I. Jamás cooperarás con otras razas.
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
¿Vienes a jugar con nosotros?
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
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⚝ Reglas⚝ Ambientación⚝ Razas⚝ Alianzas⚝ Personajes Canon⚝ Territorios Neutrales⚝ Habilidades Prohibidas⚝ Modelo de Ficha⚝ Temas Libres⚝ Dudas⚝ Sugerencias⚝ Novedades⚝ ¡Conoce a la Administración!⚝ Discord
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⚝ Sistema de Encuentros ⚝ Sistema de Dados⚝ Hoja de Personaje⚝ Misiones⚝ Familiares⚝ Pide al NPC⚝ Puntos y Niveles⚝ Cierre de Temas⚝ Level Up⚝ Calendario⚝ Tienda⚝ Regalo de Puntos
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Baby, I'm the reason why Hell's so hot || Priv. Faith Asher
Vie Abr 22, 2022 5:03 pm por Joshua Friedrich
Problemas o Cambio de Botón AQUÍ
Lun Abr 18, 2022 7:33 pm por Invitado
Sabías que...¿Cuando mueres vas directo al cementerio de los alrededores?
Sabías que...¿Eres irreconocible en tu forma de raza?
Sabías que...¿Si abres temas libres en ciertos lugares quizás los responda un canon?
Sabías que...¿Para cruzar la neblina debes cumplir ciertas condiciones?
Sabías que...¿Cada templo tiene un secreto?
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Primero que nada, gracias a Emme, quién ha transformado el foro en esta maravilla, con una skin preciosa, widgets y perfiles. Además de que la gran mayoría de las tablas que usamos pertenecen a ella. Agradecemos infinitamente su paciencia con nosotros y a sus hermosas creaciones.
Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
Atte. Persephone Hansen
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Atte. Persephone Hansen
I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Adam Valentine Dom Ene 09, 2022 6:45 am
Ante su mirada y sus palabras, claramente no había duda alguna de que ese tema se había perdido en los diferentes temas de conversación que habían pasado. Pero tan sólo a unos pasos de donde estaban, ya la mujer estaba tirando palabra tras palabra, sonriendo primeramente por su actitud infantil que demostraba entre sus brazos, pero después de eso comenzó a elevarse, más con sus palabras que provocaron al vampiro a girar sus ojos.
Entendía a lo que se refería, pero no podía evitar hacerlo, no podía dejar de tratarla como una princesa fuera del sexo, de tratarla con cariño, sin gritos ni agresiones. La amaba a su manera, y lentamente ella demostraba su forma de demostrar esas emociones.
Ese cabezazo lo recibió, más que no podía esquivarlo por tener las manos ocupadas que por otra cosa y tan sólo asintió la cabeza, ya que de ser una hermosa princesa se convertía en una niña pequeña que se retorcía de un lado a otro para intentar zafarse de un agarre que no quería.
-Esta bien- le dijo, bajando a su mujer con cuidado en el suelo, pero tampoco la iba a dejar en medio de la oscuridad, sino que su mano agarraba a la ajena y entrelazó sus dedos con los ajenos -Creí que aún no te sentías bien como para caminar- le dijo, tratando de que se entendiera su línea de pensamiento.
Pero eso poco importaba ya.
Solamente una sonrisa en su rostro, divertido por la reacción de la ajena…
Si, no había visto esta actitud desde hace días, días pesados, días que mostraban una oscuridad que pesaba en la cabeza. Acarició los dedos ajenos con su pulgar y observó al cielo, a las estrellas.
-H…- abrió sus labios, queriendo decir algo, pero solamente se mantuvo callado, negando suavemente con la cabeza antes de comenzar a moverse hacía la sala de cómputo -es un pequeño asunto con mis dientes- en un intento de estimular su memoria, esas palabras en un tono un poco más pícaro que lo normal, se relamió sus labios lentamente.
-Pero se puede posponer si así lo deseas- finalmente mencionó, sus pasos estaban marcados por el ritmo ajeno, y si ella se detenía también él lo hacía. La noche era joven, bastante joven, pero en este momento los dos se merecían o un buen descanso o un buen momento.
Ante el silencio que la oscuridad producía, solamente rota por su compañía y por algunos ruidos en la lejanía, su mirada por un momento pasó a un lado, no podía negar en absoluto que su corazón pesaba, esa pequeña molestia, una pequeña sensación estaba ahí, solamente una pizca de celos que había estado ignorando en el momento.
Tragó saliva, y mordió su labio inferior por un segundo.
Enterró aquella sensación, la enterró en lo más profundo de su corazón.
¿Acaso su madre había tenido esta sensación? se preguntó, posiblemente iba a tener que platicar con ella a la próxima, que era algo nuevo y completamente difícil de controlar, por lo menos por él solo, al verla a ella, al estar cerca, todos sus pensamientos negativos eran rotos en un abrir y cerrar de ojos.
Pero eso no detuvo que estuviese un poco más cerca de ella, de una manera protectora.
Entendía a lo que se refería, pero no podía evitar hacerlo, no podía dejar de tratarla como una princesa fuera del sexo, de tratarla con cariño, sin gritos ni agresiones. La amaba a su manera, y lentamente ella demostraba su forma de demostrar esas emociones.
Ese cabezazo lo recibió, más que no podía esquivarlo por tener las manos ocupadas que por otra cosa y tan sólo asintió la cabeza, ya que de ser una hermosa princesa se convertía en una niña pequeña que se retorcía de un lado a otro para intentar zafarse de un agarre que no quería.
-Esta bien- le dijo, bajando a su mujer con cuidado en el suelo, pero tampoco la iba a dejar en medio de la oscuridad, sino que su mano agarraba a la ajena y entrelazó sus dedos con los ajenos -Creí que aún no te sentías bien como para caminar- le dijo, tratando de que se entendiera su línea de pensamiento.
Pero eso poco importaba ya.
Solamente una sonrisa en su rostro, divertido por la reacción de la ajena…
Si, no había visto esta actitud desde hace días, días pesados, días que mostraban una oscuridad que pesaba en la cabeza. Acarició los dedos ajenos con su pulgar y observó al cielo, a las estrellas.
-H…- abrió sus labios, queriendo decir algo, pero solamente se mantuvo callado, negando suavemente con la cabeza antes de comenzar a moverse hacía la sala de cómputo -es un pequeño asunto con mis dientes- en un intento de estimular su memoria, esas palabras en un tono un poco más pícaro que lo normal, se relamió sus labios lentamente.
-Pero se puede posponer si así lo deseas- finalmente mencionó, sus pasos estaban marcados por el ritmo ajeno, y si ella se detenía también él lo hacía. La noche era joven, bastante joven, pero en este momento los dos se merecían o un buen descanso o un buen momento.
Ante el silencio que la oscuridad producía, solamente rota por su compañía y por algunos ruidos en la lejanía, su mirada por un momento pasó a un lado, no podía negar en absoluto que su corazón pesaba, esa pequeña molestia, una pequeña sensación estaba ahí, solamente una pizca de celos que había estado ignorando en el momento.
Tragó saliva, y mordió su labio inferior por un segundo.
Enterró aquella sensación, la enterró en lo más profundo de su corazón.
¿Acaso su madre había tenido esta sensación? se preguntó, posiblemente iba a tener que platicar con ella a la próxima, que era algo nuevo y completamente difícil de controlar, por lo menos por él solo, al verla a ella, al estar cerca, todos sus pensamientos negativos eran rotos en un abrir y cerrar de ojos.
Pero eso no detuvo que estuviese un poco más cerca de ella, de una manera protectora.
Adam ValentineAdam Valentine
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Hitori Macleod Dom Ene 09, 2022 10:22 pm
I'm Always Runnin' From the Reasons that I Really Wanna StayIt was So Beautiful Until I Fucked it Up
Why can't I let myself be happy?
Why do I gotta get in my own way?
My shoes are worn out, always runnin'
From the reasons that I really wanna stay
Hubiese peleado muchísimo más para bajarse, pero por lo menos no fue necesario. Era imposible disuadirla cuando se ponía así, más sabio simplemente dejarla ser y darle en el gusto. Quizás era comportamiento infantil, pero más probablemente era la única manera que tenía en ese momento de retomar las riendas. Había ya tratado de usar sólo palabras y argumentos racionales, Adam era un experto en ignorarlos absolutamente por completo.
¿No era esa la razón de por qué se encontraban en esa situación en primera instancia? Completamente, Hitori había intentado por las buenas muchísimas veces, ya tenía claro que le entraba por una oreja, pasaba por la cabeza dura y hueca del vampiro y luego salía sin ningún tipo de reconocimiento. Así que lo único que le quedaba hasta encontrar otra manera era por la fuerza.
En realidad no pensó demasiado en lo que haría luego de que la pusieran en el suelo. La camisa prestada sólo cubría un par de centímetros bajo las nalgas y el viento helado no ayudaba demasiado. Ya estaba oscuro, y aunque había caminado sola por calles oscuras de noche, nunca logró acostumbrarse.
Resopló al llegar al piso en una última protesta, y antes de poder cruzar sus brazos sobre su pecho Adam le había robado una mano. El impulso de tirarla para zafarse definitivamente estuvo, pero Hitori pudo controlarse y tan sólo se echó a andar.
“No sé qué opioide o anfetamina tenían esas pociones raras, pero no siento nada.” Murmuró en un tono de ligero reproche, había pasado toda su vida evitando drogas, algo honestamente digno de admiración considerando su estilo de vida y los lugares que frecuentaba sumado a lo auto destructiva que era. Si ese era el momento en que se volvía adicta a algo más que cigarros y alcohol, sería difícil lograr calmarla o evitar un suicidio para sacarse eso de encima.
