensaba por un momento antes de dedicarle las siguientes palabras, dejando salir un pequeño suspiro, tomando finalmente asiento enfrente de él, relajando sus brazos sobre sus piernas, entrelazando sus propios dedos y apretaba con fuerza.
-He…- miró a un lado, al suelo, cerró sus ojos y respiró profundamente, no era fácil, para nada platicar con alguien, ni menos decirle algo personal de ella, pero quería convertirse en algo diferente, por lo menos tener un corazón más fuerte, una mente más saludable, y el primer paso que debía de dar era este.
Sin importar de que lo que le impulsará a esta decisión fuera un engaño que lentamente se convertía en verdad.
-He llorado bastante, y vivido con miedo casi… toda mi vida- sus palabras se resbalaban con un poco de miedo, de duda, pero finalmente esa era la verdad que tenía en su interior, una cruda y amarga verdad.
-No lo hago porque… estás aquí, lo hago por mi…- respondió, mirando ahora los ojos ajenos, decidida por lo que estaba haciendo -necesito ser fuerte… sé que esto va de mal en peor… N-no puedo ser d-débil como antes- alivio salió por sus labios, era una dura decisión, pero estaba dispuesta a tomarlo, era encerrar esos sentimientos a un lado, mantener una sonrisa, a aprender a mantenerla hasta que todo estuviera bien…
No sabía cuando iba a pasar eso.
-Sólo… necesito un p-poco de tiempo p-para acostumbrarme, es todo, d-disculpa si molesta mi sonrisa- tragó un poco de saliva antes de poder seguir con esta conversación.
-C-Creo que fue un mal momento… para asistir a un festival, ¿no lo crees?- mencionó, tratando de aliviar el ambiente -yo tuve que venir… aunque no quisiera, iba a buscar a una amiga p-para entregarle unos libros, pero… pasó todo esto- Pensó por un momento, extrañamente, estando lejos de casa, se sentía tranquila, y aunque todo el mal estuviera pasando a las afueras de este salón, sabía que una vez que se calmara podría ver el escenario en paz.
-Qué extraño… destino nos ha tocado-
Ese era su pensamiento, aquel que la convencía de no andar llorando como una desquiciada, que en ese momento se sentía pesada, pero lentamente aquel sentimiento se levantaba de sus hombros, que el peso el cual cargaba se aliviaba, aunque sea por una mentira… Era la forma más fácil de hacerlo.
Una mentira.
Nunca había sido fuerte, ni en corazón, ni en cuerpo, menos en mente. Solamente era una chica que no podía soportar la culpa que en su mente se formaba, que su tristeza podría ser desatada con tan simples recuerdos de su familia, que su miedo podía dominarla y provocar que no pudiera hacer algo. Era algo bastante complejo, ¿Entonces cómo estaba ahí, sin perder la expresión de su rostro? Todo gracias a una mentira.
La chica pelinegra pensó unos momentos las palabras del hombre, asintiendo con la cabeza con su pequeña sonrisa -Tienes razón- dijo, cerrando los ojos y respirando profundamente -Pero de igual manera, podría haber sido más cuidadosa- hablaba, no con fuerza, no con ansias de discutir, simplemente era su forma de ser, de que ella se disculpara sin haber tenido la culpa. Movió su muñeca, sintiendo como le había sujetado, como estaba preparada para lo que viniera en ese momento. Hace tiempo que se había hecho la idea de que debía de pagar por lo que había hecho. ¿Es una culpa no fundamentada? Posiblemente, pero Kelly no lo veía de esa manera, no podía quitarse la venda que bloqueaba la verdad de los hechos.
No pudo evitar ponerse nerviosa ante la cercanía del ajeno, en dejarse limpiar las lágrimas de sus mejillas, los rastros que aún tenía. No era brusco, sino amable, cariñoso, un pasado violento no hace a la persona del presente al parecer. -Gracias- dijo después de esa limpieza, y se dedicó a buscar asientos más cómodos para los dos.
