I. Jamás cooperarás con otras razas.
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
¿Vienes a jugar con nosotros?
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
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¿Sobrevivirás el Juego?
⚝ Reglas⚝ Ambientación⚝ Razas⚝ Alianzas⚝ Personajes Canon⚝ Territorios Neutrales⚝ Habilidades Prohibidas⚝ Modelo de Ficha⚝ Temas Libres⚝ Dudas⚝ Sugerencias⚝ Novedades⚝ ¡Conoce a la Administración!⚝ Discord
⚝ Reactivación de Cuentas
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⚝ Sistema de Encuentros ⚝ Sistema de Dados⚝ Hoja de Personaje⚝ Misiones⚝ Familiares⚝ Pide al NPC⚝ Puntos y Niveles⚝ Cierre de Temas⚝ Level Up⚝ Calendario⚝ Tienda⚝ Regalo de Puntos
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I Prayed, God Sent me right to Voice Mail || Priv. Nick
Vie Abr 22, 2022 5:25 pm por Gala Florian
Baby, I'm the reason why Hell's so hot || Priv. Faith Asher
Vie Abr 22, 2022 5:03 pm por Joshua Friedrich
Problemas o Cambio de Botón AQUÍ
Lun Abr 18, 2022 7:33 pm por Invitado
Sabías que...¿Cuando mueres vas directo al cementerio de los alrededores?
Sabías que...¿Eres irreconocible en tu forma de raza?
Sabías que...¿Si abres temas libres en ciertos lugares quizás los responda un canon?
Sabías que...¿Para cruzar la neblina debes cumplir ciertas condiciones?
Sabías que...¿Cada templo tiene un secreto?
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Primero que nada, gracias a Emme, quién ha transformado el foro en esta maravilla, con una skin preciosa, widgets y perfiles. Además de que la gran mayoría de las tablas que usamos pertenecen a ella. Agradecemos infinitamente su paciencia con nosotros y a sus hermosas creaciones.
Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
Atte. Persephone Hansen
Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
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Hitori Macleod, Solitaria Hija de lo Repugnante [ID] Enfermera cuidadosa de día, ninfómana bruta y parrandera de noche.
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Hitori Macleod, Solitaria Hija de lo Repugnante [ID] Enfermera cuidadosa de día, ninfómana bruta y parrandera de noche.Hitori Macleod, Solitaria Hija de lo Repugnante [ID] Enfermera cuidadosa de día, ninfómana bruta y parrandera de noche.
por Hitori Macleod Mar Mar 09, 2021 3:26 am
☤ Hitori Macleod ☤ Híbrida Ninfa y Demonio (Sucubo)
01Edad26
02SexoFemenino
03AlianzaNeutral
04OcupaciónEnfermera
05Origen del PersonajeMiyaura Sanshio - OC (Beifeng Han) & Morrigan (Darkstalkers)
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06Habilidades y Debilidades
✓Healing Embrace: La única habilidad que tiene de su parte Dríade, aunque ha sido levemente corrompida por su naturaleza demoniaca. Usa la fuerza vital que ha absorbido para curar al resto, canalizándola en las alas de su cabeza y redirigiéndola a las heridas con sus labios. No puede curar nada que no pueda tocar con sus labios, es decir, heridas internas, venenos y cosas por ese estilo están fuera de sus capacidades mágicas, al igual que las heridas de muerte. Si no se ha alimentado e intenta curar, usa de su propia energía vital. Después de usar esta habilidad usando su propia energía vital debe alimentarse lo antes posible o sufre las consecuencias de su debilidad Hungry. Si quiere curarse a sí misma debe usar esta habilidad en conjunto con Deadly Kiss y los efectos se ven reducidos a la mitad.
✓ Sweet Lips: Los labios y piel de Hitori están cargados de feromonas y magia negra al punto en que es casi tóxico para quien se le acerque, toque o bese (La intensidad de Sweet Lips depende de cuan cerca y conectada con su presa.)
Dependiendo de la persona, esto se manifiesta como un olor y sabor distinto, imposible de ignorar. Aunque claramente no es capaz de seducir a absolutamente todo el mundo, bajo la influencia de su magia es extremadamente difícil resistirse a sus encantos o querer hacerle daño.
Esta habilidad sirve para influenciar más a una víctima que ya esté encantado con ella o disuadir a alguien que, de otro modo, quizás le haría daño. No es control mental ni nada por el estilo, más como una droga difícil de resistir. Es una habilidad pasiva que puede usar siempre que esté alimentada, en su forma de raza o humana. Si la usa cuando no se ha alimentado, sufre daño físico en cada post que lo haga.
✓ Deadly Kiss: Su manera de alimentarse, absorbiendo energía vital de alguien más. Sólo puede hacerlo en su forma de raza y bajo condiciones específicas. Debe estar tocando a una persona que esté interesada en ella. Las fantasías sexuales y el contacto físico de sus víctimas la nutren y mientras más tiempo están bajo su influencia, más puede cargarse de energía. Su víctima no sentirá dolor y muchas veces ni siquiera se dará cuenta de lo que está pasando, sólo para sentirse un poco más cansado de lo que debería luego de un encuentro con la híbrida.
Tiene una duración de máximo seis post si las condiciones se cumplen, y puede usarla una vez por tema. La cantidad de energía que recibe y las repercusiones físicas para sus víctimas dependen de la intensidad de su encuentro, pero nunca será nada cerca de lo letal, sólo agote físico.
✓ Sweet Lips: Los labios y piel de Hitori están cargados de feromonas y magia negra al punto en que es casi tóxico para quien se le acerque, toque o bese (La intensidad de Sweet Lips depende de cuan cerca y conectada con su presa.)
Dependiendo de la persona, esto se manifiesta como un olor y sabor distinto, imposible de ignorar. Aunque claramente no es capaz de seducir a absolutamente todo el mundo, bajo la influencia de su magia es extremadamente difícil resistirse a sus encantos o querer hacerle daño.
Esta habilidad sirve para influenciar más a una víctima que ya esté encantado con ella o disuadir a alguien que, de otro modo, quizás le haría daño. No es control mental ni nada por el estilo, más como una droga difícil de resistir. Es una habilidad pasiva que puede usar siempre que esté alimentada, en su forma de raza o humana. Si la usa cuando no se ha alimentado, sufre daño físico en cada post que lo haga.
