I. Jamás cooperarás con otras razas.
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
¿Vienes a jugar con nosotros?
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III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
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En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
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¿Sobrevivirás el Juego?
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Problemas o Cambio de Botón AQUÍ
Lun Abr 18, 2022 7:33 pm por Invitado
Sabías que...¿Cuando mueres vas directo al cementerio de los alrededores?
Sabías que...¿Eres irreconocible en tu forma de raza?
Sabías que...¿Si abres temas libres en ciertos lugares quizás los responda un canon?
Sabías que...¿Para cruzar la neblina debes cumplir ciertas condiciones?
Sabías que...¿Cada templo tiene un secreto?
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Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
Atte. Persephone Hansen
Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
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You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
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You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Jue Mayo 20, 2021 3:17 am
You can repair
this shit?
I hope so...
Así que allí estaba, atrapado en un nuevo mundo, rodeado de las ruinas de lo que alguna vez fue la escuela a la que asistía cada día y ahora solo eran escombros manchados de sangres de aquellos fallecidos a manos de otros en su desespero por conseguir comida, recursos o simplemente ahuyentarlos de sus territorios. Todo se había vuelto un caos, era casi imposible confiar en otros pero aun así existían diversos grupos de personas que se aliaron para hacer que toda esa situación sea más llevadera ¿Y Luciel? Él ya había sentenciado su destino al elegir ser un solitario, no existía otro camino que escoger para el chico, nunca tuvo una buena relación con nadie, casi cada persona en el instituto se había convertido en su enemigo y aquellos que no, simplemente preferían alejarse tanto como fuera posible para no involucrarse en lo absoluto. En sus recuerdos solo existían las malas memorias de las atrocidades que había cometido contra otros ¿Y para que? ¿Para protegerse? Era un verdadero idiota pero no había marcha atrás y el pasado no se podía cambiar, ahora le tocaba vivir las consecuencias por ser un imbécil durante toda su vida humana.
Las cosas no eran fáciles allí dentro, era complicado sobrevivir el día a día, había momentos en los que le tocaba aguantarse el hambre, la sed, el sueño, no podía descuidarse ni por un instante o se convertiría en comida de otros, eso era seguro, después de todo, Luciel se mantenía lejos de cada persona metida en ese lugar, solo observando desde la lejanía cómo se mataban uno entre otros y luego a los pocos días, regresaba a verlos sanos y salvos, sin una sola marca o rasguño de aquella pelea que les arrebató la vida. Varias veces presenció el mismo suceso, algunas veces notando que una misma persona reaparece hasta tres veces. Era magnífico como aterrador ver todo ese teatro del cual no pretende ser parte en ningún momento, era más tranquilo solo mantenerse en la seguridad de las alturas y hacer su propia vida como le fuera posible, así estaba bien.
Se mantuvo en relativa calma al menos durante la primera semana, solo observando y espiando desde la lejanía, buscando respuestas y tratando de descubrir los misterios de esa nueva realidad, sin embargo no había mucho que pudo ver más que las diferentes alianzas y el grado de hostilidad de cada una; y pensar que cada uno de ellos antes eran simples alumnos, maestros y ahora no titubeaban al matar a quien diera un paso en falso. Era atroz todo eso por lo que a Luciel no le quedaba más opción que comenzar a utilizar sus habilidades descubiertas, practicar con ellas, ver sus límites y tratas de mejorarlo, sin embargo solo causó un efecto contrario a lo que deseaba. Cada una de estas aparentemente utilizaban una gran cantidad de su energía; más de una vez acabó desmayándose o cayendo dormido luego de llevar al límite alguna de ellas pero sin duda la peor de las habilidades era Darksun. Al inicio realmente no parecía tener grandes consecuencias más que los repentinos apagones y el cansancio corporal, de hecho siquiera logró notar el momento exacto en que su mente igualmente comenzó a ser afectada por el uso desmedido de estos poderes; al inicio solo eran simples sonidos que sólo atribuyó al constante estado de alerta que se convirtió en paranoia, no le tomó gran importancia, apenas eran unos pocos ruidos que lo hacían sentir ligeramente perseguido, pero logró acostumbrarse aunque tuvo la desgracia de que no acababa allí.
A partir de la primera muerte todo comenzó a ir en decadencia total. Solo había comenzado como una pequeña prueba, la curiosidad por saber a donde paraban aquellos que morían y no había sido más que una pérdida de tiempo… Y cordura. De todas formas, su sanidad mental no tenía mucho tiempo antes de esfumarse por completo, estaba totalmente solo, sin nadie con quien hablar o apoyarse y aun si toda su vida fue así, nunca antes había sido algo tan extremo como lo que experimentaba allí, era un nivel totalmente diferente, insano, inhumano.
Lo que en un inicio eran solo sonidos, ahora se conviertian en una voz ajena a aquella que solía escuchar en su mente, no parecía propia pero eso no les impedía resonar continuamente dentro de su cabeza sin tener control alguno sobre ella. En un principio parecía ser inofensivo, ocasionalmente escuchando su nombre ser mencionado, a veces algunas advertencias de peligros que no habían pero no era realmente algo serio de lo cual preocuparse mientras estuviera centrado y no prestara demasiada atención pero la situación solo se agravaba cada vez más sin darse cuenta que el causante de ello era el uso constante de sus habilidades. Lo que pudo ser inofensivo ahora era algo totalmente molesto, no había segundo en el día que no le gritara, que le exigiera hacer tonterías, lastimar a otros, a sí mismo, sólo tenía que ignorarla pero era difícil tratar de silenciar una voz que chillaba desde adentro y no le permitía concentrarse lo que en consecuencia trajo su segunda muerte; no estaba seguro de como sucedió, solo sabia que había sido atacado por la espalda y luego todo era negro hasta que regreso a aparecer.