-Es más como si el infierno se hubiera desatado- mencionó por lo bajo de su aliento, su corazón se detuvo por un momento, después un fuerte suspiro, negando con la cabeza, esta era la nueva realidad que al parecer todos estaban viviendo, ¿Era justo? Para nada, nada de las reglas, nada de el estado actual era justo, pero por el momento, en medio del caos no podía hacer nada al respecto, simplemente era esperar a que todo pasara. A que finalmente llegara el final de las peleas y asesinatos para así comenzar a organizarse, ¿Qué iba a hacer? pensó por unos momentos, las razas, las reglas, era completamente obvio que les estaban obligando a dividirse, romper amistades y crear nuevas para la supervivencia.
Asintió con la cabeza, de nuevo, entiendo más o menos a lo que se refería, o por lo menos eso intentaba. El conocimiento que le habían dado los libros no se comparaban a la cruda realidad, y aunque su imaginación era poderosa, no se comparaban al dolor que había sentido, ni a la desesperación de las primeras horas.
Una parte de él…
Pensó por un momento, ¿Qué pasaría si tuviera la fuerza para defenderse? ¿Si fuera violenta como él lo había mostrado? una Kelly diferente, sin remordimientos, tal vez una Kelly que desearía ser en este momento, pero no podía serlo, no fuera de su mente. Tenía que conformarse.
De alguna manera no se sentía mal por ello, estaba aceptando lo que era. Se estaba engañando en lo que no era.
La pregunta la tomó por sorpresa, quien quiso responder instantáneamente, pero simplemente se quedó en silencio, escuchando las palabras del hombre, que sangraban de sabiduría. Miró por un momento la ventana, dos segundos… tres segundos después su mirada se dirigió a él, con una sonrisa un poco más amplia, pero a la vez que demostraba cierta tristeza encerrada en su corazón, y simplemente negó con la cabeza.
-No te preocupes por ello- dijo finalmente -No es necesario- pensaba por un momento antes de dedicarle las siguientes palabras, dejando salir un pequeño suspiro, tomando finalmente asiento enfrente de él, relajando sus brazos sobre sus piernas, entrelazando sus propios dedos y apretaba con fuerza.
-He…- miró a un lado, al suelo, cerró sus ojos y respiró profundamente, no era fácil, para nada platicar con alguien, ni menos decirle algo personal de ella, pero quería convertirse en algo diferente, por lo menos tener un corazón más fuerte, una mente más saludable, y el primer paso que debía de dar era este.
Sin importar de que lo que le impulsará a esta decisión fuera un engaño que lentamente se convertía en verdad.
-He llorado bastante, y vivido con miedo casi… toda mi vida- sus palabras se resbalaban con un poco de miedo, de duda, pero finalmente esa era la verdad que tenía en su interior, una cruda y amarga verdad.
-No lo hago porque… estás aquí, lo hago por mi…- respondió, mirando ahora los ojos ajenos, decidida por lo que estaba haciendo -necesito ser fuerte… sé que esto va de mal en peor… N-no puedo ser d-débil como antes- alivio salió por sus labios, era una dura decisión, pero estaba dispuesta a tomarlo, era encerrar esos sentimientos a un lado, mantener una sonrisa, a aprender a mantenerla hasta que todo estuviera bien…
No sabía cuando iba a pasar eso.
-Sólo… necesito un p-poco de tiempo p-para acostumbrarme, es todo, d-disculpa si molesta mi sonrisa- tragó un poco de saliva antes de poder seguir con esta conversación.
-C-Creo que fue un mal momento… para asistir a un festival, ¿no lo crees?- mencionó, tratando de aliviar el ambiente -yo tuve que venir… aunque no quisiera, iba a buscar a una amiga p-para entregarle unos libros, pero… pasó todo esto- Pensó por un momento, extrañamente, estando lejos de casa, se sentía tranquila, y aunque todo el mal estuviera pasando a las afueras de este salón, sabía que una vez que se calmara podría ver el escenario en paz.
-Qué extraño… destino nos ha tocado-
Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Nicholas Taylor Allen Lun Abr 04, 2022 2:46 am
Does it almost feel like nothing's changed at all?