✓ Deadly Kiss: Su manera de alimentarse, absorbiendo energía vital de alguien más. Sólo puede hacerlo en su forma de raza y bajo condiciones específicas. Debe estar tocando a una persona que esté interesada en ella. Las fantasías sexuales y el contacto físico de sus víctimas la nutren y mientras más tiempo están bajo su influencia, más puede cargarse de energía. Su víctima no sentirá dolor y muchas veces ni siquiera se dará cuenta de lo que está pasando, sólo para sentirse un poco más cansado de lo que debería luego de un encuentro con la híbrida.
Tiene una duración de máximo seis post si las condiciones se cumplen, y puede usarla una vez por tema. La cantidad de energía que recibe y las repercusiones físicas para sus víctimas dependen de la intensidad de su encuentro, pero nunca será nada cerca de lo letal, sólo agote físico.
✘ Phobic: De noche, su fobia a la oscuridad, a la soledad y al silencio carcomen su espíritu. Si no está acompañada y cerca de una fuente de luz, no puede dormir ni descansar. Si no duerme ni descansa, es incapaz de acceder a sus poderes, quedando atrapada en su forma humana por el día. Todavía siente hambre en aquel estado, pero es incapaz de alimentarse.
✘ Weak: Como su cuerpo está hecho para dar y recibir placer y nada más, no tiene fuerza ni resistencia. Su cuerpo humano se magulla fácilmente y la recuperación tarda bastante por su mala alimentación y el poco cuidado que se presta. En su forma de raza sucede lo mismo.
✘ Hungry: Por su parte sucubo, Hitori siente la necesidad de alimentarse cada vez que toma su forma de raza. Cuando usa sus habilidades, el hambre es mayor y cada vez más difícil de ignorar hasta que simplemente debe alimentarse. Si ha tomado su forma de raza y usado sus habilidades un total de seis veces, el hambre es demasiado para resistir y se alimentará de la persona que esté mas cerca a como de lugar. Pierde completamente el conocimiento y su auto control desaparece. De no alimentarse en ese momento, cae inconsciente por ocho horas.
✘ Weak: Como su cuerpo está hecho para dar y recibir placer y nada más, no tiene fuerza ni resistencia. Su cuerpo humano se magulla fácilmente y la recuperación tarda bastante por su mala alimentación y el poco cuidado que se presta. En su forma de raza sucede lo mismo.
✘ Hungry: Por su parte sucubo, Hitori siente la necesidad de alimentarse cada vez que toma su forma de raza. Cuando usa sus habilidades, el hambre es mayor y cada vez más difícil de ignorar hasta que simplemente debe alimentarse. Si ha tomado su forma de raza y usado sus habilidades un total de seis veces, el hambre es demasiado para resistir y se alimentará de la persona que esté mas cerca a como de lugar. Pierde completamente el conocimiento y su auto control desaparece. De no alimentarse en ese momento, cae inconsciente por ocho horas.
07Descripción Psicológica
Hitori es una chica extremadamente sencilla de analizar cuando se entiende una sola cosa acerca de ella: Toda su vida se basa en escapar de sus fobias. Todo lo que es, todo lo que hace y deja de hacer están directamente relacionados con neutralizar aquellas situaciones que amenazan con llevarla a un horrendo ataque de angustia o pánico. ¿Cuales son sus fobias? Pues la mayor de todas es la isolofobia, o el miedo a estar sola. Sedateofobia y Nictofobia, el silencio y la oscuridad, van de la mano con la primera debido a que las dos últimas simplemente le recuerdan que está sola.
Cuando se encuentra frente a cualquiera de estas de menor manera, normalmente se paraliza y ahoga de angustia, le cuesta varios segundos o minutos poder reaccionar débilmente para rescatarse a sí misma de aquella situación.
Cuando se encuentra en completo silencio, oscuridad, soledad o una combinación de las tres, es completamente incapaz de controlar la fobia que siente. Es reducida a una pequeña niña que ha recién despertado de una pesadilla. No sabe cómo salir, cómo solucionarlo, cómo estar bien. Sólo existe el pánico y la angustia.
Además de esto, no se necesita mucho para asustarle, el titileo momentáneo de una bombilla de luz puede hacerle saltar o congelarse instantáneamente. Su reacción puede ir mucho más allá de sus fobias puntuales, es asustadiza por naturaleza desde pequeña, razón por la que probablemente desarrolló sus fobias en primer lugar. Un ruido fuerte, gritos inesperados, notando a una persona que no había sentido cerca inesperadamente, movimientos repentinos, alarmas de autos y muchos otros son causa de saltos o grititos bastante adorables pero horrorosos para la emisora.
Aún a pesar de todo lo frágil e inestable que es y parece ser, Hitori intenta mantener un leve semblante de dignidad. Es un tanto orgullosa, razón por la cual prefiere no repetir una pareja sexual si puede evitarlo. Cuando la han visto bajo un ataque de pánico, se le hace difícil volver a mirar a aquella persona a la cara. No actúa como una flor delicada o una niña rota, por lo menos cuando puede evitarlo. Es bastante bruta y testaruda debajo de todas las fobias, por lo que en realidad aquella faceta de su personalidad no se muestra demasiado.
Entendiendo los orígenes de Hitori, es fácil entender extrema la polaridad que existe en su comportamiento cotidiano.
Por un lado, durante el día es una mujer dulce, completamente entregada a su profesión y sus varios hobbies. Adoraba a sus pacientes, les dedicaba un cuidado amable y muy meticuloso, se preocupaba de aprenderse sus nombres e historias, conocer a las familias si tienen o bien proporcionar apoyo si el paciente se encontraba solo. A la hora de reaccionar y aplicar lo que aprendió en la universidad, es la primera en recordar absolutamente todo y ejecutarlo a la perfección sin titubear. En este mundo nuevo, aquella personalidad todavía existe cuando se trata de sus compañeros híbridos o cualquier persona que parezca necesitar ayuda, por lo menos durante el día. En su mente, si alguien necesita ayuda, es poco probable que la abandonen. En realidad no se le pasa por la cabeza simplemente preguntarle a alguien si puede acompañarla, o pedir ayuda.