Clavó sus ojos al piso y siguió andando, frunciendo el ceño mientras pensaba. “¿Qué eran? Sólo olían demasiado a vainilla.” Agregó lo último, era lo que menos sentido le hacía, el huerto no tenía vainilla, de todas las cosas aleatorias. Pociones, probablemente, sabía que los Elfos podían hacerlas. ¿Trueque, quizás? No tenía idea, ella no se había encargado de los trueques en absoluto.
Ante el comentario del vampiro, se detuvo por un microsegundo. “Ah, eso…” Susurró en un hilillo de voz un tanto avergonzado, intentó un tono casual sin realmente lograrlo. Hitori mordió su labio inferior, dejando su mano libre sobre su cadera, sobre el moretón en forma de tajos.
Quizás Adam le había imposibilitado sentirse culpable de lo que había hecho hace casi dos semanas. Eso era por seguro, ya ese peso se había levantado, de a poco podría reponerse. Pero lo de esa noche… No sabía cómo empezar a… -¿A qué?- ¿Qué podía hacer? Intentó hablarle acerca de ello, pero sólo le había respondido que no era su culpa y no había nada que perdonar. Eso no era, no podía ser cierto.
Quizás esa oferta era su manera de procesar o perdonarla. A decir verdad tampoco le gustaban mucho esos moretones. Sin darse cuenta había agarrado su cadera con fuerza, apretándolo mientras corrientes de dolor se esparcían desde ese moretón. No tuvo que considerarlo demasiado mientras caminaban. Sí, esa cantidad de mordidas seguro terminarían siendo peligrosas, el dolor le tenía sin cuidado, pero al no poder cerrarlas…
Tenía su labio interior atajado entre sus dientes, mordió con un poco más de fuerza y luego abrió la boca. De no ser por los sentimientos encontrados, el sonrojo hubiese brillado en la oscuridad, pero simplemente no vino a ella. “No hay necesidad de posponerlo ¿No lo dije ya?” Murmuró, encogiendo sus hombros. Lo había dicho en un estado tan alterado que no estaba segura de poder repetirlo ahora que se encontraba mejor.
Juntos, o hasta que él se aburriera, que podía hacer lo que quisiera con ella. Eso claramente no había cambiado, y en ese momento en realidad no le quedaba más que atenerse a esas palabras, el peligro no le molestaba demasiado. Sólo quería hacer lo posible por corregir su estupidez, haber estado tan segura de que lo había arruinado que no pensó en nada más.
Sus dedos se hundían en la piel de su cadera con tanta fuerza que comenzaban a dejar marcas nuevas, dedos rojizos y medialunas brillantes donde sus uñas presionaban casi hasta partir la superficie, todo sobre los enormes moretones oscuros. “Todo lo que quieras.” Levantó la cabeza hacia el vampiro, ensayando una sonrisa que terminó siendo un tanto triste mientras apretaba la mano ajena débilmente.
Era, quizás un tipo de entrega, en vez de un regalo de un esposo rico a su señora después de que lo encontraran con la criada, para arreglar la situación ya que hablar acerca de ello estaba fuera de las posibilidades. ¿Qué más podía hacer? Nunca había estado en ningún lado de... ¿Un engaño? ¿Podía ser eso si ni siquiera quería pensar en el futuro o ponerle nombre a lo que pasaba? Así lo sentía, de cualquier modo.
Hora
8 PM
Lugar
Estacionamiento
Clima
Nublado
Hunger
4/6
8 PM
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Adam Valentine Lun Ene 10, 2022 4:15 am
Pensó por un momento ante sus palabras, asintiendo con la cabeza ante esa asunción, ¿Qué era lo que contenían esas pociones? Era un estilo de herbolaría con magia combinada, un pequeño regalo de una amiga elfa. Respiró profundamente, ¿Vainilla? pensó por un momento, sabía que podía ser algo extraño considerando el lugar donde se encontraban.
-Pociones, un regalo- dijo finalmente -digamos que fue un favor que pedí- siguió con esa línea de conversación, ya sin querer decir mucho más. No era claramente un secreto, pero tampoco era algo que quería hablar en el momento, estos momentos eran para los dos… solamente los dos.
Un murmuro pronunciado de una manera la cual le inquietaba.
Un pensamiento entró en su mente.
Sus ojos presenciaron esa sonrisa.
Una triste.
Asintió suavemente con la cabeza, caminando hacia la sala de cómputo -Está bien- susurró, una pequeña respuesta ante esas palabras, no le gustaba verla de esa manera, ¿pero cómo evitarlo? Su pecho pesaba, esa memoria al verla en los brazos de otro hombre… ¿Acaso fue asaltada? no podía saber toda la verdad, solamente llegó como un caballero en armadura blanca y lo mató…
Y aquel demonio seguiría muriendo…
Apretó sus ojos con fuerzas, frunciendo el ceño, tratando de que su imaginación no fuera hostil. ¿Qué era lo que ella estaba haciendo en ese lugar? Sólo… fue eso, ¿no? Alguien aprovechándose… pero aquel sexto sentido golpeaba su pecho.
El camino no fue en silencio, sino que el moreno comenzaba a entonar una canción en su garganta, una de jazz, tranquila, lenta, improvisando en algunos lugares para que el silencio no los cerrara, por lo menos hasta que llegaran a la ventana.
Al llegar, el vampiro pasó la ventana y la ayudó a pasarla, ahí estaba, todo en orden, después de que ella se fue ordenó la cama improvisada, la camisa que había sido aventada la había dejado en una de las esquinas donde dejaban sus ropas, la sala no había sido perturbada.
-Ven- le dijo y sus manos se pusieron en las caderas ajenas, levantándola para que se sentara en las cobijas.
Se paró enfrente de ella.
Sus ojos pasaron por su otra mano, como ella se estaba lastimando. Respiró profundamente, detectando un tenue aroma a sangre. Una herida. No pudo evitar agarrar su otra mano con suavidad, entrelazando sus dedos con los ajenos y sólo dejó un beso en su frente, cariñoso.
-Hitori- susurró, sonriendo tristemente, su corazón estaba pesando, no importaba cuantas veces escondía aquel sentimiento dentro de su pecho, no lo podía calmar, siempre encontraba una manera de resurgir. Le dolía con fervor. Sus labios se pasaron al cuello ajeno, ahí, en su hermosa piel pálida, dejó un pequeño beso y después una pequeña mordida en su piel, con sus dientes, más no clavar sus colmillos en su carne.
-Estoy celoso- susurró, de manera honesta, sus palabras que aliviaban lentamente su carga emocional, tratando de no dejar nada oculto ante ella -se que no debería de ser así- cerró sus ojos y tan sólo ocultó su rostro en el pecho ajeno, abrazándola con fuerza, respiró profundamente -ver otro hombre…- mordió su labio inferior y tan sólo negó suavemente con su cabeza.
Apretó entre sus puños la camisa que le había dado.
Sus manos bajaron hasta las caderas de la chica, y tan sólo dejó un pequeño suspiro salir entre sus labios.
-Disculpa- susurró y bajó a su pierna izquierda, mirando uno de los moretones que tenía ella en su muslo. Sus labios rozaban contra su piel, fría estaba, y tan sólo una pequeña mordida fue dada, marcando sus dientes en su piel, sin de nuevo clavar sus colmillos. Sus dientes se clavaban más y más hasta que dejó una marca encima del moretón.
Después la siguiente, más cerca de su cuerpo. Respiraba profundamente, su aliento caliente chocaba contra la piel ajena. Subió lentamente su camisa, estaba desnuda, pero en lugar de atacar su intimidad se dedicó a dejar mordidas en su vientre, abdomen, hasta que notó aquella escritura japonesa que tenía, y sus dientes mordieron con un poco más de fuerza, con ojos cerrados, una de sus manos bajando en su nalga, apretándola, la otra en su espalda para que no se separará.
Deseaba reemplazar el significado que tenía.
Sus colmillos estaban amenazando de perforar a la chica, pero en lugar de eso separó sus labios, sus dientes de ella y tan sólo hundió su rostro en el abdomen de la mujer… su mujer… su… ¿Qué eran exactamente? ¿Una pareja que no tenían manera de decirlo oficialmente? ¿Era solamente algo que los dos llegaron de acuerdo? Se sentía… culpable por ello, sus emociones daban paso a pensamientos innecesarios.
-Hitori- jadeó en su piel, dejando pequeñas mordidas en su piel, tratando de no pensar tanto en ese asunto, desviando aquellos pensamientos por unos nuevos, la amaba, y ella estaba tratando de corresponder a ese fuerte sentimiento, ¿No?
-Pociones, un regalo- dijo finalmente -digamos que fue un favor que pedí- siguió con esa línea de conversación, ya sin querer decir mucho más. No era claramente un secreto, pero tampoco era algo que quería hablar en el momento, estos momentos eran para los dos… solamente los dos.
Un murmuro pronunciado de una manera la cual le inquietaba.
Un pensamiento entró en su mente.
Sus ojos presenciaron esa sonrisa.
Una triste.
Asintió suavemente con la cabeza, caminando hacia la sala de cómputo -Está bien- susurró, una pequeña respuesta ante esas palabras, no le gustaba verla de esa manera, ¿pero cómo evitarlo? Su pecho pesaba, esa memoria al verla en los brazos de otro hombre… ¿Acaso fue asaltada? no podía saber toda la verdad, solamente llegó como un caballero en armadura blanca y lo mató…
Y aquel demonio seguiría muriendo…
Apretó sus ojos con fuerzas, frunciendo el ceño, tratando de que su imaginación no fuera hostil. ¿Qué era lo que ella estaba haciendo en ese lugar? Sólo… fue eso, ¿no? Alguien aprovechándose… pero aquel sexto sentido golpeaba su pecho.