Y las cosas no terminaban de empeorar. Ya no era solo una, algunas de ellas comenzaron a sumarse a su para completar su locura, de alguna manera sabía que su insanidad había ido a peor luego de dos muertes, no sabía cómo o por qué, solo estaba ahí, mientras más agotaba su cuerpo, mientras más miedo sentía, cuando el estrés y el hambre aumentaba, todo solo iba a peor. Ya no era solo mencionar su nombre, ahora se basaba puramente en gritos, sonido de pasos, disparos, golpes y no era para mejor cuando llegaba la noche, peor aún cuando fue luna llena y presenció como algunos teriántropos perdían por completo su control, incluso aquel profesor que tanto detesto por su ética y moral inquebrantable, ahora parecía ser poseído por la sed de sangre y alimentarse. Tuvo suerte de escapar pero sin duda logró sentir verdadero terror solo con un simple cruce de miradas, esos no eran lo absoluto los ojos de Bialy, al menos no los que conocía.
A partir de ese momento las paranoias de Luciel fueron en aumento, voces, sombras, figuras, todo estaba yendo en su contra borrando la poca sanidad que tuviera y lo peor es que no había nada que pudiera hacer al respecto. Estaba perdido, cansado, completamente asustado, por un momento creyó que era realmente una buena idea acabar con su vida una tercera vez para ponerle fin a su tortura y así fue; solo un disparo a la cabeza había sido suficiente para terminarlo todo pero solo volvió a reaparecer con una locura que finalmente estaba llegando a su punto culmine; una y mil veces oia los gritos en su mente, no podia moverse demasiado o caminar en tranquilidad puesto que en todo momento sentia que podria volver a ser asesinado y una muerte más era lo ultimo que necesitaba. Trataba de calmar las voces a base de dolor, rascando sus brazos, piernas, cuello, jalaba el cabello, a veces utilizaba sus propias dagas para rasgar la piel y terriblemente esto último era lo que mayor efecto calmante tenía.
Y de pronto una chica apareció frente de sí, aterrando en solo un instante, sin embargo pronto un libro fue entregado a sus manos junto con unos segundos de hermosa paz y unas extrañas advertencias ¿No era otra más de sus alucinaciones? No tenía cómo comprobarlo, todo era tan real como irreal al mismo tiempo. Luego de que aquella chica se marchó tan misteriosamente como apareció, Luciel solo regresó a su infierno interno a revisar el cuaderno tan calmado como pudiera pero solo eran hojas y hojas en blanco que siquiera era capaz de destruir pues en cuanto arrancaba una o miles de ellas, está volvía a estar como nuevo en cuestión de segundos. No tenía idea que hacer con ese maldito cuaderno, aun así lo conservo al igual que lo hizo con aquel extraño collar y anillo que traía puesto.
Unos pocos días más y sentía su mente estallar en cualquier momento, solo deseaba un momento de silencio, una noche tranquila, un segundo de paz sin que nada más lo molestara. Estaba harto de ese lugar, las voces, las sombras, de todo, quería acabar de una vez con su vida pero temía volver a revivir como anteriormente. Ya no era capaz de soportar esa tortura, lo estaba destruyendo, haciendo añicos su ser, era horrible, cubría sus oídos
con tal de aislar todo el sonido pero este se encontraba dentro de su cabeza, no sabía cómo callarlo, estaba a punto de volver a clavar otra daga en su piel, pero en su desespero solo pudo colocarse en cuclillas y llorar, morder su lengua, sus labios, no podía entender nada, saber donde estaba, su vista se nublaba y solo le quedo gritar con tal de ser él quien tuviera el control de su ser pero solo estaba logrando desgarrar su propia garganta y seguramente atraer a cualquiera para que lo matara, después de todo había estado caminando sin un rumbo, no tenía idea a donde había ido a parar o en qué momento logró llegar, solo estaba buscando algo con lo cual acabar todo eso. No sabía que sus pasos los llevaron cerca de la entrada de la cafetería.
— Basta.. basta basta bastas ¡BASTA, CÁLLATE DE UNA VEZ, NO QUIERO OIRTE, DEJAME SOLO MALDITA SEA! —
Solo temblaba en el suelo, hecho una pequeña bola que sujetaba la cabeza mientras dedos y uñas se clavaban sin saberlo en el cuero cabelludo.
— Déjame.. por favor déjame… solo quiero irme de aquí, y-ya no quiero na-nada de esto... —
Luciel NefimLuciel Nefim
Inventario : Poción de Forma - Te permite transformarte en otra raza durante un tema.
Nivel 2 - Poco a poco se llenará de recuerdos.
Edad : 18
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Vie Mayo 21, 2021 2:51 pm
I'll be the one you rely on, a shoulder to cry on, a friend through the highs and the lows
Cuarta Semana
2017
Luciel Nefim
Las primeras semanas habían sido bastante difíciles, organizarse e intentar concentrarse en sobrevivir había sido más difícil de lo que pensó que sería, pero simplemente le era imposible quitarse a Luciel de la cabeza. Temía demasiado, no sabía que estaba pasando fuera, no sabía si la daría por muerta, o en algún caso si estaba con una impostora, pero luego de las dos semanas había logrado calmar un poco de esos pensamientos innecesarios, y su determinación a volver la habían empujado a hacer más cosas.
Había logrado repartir el manto a varias personas, al igual que Oktavia y Faith, también habían hecho lo mismo cuando les era posible. Pensaba que si lo repartía a suficiente gente, podrían cooperar en algún momento y eso ayudaría a salir. Se preguntaba constantemente que pensaría Luciel de las cosas que estaba haciendo. Persephone nunca había sido muy buena con la gente, ni con las palabras, era una persona bastante desagradable, y estaba haciendo todo lo que podía para volver a él, aunque fuese difícil y estúpido.
Había tenido mala suerte desde que llegó allí, pero aquello no la había detenido, y ahora tenía unos aliados increíbles.
Se habían puesto a ordenar un poco la cafetería aquel día, pues no tenían nada mejor que hacer y no estaban faltos de comida o agua, cosa que le daba bastante tranquilidad a la pelirroja. Luego de todo eso se había sentado en el piso, nada más a mirar a la pared, y de vez en cuando conversar con los demás, siempre algo distraída y distante.