Aquello es durante el día, por la noche Hitori es una persona completamente diferente. En su vida pasada, salía todas las noches a distintos bares para encontrar a alguien, quien fuera, para acompañarle sólo por una noche. Hacía lo que fuese necesario. Tiene la idea en su cabeza de que su cuerpo está hecho sólo para dar placer, que no es capaz de nada más, y por lo tanto lo único que puede hacer para salvarse de sus fobias es entretener a alguien cada noche. Su desesperada búsqueda de un ser con quien enfrentar las noches que la acechan frecuentemente la llevan a extremos peligrosos, merodeando por lugares dudosos cuando la noche es vieja y las opciones se acaban.
Da rienda suelta a su lado oscuro y salvaje. Sus encantos casi siempre son bien recibidos, con lo que Hitori responde seductoramente y logra su cometido. Con respecto a sus andanzas en el dormitorio, es suficiente decir que los años de experiencia han dado frutos en lo que a dar gusto se refiere.
En su vida pasada, ambas facetas de esta chica eran más balanceadas. Enfermera cuidadosa de día, ninfómana bruta y parrandera de noche. Lo lograba manteniendo bastante de su dignidad, siempre con un solo objetivo: No estar sola cuando caía la noche.
En este mundo, creyó que elegir ser hibridación de ambas facetas en forma de Ninfa y Demonio sería inteligente, tomaría algo de ambas, seguiría siendo la misma persona. No contaba con las repercusiones físicas de haberse convertido mayoritariamente en una sucubo. Si antes tenía que pasar la noche con alguien sólo para correr de sus miedos, de modo que si todo fallaba podía acudir a sus padres, una amiga o algo parecido, ahora necesita los encuentros sexuales que solían ser nada más que un trámite de la misma manera en que necesita compañía. El miedo y el hambre insaciable generan en ella una combinación absolutamente tóxica que no le deja una segunda opción.
En realidad no le complica demasiado su nueva situación la mayoría del tiempo. Después de todo, ella sólo sirve para dar placer...
⚝
Cuando se encuentra frente a cualquiera de estas de menor manera, normalmente se paraliza y ahoga de angustia, le cuesta varios segundos o minutos poder reaccionar débilmente para rescatarse a sí misma de aquella situación.
Cuando se encuentra en completo silencio, oscuridad, soledad o una combinación de las tres, es completamente incapaz de controlar la fobia que siente. Es reducida a una pequeña niña que ha recién despertado de una pesadilla. No sabe cómo salir, cómo solucionarlo, cómo estar bien. Sólo existe el pánico y la angustia.
Además de esto, no se necesita mucho para asustarle, el titileo momentáneo de una bombilla de luz puede hacerle saltar o congelarse instantáneamente. Su reacción puede ir mucho más allá de sus fobias puntuales, es asustadiza por naturaleza desde pequeña, razón por la que probablemente desarrolló sus fobias en primer lugar. Un ruido fuerte, gritos inesperados, notando a una persona que no había sentido cerca inesperadamente, movimientos repentinos, alarmas de autos y muchos otros son causa de saltos o grititos bastante adorables pero horrorosos para la emisora.
Aún a pesar de todo lo frágil e inestable que es y parece ser, Hitori intenta mantener un leve semblante de dignidad. Es un tanto orgullosa, razón por la cual prefiere no repetir una pareja sexual si puede evitarlo. Cuando la han visto bajo un ataque de pánico, se le hace difícil volver a mirar a aquella persona a la cara. No actúa como una flor delicada o una niña rota, por lo menos cuando puede evitarlo. Es bastante bruta y testaruda debajo de todas las fobias, por lo que en realidad aquella faceta de su personalidad no se muestra demasiado.
Entendiendo los orígenes de Hitori, es fácil entender extrema la polaridad que existe en su comportamiento cotidiano.
Por un lado, durante el día es una mujer dulce, completamente entregada a su profesión y sus varios hobbies. Adoraba a sus pacientes, les dedicaba un cuidado amable y muy meticuloso, se preocupaba de aprenderse sus nombres e historias, conocer a las familias si tienen o bien proporcionar apoyo si el paciente se encontraba solo. A la hora de reaccionar y aplicar lo que aprendió en la universidad, es la primera en recordar absolutamente todo y ejecutarlo a la perfección sin titubear. En este mundo nuevo, aquella personalidad todavía existe cuando se trata de sus compañeros híbridos o cualquier persona que parezca necesitar ayuda, por lo menos durante el día. En su mente, si alguien necesita ayuda, es poco probable que la abandonen. En realidad no se le pasa por la cabeza simplemente preguntarle a alguien si puede acompañarla, o pedir ayuda.
Aquello es durante el día, por la noche Hitori es una persona completamente diferente. En su vida pasada, salía todas las noches a distintos bares para encontrar a alguien, quien fuera, para acompañarle sólo por una noche. Hacía lo que fuese necesario. Tiene la idea en su cabeza de que su cuerpo está hecho sólo para dar placer, que no es capaz de nada más, y por lo tanto lo único que puede hacer para salvarse de sus fobias es entretener a alguien cada noche. Su desesperada búsqueda de un ser con quien enfrentar las noches que la acechan frecuentemente la llevan a extremos peligrosos, merodeando por lugares dudosos cuando la noche es vieja y las opciones se acaban.
Da rienda suelta a su lado oscuro y salvaje. Sus encantos casi siempre son bien recibidos, con lo que Hitori responde seductoramente y logra su cometido. Con respecto a sus andanzas en el dormitorio, es suficiente decir que los años de experiencia han dado frutos en lo que a dar gusto se refiere.
En su vida pasada, ambas facetas de esta chica eran más balanceadas. Enfermera cuidadosa de día, ninfómana bruta y parrandera de noche. Lo lograba manteniendo bastante de su dignidad, siempre con un solo objetivo: No estar sola cuando caía la noche.