El camino no fue en silencio, sino que el moreno comenzaba a entonar una canción en su garganta, una de jazz, tranquila, lenta, improvisando en algunos lugares para que el silencio no los cerrara, por lo menos hasta que llegaran a la ventana.
Al llegar, el vampiro pasó la ventana y la ayudó a pasarla, ahí estaba, todo en orden, después de que ella se fue ordenó la cama improvisada, la camisa que había sido aventada la había dejado en una de las esquinas donde dejaban sus ropas, la sala no había sido perturbada.
-Ven- le dijo y sus manos se pusieron en las caderas ajenas, levantándola para que se sentara en las cobijas.
Se paró enfrente de ella.
Sus ojos pasaron por su otra mano, como ella se estaba lastimando. Respiró profundamente, detectando un tenue aroma a sangre. Una herida. No pudo evitar agarrar su otra mano con suavidad, entrelazando sus dedos con los ajenos y sólo dejó un beso en su frente, cariñoso.
-Hitori- susurró, sonriendo tristemente, su corazón estaba pesando, no importaba cuantas veces escondía aquel sentimiento dentro de su pecho, no lo podía calmar, siempre encontraba una manera de resurgir. Le dolía con fervor. Sus labios se pasaron al cuello ajeno, ahí, en su hermosa piel pálida, dejó un pequeño beso y después una pequeña mordida en su piel, con sus dientes, más no clavar sus colmillos en su carne.
-Estoy celoso- susurró, de manera honesta, sus palabras que aliviaban lentamente su carga emocional, tratando de no dejar nada oculto ante ella -se que no debería de ser así- cerró sus ojos y tan sólo ocultó su rostro en el pecho ajeno, abrazándola con fuerza, respiró profundamente -ver otro hombre…- mordió su labio inferior y tan sólo negó suavemente con su cabeza.
Apretó entre sus puños la camisa que le había dado.
Sus manos bajaron hasta las caderas de la chica, y tan sólo dejó un pequeño suspiro salir entre sus labios.
-Disculpa- susurró y bajó a su pierna izquierda, mirando uno de los moretones que tenía ella en su muslo. Sus labios rozaban contra su piel, fría estaba, y tan sólo una pequeña mordida fue dada, marcando sus dientes en su piel, sin de nuevo clavar sus colmillos. Sus dientes se clavaban más y más hasta que dejó una marca encima del moretón.
Después la siguiente, más cerca de su cuerpo. Respiraba profundamente, su aliento caliente chocaba contra la piel ajena. Subió lentamente su camisa, estaba desnuda, pero en lugar de atacar su intimidad se dedicó a dejar mordidas en su vientre, abdomen, hasta que notó aquella escritura japonesa que tenía, y sus dientes mordieron con un poco más de fuerza, con ojos cerrados, una de sus manos bajando en su nalga, apretándola, la otra en su espalda para que no se separará.
Deseaba reemplazar el significado que tenía.
Sus colmillos estaban amenazando de perforar a la chica, pero en lugar de eso separó sus labios, sus dientes de ella y tan sólo hundió su rostro en el abdomen de la mujer… su mujer… su… ¿Qué eran exactamente? ¿Una pareja que no tenían manera de decirlo oficialmente? ¿Era solamente algo que los dos llegaron de acuerdo? Se sentía… culpable por ello, sus emociones daban paso a pensamientos innecesarios.
-Hitori- jadeó en su piel, dejando pequeñas mordidas en su piel, tratando de no pensar tanto en ese asunto, desviando aquellos pensamientos por unos nuevos, la amaba, y ella estaba tratando de corresponder a ese fuerte sentimiento, ¿No?
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Hitori Macleod Lun Ene 10, 2022 6:59 am
I'm Always Runnin' From the Reasons that I Really Wanna StayIt was So Beautiful Until I Fucked it Up
Abandonó esa línea de preguntas con respecto a las pociones, Adam claramente no quería contarle. “Digamos eso.” Susurró bajo su aliento, prácticamente inaudible mientras caminaba. No le gustaba demasiado, pero no tenía alternativas, tampoco era tan importante, sólo otra cosa que no sabía, la montaña no se haría más o menos grande agregando otra cosita más.
No fue capaz de mirarlo más que para responderle, decirle que hiciera lo que quisiera, y luego tuvo que volver a agachar la cabeza. Sin darse cuenta enterraba más sus dedos, en algún momento el día repasó en su cabeza, la pelea en la mañana, luego el resto de a poco. Qué día más largo, no sentía posible que la pelea hubiese sido hace sólo unas pocas horas.
Casi ni se dio cuenta de que el vampiro entonaba una canción de lo perdida que estaba en los eventos del día. ¿Qué estaba pensando? -No sirves para más que esto.- Hitori resopló por lo bajo. -Ah, cierto.- ¿Cómo olvidarse de la vocecita que le había hecho quién era? A ratos lograba hacerlo, si estaba con…
Una mezcla, entonces, de esa vocecita, el hambre, la culpa, y la idea de que fuera lo que fuese estaba pasando entre ellos se había acabado. Logró llegar a esa conclusión, por lo menos, en el trayecto, obligándose a pensar, a rebuscar en lugares que no frecuentaba conscientemente. Quizás por esa razón las uñas perforaron su piel, los dientes mordieron su labio inferior lo suficiente para dejar marcas.
Hitori sólo levantó la cabeza y parpadeó varias veces, volviendo a tomar control del cuerpo que se encontraba en piloto automático, al llegar a la ventana. No pudo evitar una sonrisa al recordar la primera vez que había intentado escapar de Adam, saltándola sólo para darse de bruces contra el piso al otro lado. Se esfumó rápidamente al encontrarse de vuelta en la sala, creyó que todo eso ya no le correspondía, y aún así…
Se dejó mover sin reclamos, sentándose sobre la cama improvisada sin levantar la cabeza. Sólo notó la brutalidad con la que apretaba su cadera cuando Adam separó su mano de ahí. Exhaló un hilillo de aire con sabor a sangre al recibir el beso en su frente, apretando un poco la mano que tenía entrelazada. “¿Hm?” Alzó un poco la cabeza atendiendo a su nombre, pero no se esperaba esa expresión. Hitori frunció el ceño en algo confundido y triste, pero no tuvo tiempo de decir nada.
Por alguna razón esperaba una mordida extremadamente violenta, tan sólo ladeó su cuello y cabeza un poco, dejándole espacio suficiente. En vez de eso, algo que quizás era peor en ese momento. La mordida vino, después de un beso y de manera suave. Hitori exhaló en otro hilillo, cerrando sus ojos al sentir que la mano de angustia se extendía para retomar su lugar.
Luego palabras que no le decían algo que no sabía, y aún así dieron más espacio para que las garras rodearan su cuello. “Lo sé.” Susurró en un tono estrangulado desde el pecho, demasiado afectado como para sonar normal. Se encogió de hombros ante lo siguiente, ya no quedaba nada que debería o no ser, lo correcto quedaba demasiado pequeño en la situación en que se encontraban.
Recibió a Adam contra su pecho, tomando su cabeza entre sus manos para abrazar y acariciarla, empujando su nariz y labios contra el cabello azabache mientras reprimía un sollozo. Odiaba ser la causante de eso, con lo más profundo de su ser lo odiaba tanto que se creía capaz de chillar hasta matarse de asfixia. En una exhalación lenta que intentaba empujar el llanto lo más lejos posible, se atragantó con una mano monstruosa al escuchar lo que vino después.
Quería decir algo, cualquier cosa, pero en vez de eso peleó por siquiera poder respirar, sólo presionó su frente contra la cabeza del vampiro mientras él negaba, quizás el resto de lo que iba a decir, no estaba segura. Las manos bajaron hasta sus caderas y sólo quería rogarle que tomara dos manojos y las arrancara y ya, solucionar el asunto de esa manera. Pero no era tan fácil como eso, y seguía sin poder respirar.
Esa disculpa sí fue como una cachetada que le permitió encontrar una manera de inhalar a pesar de la angustia que intentaba matarla, al parecer, en ese momento. “No es culpa tuya.” Murmuró en esa misma voz que temblaba al mismo tiempo que salía a penas entre sus cuerdas vocales, como empujadas a la fuerza.
Soltó la cabeza ajena cuando se movió, llevando una de sus manos a ese punto en su cuello que empujaba para alivianar la presión que sentía, siempre sin demasiado resultado. No pudo preguntarle qué hacía, ocupada en no largarse a llorar. El ligero ardor de la mordida, a ese punto si no usaba los colmillos no caía en la categoría de dolor, le ayudó un poco, recordó la proposición que les había llevado ahí.
Sí, quizás si cada marca que tenía hubiese sido a manos, o dientes, de Adam, las cosas serían un poco más simples. El aliento cálido creaba ondas de escalofríos en la piel gélida de la chica, era una situación tan extraña, no sabía si largarse a llorar o tirarse encima del vampiro. Era tan extremadamente íntima, cargada de emociones, Hitori sólo podía compararla con lo que había pasado hace un par de días.