Don't be paralyzed, move on…
La chica no accedió a que Nick tomara toda la responsabilidad, pero no presionó más al respecto, al fin de cuentas estaba hecho y no importaba lo que dijera, o quien se echara la culpa. La vio mover su muñeca y mordió su lengua. ¿Tan fuerte la había agarrado? Quiso patearse en el suelo, él no era así, ya no era esa persona, había estado seguro de ello… Por lo menos hasta ese día.
Quizás no tenía que culparse demasiado. Asintió, sí un infierno desatado era una buena manera de describirlo. Responder su pregunta ayudó algo a reorganizar su cabeza. Encontrar razones, seguir el síntoma hasta la enfermedad y trabajar desde ahí, siempre había preferido aquello cuando se trataba de sus terapias, en vez de correr por todas partes apagando incendios interminables.
Desde lo que él había dicho… Había un solo camino a tomar ¿No? No tenía idea dónde había quedado tirada la caja interna donde había embutido al chico rabioso y violento, pero quedaba encontrarla y volver a desterrarlo de su consciencia. En un pasado mucho más incierto y aterrador la decisión no se le había hecho difícil, esta vez no lo sería tampoco.
Pero primero lo primero, Nick solía ponerle la mascarilla de oxígeno al resto antes que él, quizás de las pocas cosas rebeldes que le quedaban en su vida aburrida. Terminó de nombrar la última opción, de dejarla en paz, con aquella sonrisa que denotaba humor y algo de jugueteo detrás de la honestidad, era cosa de decirle y se largaría por la puerta.
La sonrisa de la chica sólo se había hecho más grande al final, le pareció quizás la reacción más extraña que podía imaginarse, por lo menos hasta que lo miró. Ahí estaba, algo pesado, tristeza detrás del gesto. No debería haberle aliviado algo como eso, pero lo hizo, que hacerse los locos en ese momento sólo terminaría haciendo más daño.
Se preparó a escuchar como sólo Nicholas Taylor Allen podía hacerlo. De aquella manera que traía tanta calma, tantas ganas de seguir hablando, que hacía sentir a la gente escuchada y vista. Se incorporó sobre el asiento, enderezando la espalda, sus brazos tomando el borde de la butaca detrás de él. Asintió ante las primeras palabras, un “Mmhm” Bajito e involuntario salió por su nariz, una señal de que estaba escuchando atentamente.
No le hizo el quite a la mirada, él personalmente no había dejado de mirarla a los ojos en un par de minutos, sólo una buena costumbre que tenía. Frente a él, con esas palabras, la chica estaba tomando una decisión que nada tenía que ver con él. Otro sonido de atención escapó de su nariz, era algo extraño, aquí estaba ella peleando por ser fuerte, y ahí estaba él, intentando desterrar al ser más fuerte y resiliente que conocía.
“Creo que esto es sólo el comienzo, y que va para largo, así que tienes bastante tiempo para acostumbrarte. Y no me molesta tu sonrisa.” No iba a presionarla ni decirle que ser débil requería muchísimo más esfuerzo y, en su consideración, coraje que ser fuerte. No en ese momento, sabiendo que para llegar a esa conclusión el había ido y venido en ese camino, y que no era la situación correcta como para hacer ese trabajo psicológico con ella.
Lo que fuera que le ayudara a sobrevivir, era lo que tenía que hacer, y no había nadie más en el mundo que pudiese decidir lo que era eso que ella misma. Recordaba exactamente el momento en que había tomado la decisión de dejar de ser débil, había sido muchísimo más abrupta y violenta, como si se hubiese arrancado del pecho absolutamente toda la inocencia que un niño de seis años podía tener.
Soltó una carcajada ante el comentario del festival, sin darse cuenta volviendo a su forma humana, quizás gracias al relajo que sintió, por muy temporal que fuese. Sólo lo notó porque el cabello largo ya no le molestaba. “Pésima idea, quizás la peor que he tenido en toda mi vida, y déjame decirte que he tenido más que la mayoría.” Acordó con una sonrisa boba que llegaba a arrugar sus ojos, ahora detrás de un par de anteojos, indicando en general las cicatrices de su brazo.