En este mundo, creyó que elegir ser hibridación de ambas facetas en forma de Ninfa y Demonio sería inteligente, tomaría algo de ambas, seguiría siendo la misma persona. No contaba con las repercusiones físicas de haberse convertido mayoritariamente en una sucubo. Si antes tenía que pasar la noche con alguien sólo para correr de sus miedos, de modo que si todo fallaba podía acudir a sus padres, una amiga o algo parecido, ahora necesita los encuentros sexuales que solían ser nada más que un trámite de la misma manera en que necesita compañía. El miedo y el hambre insaciable generan en ella una combinación absolutamente tóxica que no le deja una segunda opción.
En realidad no le complica demasiado su nueva situación la mayoría del tiempo. Después de todo, ella sólo sirve para dar placer...
⚝
08Descripción Física
Forma Humana:
Hitori es una mujer extremadamente atractiva. Lo primero que resalta en ella es, definitivamente, el tamaño ridículo de sus pechos. Es absolutamente imposible de ignorar, en especial cuando se compara con el resto de su contextura, absolutamente contradictoria. Sus extremidades y torso son finos y flacuchos, como si en cualquier momento se fueran a doblar sobre el peso del resto del cuerpo de Hitori.
Sus rasgos delicados descendientes de su familia japonesa resaltan en su piel pálida y el matojo de pelo liso y negro azabache que decora su figura hasta sus caderas. Sus ojos azulinos a veces, bajo la luz directa del elusivo sol de Inglaterra, llegan a brillar de un color casi violeta. Mide alrededor de un metro sesenta y cinco, y su piel suele estar marcada por moretones de distintos colores.
Debido al hecho de que vive angustiada le es muy difícil comer. El nudo en su garganta es suficientemente grande como para impedirle tragar con facilidad, por lo que tiene muy mala alimentación.
En su costilla izquierda tiene un tatuaje de caracteres japoneses. Para cualquiera que sepa leerlo, dice "Solo tuya."
Forma de Raza:
Su hibridación es de Ninfa y Demonio/Sucubo, pero en realidad su forma de raza es completamente irreconocible de un demonio, quizás a excepción del color de su cabello y ojos.
Lo único que mantiene de su forma humana es su voluptuosidad, que en su forma nueva está acompañada de extremidades todavía flacas pero que no parecen poco saludables, una pequeña cintura y caderas y muslos bastante irresistibles. Su cuerpo en aquella forma es perfecto, la fantasía de cualquier hombre, como si estuviera hecho completamente a medida para tentar al resto de manera sobrenatural. Su piel un poco más oscura que en su forma humana y suave como terciopelo. Genera en cualquiera que pose ojos sobre ella o extremos celos o una atracción que resultaría fatal.
De los lados de su cabeza crecen un pequeño par de alas de murciélago de color negro y rosa con pequeñas puntas o garras que hacen juego con el par de alas que la mitad más baja de su espalda. Su ropa se transforma en un body negro que se pega a su cuerpo como de si una segunda capa de piel se tratase, revelando un empinado escote que deja sólo un poco a la imaginación. Además de aquel body, usa medias rosa y botas que llegan hasta bajo su rodilla de taco imposiblemente alto.
Su pelo y ojos hacen juego, y cambian de color dependiendo de lo hambrienta que está. Celeste intenso cuando está completamente saciada que poco a poco se torna aguamarino y luego pierde color hasta que queda completamente blanco. Si su cabello está completamente blanco, está bajo los efectos de Hunger y debe alimentarse de inmediato o caerá inconsciente.
Forma Humana:
Hitori es una mujer extremadamente atractiva. Lo primero que resalta en ella es, definitivamente, el tamaño ridículo de sus pechos. Es absolutamente imposible de ignorar, en especial cuando se compara con el resto de su contextura, absolutamente contradictoria. Sus extremidades y torso son finos y flacuchos, como si en cualquier momento se fueran a doblar sobre el peso del resto del cuerpo de Hitori.
Sus rasgos delicados descendientes de su familia japonesa resaltan en su piel pálida y el matojo de pelo liso y negro azabache que decora su figura hasta sus caderas. Sus ojos azulinos a veces, bajo la luz directa del elusivo sol de Inglaterra, llegan a brillar de un color casi violeta. Mide alrededor de un metro sesenta y cinco, y su piel suele estar marcada por moretones de distintos colores.
Debido al hecho de que vive angustiada le es muy difícil comer. El nudo en su garganta es suficientemente grande como para impedirle tragar con facilidad, por lo que tiene muy mala alimentación.
En su costilla izquierda tiene un tatuaje de caracteres japoneses. Para cualquiera que sepa leerlo, dice "Solo tuya."
- Imagen de referencia:
Forma de Raza:
Su hibridación es de Ninfa y Demonio/Sucubo, pero en realidad su forma de raza es completamente irreconocible de un demonio, quizás a excepción del color de su cabello y ojos.
Lo único que mantiene de su forma humana es su voluptuosidad, que en su forma nueva está acompañada de extremidades todavía flacas pero que no parecen poco saludables, una pequeña cintura y caderas y muslos bastante irresistibles. Su cuerpo en aquella forma es perfecto, la fantasía de cualquier hombre, como si estuviera hecho completamente a medida para tentar al resto de manera sobrenatural. Su piel un poco más oscura que en su forma humana y suave como terciopelo. Genera en cualquiera que pose ojos sobre ella o extremos celos o una atracción que resultaría fatal.
De los lados de su cabeza crecen un pequeño par de alas de murciélago de color negro y rosa con pequeñas puntas o garras que hacen juego con el par de alas que la mitad más baja de su espalda. Su ropa se transforma en un body negro que se pega a su cuerpo como de si una segunda capa de piel se tratase, revelando un empinado escote que deja sólo un poco a la imaginación. Además de aquel body, usa medias rosa y botas que llegan hasta bajo su rodilla de taco imposiblemente alto.
Su pelo y ojos hacen juego, y cambian de color dependiendo de lo hambrienta que está. Celeste intenso cuando está completamente saciada que poco a poco se torna aguamarino y luego pierde color hasta que queda completamente blanco. Si su cabello está completamente blanco, está bajo los efectos de Hunger y debe alimentarse de inmediato o caerá inconsciente.