Hizo lo único de lo que se creía capaz en ese momento, cerró los ojos con fuerza y se dejó marcar, dejando una mano ligera en el hombro moreno en un intento de… ¿Acompañarlo, quizás? ¿Demostrarle que lo que hacía estaba bien? No estaba segura si un gesto como ese podía decir todas esas cosas, pero ahí estaban la palma de su mano, apoyada mientras las yemas de sus dedos acariciaban la piel con cariño.
Por lo menos se mantuvo en eso hasta que los labios llegaron a sus costillas. Sobre esa marca, la primera que había desgarrado la canvas pálido. Quizás decía mucho de ella, que la primera cicatriz de verdad que recibió fue un tatuaje de adolescente. Decía todo, en realidad, que había sido literalmente el principio del fin.
Hitori no logró contener el sollozo cuando los dientes se clavaron en ese lugar. Sí, si el dueño de esa marca hubiese sido quien la mordía en ese momento… Sacudió la cabeza con fuerza, llevando su mano libre a su boca para cubrirla. Esos pensamientos no servían de nada, la historia ya estaba escrita, las cartas echadas. No le molestó que mordiera con más fuerza, ese impulso de desear que arrancara el pedazo de piel completa aparecía nuevamente.
“¿Nunca has conocido a alguien que miente acerca de cómo recibieron una cicatriz?” Preguntó en esa misma forma extraña, donde parecía estar empujando las palabras con toda su fuerza para que salieran, aguantando el llanto sin poder evitar que su pecho se contrajera. “Eres irritantemente bueno para descifrar cuando estoy mintiendo, y aún así creo que no te diste cuenta esa primera noche.” Su tono era igual de afectado, se podía reconocer en él esa mano de angustia.
Su mano libre se posó sobre el tatuaje y cerró los ojos con fuerza, dejando dos lágrimas sobre sus mejillas. “¿Quién… admitiría la verdad? Lo que te dije es más fácil, de explicar, así puedo alejarte cuando quiera ¿No?” Crujió, la última vez que había hablado de sí misma de esa manera había sido en la oficina de un psicólogo, a la que nunca volvió. Sus dedos se hundieron sobre el tatuaje, como si con su mano pudiese hacerlo desaparecer.
“No es la verdad, pero es lo que tuve que decirme.” Continuó, su tono volviéndose algo amargo, quizás contra sí misma, por ser tan débil y estúpida. “No-” Era demasiado difícil. Hacer que su cuerpo lograra decir lo que tenía que decir a continuación. Apretó el tatuaje con más fuerza y su mano libre tuvo que dejar el hombro ajeno para apoyarse sobre su cuello, volviendo a presionar.
“Ya no me gusta… ser así…” No estaba segura de si eso explicaba a lo que se refería, pero no era capaz de ponerlo en palabras más específicas. Tan sólo hizo ademán de indicar el tatuaje y sus caderas, dejando su piel en paz por un momento. No, tener que buscar parejas cada noche era horrendo, a pesar de que a todo el mundo le había dicho que era una decisión personal, que le gustaba, y un millón de otras cosas que sabían amargo cuando salían de su boca aunque no entendiese por qué.
Esa certeza había ido y venido desde que comenzó a hacerlo, a veces se convencía a sí misma de lo contrario, pero luego algún hijo de puta decidía golpearla y se le quitaba. El miedo a la oscuridad en conjunto con las palabras que habían forjado su personalidad le habían tenido presa en esa rutina, pero ahora que Adam le arrancó de raíz de ahí tenía un poco más de perspectiva. No, nunca le había gustado ser así, pero mucho menos ahora.
“Lo siento- tanto- pero es quien soy hace tanto tiempo, no sé-” Negó con la cabeza con fuerza, había sido demasiado, su tono se transformó en algo desesperado, como si fuese algo que quería detener sin lograr hacerlo. No había sabido si decir o no, o si siquiera era capaz de sacar esas palabras en voz alta, y lo que logró vocalizar era todo lo que aguantaba, al parecer. Terminar de decir que no sabía si era capaz de ser alguien distinto era el límite que su cuerpo había puesto.
Demasiada introspección, quizás, se había forzado porque era necesario, en su fuero más interno estaba harta de ser siempre tan ignorante de lo que pasaba dentro de su cabeza. Más en ese momento, en que había hecho daño por ello, por no entenderse a sí misma lo suficiente como para tomar otra decisión, por no entender de relaciones sanas, o de relaciones en absoluto, al punto en que lo más básico se le escapaba.
Esa vez, al perderse en sollozos, no se encerró en una bolita. En vez, se encorvó hacia adelante, rodeando la cabeza de Adam con sus brazos, enterrándola entre sus pechos en realidad, dejando que su cabello cayera sobre los hombros y espalda ajena. Lo rodeó con sus piernas sólo para acercarle más, sabía que no era correcto ni justo largarse a llorar ahora, que no era ella quien tenía derecho a sufrir, pero había aguantado todo el tiempo que fue posible.
Hora
8 PM
Lugar
Estacionamiento
Clima
Nublado
Hunger
4/6
8 PM
Lugar
Estacionamiento
Clima
Nublado
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Adam Valentine Lun Ene 10, 2022 8:21 am
Podía notar que tan perdida estaba en sus pensamientos, como ella en todo el tramo apenas y estaba en sus cinco sentidos, como si fuera mecanizada, automática, ¿Qué estaría pasando? Se preguntó Adam con angustia y curiosidad.
Una sonrisa genuina, esta ventana traía recuerdos de la primera vez que se encontraron…
La sala de pronto se sentía completamente diferente. Una extraña atmósfera la rodeaba, con ella sin sus dulces o juguetonas palabras, simplemente siendo movida. Más sangre podría detectar con su nariz.
Y cuando habló…
Su corazón fue agarrado y estrangulado, como si sintiera su dolor en esas palabras.
Su abrazo, sus caricias, le afectan de gran manera, ya que su toque le provocaba sensaciones jamás experimentadas por el moreno quien estaba en un espiral de emociones. Sus palabras, ¿no era su culpa? Si la hubiera detenido esa mañana en el pasillo, si solamente…
…
Solamente pensamientos que dañaban su cabeza, que lo estaban martirizando, y aunque podía haber hecho muchas cosas, eran situaciones que estaban en el pasado, ahora estaba con ella, y podía hacer varias otras acciones, tantas decisiones, palabras…
Se había imaginado un encuentro íntimo de otro tipo, que sus mordidas pulsaran un botón para llevar esto a un momento de confort, pero realmente no se esperaba las acciones de la ajena.
Después de esa mano en su hombro.
Ese sollozo rompiendo el silencio del momento.
Su pregunta la cual solamente asintió ligeramente con la cabeza, había estado… con varias parejas las cuales mentían para ocultar verdades oscuras o desagradables para ellas. Diferentes personas, diferentes momentos, pero nada estaba comparado con las palabras que ella decía.
Nadie había sido el amor de su vida como ella.
Como sus dedos aplastan aquella marca negra. Recordó las palabras cuando encontró por primera vez esa mancha… esa cicatriz en el cuerpo de ella.
Su frente posó en el abdomen de la chica mientras escuchaba sus palabras, asintiendo ligeramente con la cabeza, sabía lo que estaba diciendo, como aquella faceta no era su verdadera yo, era solamente una mentira que se ajustó a su realidad para ocultar todo dolor. Como si esa defensa no servía comenzaba con las agresiones verbales, después la huida, una rápida y ágil huida.
Ninguna palabra por el momento, tan sólo sus manos rodearon el cuerpo de la chica, dando un suave abrazo, y entre más hablaba hasta esa última palabra su corazón se había torcido, su garganta apretada, seca, sus ojos húmedos, respiró profundamente, un nudo en su garganta, tuvo que tragar saliva para que por lo menos pudiera hablar.
Correspondió a su abrazo con fuerza, sus brazos rodeándola, su rostro entre los pechos ajenos, sus manos agarrando desesperadamente esa camisa que ella vestía -Lo sé- susurró, dejando una pequeña lágrima rodar en su mejilla.
Empatía.
Escuchaba los sollozos de la mujer que tenía entre brazos, esos momentos donde no había nada más que ellos dos, y decidió tararear otra canción, una que ella recordaba con facilidad, que era algo que le devolvía en el tiempo.
Sus ojos cerrados, sus manos agarrándola como si fuera la persona más importante en su vida… corrección, era la persona más importante de su vida. Siguió tarareando, dejando una pequeña sonrisa en su rostro, le encantaba escuchar la verdad de ella, cómo se esforzaba en romper aquel cascarón en la que se había metido por años.
-Yo estuve toda mi vida sin sentir nada- susurró, presionando sus labios contra su fría piel, sus ojos entrecerrados, tan sólo acomodándose un poco en ella -Era… alguien que no le daba importancia a las relaciones, ni las personas, ni tenía interés alguno… hasta que te conocí- susurró, sus palabras honestas se desplazaban fuera de sus labios.
-Estuve tanto tiempo de esa manera, y tú… te has estado mintiendo todo este tiempo…- miró hacía un lado, respiró profundamente y dejó que lentamente el aire se le escapara de entre sus labios -pero ya no más-
Sus manos agarraron los hombros ajenos, lentamente separándolos para poder salir de los pechos ajenos, de la camisa y poder encontrarse con su rostro, con sus lágrimas, con sus ojos violeta que derramaban cascadas.
Sus manos se posaron suavemente en sus mejillas, su frente presionó contra la de ella -Se que duele muchísimo- una pequeña pausa, una pequeña sonrisa -muchísimo, pero hay maneras de seguir adelante, ¿Sabes?- palabras del pasado que venían de nuevo a estar presentes, palabras que lo habían calmado.