Ladeó la cabeza, algo extrañado por la idea de que había tenido que asistir. Realmente habían quizás una infinidad de razones, pero considerando el resultado, cualquier cosa fuera de lo común podía o no ser una pista. Sólo duró un instante, hasta que Kelly terminó su frase, no había nada raro en devolver libros. “Seguro deseas haberle entregado los libros ayer, o mañana ¿Eh?” Preguntó antes de suspirar. Y sentir… Olores, de afuera, olores que estaban lejos.
-Pero si estoy en mi cuerpo humano…- Extraño. Demasiado extraño, pero ahora que lo pensaba sí había visto algo que parecía un humano normal echando fuego por las manos. En el momento asumió que se había perdido una cola o algo por el estilo, pero quizás había mucha más mezcolanza de cosas de lo que se imaginaba. Curioso.
“Yo también decidí en algún momento no ser débil nunca más. Quizás tenemos maneras distintas de entender lo que es eso, yo no le volví a sonreír a nadie… Pero si realmente es lo que quieres, puedo ayudarte. ¿Qué tipo de fuerte quieres ser? ¿De las que no lloran cuando ven sangre o sienten miedo? ¿Que prefieren golpear primero y pensar y sentir después? ¿Que parece ser una roca que no se tumba contra las olas?” En realidad el conteo podía ser eterno, “ser fuerte” era algo demasiado ambiguo, pero esperaba que con sólo esas sugerencias pudiese ayudar a la chica a refinar su definición un poco.
De alguna manera, aunque había cambiado el tema, su tono parecía estar atascado en el intercambio anterior, logrando así que el ambiente no volviera a tensarse. Una manera extraña de ofrecer ayuda tan importante con una sonrisa boba y un tono amigable, pero casi siempre daba buenos resultados.
Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Kelly Chambers Vie Abr 08, 2022 8:53 pm
La mirada y el pensar de ese hombre hacía que Kelly se mantuviera un poco nerviosa, no podía negarlo, ¿Por qué? Era algo extraño realmente, como si estuviera hablando no solamente con la persona que estaba enfrente de él, y sus palabras eran seguras, no había presión ni nada por el estilo, por lo contrario, encontraba alivio, como si le pudiera entender.
¿Quién era realmente esta persona?
Pensó por un momento mientras lo observaba, asintiendo con la cabeza, la sonrisa estaba bien, ella estaba… no… claramente no estaba bien, simplemente lo estaba soportando a su manera. Un largo camino, un largo tiempo para acostumbrarse a los horrores que hoy había presenciado, o por lo menos aquellos en los cuales su mente estaba consciente.
Recordó por un momento los bloqueos en su memoria, ¿Qué habían sido? tembló un poco, llenando su mente con miedos, ¿Qué fue lo que realmente había pasado? De un momento a otro no sabía dónde estaba, no sabía que estaba haciendo, simplemente despertaba en diferentes lugares en diferentes estados del día hasta que se encontró con su salvador y fue rescatada, ¿Había muerto? ¿Había sido golpeada? ¿Había…? ese último pensamiento negó suavemente con la cabeza, era un fuerte debate para algo que no podía hacer conexiones por el momento.
Sonrió de una manera… más honesta en respuesta a la risa ajena, asintiendo con la cabeza ante sus palabras, relajada, observando la forma humana del ajeno, era alguien… atractivo, con una apariencia llamativa, tragó un poco de saliva, desviando un poco la mirada, primero un moreno con orejas de gato, después un hombre de aspecto punk, la constante eran solamente las cicatrices que marcaban a lo largo de su cuerpo.
-Si… pero a la vez, si no estuviera aquí, entonces no sabría qué horrores se enfrentaría mi amiga… y-yo…- susurró, mordiendo su labio inferior con fuerza antes de poder pronunciar las siguientes palabras -y-yo quiero… estar aquí p-para ayudarla s-si es que la puedo encontrar… c-creo que es mejor esperar por ahora- susurró finalmente, tragando un poco de saliva, respirando profundamente, ¿Cómo estará ella? ¿Estará bien? ¿Dónde estará Astrid? esperaba que estuviera en un lugar seguro, fuera de todo el pandemonio.
Escuchó las siguientes palabras del hombre, abriendo sus labios ligeramente para decir algo, pero al final sonrió, pensando un momento, tal vez unos segundos mientras formulaba sus palabras, no quería decir algo más, o más allá de lo necesario.