- Imagen de Referencia:
09Historia
La historia de Hitori comienza como muchas otras. Su madre, una joven estudiante de leyes japonesa de diecinueve años y un despreocupado escocés de veintiún años, quizás hasta más inmaduro que ella, se unieron en el bar que él manejaba una noche cualquiera, ambos escapando de la soledad de una vida aparentemente sin sentido. Ambos buscando en el otro la certeza que necesitaban para seguir batallando contra los implacables días que simplemente se negaban a mejorar.
El destino decidió que Hitori fuera su nueva razón para seguir adelante. Por vueltas del destino y coincidencias familiares, Ai, su madre, y Roger, su padre, convergieron en el nombre Hitori Macleod. La soledad fue la que los unió, por lo que decidieron honrarle con el nombre de pila de la chica. El apellido de Roger era otra cosa, debido a que Macleod significa "hijo de lo repugnante" sus padres estaban reacios a mantener semejante nombre en una pequeña niña. La tradición de mantener el apellido fue la única cosa en que los abuelos de la nena lograron ponerse de acuerdo entre la confusión de lo sucedido y el duro choque entre la cultura japonesa contra la escocesa. Fue así como nació Hitori Macleod, solitaria hija de lo repugnante.
Los jóvenes juraron darle a la niña una infancia feliz con padres que la amaban a ella, y se amaban entre ellos. Su hija no había llegado por casualidad y ambos lo sabían. Debido a esto, lentamente y por sobre todos los contratiempos, Ai y Roger aprendieron a amarse apasionadamente.
Los choques y diferencias entre ambas culturas y formas de vida son lo que más ha definido la historia y crecimiento de la enfermera. Mientras su madre terminaba de estudiar leyes y su padre manejaba el bar, intentaban criar a su hija de la misma forma en que los habían criado a ellos. Uno correteando entre los taburetes de la barra del mismo bar que ahora le pertenecía, jugando dados, cartas y dardos con los clientes regulares, mientras la otra atendía regularmente al colegio y la actividad extracurricular de turno, además de ayudar con las tareas de la casa.
Fue así mismo como criaron a su hija pese a la absoluta confusión de todos los miembros de la familia. De niña, Hitori pasaba todo su tiempo libre en el bar de Roger jugueteando entre las mesas y sillas, ganando, a sorpresa de todos, los juegos de dardos y cartas que le enseñaban. El colegio era sagrado, no había manera de que Ai la dejara quedarse en casa si su hija no se estaba muriendo. La hora de estudio antes de irse a la cama y sus horas de clases extracurriculares -piano, violín, bajo, canto, dibujo y natación dependiendo del año- eran necesarias si quería quedarse el resto del tiempo en el bar. Su niñez fue una mezcla absurda de disciplina draconiana y libertad casi absoluta.
Al llegar a su adolescencia Hitori era una estudiante destacada de su colegio, diestra en todas las actividades en que había empeñado suficiente tiempo, muy sociable, mal hablada, experta en preparación de bebidas alcohólicas y una mesera encantadora. A suerte de su padre, había heredado los genes alcohólicos de su familia nórdica, por lo que Ai no logró nunca darse cuenta de la veces en que su hija llegaba borracha a su casa del bar.
Los clientes regulares del pequeño y recóndito bar la vieron crecer año a año. Fueron testigos de sus primeros pasos entre sus piernas, las primeras palabras y subsiguientes groserías, el primer vaso que sirvió y el que bebió. Hitori los consideraba a todos su familia al punto que los invitaba a sus conciertos del instrumento de turno a fin de año. Todos estaban extremadamente orgullosos de ella y sus logros. Del dolor y la desesperanza había nacido una hermosa y talentosa mujer, carismática, graciosa, sensible y bien intencionada. Fue a los quince que la hermosa y prístina existencia sería manchada por el dolor y desilusión del punto débil de cualquier humano:
♡ El Amor ♡
Ya había decidido a qué se quería dedicar. Ai no la dejaría heredar el bar sin haber sacado un título, eso estaba implícito en los años de educación que insistió en aplicar. Es más, el hecho de que Ai la haya matriculado un año antes de lo habitual en el colegio y la haya hecho atender escuelas de verano para que la adelantaran de curso significaban que entraría a la universidad dos años antes de lo normal. Iba a ser una enfermera, adoraba a la gente, más aún cuando los podía hacer sentir mejor. Su enorme grupo de amigos pasaban la mayoría de su tiempo libre en el bar, al igual que Hitori. Con una mujer tan hermosa y amable, era imposible que nadie se enamorara perdidamente de su forma de ser, fue exactamente uno de esos amigos quien logró conquistarla.
No es necesario saber su nombre, basta con decir que nadie lo veía a la altura de la mujer que siempre llevaba bajo el brazo o de la mano. La desvió de sus estudios y deberes, incitándola a quedarse en el bar hasta tarde bebiendo en vez de llegar temprano a clases. Después de cierto tiempo, Roger comenzó a sacarlos del bar a cierta hora los días de semana, intentando devolver a Hitori a sus hábitos antiguos. No hubo caso. Comenzó a quedarse más y más noches fuera, preocupando de sobremanera a sus padres, incluidos los regulares del bar que ya tenían un plan de contingencia: Si esto no terminaba pronto, iban a tener una conversación muy seria con el jovencito.
Fueron dos años de amor desenfrenado, junto con una nueva irresponsabilidad que la sedujo casi tanto como el hombre desnudo que dormía a su lado. Se amaban. Habían hablado sobre su matrimonio, donde vivirían, a qué edad tendrían hijos si decidían hacerlo, los lugares donde viajarían después de graduarse. Él tocaba el bajo mientras ella cantaba y tocaba la guitarra. Tenían una cita con un tatuador, amigo de su padre, que iba a marcarles en las costillas un diseño que ella misma había dibujado. En retrospectiva, quizás hubiese sido mejor que le rompiera el corazón un par de semanas antes de tatuar los caracteres japoneses “Solo tuya” en su piel para siempre.