-Abrázame…- susurró, pero cambió unas palabras en la frase antes de pronunciarla -Y deja que el dolor salga, no me voy a ir a ningún lado- susurró, poniendo su barbilla en su hombro, rodeando su cuerpo con suavidad con sus brazos, su mano acariciando su espalda y la otra sus cabellos.
Una sonrisa genuina, esta ventana traía recuerdos de la primera vez que se encontraron…
La sala de pronto se sentía completamente diferente. Una extraña atmósfera la rodeaba, con ella sin sus dulces o juguetonas palabras, simplemente siendo movida. Más sangre podría detectar con su nariz.
Y cuando habló…
Su corazón fue agarrado y estrangulado, como si sintiera su dolor en esas palabras.
Su abrazo, sus caricias, le afectan de gran manera, ya que su toque le provocaba sensaciones jamás experimentadas por el moreno quien estaba en un espiral de emociones. Sus palabras, ¿no era su culpa? Si la hubiera detenido esa mañana en el pasillo, si solamente…
…
Solamente pensamientos que dañaban su cabeza, que lo estaban martirizando, y aunque podía haber hecho muchas cosas, eran situaciones que estaban en el pasado, ahora estaba con ella, y podía hacer varias otras acciones, tantas decisiones, palabras…
Se había imaginado un encuentro íntimo de otro tipo, que sus mordidas pulsaran un botón para llevar esto a un momento de confort, pero realmente no se esperaba las acciones de la ajena.
Después de esa mano en su hombro.
Ese sollozo rompiendo el silencio del momento.
Su pregunta la cual solamente asintió ligeramente con la cabeza, había estado… con varias parejas las cuales mentían para ocultar verdades oscuras o desagradables para ellas. Diferentes personas, diferentes momentos, pero nada estaba comparado con las palabras que ella decía.
Nadie había sido el amor de su vida como ella.
Como sus dedos aplastan aquella marca negra. Recordó las palabras cuando encontró por primera vez esa mancha… esa cicatriz en el cuerpo de ella.
Su frente posó en el abdomen de la chica mientras escuchaba sus palabras, asintiendo ligeramente con la cabeza, sabía lo que estaba diciendo, como aquella faceta no era su verdadera yo, era solamente una mentira que se ajustó a su realidad para ocultar todo dolor. Como si esa defensa no servía comenzaba con las agresiones verbales, después la huida, una rápida y ágil huida.
Ninguna palabra por el momento, tan sólo sus manos rodearon el cuerpo de la chica, dando un suave abrazo, y entre más hablaba hasta esa última palabra su corazón se había torcido, su garganta apretada, seca, sus ojos húmedos, respiró profundamente, un nudo en su garganta, tuvo que tragar saliva para que por lo menos pudiera hablar.
Correspondió a su abrazo con fuerza, sus brazos rodeándola, su rostro entre los pechos ajenos, sus manos agarrando desesperadamente esa camisa que ella vestía -Lo sé- susurró, dejando una pequeña lágrima rodar en su mejilla.
Empatía.
Escuchaba los sollozos de la mujer que tenía entre brazos, esos momentos donde no había nada más que ellos dos, y decidió tararear otra canción, una que ella recordaba con facilidad, que era algo que le devolvía en el tiempo.
Sus ojos cerrados, sus manos agarrándola como si fuera la persona más importante en su vida… corrección, era la persona más importante de su vida. Siguió tarareando, dejando una pequeña sonrisa en su rostro, le encantaba escuchar la verdad de ella, cómo se esforzaba en romper aquel cascarón en la que se había metido por años.
-Yo estuve toda mi vida sin sentir nada- susurró, presionando sus labios contra su fría piel, sus ojos entrecerrados, tan sólo acomodándose un poco en ella -Era… alguien que no le daba importancia a las relaciones, ni las personas, ni tenía interés alguno… hasta que te conocí- susurró, sus palabras honestas se desplazaban fuera de sus labios.
-Estuve tanto tiempo de esa manera, y tú… te has estado mintiendo todo este tiempo…- miró hacía un lado, respiró profundamente y dejó que lentamente el aire se le escapara de entre sus labios -pero ya no más-
Sus manos agarraron los hombros ajenos, lentamente separándolos para poder salir de los pechos ajenos, de la camisa y poder encontrarse con su rostro, con sus lágrimas, con sus ojos violeta que derramaban cascadas.
Sus manos se posaron suavemente en sus mejillas, su frente presionó contra la de ella -Se que duele muchísimo- una pequeña pausa, una pequeña sonrisa -muchísimo, pero hay maneras de seguir adelante, ¿Sabes?- palabras del pasado que venían de nuevo a estar presentes, palabras que lo habían calmado.
-Abrázame…- susurró, pero cambió unas palabras en la frase antes de pronunciarla -Y deja que el dolor salga, no me voy a ir a ningún lado- susurró, poniendo su barbilla en su hombro, rodeando su cuerpo con suavidad con sus brazos, su mano acariciando su espalda y la otra sus cabellos.
- Canción:
Adam ValentineAdam Valentine
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Hitori Macleod Lun Ene 10, 2022 10:17 pm
I'm Always Runnin' From the Reasons that I Really Wanna StayIt was So Beautiful Until I Fucked it Up
Había estado tan preocupada de empujar esas palabras al otro lado de sus labios que realmente no había pensado en lo que sería la reacción de Adam. Tenía una vaga idea de que a él no se le pasaba demasiado, claramente muchísimo menos que a ella, seguro lo que estaba diciendo no era nada nuevo. A pesar de eso creía importante que lo escuchara, pero…
Asintió con la cabeza, sí que sabía, seguro desde hace bastante, seguro antes que ella. ¿Qué decía de Hitori que alguien que conocía hace menos de un mes podía ver completamente a través de ella mientras que ella misma era incapaz de siquiera pensar en eso sin sentir tanta angustia que no podía respirar? Nada bueno.
Lo último que quería era hacerle más daño con sus palabras, y aún así sintió humedad contra su piel. -Bien hecho Macleod.- Se escarmentó, acariciando los cabellos ajenos con cuidado. Por alguna razón estaba logrando que su llanto no escalara a algo peor, a pesar de que las cosas que había dicho parecían haberle quemado al salir. Cosas que no se permitió ni pensar, menos decir hasta ese preciso momento, no venían sin una carga emocional enorme.
Como nunca antes quiso correr. No de Adam, no realmente, si no de la situación, del lugar, de lo que había dicho. En vez de eso lloró en silencio, soltando algo que no alcanzó a ser una risa por la nariz cuando comenzó a tararear. No era la misma situación, en absoluto, y aún así eran los dos momentos en que Hitori había dicho muchísimo más de lo que quería.
Era extraño, estar ahí dentro, así, con alguien que se aferraba a ella como si en eso se le fuera la vida, como si fuese alguien importante. Por tanto tiempo evitó quedar en esa situación, empujando a cualquier persona que osara siquiera empezar a mirarla con ese tipo de ojos. Y ahora, ahí estaba, entre ese agarre y las palabras que siguieron Hitori cayó en cuenta de que no podía arruinar lo que fuera que pasaba aunque le pusiera todo el empeño del mundo.
Su turno de asentir con la cabeza, sí que sabía, era lo que más le había atraído al vampiro. La sensación de peligro frente a alguien a quien no le importaba en absoluto lo que sucediera con el resto. Trató con todas sus fuerzas de dar su brazo a torcer, obligarle a tirar la máscara de caballero que ella sabía no era más que eso.
Pero, maldita su suerte. “Hasta que te conocí.” También lo sabía, ahora, aunque se había demorado demasiado en darse cuenta, demasiado tarde. Un sonidito estrangulado se escapó de su garganta, lo abrazó con algo de fuerza, luego se recordó las palabras de esa tarde.
“Yo no-” ¿Qué creía que estaba haciendo? Saltando inmediatamente a negar rotundamente haberse estado mintiendo a sí misma en una reacción visceral, como si de un martillo en la rodilla se tratase. Tan sólo se mordió la lengua y negó con la cabeza antes de suspirar pesadamente entre sollozos. Sus manos estaban ocupadas abrazando y acariciando a Adam, no podía hacer más que dejar que sus lágrimas cayeran sobre él antes de limpiarlas.
Por alguna razón se estremeció al separarse del vampiro, no supo explicarlo, y no pudo mirarle a los ojos. Lo intentó, por un momento, pero le pesó el pecho y sintió de cuajo que alguien le estrangulaba y se rindió, mirando hacia abajo cuando empujó su frente con la suya. Extendió sus manos para apoyarlas contra el pecho ajeno ligeramente, como si no se atreviera a hacer más que eso.
Parpadeó varias veces ante las siguientes palabras, algo extraño en ellas, pero había estado tan alterada cuando las dijo que demoró bastante en reconocerlas. Hasta ese momento lograba contener su llanto en algo extrañamente tranquilo, por lo menos para ella, sin gritos o gimoteos patéticos, sin hiperventilar en pánico. Tan sólo hizo caso, rodeando al vampiro con sus brazos, escondiendo su cara entre el hombro y cuello cálidos.
“Menuda estúpida” Balbuceó contra la piel ajena, apretando más de a poco. “La bruta que dijo eso p-primero.” Terminó, restregando su nariz contra él, empapándolo en lágrimas sin remordimiento. Quemaba, un poco, el cuerpo cálido contra el suyo, tenía más frío de lo que creía, quizás. Quizás era parte de su locura, la misma que le estrangulaba y quemaba sus labios al decir verdades.