No les había contado sobre Luciel, nunca lo había mencionado siquiera. No quería amarrarse demasiado, y sabía que si hablaba sobre él, sólo le sería más difícil sacarlo de su cabeza. Persephone sabía bien que todos tenían seres queridos fuera, lo último que quería era cargarles con lo que a ella le dolía, pues al fin y al cabo, sabía que aquella persona estaba sana y salva en lo que era su casa. Aquel pequeño departamento que habían decorado y hecho su hogar juntos.
O eso pensó, por demasiado tiempo.
No había forma de que confundiera la voz, juraría haberlo escuchado y sabía que no estaba en su cabeza. Su corazón se agitó, sus ojos se abrieron como platos mientras su cuerpo intentaba buscar una reacción adecuada.
Con el corazón en la mano y la respiración detenida se levantó de golpe del piso, intentando buscar de dónde provenía el sonido. Se puso como desquiciada a mirar por las ventanas, y lo vio, en el piso, gritando. Quiso vomitar, eran demasiadas emociones con las que no podía lidiar, no entendía que estaba pasando, y ni siquiera pudo pensarlo bien antes de saltar por la ventana y correr hacia él.
-¡Luciel! -chilló, para luego abalanzarse sobre él, llorando incontrolablemente -. ¿Luciel? ¿De verdad eres tú? P-pensé.... Pensé que e-estabas en casa, q-que no... Que no habías venido... Estabas trabajando...
Sabía que no era lo que debía decir en aquel momento, pero las palabras fluían con mayor rapidez que sus pensamientos, al igual que sus lágrimas, pero realmente lo que quería saber era que carajos hacía en el piso. Le preocupaba muchísimo más eso que lo demás, pues cualquier otra cosa podrían hablarla luego, estaba allí, de verdad estaba allí. Lo abrazó con fuerza, escuchó el 'click' de los collares al unirse y se sintió un poco tonta.
-Todo está bien, estoy aquí contigo...
Ahogó como pudo las lágrimas, esperando que se calmase, esperando que pudiese responderle, decirle algo. No quiso preguntar más, podía esperar, luego de cuatro semanas sin él, podría esperar cualquier cosa. Acarició sus cabellos, y deslizó su pulgar por las mejillas del contrario, intentando darle un poco de calma.
Lluvia comenzó a caer ferozmente, pero poco le importó. Sólo quería estar allí con él.
Había logrado repartir el manto a varias personas, al igual que Oktavia y Faith, también habían hecho lo mismo cuando les era posible. Pensaba que si lo repartía a suficiente gente, podrían cooperar en algún momento y eso ayudaría a salir. Se preguntaba constantemente que pensaría Luciel de las cosas que estaba haciendo. Persephone nunca había sido muy buena con la gente, ni con las palabras, era una persona bastante desagradable, y estaba haciendo todo lo que podía para volver a él, aunque fuese difícil y estúpido.
Había tenido mala suerte desde que llegó allí, pero aquello no la había detenido, y ahora tenía unos aliados increíbles.
Se habían puesto a ordenar un poco la cafetería aquel día, pues no tenían nada mejor que hacer y no estaban faltos de comida o agua, cosa que le daba bastante tranquilidad a la pelirroja. Luego de todo eso se había sentado en el piso, nada más a mirar a la pared, y de vez en cuando conversar con los demás, siempre algo distraída y distante.
No les había contado sobre Luciel, nunca lo había mencionado siquiera. No quería amarrarse demasiado, y sabía que si hablaba sobre él, sólo le sería más difícil sacarlo de su cabeza. Persephone sabía bien que todos tenían seres queridos fuera, lo último que quería era cargarles con lo que a ella le dolía, pues al fin y al cabo, sabía que aquella persona estaba sana y salva en lo que era su casa. Aquel pequeño departamento que habían decorado y hecho su hogar juntos.
O eso pensó, por demasiado tiempo.
No había forma de que confundiera la voz, juraría haberlo escuchado y sabía que no estaba en su cabeza. Su corazón se agitó, sus ojos se abrieron como platos mientras su cuerpo intentaba buscar una reacción adecuada.
Con el corazón en la mano y la respiración detenida se levantó de golpe del piso, intentando buscar de dónde provenía el sonido. Se puso como desquiciada a mirar por las ventanas, y lo vio, en el piso, gritando. Quiso vomitar, eran demasiadas emociones con las que no podía lidiar, no entendía que estaba pasando, y ni siquiera pudo pensarlo bien antes de saltar por la ventana y correr hacia él.
-¡Luciel! -chilló, para luego abalanzarse sobre él, llorando incontrolablemente -. ¿Luciel? ¿De verdad eres tú? P-pensé.... Pensé que e-estabas en casa, q-que no... Que no habías venido... Estabas trabajando...
Sabía que no era lo que debía decir en aquel momento, pero las palabras fluían con mayor rapidez que sus pensamientos, al igual que sus lágrimas, pero realmente lo que quería saber era que carajos hacía en el piso. Le preocupaba muchísimo más eso que lo demás, pues cualquier otra cosa podrían hablarla luego, estaba allí, de verdad estaba allí. Lo abrazó con fuerza, escuchó el 'click' de los collares al unirse y se sintió un poco tonta.
-Todo está bien, estoy aquí contigo...
Ahogó como pudo las lágrimas, esperando que se calmase, esperando que pudiese responderle, decirle algo. No quiso preguntar más, podía esperar, luego de cuatro semanas sin él, podría esperar cualquier cosa. Acarició sus cabellos, y deslizó su pulgar por las mejillas del contrario, intentando darle un poco de calma.
Lluvia comenzó a caer ferozmente, pero poco le importó. Sólo quería estar allí con él.
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Localización : En la cafetería, probablemente
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Vie Mayo 21, 2021 4:32 pm
You can repair
this shit?
I hope so...