Se encontraban en la casa de una Hitori de diecisiete años, a meses de graduarse, acomodada entre los brazos del hombre con quien había hecho el amor hace minutos. Entre la calma del silencio y el misterio de la oscuridad, el chico rompió la calma:
“Hito... ¿Tu me amas?” La chica asintió ausentemente, más concentrada en el retumbar de su voz y corazón en el oído que tenía apoyado en su pecho. “De eso quería hablar…” La futura enfermera se incorporó y ladeó la cabeza en la oscuridad. El niño tomó su mano entre las suyas y la apretó levemente.
“He estado pensando... La verdad, Hitori, es que no sirves para mucho más que esto.” Con una de sus manos recorrió el colchón y la llevó a su espalda, tirándola hacia él para besarla apasionadamente antes de soltarla de manera un poco brusca. “Y eso ya no es suficiente. Me aburre estar contigo, eres demasiado... Buena.” La inflexión en la palabra le dolió como mil cuchillos en el corazón. El bebé le besó la frente y se retiró de sus aposentos, dejándola completamente sola entre la oscuridad y el silencio de una pieza que se había convertido en mausoleo.
Fueron un par de horas de soledad entre la oscuridad y el silencio. Descubrió que odiaba ambas. Le pitaban las orejas, aunque hubiera habido sonido no podría haber escuchado nada más que el tono agudo dentro de su cabeza. Ya no veía negro ni oscuro, sólo colores fluorescentes mutando de forma e intensidad frente a sus ojos, abiertos o cerrados, pequeñas pesadillas apareciendo y desapareciendo frente a ella.
De un golpe, como si el dolor y las palabras del hijo de puta le hubieran llegado en ese momento, en un movimiento saltó a encender la luz y prender la radio de su pieza a todo volumen. Acto seguido colapsó sobre sus rodillas, tiritando como si estuviera muriendo de frío y no de desilusión. No pasaron más de dos minutos antes de que sus padres corrieran a su cuarto y la encontraran a la mitad del suelo, desnuda y hecha bolita. No tuvieron que preguntar.
Las palabras susurradas esa noche se acomodaron como toneladas sobre sus hombros. Pasó un par de meses viviendo y cumpliendo mecánicamente todos sus deberes, graduándose con honores a pesar de sus años irresponsables. Sus padres no sabían qué esperar cuando pasara su estado de shock, y los familiares adoptivos tomaron el dolor de su pequeña Hito en sus propias manos y se lo devolvieron al niño que le había arrancado las alas a su pequeño angelito. Si el corazón de Hitori nunca fue el mismo, la nariz del chiquillo tampoco.
El misterio se resolvió rápidamente, sus últimas vacaciones antes de entrar a la universidad fueron un desenfreno que nadie logró detener. La chica salía absolutamente todas las noches y recogía a alguien con quien se iba a pasar la noche. Nunca antes la habían visto beber ni fumar tanto. Nunca había estado con nadie más que el chico que le rompió el corazón, una gran diferencia a la puerta giratoria de hombres que producía cada noche. Ai y Roger estaban en una posición difícil, ellos habían hecho lo mismo y no sentían justo incriminar a su hija por hacer repetir sus propios errores. No significa que no lo hayan intentado. Hitori simplemente respondía con excusas, sus últimas vacaciones, sus primeros meses de universidad, la celebración de su primer año de universidad... Ni sus amigos ni sus padres adoptivos lograron disuadirla de su nueva encomienda. La mayoría se rindió, agotados de preocuparse por su seguridad. El resto estaba listo para recibir y ayudarla cuando pasara esa etapa tan autodestructiva.
Ocho años después de aquel acontecimiento, se encontraba de vacaciones en Inglaterra, necesitando un respiro de Glasgow. Escuchó de un pequeño pueblo en las afueras de Londres, que ya había recorrido y explorado por completo (Tanto lugares como los habitantes), por lo que decidió asistir a un festival que parecía bastante prometedor.
La bomba le hizo sentir como si algo dentro de su pecho hubiese explotado, su eterna angustia por fin dejando su cuerpo. Y luego estaba de vuelta. Eligió su raza después de considerarlo bastante, y escuchó las reglas con atención. No hacían ningún sentido, no estaban escritas como leyes, ni eran tajantes como las que había usado su madre para educarla.
¿Cooperar? Mientras ella siempre saliera más beneficiada que la otra persona no había problema. ¿Vivir en ese mundo y no el otro? No le quedaba otra ¿Cierto? No era como si pudiese pasar al otro lado y volver al otro mundo, o si pudiese mandar una carta a sus padres. Nah, todos sus seres queridos estarían bien si Hitori era inteligente y se aseguraba de aprovecharse un poco del resto de las razas.
No tardó en encontrar al resto de los híbridos, no tenía intención de vivir en ese mundo sola. Rápidamente decidió que no podía envenenar el pozo de su raza con su necesidad de alimentarse, por lo que nunca usa su habilidad alrededor de ellos. No arriesgaría el grupo de gente con que puede acompañarse. Cuando comienza a sentir los efectos de Hunger, se aleja de su grupo hasta poder alimentarse.
El destino decidió que Hitori fuera su nueva razón para seguir adelante. Por vueltas del destino y coincidencias familiares, Ai, su madre, y Roger, su padre, convergieron en el nombre Hitori Macleod. La soledad fue la que los unió, por lo que decidieron honrarle con el nombre de pila de la chica. El apellido de Roger era otra cosa, debido a que Macleod significa "hijo de lo repugnante" sus padres estaban reacios a mantener semejante nombre en una pequeña niña. La tradición de mantener el apellido fue la única cosa en que los abuelos de la nena lograron ponerse de acuerdo entre la confusión de lo sucedido y el duro choque entre la cultura japonesa contra la escocesa. Fue así como nació Hitori Macleod, solitaria hija de lo repugnante.
Los jóvenes juraron darle a la niña una infancia feliz con padres que la amaban a ella, y se amaban entre ellos. Su hija no había llegado por casualidad y ambos lo sabían. Debido a esto, lentamente y por sobre todos los contratiempos, Ai y Roger aprendieron a amarse apasionadamente.