Nuevamente quería agregar algo, pero no le quedaba coraje suficiente. Tan sólo se quedó abrazada, hundiendo las yemas de sus dedos en la espalda ajena. No estaba empeorando, era algo nuevo, pesaba, pero también ardía, quemaba como si hubiese salido al sol de verano después de años en un sótano. Sollozaba en silencio y de algún lugar sacaba más líquido para llorar. Después de un par de minutos separó su cara del vampiro y suspiró pesadamente en algo como determinación.
Hace bastante que no tenía suficiente cabeza como para intentar calmarse a sí misma. Dejó un beso rápido en la nariz ajena y, con esa agilidad extraña, se desenmarañó del abrazo, volviendo a estremecerse. Se alejó sólo lo suficiente para recoger la guitarra improvisada, volviendo con una sonrisa un tanto triste. Iba a sentarse sobre la cama, pero tenía ese recuerdo horrendo demasiado cerca de la superficie, giró la cabeza de la cama como si estuviese mostrando una película de terror sobre las sábanas.
En vez, tomó la frazada y la dejó sobre el piso, empujando al vampiro para que se sentara. Ninguna palabra, se notaba en cómo sollozaba que simplemente no era capaz de sacarlas en ese momento. Hitori enjugó sus lágrimas con la manga de la camisa, tocando las piernas de Adam con su pie para que las abriera antes de sentarse ahí, de espaldas, apoyando la guitarra sobre sus piernas cruzadas por un momento.
Extrañamente no había dejado de llorar todavía, pero parecía bastante determinada a hacer lo que fuera que tenía en mente a pesar de eso, aprovechando quizás que no empeoraba. Arremangó las mangas de la camisa, ató su cabello fuera de su camino. Luego giró su cabeza, dejando un beso en la mejilla ajena mientras buscaba sus brazos y los dejaba alrededor de su abdomen con suavidad.
Quemaba, por alguna razón seguía quemando sus labios, su nariz, sus brazos, ahí donde le abrazaban. Presionó ese lugar en su cuello y respiró profundamente, tomando la guitarra entre sus manos, comenzó el punteo de lo que quería tocar. No le daba todavía para acompañarlo con su voz, pero conforme avanzaba sólo con sus dedos su respiración se calmaba de a poco.
- Primera versión:
-Déjame, por hoy, perdiste, jódeme de nuevo mañana.- Si tan sólo fuese así de fácil. Fueron casi cuatro minutos, donde sus ojos estaban clavados sobre sus dedos aunque no fuese necesario. Donde dejó que sus lágrimas cayeran sobre sus piernas. Cuando su respiración ya no sonaba como si se estuviese ahogando, cerró los ojos, y como sucedía a veces, la tristeza comenzó a escaparse por sus dedos.
Comenzó una vez más, respirando despacio, y luego hizo trampa. Era difícil, imposible en ese momento decir otra cosa honesta. Había demasiado ahí, demasiado trauma, demasiadas creencias dolorosas que no se sanaban rápido, demasiado miedo.
Pero una canción era sólo eso. Por lo menos eso decidió, y si le apretaba el zapato a alguien, no era su responsabilidad. Decía bastante de la complejidad estúpida de su cabeza que ese vacío legal fuese aceptable.
Entonó la canción de manera lenta, más que la original, dejando que cada verso colgara en el aire antes de borrarlo con el siguiente. Escalofríos brotaban en ondas por todo su cuerpo, los sentía aún con ojos cerrados, aún bajo el frío, todo lo que quemaba, el peso en su pecho, ahí estaba la reacción física a las palabras que decía sin decir.
- Con Letra:
Al terminar, acalló la guitarra con cuidado, apoyándola de vuelta sobre sus muslos, suprimiendo el deseo visceral de aventarla contra una pared, como si con matar a su cómplice pudiese deshacerlo. Hitori agachó la cabeza, suspirando como si se hubiese sacado un peso de encima, pero ahora…
Costumbre, sólo costumbre, no se movió, no tocó los brazos si seguían alrededor de ella, no dijo nada. Tan sólo esperó. A pesar de lo que había entendido ese día, de lo que había dicho, de lo que él dijo, esperó. A que Adam se fuera, que la diferencia entre un colchón y el piso no era suficiente, que ese final era inevitable, que en realidad ella misma lo había traído al decir verdades, al hacer algún tipo de declaración remotamente cercana a cariño.
No era racional, no importaba que los hechos indicaban lo contrario. De la misma manera en que en el segundo que Adam demoró en recogerla del piso su humor había cambiado inmediatamente, eran rieles de tren inevitables, estampados en acero en su cabeza hace demasiado tiempo. Quizás había dejado de decirlo una y otra vez en voz alta, que terminaría por irse, por aburrirse, y eso era un paso, pero quedaba muchísimo camino que recorrer.
Hora
8 PM
Lugar
Estacionamiento
Clima
Nublado
Hunger
4/6
8 PM
Lugar
Estacionamiento
Clima
Nublado
Hunger
4/6
Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Adam Valentine Mar Ene 11, 2022 6:25 am
Negación… podía haberlo esperado, algún grito, un suave golpe, algo, pero en lugar de eso era solamente un suave movimiento de cabeza, sollozos, suspiros, le había dado en el blanco, ¿Por qué pasar por otra persona? El no era la persona correcta, o por lo menos no sentía que estaba en su derecho.
Ser mentiroso… era la forma más básica de decirlo, era un manipulador, alguien quien decía que retorcía la verdad misma hasta el punto en hacer eso tan vago que ni siquiera sus palabras caían en un espectro en específico. ¿Le importaba? Solamente pensaba que esa era su verdad en ese momento, no tenía ninguna angustia, ningún conflicto interno.
-Pero tiene razón- susurró ante sus palabras, insultando a un pasado lejano. Era curioso, que con una sonrisa la dejaba que derramara tantas lágrimas como quisiera, tantos sentimientos que se liberaron.
Paciencia.
No importaba cuánto tiempo pasará, ¿minutos? ¿Horas? estar junto a ella, ayudándola, estando ahí para ella como lo había hecho.
Ojos cerrados.
Respiró profundamente, su cambio había sido un poco menos violento como el suyo, ¿Pero que esperar? De romper completamente un molde con un martillo para cambiar una persona, a abrir una presa para que salieran lentamente esas emociones que tenía atorada. De alguna u otra manera, los dos lentamente se estaban curando. Las heridas del vampiro estaban ya cicatrizadas, por lo menos la mayoría, y ahora era comenzar a lidiar día a día una nueva gama de elementos que nunca antes había pensado tener.
Sonrió cuando recibió ese beso en su nariz, y tan sólo la dejó moverse, observando como ella se estaba acomodando para hacer algo, ¿La guitarra? Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, si, esto era…
Si…
La música siempre ha sido un elemento para decir lo que sentían… canciones grabadas en su mente, atadas a fuertes memorias, fuertes sentimientos.
Se sentó cuando ella le indicó, y se acomodó para que ella pudiera sentarse, dejando sus manos siendo dirigidas por ella, que con una sonrisa recibió el beso, cálido, hermoso. Sentía el cariño, el amor en ese beso.
Y ahora, tan sólo cerró sus ojos para escuchar la canción, esa guitarra que rompía el silencio, acompañaba sus sollozos ya inaudibles. Sus dedos jugaban con el abdomen de la chica, tan sólo presionaban su suave piel con cariño, en un toque sin fuerza, acompañando su guitarra en lo que sería un piano imaginario, por lo menos los primeros segundos antes de calmarse y poner su barbilla en su hombro.
Pero no era el final.
Sus palabras ahora en versos llenaron la habitación.
Y lo entendía, cada palabra que ella decía.
Sus ojos se entrecerraron, miró como tocaba la guitarra mientras que su corazón dolía con suavidad, no era un dolor hostil, sino que eran sentimientos que estaban actuando con fuerza, estaban completamente activos y surgían por todo su cuerpo.
-Lo entiendo- susurró y dejó un pequeño beso en su hombro, después en su cuello, con cariño mientras que la jalaba suavemente hacía él, hacía su cuerpo. Ahí los dos en el suelo, sonriendo ladinamente, ¿La había escuchado en alguna parte? Esa canción… si, la había escuchado en otra parte.
No importaba.
Un beso en su mejilla, cariñosamente, después su mano agarró su barbilla, y con un gentil movimiento, hizo que lo viera, y que sus labios conectaran con los ajenos en un tierno beso. No sabía ahora como expresarse en palabras, simplemente en el tacto que le daba ella, no necesitaba más que eso posiblemente…
Posiblemente…
-Me voy a quedar contigo, ya te lo había dicho-
Ser mentiroso… era la forma más básica de decirlo, era un manipulador, alguien quien decía que retorcía la verdad misma hasta el punto en hacer eso tan vago que ni siquiera sus palabras caían en un espectro en específico. ¿Le importaba? Solamente pensaba que esa era su verdad en ese momento, no tenía ninguna angustia, ningún conflicto interno.
-Pero tiene razón- susurró ante sus palabras, insultando a un pasado lejano. Era curioso, que con una sonrisa la dejaba que derramara tantas lágrimas como quisiera, tantos sentimientos que se liberaron.
Paciencia.
No importaba cuánto tiempo pasará, ¿minutos? ¿Horas? estar junto a ella, ayudándola, estando ahí para ella como lo había hecho.
Ojos cerrados.
Respiró profundamente, su cambio había sido un poco menos violento como el suyo, ¿Pero que esperar? De romper completamente un molde con un martillo para cambiar una persona, a abrir una presa para que salieran lentamente esas emociones que tenía atorada. De alguna u otra manera, los dos lentamente se estaban curando. Las heridas del vampiro estaban ya cicatrizadas, por lo menos la mayoría, y ahora era comenzar a lidiar día a día una nueva gama de elementos que nunca antes había pensado tener.