Voces, una tras otra gritando atrocidades, recreando sonidos, rememorando escenas y sensaciones, no podía contra todas ellas, no era capaz de controlarlas, siquiera le permitía dormir más que unos míseros minutos antes de comenzar de nuevo, ni en la inconsciencia causada por el cansancio y falta de sueño era capaz de descansar, pues incluso con sus ojos cerrados le traía pesadillas que en un instante lo hacían despertar. Estaba harto de todo eso, sus límites ya habían sido sobrepasados y no podía hacer nada más que continuar soportando todo ello, le aterraba morir pues no sabía la cantidad exactas de vida que podía tener ¿Y si eran infinitas? Si ese era el caso, morir continuamente buscando un fin que no existía, solo le traería la ruptura completa de su mente.
Había comenzando a rascar su cabeza, apretando las hebras azules entre sus dedos, buscando el dolor para calmar a todos ellos, eso era lo que querían ¿Verdad? No lo sabía en realidad, pero al parecer era el único modo de hacer que se calmaran aunque fuera un poco. Siquiera noto la voz de otra persona llamándolo, solo lo atribuyó a una de las tantas que vivían en su cabeza, sin embargo pronto sintió un gran apretón en todo su cuerpo que lo espanto de inmediato. No sabía quién era esa persona ¿Una chica? No había logrado verla a la cara y aun así ¿Por que lo abrazaba? Era extraño, horrendo, asfixiante, quería salir de allí cuanto antes, no podía soportar esa sensación de ser prisionero pero su cuerpo no lograba responder todavía, solo estaba estático, completamente paralizado buscando con su mirada algún lugar al cual huir.
“¡MATALA! HAZLO ANTES DE QUE ELLA LO HAGA”, “No confíes, te hará daño.”, “CORRE, CORRE, CORRE.”, “DEBE MORIR, HAZLO AHORA.”
Todas al mismo tiempo gritando sus consejos, buscando dañar e introduciendo más terror del que ya había en su mente. No había ninguna calma o paz en su expresión, sus labios temblaban, sus ojos completamente abiertos, llenos de temores, inseguridades, dolor. En cuanto sus miradas cruzaron Luciel no pudo quedarse un segundo más atrapado entre los brazos de aquella chica ¿Persephone? Si, claramente tenía que alejarse, no la conocía en lo absoluto más que por su nombre y los rumores que escuchó alguna vez, ella no era alguien de quien fiarse. Se apresuró en quitársela de encima, la empujo tan fuerte como le fuera posible, cayendo él también hacia atrás, aunque pronto logró incorporarse y alejarse varios pasos.
— ¡ALEJATE! —
Gruño tan agresivo como pudiera ser pero era claro que solo estaba asustado. No le quitaba la mirada de encima, quería correr pero temía ser atacado por la espalda y morir de nuevo, solo pudo quedarse en su lugar mientras las voces seguían gritando aún más fuerte. “Corre, mátala, cómela, muere, daña.”
Nuevamente tomó su cabeza y apretó los dientes tratando de soportar el dolor. Siquiera era capaz de acceder a su raza o utilizar alguna habilidad más que las dagas, pero estas apenas tenían un 10% de su poder, eran prácticamente inútiles también.
Con prisa regresó su mirada a la pelirroja mientras tenía un pie detrás, listo para correr.
— ¿Qu-Qué quieres? ¡Aléjate! —
Regresó a llorar sin poder detenerse, su garganta era un nudo, su estómago igual, ya no podía soportar el terror, la constante tensión que causaba tanto dolor en su cuerpo.
— Ya cállense, no quiero oírlos, CIERREN LA BOCA, HAGAN SILENCIO. —
Luciel NefimLuciel Nefim
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Vie Mayo 21, 2021 6:33 pm
I'll be the one you rely on, a shoulder to cry on, a friend through the highs and the lows
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Luciel Nefim
Ni siquiera pudo reaccionar cuando la empujó, sintió un poco de dolor en su espalda pero fue lo de menos, se quedó completamente en blanco, no entendía que estaba pasando. Aunque desde que lo vio supo que algo no estaba bien, pensó que podría ayudarlo, que se calmaría al verla, al saber que estaba viva y que estaba bien.
Sintió como todo su ser se caía a pedazos, esa no era la cara del Luciel que conocía, se veía distinto, demasiado herido. Persephone comenzó a hiperventilar, intentando darle algún sentido a lo que estaba pasando frente a ella, se levantó suavemente mordiéndose la lengua para hogar un quejido de dolor, claramente no podía hacer nada que fuese a asustar al chico, por lo que tuvo el máximo cuidado con sus movimientos. No podía preocuparse por como se estaba sintiendo ella ahora, tenía que hacer algo. Y aunque las lágrimas no dejaban de caer, logró apaciguar su respiración y levantó ambas manos en posición de rendición.
-Yo... Está bien, no me acercaré si no quieres -se volvió a morder la lengua, con un poco más de fuerza -. Luciel, ¿qué pasa? Soy yo.
Aunque intentó evitarlo, su voz al final volvió a romperse. Se mantuvo en una posición en la que pudiese ver sus manos, y se movió lo menos posible, la verdad era que poco le importaba si Luciel la mataba o le hacía daño, sólo quería ayudarlo, quería entender. Su cabeza y corazón estaban en pánico y era difícil despejar un poco de eso para poder hablar coherentemente.
Evidentemente no era a ella a quien le hablaba cuando dijo esas últimas palabras. Algo pasaba, el corazón de la chica se saltó un latido, algo pasaba en la cabeza de la única persona que le importaba en ese lugar.
-¿Luciel? -murmuró apenas, intentando pensar que decir -. Por favor no te vayas -las lágrimas comenzaron a caer más rápido, sus manos seguían en alto y lo único que hizo fue cerrar los ojos por un instante para intentar contener las lágrimas -. No tengo poderes, ni forma de raza, no puedo hacerte daño. Jamás te haría daño, lo sabes.
Ahora más que nunca extrañaba los momentos en el departamento, las comidas caseras, las noches juntos, un lugar donde tenían toda la paz que alguna vez quisieron. Y ahora ni siquiera entendía que estaba pasando, pero ya se había comenzado a culpar, por no haber estado con él desde el inicio, ya que esto sólo significaba que él había estado allí desde hace un mes, y había estado solo. ¿La habría buscado?