Los choques y diferencias entre ambas culturas y formas de vida son lo que más ha definido la historia y crecimiento de la enfermera. Mientras su madre terminaba de estudiar leyes y su padre manejaba el bar, intentaban criar a su hija de la misma forma en que los habían criado a ellos. Uno correteando entre los taburetes de la barra del mismo bar que ahora le pertenecía, jugando dados, cartas y dardos con los clientes regulares, mientras la otra atendía regularmente al colegio y la actividad extracurricular de turno, además de ayudar con las tareas de la casa.
Fue así mismo como criaron a su hija pese a la absoluta confusión de todos los miembros de la familia. De niña, Hitori pasaba todo su tiempo libre en el bar de Roger jugueteando entre las mesas y sillas, ganando, a sorpresa de todos, los juegos de dardos y cartas que le enseñaban. El colegio era sagrado, no había manera de que Ai la dejara quedarse en casa si su hija no se estaba muriendo. La hora de estudio antes de irse a la cama y sus horas de clases extracurriculares -piano, violín, bajo, canto, dibujo y natación dependiendo del año- eran necesarias si quería quedarse el resto del tiempo en el bar. Su niñez fue una mezcla absurda de disciplina draconiana y libertad casi absoluta.
Al llegar a su adolescencia Hitori era una estudiante destacada de su colegio, diestra en todas las actividades en que había empeñado suficiente tiempo, muy sociable, mal hablada, experta en preparación de bebidas alcohólicas y una mesera encantadora. A suerte de su padre, había heredado los genes alcohólicos de su familia nórdica, por lo que Ai no logró nunca darse cuenta de la veces en que su hija llegaba borracha a su casa del bar.
Los clientes regulares del pequeño y recóndito bar la vieron crecer año a año. Fueron testigos de sus primeros pasos entre sus piernas, las primeras palabras y subsiguientes groserías, el primer vaso que sirvió y el que bebió. Hitori los consideraba a todos su familia al punto que los invitaba a sus conciertos del instrumento de turno a fin de año. Todos estaban extremadamente orgullosos de ella y sus logros. Del dolor y la desesperanza había nacido una hermosa y talentosa mujer, carismática, graciosa, sensible y bien intencionada. Fue a los quince que la hermosa y prístina existencia sería manchada por el dolor y desilusión del punto débil de cualquier humano:
♡ El Amor ♡
Ya había decidido a qué se quería dedicar. Ai no la dejaría heredar el bar sin haber sacado un título, eso estaba implícito en los años de educación que insistió en aplicar. Es más, el hecho de que Ai la haya matriculado un año antes de lo habitual en el colegio y la haya hecho atender escuelas de verano para que la adelantaran de curso significaban que entraría a la universidad dos años antes de lo normal. Iba a ser una enfermera, adoraba a la gente, más aún cuando los podía hacer sentir mejor. Su enorme grupo de amigos pasaban la mayoría de su tiempo libre en el bar, al igual que Hitori. Con una mujer tan hermosa y amable, era imposible que nadie se enamorara perdidamente de su forma de ser, fue exactamente uno de esos amigos quien logró conquistarla.
No es necesario saber su nombre, basta con decir que nadie lo veía a la altura de la mujer que siempre llevaba bajo el brazo o de la mano. La desvió de sus estudios y deberes, incitándola a quedarse en el bar hasta tarde bebiendo en vez de llegar temprano a clases. Después de cierto tiempo, Roger comenzó a sacarlos del bar a cierta hora los días de semana, intentando devolver a Hitori a sus hábitos antiguos. No hubo caso. Comenzó a quedarse más y más noches fuera, preocupando de sobremanera a sus padres, incluidos los regulares del bar que ya tenían un plan de contingencia: Si esto no terminaba pronto, iban a tener una conversación muy seria con el jovencito.
Fueron dos años de amor desenfrenado, junto con una nueva irresponsabilidad que la sedujo casi tanto como el hombre desnudo que dormía a su lado. Se amaban. Habían hablado sobre su matrimonio, donde vivirían, a qué edad tendrían hijos si decidían hacerlo, los lugares donde viajarían después de graduarse. Él tocaba el bajo mientras ella cantaba y tocaba la guitarra. Tenían una cita con un tatuador, amigo de su padre, que iba a marcarles en las costillas un diseño que ella misma había dibujado. En retrospectiva, quizás hubiese sido mejor que le rompiera el corazón un par de semanas antes de tatuar los caracteres japoneses “Solo tuya” en su piel para siempre.
Se encontraban en la casa de una Hitori de diecisiete años, a meses de graduarse, acomodada entre los brazos del hombre con quien había hecho el amor hace minutos. Entre la calma del silencio y el misterio de la oscuridad, el chico rompió la calma:
“Hito... ¿Tu me amas?” La chica asintió ausentemente, más concentrada en el retumbar de su voz y corazón en el oído que tenía apoyado en su pecho. “De eso quería hablar…” La futura enfermera se incorporó y ladeó la cabeza en la oscuridad. El niño tomó su mano entre las suyas y la apretó levemente.
“He estado pensando... La verdad, Hitori, es que no sirves para mucho más que esto.” Con una de sus manos recorrió el colchón y la llevó a su espalda, tirándola hacia él para besarla apasionadamente antes de soltarla de manera un poco brusca. “Y eso ya no es suficiente. Me aburre estar contigo, eres demasiado... Buena.” La inflexión en la palabra le dolió como mil cuchillos en el corazón. El bebé le besó la frente y se retiró de sus aposentos, dejándola completamente sola entre la oscuridad y el silencio de una pieza que se había convertido en mausoleo.
Fueron un par de horas de soledad entre la oscuridad y el silencio. Descubrió que odiaba ambas. Le pitaban las orejas, aunque hubiera habido sonido no podría haber escuchado nada más que el tono agudo dentro de su cabeza. Ya no veía negro ni oscuro, sólo colores fluorescentes mutando de forma e intensidad frente a sus ojos, abiertos o cerrados, pequeñas pesadillas apareciendo y desapareciendo frente a ella.