Sonrió cuando recibió ese beso en su nariz, y tan sólo la dejó moverse, observando como ella se estaba acomodando para hacer algo, ¿La guitarra? Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, si, esto era…
Si…
La música siempre ha sido un elemento para decir lo que sentían… canciones grabadas en su mente, atadas a fuertes memorias, fuertes sentimientos.
Se sentó cuando ella le indicó, y se acomodó para que ella pudiera sentarse, dejando sus manos siendo dirigidas por ella, que con una sonrisa recibió el beso, cálido, hermoso. Sentía el cariño, el amor en ese beso.
Y ahora, tan sólo cerró sus ojos para escuchar la canción, esa guitarra que rompía el silencio, acompañaba sus sollozos ya inaudibles. Sus dedos jugaban con el abdomen de la chica, tan sólo presionaban su suave piel con cariño, en un toque sin fuerza, acompañando su guitarra en lo que sería un piano imaginario, por lo menos los primeros segundos antes de calmarse y poner su barbilla en su hombro.
Pero no era el final.
Sus palabras ahora en versos llenaron la habitación.
Y lo entendía, cada palabra que ella decía.
Sus ojos se entrecerraron, miró como tocaba la guitarra mientras que su corazón dolía con suavidad, no era un dolor hostil, sino que eran sentimientos que estaban actuando con fuerza, estaban completamente activos y surgían por todo su cuerpo.
-Lo entiendo- susurró y dejó un pequeño beso en su hombro, después en su cuello, con cariño mientras que la jalaba suavemente hacía él, hacía su cuerpo. Ahí los dos en el suelo, sonriendo ladinamente, ¿La había escuchado en alguna parte? Esa canción… si, la había escuchado en otra parte.
No importaba.
Un beso en su mejilla, cariñosamente, después su mano agarró su barbilla, y con un gentil movimiento, hizo que lo viera, y que sus labios conectaran con los ajenos en un tierno beso. No sabía ahora como expresarse en palabras, simplemente en el tacto que le daba ella, no necesitaba más que eso posiblemente…
Posiblemente…
-Me voy a quedar contigo, ya te lo había dicho-
Adam ValentineAdam Valentine
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Hitori Macleod Mar Ene 11, 2022 7:56 am
I'm Always Runnin' From the Reasons that I Really Wanna StayIt was So Beautiful Until I Fucked it Up
Esa vez no tuvo tiempo de perderse ni por un momento en su cabeza. Los brazos seguían alrededor de ella, seguía apoyando la barbilla en su hombro, no había desaparecido por arte de magia. Por más que creyera que demostrar cariño de alguna manera verbal era como una maldición sobrenatural sobre ella y quien lo escuchara, cuentos de hadas como esos no exis-
Bueno, de cualquier modo ese cuento específico no existía.
Escuchó el susurro cerca de su oído y algo en su postura se relajó, la parte que anticipaba el resultado más doloroso. El beso no quemó ya, había soltado todo eso. Exhaló en un hilillo de aire y se dejó acercar, todavía tenía frío y sentarse en el piso, aunque necesario, no era lo mejor para no congelarse. Había calmado sus sollozos, y ya sólo una que otra lágrima rebelde caía por sus mejillas.
El nudo que había hecho con su cabello se deshizo al moverse, dejando una cascada oscura que a veces mostraba destellos púrpura cuando chocaban con la luz de la lámpara. Hitori giró la cabeza, siguiendo la mano que la guiaba, dejando la guitarra a un lado. Correspondió el beso con ojos cerrados, era quizás demasiado honesto y real hacerlo de otra manera en ese momento.
Ahí estaban, las ganas de contrarrestar tanto cariño con algo violento, como si de un niño pequeño se tratara, listo para pisotear un perfecto castillo de arena. Era otro tipo de vértigo, tenía varios, una necesidad casi imposible de ignorar, un vómito. Cerró los ojos con fuerza al terminar el beso y presionó sus labios con fuerza.
Adam le dio una opción que la chica tomó con gusto. Su boca se torció en una sonrisa juguetona y abrió los ojos con una expresión confundida. “No sé de qué hablas.” Murmuró, girando su cuerpo para verle mejor de manera más cómoda. Hitori posó su dedo índice sobre sus labios sin perder aquella sonrisa. “Yo no he dicho nada.” No fue necesario guiñar un ojo, menos cuando mientras hablaba su otra mano encontró la ajena y apretó con fuerza. “Gracias, necesitaba escuchar eso.” O algo por el estilo, era lo que no había salido de sus labios.
Podría haber intentado agregar algo como “yo tampoco me voy a ninguna parte” pero era una promesa que simplemente no podía no-decir, a veces perdía las riendas, Adam lo sabía. Sólo le quedaba confiar en que el vampiro entendiera eso, a juzgar por sus reacciones frente a sus acciones suicidas, lo tenía bastante claro.
“No sé quién tuvo la miserable idea de sentarse en el piso.” Murmuró, terminando de acomodarse para quedar sentada de lado sobre Adam, girando un poco para quedar frente a frente de su torso hacia arriba. Soltó la mano ajena y rodeó al vampiro con los brazos, empujando manos hechas de hielo contra la piel cálida de su espalda. Agregó a la tortura el resto de su cuerpo, pecho, abdomen, hasta dejar la nariz moreteada y gélida contra el cuello ajeno. Las últimas lágrimas se perdieron entre su cabello y el cuerpo de temperatura normal.
“¿No debería ser al revés? No suena bien que de los dos el vampiro sea quien tiene cuerpo caliente.” Dijo sin separarse, sus labios partidos raspaban contra él. Su voz sonaba un poco más relajada, bromeaba para crear espacio entre el momento intenso y ella. “¿Estás seguro que eres eso? Y yo aquí dejándote morderme, que ilusa.” Un brazo se mantuvo rodeándolo, la otra mano subió por el pecho ajeno y llegó a descansar detrás de su cuello.
Se arrimó más cerca, acercando sus piernas y apegándose más, robando calor sin remordimiento. Por fin podía relajar, soltar todo lo que le había tenido tan extremadamente tensa. Primero la pelea, el día que siguió eso, el encuentro desagradable, el dolor, la culpa, los nervios, todas las emociones que fueron y vinieron en la última hora… Eran las únicas cosas que le habían mantenido despierta y mayoritariamente sin sentir el cansancio. Rápidamente ahora que todo parecía haberse calmado, todo empezaba a pesar.
Hora
8 PM
Lugar
Estacionamiento
Clima
Nublado
Hunger
4/6
8 PM
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Adam Valentine Mar Ene 11, 2022 11:04 pm
De nuevo, unas palabras que ella mencionó, y que solamente el vampiro asintió con la cabeza. Había hecho todo un esfuerzo gigantesco para expresarse de esa manera, ahora tenía el completo derecho de negar sus palabras con esa sonrisa juguetona. Dejó que se acomodará en sus piernas, lo comprendía.
Aquel suave apretón de mano, como le dedicaba esa ya caricia con el pulgar que tantas veces le había dado, no le aburría, hacer las mismas acciones, ahora entendía las grandes diferencias que podía haber en tan sólo un pequeño gesto.
Había dicho las cosas bien y parecía ser que este barco por fin tomaba un curso seguro.
Encogió sus hombros al escucharla, observando el suelo, sintiendo como estaba completamente frío, ¿Le importaba? Claro que no, era mucho mejor, como ese pensamiento masoquista al sentir las manos heladas de la ajena aterrizar sobre su cálida piel, como contrastaba vastamente.
La abrazó de vuelta, dejó un beso en su hombro, sintió la gota aterrizar en su cuerpo, en ese momento ni siquiera la limpió, con los ojos cerrados respiró profundamente, el cuerpo ajeno tenía rastros de sangre, estaba un poco sucio, y extrañamente había rastro de vainilla… agradeció a su amiga por ello.
Levantó una ceja ante su pregunta, dejando una pequeña risa quedarse en su garganta, salir de su nariz. -De eso estoy completamente seguro… y puedo probarlo -susurró, tan sólo asomando sus colmillos y rozando con estos la piel de la chica -Pero será para otra ocasión- dijo finalmente, sus dientes de nuevo se ocultaron y tan sólo depositó un beso en su piel.
“Te amo” lo pensó por un momento, pero eran fuertes palabras, pesadas, que llevaban consigo un compromiso serio desde su corazón hasta ella. Quería decirlo, pero no era el momento, ¿Cuándo lo era? Tan sólo tenía que ser paciente.
Todo se sentía más ligero.
No había nada cerrado dentro de su mente, de sus emociones, y ella por como actuaba parecía estar en proceso de eso, que no importó la pelea de la mañana, ni de otros días, que esa noche ya solamente era un mal recuerdo, y que todo lo que conllevaba estaba desapareciendo hasta ser una memoria agria.
-Hitori- susurró, agarrando sus piernas con una mano, sus dedos presionando contra la piel de su muslo con suavidad, pero la soltó y tan sólo dejó un beso en su cuello -Creo que ya deberíamos de pasarnos a la cama, está haciendo bastante frío- susurró, realmente no le importaba que ella viniera y le quitará todo el calor que albergaba su cuerpo, pero tampoco quería ese constante choque con el frío de la noche que podría ser causa de una futura enfermedad. Aún así…
Respiró profundamente, estando así de cómodos, ¿Por qué moverse? ¿Por qué perturbar la paz que habían encontrado en ese momento? Tan sólo estiró su mano para jalar las sábanas perfectamente puestas y acomodadas en la cama improvisada y acomodarlas sobre el cuerpo femenino, sobre sus hombros.