-Perdóname Luciel... Si hubiese sabido que estabas aquí te habría buscado, de verdad -su voz se sentía ahogada, conteniendo demasiadas emociones que en cualquier momento podrían explotar -. Jamás te hubiese dejado solo.
Si estaba así era por ella, eso era seguro, porque no había estado con él, por haberlo dejado solo, por haber asistido a aquel evento al cual probablemente la había seguido. Su corazón se apretaba más y más con cada segundo, pero no se movía ni un centímetro, nada que pudiese hacer que la situación terminase mal.
Sintió como todo su ser se caía a pedazos, esa no era la cara del Luciel que conocía, se veía distinto, demasiado herido. Persephone comenzó a hiperventilar, intentando darle algún sentido a lo que estaba pasando frente a ella, se levantó suavemente mordiéndose la lengua para hogar un quejido de dolor, claramente no podía hacer nada que fuese a asustar al chico, por lo que tuvo el máximo cuidado con sus movimientos. No podía preocuparse por como se estaba sintiendo ella ahora, tenía que hacer algo. Y aunque las lágrimas no dejaban de caer, logró apaciguar su respiración y levantó ambas manos en posición de rendición.
-Yo... Está bien, no me acercaré si no quieres -se volvió a morder la lengua, con un poco más de fuerza -. Luciel, ¿qué pasa? Soy yo.
Aunque intentó evitarlo, su voz al final volvió a romperse. Se mantuvo en una posición en la que pudiese ver sus manos, y se movió lo menos posible, la verdad era que poco le importaba si Luciel la mataba o le hacía daño, sólo quería ayudarlo, quería entender. Su cabeza y corazón estaban en pánico y era difícil despejar un poco de eso para poder hablar coherentemente.
Evidentemente no era a ella a quien le hablaba cuando dijo esas últimas palabras. Algo pasaba, el corazón de la chica se saltó un latido, algo pasaba en la cabeza de la única persona que le importaba en ese lugar.
-¿Luciel? -murmuró apenas, intentando pensar que decir -. Por favor no te vayas -las lágrimas comenzaron a caer más rápido, sus manos seguían en alto y lo único que hizo fue cerrar los ojos por un instante para intentar contener las lágrimas -. No tengo poderes, ni forma de raza, no puedo hacerte daño. Jamás te haría daño, lo sabes.
Ahora más que nunca extrañaba los momentos en el departamento, las comidas caseras, las noches juntos, un lugar donde tenían toda la paz que alguna vez quisieron. Y ahora ni siquiera entendía que estaba pasando, pero ya se había comenzado a culpar, por no haber estado con él desde el inicio, ya que esto sólo significaba que él había estado allí desde hace un mes, y había estado solo. ¿La habría buscado?
-Perdóname Luciel... Si hubiese sabido que estabas aquí te habría buscado, de verdad -su voz se sentía ahogada, conteniendo demasiadas emociones que en cualquier momento podrían explotar -. Jamás te hubiese dejado solo.
Si estaba así era por ella, eso era seguro, porque no había estado con él, por haberlo dejado solo, por haber asistido a aquel evento al cual probablemente la había seguido. Su corazón se apretaba más y más con cada segundo, pero no se movía ni un centímetro, nada que pudiese hacer que la situación terminase mal.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Vie Mayo 21, 2021 11:46 pm
You can repair
this shit?
I hope so...
Con la poca energía que aún le quedaba intentó crear en su mano una daga, sin embargo esta se notaba ligeramente transparente, debilitada hasta el punto de ser incapaz de mantenerse por lo cual se esfumó a los pocos segundos ¿Acaso iba a atacar? Ni siquiera lo sabía, no estaba seguro de nada de lo que hacía, solo quería dejar de sentir miedo, deseaba callar las voces y el único modo parecía ser complaciéndolas aunque parecía no ser posible para Luciel. Y si las cosas no eran lo suficientemente malas aun, comenzaba a sentir como su cuerpo fallaba, las piernas apenas podían mantener el peso del cuerpo, sus ojos se cerraban por si solos, estaba cansado, demasiado agotado para seguir un minuto más pero la situación simplemente no le permitía caer, era aún mayor el temor a morir que la fatiga que pudiera sentir.
Por un instante dejó de centrarse demasiado en las voces solo para escuchar a la pelirroja, claramente no confiaba en ella del mismo modo en que no confiaba en nadie, sin embargo no pudo dejar pasar esa extraña reacción en la menor ¿Por que tenía ese rostro? Parecía tan dolida de algo pero no entendía el porque, al igual que no podía descubrir la razón del trato completamente confiado y familiar, como si ellos en algún momento hubieran tenido algo… Algo. “Vamos ¿Te vas a dejar engañar? Ella está mintiendo, solo quiere que bajes la guardia para matarte.” Nuevamente resonó y solo sacudió la cabeza un par de veces para intentar disipar un poco la voz pero solo continuaba diciendo que se mantuviera alejado.
— … ¿Lo-Lo sé?... No te conozco y todo lo que he oído de ti no es nada agradable, Persephone. —
Todo se volvía cada vez más confuso, entre las voces que no le permitían pensar y ella que no dejaba de hablar tan familiar, solo lograban desesperar aun más a Luciel.
“No es cierto, no es cierto, no le creas, ella solo juega contigo, nunca tuviste un solo amigo, nadie te ha querido, nadie jamás te buscaría.” De nuevo.
— ¡CALLATE! ¡Te he dicho que guardes silencio! —
Regreso a gritar volteando su cabeza a un lado como si alguien lo estuviera acompañando a su costado.
— ¿Por qué? ¿Por qué mierda me buscarías? Tu y yo no tenemos nada en común. —
Otra vez gruñó, aunque al menos podía verse más calmado, todavía alerta pero ya no tan perturbado como en un inicio.