De un golpe, como si el dolor y las palabras del hijo de puta le hubieran llegado en ese momento, en un movimiento saltó a encender la luz y prender la radio de su pieza a todo volumen. Acto seguido colapsó sobre sus rodillas, tiritando como si estuviera muriendo de frío y no de desilusión. No pasaron más de dos minutos antes de que sus padres corrieran a su cuarto y la encontraran a la mitad del suelo, desnuda y hecha bolita. No tuvieron que preguntar.
Las palabras susurradas esa noche se acomodaron como toneladas sobre sus hombros. Pasó un par de meses viviendo y cumpliendo mecánicamente todos sus deberes, graduándose con honores a pesar de sus años irresponsables. Sus padres no sabían qué esperar cuando pasara su estado de shock, y los familiares adoptivos tomaron el dolor de su pequeña Hito en sus propias manos y se lo devolvieron al niño que le había arrancado las alas a su pequeño angelito. Si el corazón de Hitori nunca fue el mismo, la nariz del chiquillo tampoco.
El misterio se resolvió rápidamente, sus últimas vacaciones antes de entrar a la universidad fueron un desenfreno que nadie logró detener. La chica salía absolutamente todas las noches y recogía a alguien con quien se iba a pasar la noche. Nunca antes la habían visto beber ni fumar tanto. Nunca había estado con nadie más que el chico que le rompió el corazón, una gran diferencia a la puerta giratoria de hombres que producía cada noche. Ai y Roger estaban en una posición difícil, ellos habían hecho lo mismo y no sentían justo incriminar a su hija por hacer repetir sus propios errores. No significa que no lo hayan intentado. Hitori simplemente respondía con excusas, sus últimas vacaciones, sus primeros meses de universidad, la celebración de su primer año de universidad... Ni sus amigos ni sus padres adoptivos lograron disuadirla de su nueva encomienda. La mayoría se rindió, agotados de preocuparse por su seguridad. El resto estaba listo para recibir y ayudarla cuando pasara esa etapa tan autodestructiva.
Ocho años después de aquel acontecimiento, se encontraba de vacaciones en Inglaterra, necesitando un respiro de Glasgow. Escuchó de un pequeño pueblo en las afueras de Londres, que ya había recorrido y explorado por completo (Tanto lugares como los habitantes), por lo que decidió asistir a un festival que parecía bastante prometedor.
La bomba le hizo sentir como si algo dentro de su pecho hubiese explotado, su eterna angustia por fin dejando su cuerpo. Y luego estaba de vuelta. Eligió su raza después de considerarlo bastante, y escuchó las reglas con atención. No hacían ningún sentido, no estaban escritas como leyes, ni eran tajantes como las que había usado su madre para educarla.
¿Cooperar? Mientras ella siempre saliera más beneficiada que la otra persona no había problema. ¿Vivir en ese mundo y no el otro? No le quedaba otra ¿Cierto? No era como si pudiese pasar al otro lado y volver al otro mundo, o si pudiese mandar una carta a sus padres. Nah, todos sus seres queridos estarían bien si Hitori era inteligente y se aseguraba de aprovecharse un poco del resto de las razas.
No tardó en encontrar al resto de los híbridos, no tenía intención de vivir en ese mundo sola. Rápidamente decidió que no podía envenenar el pozo de su raza con su necesidad de alimentarse, por lo que nunca usa su habilidad alrededor de ellos. No arriesgaría el grupo de gente con que puede acompañarse. Cuando comienza a sentir los efectos de Hunger, se aleja de su grupo hasta poder alimentarse.
10Extras
code by emmeღ La música era una de las partes más importantes de su vida. Cuando su celular dejó de funcionar y descubrió que ya no estaría acompañada de su música y linterna, perdió un poco la cabeza
ღ Adora los animales de todo tipo. Le hubiese encantado haber tenidp tener uno, pero casi nunca estaba en casa.
ღ Gracias a su crianza y herencia mixta, tiene un dominio fluido del inglés, japonés y gaelico.
ღ Su color preferido es el negro.
ღ Era bastante adicta al cigarro y el alcohol. Las primeras semanas estuvo bajo los efectos de un importante síndrome de abstinencia. Ha intentado con Ninfas y Elfos encontrar algún tipo de tabaco y grano para convertir en cigarros y alcohol, pero el esfuerzo no ha dado demasiados frutos.
ღ En su costilla izquierda tiene un tatuaje de carácteres japoneses. Para cualquiera que sepa leerlo, dice "Solo tuya."
ღ No le molesta en absoluto el dolor. Es más, a veces es lo único que logra sacarle de un ataque de pánico, algo que se demuestra en las tenues cicatrices en sus muslos internos.
ღ Debido a que era una enfermera, tiene conocimientos extensos sobre primeros auxilios y medicina en general, aunque en aquel mundo es poco lo que puede hacer debido a la falta de insumos médicos.
ღ Adora los animales de todo tipo. Le hubiese encantado haber tenidp tener uno, pero casi nunca estaba en casa.
ღ Gracias a su crianza y herencia mixta, tiene un dominio fluido del inglés, japonés y gaelico.
ღ Su color preferido es el negro.
ღ Era bastante adicta al cigarro y el alcohol. Las primeras semanas estuvo bajo los efectos de un importante síndrome de abstinencia. Ha intentado con Ninfas y Elfos encontrar algún tipo de tabaco y grano para convertir en cigarros y alcohol, pero el esfuerzo no ha dado demasiados frutos.
ღ En su costilla izquierda tiene un tatuaje de carácteres japoneses. Para cualquiera que sepa leerlo, dice "Solo tuya."
ღ No le molesta en absoluto el dolor. Es más, a veces es lo único que logra sacarle de un ataque de pánico, algo que se demuestra en las tenues cicatrices en sus muslos internos.
ღ Debido a que era una enfermera, tiene conocimientos extensos sobre primeros auxilios y medicina en general, aunque en aquel mundo es poco lo que puede hacer debido a la falta de insumos médicos.
Re: Hitori Macleod, Solitaria Hija de lo Repugnante [ID] Enfermera cuidadosa de día, ninfómana bruta y parrandera de noche.Re: Hitori Macleod, Solitaria Hija de lo Repugnante [ID] Enfermera cuidadosa de día, ninfómana bruta y parrandera de noche.
por The Watcher Miér Mar 10, 2021 11:33 pm
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