Respiró profundamente, dejó un beso más en su cuello.
-Así está mejor-
Aquel suave apretón de mano, como le dedicaba esa ya caricia con el pulgar que tantas veces le había dado, no le aburría, hacer las mismas acciones, ahora entendía las grandes diferencias que podía haber en tan sólo un pequeño gesto.
Había dicho las cosas bien y parecía ser que este barco por fin tomaba un curso seguro.
Encogió sus hombros al escucharla, observando el suelo, sintiendo como estaba completamente frío, ¿Le importaba? Claro que no, era mucho mejor, como ese pensamiento masoquista al sentir las manos heladas de la ajena aterrizar sobre su cálida piel, como contrastaba vastamente.
La abrazó de vuelta, dejó un beso en su hombro, sintió la gota aterrizar en su cuerpo, en ese momento ni siquiera la limpió, con los ojos cerrados respiró profundamente, el cuerpo ajeno tenía rastros de sangre, estaba un poco sucio, y extrañamente había rastro de vainilla… agradeció a su amiga por ello.
Levantó una ceja ante su pregunta, dejando una pequeña risa quedarse en su garganta, salir de su nariz. -De eso estoy completamente seguro… y puedo probarlo -susurró, tan sólo asomando sus colmillos y rozando con estos la piel de la chica -Pero será para otra ocasión- dijo finalmente, sus dientes de nuevo se ocultaron y tan sólo depositó un beso en su piel.
“Te amo” lo pensó por un momento, pero eran fuertes palabras, pesadas, que llevaban consigo un compromiso serio desde su corazón hasta ella. Quería decirlo, pero no era el momento, ¿Cuándo lo era? Tan sólo tenía que ser paciente.
Todo se sentía más ligero.
No había nada cerrado dentro de su mente, de sus emociones, y ella por como actuaba parecía estar en proceso de eso, que no importó la pelea de la mañana, ni de otros días, que esa noche ya solamente era un mal recuerdo, y que todo lo que conllevaba estaba desapareciendo hasta ser una memoria agria.
-Hitori- susurró, agarrando sus piernas con una mano, sus dedos presionando contra la piel de su muslo con suavidad, pero la soltó y tan sólo dejó un beso en su cuello -Creo que ya deberíamos de pasarnos a la cama, está haciendo bastante frío- susurró, realmente no le importaba que ella viniera y le quitará todo el calor que albergaba su cuerpo, pero tampoco quería ese constante choque con el frío de la noche que podría ser causa de una futura enfermedad. Aún así…
Respiró profundamente, estando así de cómodos, ¿Por qué moverse? ¿Por qué perturbar la paz que habían encontrado en ese momento? Tan sólo estiró su mano para jalar las sábanas perfectamente puestas y acomodadas en la cama improvisada y acomodarlas sobre el cuerpo femenino, sobre sus hombros.
Respiró profundamente, dejó un beso más en su cuello.
-Así está mejor-
Adam ValentineAdam Valentine
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
por Hitori Macleod Miér Ene 12, 2022 9:07 am
I'm Always Runnin' From the Reasons that I Really Wanna StayIt was So Beautiful Until I Fucked it Up
Hitori sonrió ante la respuesta. Le gustaba poder jugar de esa manera, eran cosas que sólo venían bien y de manera cómoda con el tiempo, con conocer al otro, con algún tipo de intimidad. Era algo que tenía con su familia, algunos amigos, pero hasta ese momento no se había permitido tenerlo con alguien más. Para eso se requería más que una noche, y ya han quedado claros sus sentimientos previos acerca de eso.
En un reflejo casi automático, presionó las yemas de sus dedos contra el vampiro en anticipación al sentir los colmillos sobre su piel. Resopló por la nariz cuando fueron retirados, no jugaba sola y el vampiro era completamente capaz de seguirle el paso. -Empate.- No podía quedar así.
“Señor Valentine, no ha ni terminado de cumplir con su última amenaza y ya dispara otra. ¿No será mucha la osadía?” Mordió el cuello suavemente antes de dejar un beso, no se dio el trabajo de levantar la cabeza del hombro ajeno, pesaba demasiado. La broma no funcionaba demasiado bien con ese nombre, pero no era capaz de reproducir el sonido que había escuchado que era el resto de su nombre real.
De alguna manera, aunque Hitori había pasado el día completo intentando destruir lo que se estaba formando entre ella y Adam, en comparación a la noche anterior no sólo no logró su cometido, si no que había pavimentado varios metros más del camino por el que le llevaban a rastras. Más o menos, quizás menos arrastrada que antes, por más imperceptibles que fueran la chica de a poco hacía avances.
¿Arruinó arruinar algo? Quizás, quizás simplemente había encontrado a alguien con la cabeza más dura, y Hitori podía destruir tres o cuatro pero no importaba cuando Adam construía siete. Podía retroceder todo lo que quisiera, pero si le seguían en reversa también, daba igual hacia dónde corriera. De a poco caía en cuenta de ese hecho, y aunque en un principio le había aterrorizado al punto de casi locura completa, ahora, después de esa tarde, de lo que había dicho, era algo reconfortante.
Se había perdido en ese tren de pensamiento, más o menos inconsciente, mientras empezaba a quedarse dormida, relajándose de a poco contra el calor que ofrecía Adam. En más de un sentido, quizás, su corazón había cicatrizado alrededor de la estaca oscura y gélida que le habían clavado, pero acurrucada contra él todo se sentía un poco mejor. Más soportable, más seguro, más cálido.
“¿Hm?” Fue más un sonido somnoliento que otra cosa, pero atendió a su nombre. Su agarre contra el vampiro de a poco se había aflojado, pero ahora reaccionaba de vuelta, aunque cargado con ese mismo sueño. Aún cuando la mayoría de su cerebro se hundía en sueño, las comisuras de sus labios se arrastraron mínimamente hacia arriba al escucharlo.
“No hace frío, no seas nena.” Balbuceó de manera casi ininteligible, apenas enunciando las palabras. Su mano se movió casi por sí sola, levantándose hacia donde creía estaba su cara para dedicarle un par de palmaditas condescendientes para terminar el insulto, antes de volver a acunarse entre ambos cuerpos.
Luego fue cubierta con algo y tuvo otro tipo de reflejo. Movió su cabeza en lo que intentó ser un cabezazo hacia el contrario, pero terminó siendo algún tipo de indicación o protesta. Su mano volvió a levantarse, la meta inicial no quedaba clara, pero terminó por empujar parte de la sábana contra la cara del vampiro.
“Tú también … cansado, pedazo de … … se te ocurra quedarte sentado como … … …” Apenas logró que sus labios se separaran para la mitad de las palabras de lo que sólo podía ser descrito como un protolenguaje que era más metafísico que literal, descifrable sólo por alguien que conociera suficiente a la hablante. Las últimas protopalabras ni siquiera lograron pasar más allá de su garganta, y la mano que había sido poseída por la parte de la chica que se preocupaba del resto, al cumplir con su cometido de… ¿Restregar las sábanas en la cara de Adam? Cayó por última vez de a poco.
Por primera vez desde que había asistido al evento en Fallgate, el monstruo no la estaba esperando en sus sueños. Durante la noche no hubo llanto ni movimientos violentos. Ningún grito o gimoteo. No se despertó a sí misma de un chillido, o porque había dejado de respirar. Sólo… Durmió, sin ningún hecho extraordinario, como todo el resto del mundo, si recordaba sus sueños eran extraños y sin sentido, llenos de recuerdos mezclados y colores, mundos de fantasía, una torre en reparación, y muchísima música de fondo.
Ni siquiera despertó inmediatamente apenas hubo una pizca de luz, como solía hacer, como si todo su cuerpo estuviese desesperado por escapar de la oscuridad de la noche y sus pesadillas. No despertó cuando el sol se asomó por completo sobre el horizonte. En algún momento de la media mañana, la temperatura subió lo suficiente como para calentar el piso sobre el que estaba acostada, entregándole sueños acerca del sol y estar en una playa.
Hitori abrió los ojos, y estaba despierta. En control completo de su cuerpo, no atrapada en una parálisis del sueño, no le dolía la garganta por haber gritado o sollozado, y sus mejillas estaban secas, sin rastros de sal que delataran lágrimas, por lo menos no nuevas. Sintió sábanas sobre ella, alguien cálido contra su cuerpo.
No abrió los ojos, a diferencia de la última vez que había dormido, sabía exactamente dónde y con quién estaba. Esa vez, esa costumbre aprendida a la fuerza que usualmente le gritaba que era hora de irse ni siquiera registró como un susurro. No movió ningún músculo, no para más que bostezar profundamente y arrimarse más contra su… Su… ¿Su qué? Ella también se hacía ese tipo de preguntas. Cuando dormía, por lo menos.
“Compañero de mañanas.” Murmuró en ese tono perdido y ronco de alguien que todavía no ha despertado por completo, pero las palabras eran comparables a una reina nombrando a alguien como su caballero. Podría decirse luego que esa anomalía, la primera noche pacífica, los buenos sueños, esa cómoda despertada, eran todos debido a lo cansada y magullada que estaba. Lo haría, de hecho, una y otra vez, varias veces en el siguiente día, pero nada excepto la verdad explicaba esas tres palabras.
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Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|Re: I Will Find a Way to Tear it Down Every Time |Adam|
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