-Quiero ser fuerte… P-para proteger a los que me importan…- dijo, tragando un poco de saliva antes de continuar con sus palabras -P-pero, no es a-ayuda, es… es un intercambio, ¿E-esta bien?- dijo finalmente, con una sonrisa -E-es un trueque… p-para el beneficio de los dos…- dijo, mordiendo un poco su labio inferior, no iba a aceptar ayuda de otra raza, no por lo menos cuando estaba estipulado en las reglas, pero… había maneras de rodear esa regla, era suficientemente ambiguo como para dar paso a diferentes métodos.
-E-ese el el tipo de persona que v-voy a ser, n-no quiero que nadie sufra más- respiró profundamente antes de sonreírle, ahora era una expresión honesta -es algo… bastante ambicioso, lo sé… c-casi imposible c-considerando las reglas, p-pero… e-es mejor tener deseos i-imposibles y s-saber que hice todo el esfuerzo e-en cumplirlo q-que quedarme sólo protegiendo m-mi pellejo- Dejó salir un profundo suspiro, ¿Cuándo se había parado? estaba absorta en sus pensamientos que apenas se percató que el ajeno ya no estaba completamente sentado.
No le incomodó eso, más su mirada se desvió al suelo, pensando en que era una forma algo estúpida de pensar, pero… Los idiotas son los que se esfuerzan más extrañamente.
-Uhm… s-si puedo preguntar, ¿De qué trabaja? o m-más bien trabajaba…- preguntó, curiosa mientras que jugaba con sus dedos, moviéndose uno encima de otro, ¿Nerviosa? ¿Intranquila? posiblemente por el caos que se desataba a las afueras, no podía ocultar la preocupación de que este pequeño santuario fuera comprometido, pero aún así… estar ahí con alguien no hostil era algo que le traía un poco de tranquilidad.
¿Quién era realmente esta persona?
Pensó por un momento mientras lo observaba, asintiendo con la cabeza, la sonrisa estaba bien, ella estaba… no… claramente no estaba bien, simplemente lo estaba soportando a su manera. Un largo camino, un largo tiempo para acostumbrarse a los horrores que hoy había presenciado, o por lo menos aquellos en los cuales su mente estaba consciente.
Recordó por un momento los bloqueos en su memoria, ¿Qué habían sido? tembló un poco, llenando su mente con miedos, ¿Qué fue lo que realmente había pasado? De un momento a otro no sabía dónde estaba, no sabía que estaba haciendo, simplemente despertaba en diferentes lugares en diferentes estados del día hasta que se encontró con su salvador y fue rescatada, ¿Había muerto? ¿Había sido golpeada? ¿Había…? ese último pensamiento negó suavemente con la cabeza, era un fuerte debate para algo que no podía hacer conexiones por el momento.
Sonrió de una manera… más honesta en respuesta a la risa ajena, asintiendo con la cabeza ante sus palabras, relajada, observando la forma humana del ajeno, era alguien… atractivo, con una apariencia llamativa, tragó un poco de saliva, desviando un poco la mirada, primero un moreno con orejas de gato, después un hombre de aspecto punk, la constante eran solamente las cicatrices que marcaban a lo largo de su cuerpo.
-Si… pero a la vez, si no estuviera aquí, entonces no sabría qué horrores se enfrentaría mi amiga… y-yo…- susurró, mordiendo su labio inferior con fuerza antes de poder pronunciar las siguientes palabras -y-yo quiero… estar aquí p-para ayudarla s-si es que la puedo encontrar… c-creo que es mejor esperar por ahora- susurró finalmente, tragando un poco de saliva, respirando profundamente, ¿Cómo estará ella? ¿Estará bien? ¿Dónde estará Astrid? esperaba que estuviera en un lugar seguro, fuera de todo el pandemonio.
Escuchó las siguientes palabras del hombre, abriendo sus labios ligeramente para decir algo, pero al final sonrió, pensando un momento, tal vez unos segundos mientras formulaba sus palabras, no quería decir algo más, o más allá de lo necesario.