Estaba a punto de solo salir corriendo de aquel lugar, ya estaba harto, nada tenía sentido y todo parecía ser una pérdida de tiempo, sin embargo, al dar otro paso atrás repentinamente se detuvo, un recuerdo vino a su mente, aquel en donde esa extraña chica le entregó el dichoso cuaderno junto con afirmaciones tan raras. “No puedes recordar nada, jugaron con tu mente. No creas nada de lo que dice tu cabeza, nada.” y luego solo obtuvo un libro vacío. ¿Podría ser cierto lo de aquella vez? Comenzaba a considerarlo un poco, aunque la primera vez siquiera le dio importancia alguna…
Ahora en verdad estaba confundido, entre las voces, recuerdos y esa chica, realmente ya no sabía qué hacer o pensar al respecto. Las piezas parecían encajar pero aun le costaba demasiado creer en ello, era demasiado tonto e irreal, sin sentido alguno, pero realmente tampoco lo podía cuestionar, todo en ese lugar era extraño, perder memorias no podría ser tan descabellado quizás.
No iba a acercarse a la pelirroja, aun si pretendía no hacer ningún daño, ya había visto suficientes asesinatos para saber que todos allí dentro había perdido la razón de alguna u otra forma, por las razones que fueran.
— Tu... —
Y solo cerró su boca, no sabía que decir al respecto, ahora estaba lleno de preguntas pero no era capaz de formular ninguna, las palabras estaban demasiado desordenadas, sería imposible decir algo coherente. Trato de pensar algo que decir pero su mente estaba demasiado intranquila como para siquiera permitirle eso, era frustrante, molesto, quería resolver todo eso y largarse pero era un completo inútil, no podía hacer nada al respecto. Por un momento olvidó por completo la presencia de Persephone allí y solo regresó a sujetar su cabeza, revolviendo el cabello, dando varios golpes a ella, como si todo eso pudiera solucionar algo pero solo estaba volviendo a perder el control y nuevamente dañarse.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Sáb Mayo 22, 2021 7:14 pm
- Canción:
I'll be the one you rely on, a shoulder to cry on, a friend through the highs and the lows
Cuarta Semana
2017
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Mientras más lo escuchaba hablar, más sentía que su mundo se derrumbaba y caía a pedazos, sabría que pronto terminaría nuevamente en el piso, pues sus piernas ya habían comenzado a temblar, tenía miedo, y no quería aceptarlo pero ahora quedaba claro que él no estaba molesto ni mucho menos, era mucho peor que eso, la verdad atravesó su corazón como mil puñaladas, ahogó un grito, y se esforzó por mantener los brazos en alto mientras la lluvia la empapaba.
La había olvidado.
Quería gritar, llorar, suplicar, cualquier cosa, no quería creer que aquello estaba pasando, no podía aceptarlo, no podía dejar meses de una relación, más de un año enamorada de aquel chico que la había salvado de todo y la había hecho feliz, tirados a la basura. No podía creerlo, no quería.
-¿Q-qué? -preguntó entrecortado, mordiendo su lengua una vez más -. Es una broma, ¿cierto? -chilló al final, sin poder creer lo que había escuchado -. ¡Vivimos juntos por meses, ésto no puede estar pasando!
Había elevado un poco su tono de voz, no en lo que sería un grito realmente, más bien terminando de eliminar el aire de sus pulmones y acabando aquella frase en un llanto incontrolado. Sus manos temblaban, su cuerpo se sacudía violentamente. Ni siquiera le importó cuando Luciel volvió a gritar, sabía que algo no estaba bien con él, cada vez le quedaba más claro, pero el dolor que sentía había llegado a un extremo en el que parecía bloquear cualquier otra cosa, como si no pudiese sentir absolutamente nada más. Se sintió mareada, como si se fuese a caer al piso.
-¡Porque te amo! -gritó antes de irse de rodillas al piso, los brazos que se había esforzado en mantener en alto se envolvieron alrededor de su propio cuerpo -. Dime que es una broma Luciel, no puedes haberlo olvidado... ¿Todo? ¿Como para ni siquiera ser capaz de reconocerme?
Para Persephone aquello sólo significaba una cosa, y era que ella no había sido lo suficientemente importante para él. Ya no quería estar allí, quería morir. Recuerdos de sus brazos ensangrentados volvieron a su cabeza, así como el rostro preocupado del chico, uno que ahora no la recordaba. ¿Importaría acaso? No la recordaba. Se formó un debate en su cabeza, en lo que inconscientemente había formado un escape sobre la situación real.
Para este punto la pelirroja ya se encontraba empapada, ya no era posible distinguir las lágrimas de la lluvia si no fuese por los fuertes sollozos. Así mismo la tierra se había pegado a sus piernas y ensuciado su ropa, al igual que la parte de su cabello que llegaba al piso. Era probablemente, lo más miserable que cualquier persona podría ver en su vida. Y lo más doloroso que la pelirroja había vivido.
Hubiese preferido mil veces seguir siendo maltratada por sus padres, o terminar asesinada, pero sentir que todo se había roto, que no le quedaba aire, que no controlaba su cuerpo, ni tenía fuerzas para hacerlo. Le habían pasado muchas cosas, pero en todas había podido levantar la cabeza y seguir adelante, al menos no derramar una lágrima hasta estar sola. Y más tarde hasta estar en los brazos del peliazul. Pero todo eso se había perdido, junto con Luciel, estaba perdiendo su fuerza mental y de voluntad.
Quería hablar, quería decirle que por favor no se fuera, pero apenas pudo levantar un poco la cabeza como para ver los pies del chico y saber que seguía allí. Muy levemente, palabras salieron de sus labios.
-Por favor... No te vayas, mi vida es tuya, sólo... No te vayas...
Si la recordara, podría ver como la llama que hacía a Persephone Hansen quien era, se apagaba lentamente.
La había olvidado.
Quería gritar, llorar, suplicar, cualquier cosa, no quería creer que aquello estaba pasando, no podía aceptarlo, no podía dejar meses de una relación, más de un año enamorada de aquel chico que la había salvado de todo y la había hecho feliz, tirados a la basura. No podía creerlo, no quería.
-¿Q-qué? -preguntó entrecortado, mordiendo su lengua una vez más -. Es una broma, ¿cierto? -chilló al final, sin poder creer lo que había escuchado -. ¡Vivimos juntos por meses, ésto no puede estar pasando!