-Quiero ser fuerte… P-para proteger a los que me importan…- dijo, tragando un poco de saliva antes de continuar con sus palabras -P-pero, no es a-ayuda, es… es un intercambio, ¿E-esta bien?- dijo finalmente, con una sonrisa -E-es un trueque… p-para el beneficio de los dos…- dijo, mordiendo un poco su labio inferior, no iba a aceptar ayuda de otra raza, no por lo menos cuando estaba estipulado en las reglas, pero… había maneras de rodear esa regla, era suficientemente ambiguo como para dar paso a diferentes métodos.
-E-ese el el tipo de persona que v-voy a ser, n-no quiero que nadie sufra más- respiró profundamente antes de sonreírle, ahora era una expresión honesta -es algo… bastante ambicioso, lo sé… c-casi imposible c-considerando las reglas, p-pero… e-es mejor tener deseos i-imposibles y s-saber que hice todo el esfuerzo e-en cumplirlo q-que quedarme sólo protegiendo m-mi pellejo- Dejó salir un profundo suspiro, ¿Cuándo se había parado? estaba absorta en sus pensamientos que apenas se percató que el ajeno ya no estaba completamente sentado.
No le incomodó eso, más su mirada se desvió al suelo, pensando en que era una forma algo estúpida de pensar, pero… Los idiotas son los que se esfuerzan más extrañamente.
-Uhm… s-si puedo preguntar, ¿De qué trabaja? o m-más bien trabajaba…- preguntó, curiosa mientras que jugaba con sus dedos, moviéndose uno encima de otro, ¿Nerviosa? ¿Intranquila? posiblemente por el caos que se desataba a las afueras, no podía ocultar la preocupación de que este pequeño santuario fuera comprometido, pero aún así… estar ahí con alguien no hostil era algo que le traía un poco de tranquilidad.
Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]Re: From the Day that I was Born, Trouble Won't Leave Me Alone [Priv. Kelly]
por Nicholas Taylor Allen Vie Mayo 06, 2022 7:06 pm
Does it almost feel like nothing's changed at all?
Don't be paralyzed, move on…
Ahí estaba, Kelly parecía algo más tranquila, menos espantada. Nick no era alguien que usualmente generara miedo en alguien, no desde hace muchísimos años, y esa expresión en la mirada de la chica le había molestado de sobremanera. No, él ya no era el agresor, el monstruo, el violento desesperado. Sólo con algunas palabras, volviendo a su comportamiento normal había logrado calmarla por lo menos un poco.
Asintió, otro sonido que denotaba que estaba escuchando, esa vez también que entendía ese razonamiento. De haber tenido a alguien así de importante en su propia vida, quizás también sentiría algo de alivio o gratitud de poder estar ahí para acompañar y ayudarle. Entrecerró los ojos ante la idea de tener que encontrar a alguien en medio de la enorme cagada afuera. “Quizás los rabiosos dejen de escupir espuma en algunos días.” Murmuró, pensando en voz alta y no con la intención de mentir o darle falsas esperanzas para hacerle sentir mejor. Esa cantidad de violencia en esa intensidad no podía durar demasiado.
Después de nombrar algunas de las interpretaciones de lo que podía ser “fuerte”, se reacomodó en el taburete, rascando su nuca con una mano antes de acomodar sus anteojos. Tuvo que ladear la cabeza en la segunda parte de la respuesta. “¿Hm?” ¿Qué importaba si era ayuda o true- “Ah.” Exhaló pesadamente, recordando aquellas ambiguas reglas.
“No, una conversación entre dos personas no puede contar como ayuda, y aunque lo fuera, y no lo es, ambos estamos sacando lo mismo del otro, intercambio equivalente, se cancela.” Aseveró definitivamente, asintiendo de manera marcada. “Sólo hay que pensar un poco, no vas a hacerle daño a nadie afuera.” Él personalmente estaba seguro que lo que les había puesto en ese semiplano no tenía cómo llegar más allá, y las reglas estaban para asustarlos. Era lo que él hubiese hecho como DM, por lo menos.
Así que ese era el tipo de fuerte que quería ser. Apretó el taburete con la mano que todavía lo agarraba, y la otra se movió inconscientemente de su cuello a su espalda. Desvió la mirada de la chica al tiempo en que su expresión se apagaba en algo más pensativo, o sombrío. El salto de proteger su propio pellejo a intentar de cubrir al resto para él había sido riesgoso. Los resultados demasiado catastróficos como para querer recordarlos demasiado.
Y aún así, en ese preciso momento no era capaz de detenerse. Estaba seguro de haber escuchado un disparo nuevamente y sólo cerró los ojos con fuerza. Un dolor agudo donde tocaba con sus dedos, luego tuvo que moverlos a su cara para restregar la cicatriz que casi se había llevado el ojo para incluirlo. ¿Era egoísta haber cambiado de opinión después de eso? Se puso a sí mismo primero cuando decidió empezar su vida nuevamente, y después de eso sólo había flotado de una cosa a la otra tan sólo disfrutando de poder estar tranquilo.
Sin involucrarse demasiado con nadie, aunque siempre material dispuesto para escuchar y ayudar, aunque le importaban sus amigos, las parejas que había tenido… Sabía que nunca estaba al cien por ciento ahí con ellos. ¿Tenía sentido? Ayudar y ser buena persona, asegurarse de que la gente a su alrededor estuviese bien, apoyándoles si no lo estaban, todos los días uno que otro mensaje para que no se sintieran aislados.
Pero nunca emocionalmente dedicado por completo. ¿Se podía ser ambas? Después de todo, Nick quizás se esforzaba por el resto más que una persona promedio, aún cuando su corazón nunca se aventaba por completo. Fuerte para él mismo, para su sobrevivencia, y también algo de fuerte para el resto, a pesar de que sabía probablemente no había nadie en su vida por quien hubiese deseado estar ahí dentro sólo para acompañarle.
Siguió restregando su cara por varios segundos, repasando la razón de por qué era de esa manera en primera instancia. Creyó haber dejado todo eso atrás, pero ahora quizás se había percatado de que algunas cosas se habían colado a su vida nueva. Luego sacudió la cabeza, mordiendo su lengua, arrastrándose a la fuerza de vuelta al presente.
“Soy psicólogo.” Murmuró, parpadeando varias veces, retomando su actitud normal, pasando su mano libre por el cabello que había decolorado sin querer. Le sonrió a la chica de manera ladina. “Pero no te preocupes, no estoy de turno en este momento. Sólo es una conversación.” Odiaba a los colegas que iban por la vida escupiendo diagnósticos y consejos “expertos” cuando nadie lo había pedido. Él dejaba todo eso en la puerta de la consulta.
No era como si lo necesitara para relacionarse, en realidad su manera de hablar con la gente era la razón detrás de su carrera. Demasiados le habían dicho que tenía que ser psicólogo, que se le haría fácil y sería bueno en ello. Él tan sólo lo había hecho. Y aquí estaba.
Soltó una risa después de lo que había dicho, en un intento de que Kelly no se sintiera bajo observación médica. “Ni siquiera sé qué podría cobrar aquí por una sesión, así que supongo que todo eso quedó en el mundo humano. Era psicólogo, supongo.” Se encogió de hombros, volviendo a tomar el taburete con ambas manos, estirando la espalda hacia atrás.
“Quizás la cantidad de personas a las que quieres llegar es ambicioso, sí. Pero el resto no lo es. Más aquí, donde creo que la más mínima pizca de decencia va a ser suficiente para alegrarle el día a alguien.” Asintió, aunque no habían pasado un día completo ahí todavía ya podía proyectar más o menos lo que creía iba a suceder en un futuro cercano si nada cambiaba. Estaban en nivel 0, un tutorial quizás, y no sabía cuánto tiempo estarían atascados en esa parte.
“Mientras no te conviertas en una mártir y te culpes a tí misma de no haber ayudado a suficiente gente, y te preocupes de hacer lo que puedas a tu alrededor, no es una mala idea en absoluto.” Comentó de manera casual, con ese tono amigable y cálido que simplemente invitaba a una conversación. De cualquier tipo, densa, importante, significativa, emocional, boba, casual, ñoña, realmente no importaba demasiado.
“¿Crees que puedes hacer eso?” Volvió su mirada a Kelly con una pequeña sonrisa, esperando a que pensara en la respuesta.
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