Había elevado un poco su tono de voz, no en lo que sería un grito realmente, más bien terminando de eliminar el aire de sus pulmones y acabando aquella frase en un llanto incontrolado. Sus manos temblaban, su cuerpo se sacudía violentamente. Ni siquiera le importó cuando Luciel volvió a gritar, sabía que algo no estaba bien con él, cada vez le quedaba más claro, pero el dolor que sentía había llegado a un extremo en el que parecía bloquear cualquier otra cosa, como si no pudiese sentir absolutamente nada más. Se sintió mareada, como si se fuese a caer al piso.
-¡Porque te amo! -gritó antes de irse de rodillas al piso, los brazos que se había esforzado en mantener en alto se envolvieron alrededor de su propio cuerpo -. Dime que es una broma Luciel, no puedes haberlo olvidado... ¿Todo? ¿Como para ni siquiera ser capaz de reconocerme?
Para Persephone aquello sólo significaba una cosa, y era que ella no había sido lo suficientemente importante para él. Ya no quería estar allí, quería morir. Recuerdos de sus brazos ensangrentados volvieron a su cabeza, así como el rostro preocupado del chico, uno que ahora no la recordaba. ¿Importaría acaso? No la recordaba. Se formó un debate en su cabeza, en lo que inconscientemente había formado un escape sobre la situación real.
Para este punto la pelirroja ya se encontraba empapada, ya no era posible distinguir las lágrimas de la lluvia si no fuese por los fuertes sollozos. Así mismo la tierra se había pegado a sus piernas y ensuciado su ropa, al igual que la parte de su cabello que llegaba al piso. Era probablemente, lo más miserable que cualquier persona podría ver en su vida. Y lo más doloroso que la pelirroja había vivido.
Hubiese preferido mil veces seguir siendo maltratada por sus padres, o terminar asesinada, pero sentir que todo se había roto, que no le quedaba aire, que no controlaba su cuerpo, ni tenía fuerzas para hacerlo. Le habían pasado muchas cosas, pero en todas había podido levantar la cabeza y seguir adelante, al menos no derramar una lágrima hasta estar sola. Y más tarde hasta estar en los brazos del peliazul. Pero todo eso se había perdido, junto con Luciel, estaba perdiendo su fuerza mental y de voluntad.
Quería hablar, quería decirle que por favor no se fuera, pero apenas pudo levantar un poco la cabeza como para ver los pies del chico y saber que seguía allí. Muy levemente, palabras salieron de sus labios.
-Por favor... No te vayas, mi vida es tuya, sólo... No te vayas...
Si la recordara, podría ver como la llama que hacía a Persephone Hansen quien era, se apagaba lentamente.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Sáb Mayo 22, 2021 10:58 pm
You can repair
this shit?
I hope so...
Nuevamente despertó, sorprendido y asustado por el repentino volumen en la voz de la chica. Volteo hacia ella, observando detenidamente cómo se estaba desmoronando en solo cuestión de segundos y luego solo más palabras que no hacían ningún sentido para Luciel, verdaderamente estaba atemorizado de verla, ya no por el peligro sino por el aparente daño que causaba sin saber el por qué lo causaba ¿Acaso era su culpa? Pero si él no tenía nada que ver con ella, no recordaba ni una sola cosa buena más que en el único encuentro que tuvieron en la enfermería, pero más allá de eso no había nada. “Mírala, esto lo causaste tú, tú eres el único culpable de todo eso.” “Basura, no solo lo has jodido en tu mundo, ahora lo jodes aquí, felicidades.” “Solo eres un inútil bueno para nada ¿Por que mejor solo te mueres?” Y por un momento supo que aquellas palabras no eran dichas por las extrañas voces que por tanto tiempo había oído, esas palabras eran dichas por su propia conciencia, la misma quien siempre lo juzgo y lo hizo sentir miserable desde el inicio de su vida.
Comenzaba a sentirse culpable al respecto pero no sabía exactamente el por qué, solo podía pensar que todo ese dolor que veía en Persephone solo se debía a él ¿Por qué? ¿Acaso debía recordar algo? ¿Verdaderamente había olvidado algo importante? Estaba claro que había algunas lagunas en sus memorias, lo había notado desde un inicio pero solo pudo atribuirlo a que su mente no era perfecta y era posible que solo olvidará cosas así de nada, después de todo se había acostumbrado toda su vida a reprimir lo malo para intentar no ser tan afectado por ello.
Trago en seco, por un momento las voces se detuvieron, aun podía escuchar sonidos que no estaban allí y algunos murmullos pero ya no eran los mismos gritos de siempre. Trato de extender su mano como si de esa forma fuera posible alcanzarla a pesar de estar a unos cuantos metros de distancia, sin embargo solo volvió a guardarla, apegarse a su pecho mientras pensaba qué hacer. Aún no quería acercarse, seguía siendo desconfiaba pero pensaba que tenía que hacer algo al respecto con ella.
— Pe… Persephone... —
Le costaba hablar, no lograba subir el volumen de su voz y las palabras solo se perdían en el ruido de la incesante lluvia. Así poco a poco comenzó a poner un pie frente al otro, asustado cual niño pequeño se acercaba a esa chica sin saber realmente qué podría hacer. Aún era demasiado inseguro de sí mismo, incluso podría decir que había empeorado pero trato de dejar todo a un lado, algo dentro suyo le decía que debía estar a su lado aunque realmente no lo deseaba…
Por fin la alcanzó, apenas unos pocos centímetros de distancia uno del otro; todo su cuerpo temblaba, sus manos, sus labios, sus piernas, trató de ponerse en cuclillas sin caer al suelo mientras buscaba acercar su mano a la cabeza de ella y solo acariciarla un poco. Si, eso era lo mejor que podía hacer dentro de la poca cordura que pudiera poseer.
— Y..Yo… Yo no.. no me iré... —
Ni él mismo estaba seguro de sus propias palabras, realmente no podía prometer algo así, no se sentía cómodo con las personas pero creía que debía decirlo aunque fuera una mentira a medias.
Quiso llorar por verla de ese modo, verdaderamente estaba sintiendo culpa por todo lo que estaba causando sin saber que lo podía causar, pero sus emociones estaban inhibidas como para derramar una sola lágrima. Trato de levantarla de la tierra con las pocas fuerzas que aún tenía en su cuerpo, no iba a decir que no le costó porque verdaderamente si fue un reto lograr eso y llevarla dentro del edificio pero una vez dentro no supo que hacer, que decir, solo se mantuvo observando con una expresión de extraña preocupación.
— A..Ah.. ¿Persephone?... No entiendo qu..que sucede… ¿Debo saber algo?... —
No sabia por donde comenzar pero algo menos tenía en claro que algo había olvidado pero le era imposible saber el que.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Sáb Mayo 22, 2021 11:34 pm
I'll be the one you rely on, a shoulder to cry on, a friend through the highs and the lows
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Aparte de las últimas palabras que había dicho, se había encerrado en si misma, no quería levantar la vista nuevamente y ver que se habría largado, sentía que se hundía en su cabeza, se gritaba a si misma que nunca había sido suficiente, que había fallado como siempre lo hacía y como siempre haría. Ya no sentía la lluvia, no sentía el frío ni el barro en su cuerpo, lo único que sentía era lo apretado que estaba su corazón, lo revuelto de su estómago y el nudo en la garganta.
El tacto apenas pudo despertarla de aquel letargo, lo único que fue capaz de hacer fue levantar la cabeza. Podía verlo en sus ojos, no la recordaba, no la miraba como antes. Pero ella sabía que Luciel era una buena persona, se sintió aliviada de ver que al menos no había perdido aquello. Intentó abrir la boca para responder, decirle algo, pero era como si hubiese perdido la voz, apenas intentó hablar, había vuelto a llorar.
Quería abrazarlo, tomar su mano, pero tenía miedo de que aquello le hiciera huir, se llevó ambas manos a la cara para cubrirla, como si de alguna manera aquello le fuese a ayudar a contenerse, a no seguir rompiéndose.
Cuando la tomó y la llevó dentro ni siquiera reclamó, como haría normalmente, diciendo que podría hacer aquello ella sola. Porque realmente no podía, quedó sentada arriba de la manta que cubría gran parte del piso y los Rebeldes usaban como colchón, abrazó sus rodillas, intentando pensar, intentando formar oraciones y respuestas, ¿pero cómo le contabas a una persona mese de vida juntos?
-Yo... -aún lloraba, pero intentaba hablar lo mejor que le era posible -. ¿De verdad lo o-olvidaste? V-vivimos juntos, por m-meses... -hizo una pausa mientras que con bastante esfuerzo se pasaba la muñeca por la mejilla intentando limpiar las lágrimas, para luego volver a abrazar sus propias rodillas. Su cuerpo aún temblaba -. No sé cómo empezar.
Su voz se deshizo en un hilo mientras todas las palabras se quebraban a medida que hablaba. Abrazó sus piernas con fuerza, intentó analizar la situación. Tenía que agradecer que no se había ido, estaba allí, y eso le daba una oportunidad de hacer algo, de ayudarlo. Lo que fuese. Respiró, intentando pensar y darle prioridad a algunas cosas.
-Hay... Uhm, comida y agua -dijo, luego de un gran suspiro y limpiarse varias veces la cara, intentando poco a poco calmarse -. Y en esa mochila de allá -se movió suavemente, su brazo temblaba violentamente al estirarlo para apuntar una mochila de color negro y rojo -. Está mi diario de vida, tiene fotos, están las fechas.
Tenía claro que aquello podría ser una pésima idea, Persephone escribía en él todo el tiempo, y era un diario que llevaba usando desde hace dos años, por lo que el chico tendría que buscar la fecha desde que se conocieron en adelante. Lo que le aterraba de aquello, era el pensamiento de que fuese e negarlo todo y tratarla como una loca, y de sólo pensarlo volvió a llorar, se mordió la lengua, intentando no hacer ruido, pero su respiración estaba agitada y se encontraba hecha completamente una bolita en el piso.
No podía pensar en cómo hablar con él o decirle nada, así que esa era su única opción.
-Sé que no confías en mi -murmuró entre sollozos -. Así que me quedaré aquí, no me moveré ni un centímetro. Los demás no están aquí ahora por lo que no tienes que preocuparte de eso tampoco.
Pensar que todo lo que había hecho lo hacía por él, liderar aquel grupo, esforzarse por salir de allí, ayudar a los demás, intentar ser una mejor versión de ella misma. Sólo por él. Y estaba allí, a su lado, como si ella fuese un completo desconocido.
El tacto apenas pudo despertarla de aquel letargo, lo único que fue capaz de hacer fue levantar la cabeza. Podía verlo en sus ojos, no la recordaba, no la miraba como antes. Pero ella sabía que Luciel era una buena persona, se sintió aliviada de ver que al menos no había perdido aquello. Intentó abrir la boca para responder, decirle algo, pero era como si hubiese perdido la voz, apenas intentó hablar, había vuelto a llorar.
Quería abrazarlo, tomar su mano, pero tenía miedo de que aquello le hiciera huir, se llevó ambas manos a la cara para cubrirla, como si de alguna manera aquello le fuese a ayudar a contenerse, a no seguir rompiéndose.
Cuando la tomó y la llevó dentro ni siquiera reclamó, como haría normalmente, diciendo que podría hacer aquello ella sola. Porque realmente no podía, quedó sentada arriba de la manta que cubría gran parte del piso y los Rebeldes usaban como colchón, abrazó sus rodillas, intentando pensar, intentando formar oraciones y respuestas, ¿pero cómo le contabas a una persona mese de vida juntos?
-Yo... -aún lloraba, pero intentaba hablar lo mejor que le era posible -. ¿De verdad lo o-olvidaste? V-vivimos juntos, por m-meses... -hizo una pausa mientras que con bastante esfuerzo se pasaba la muñeca por la mejilla intentando limpiar las lágrimas, para luego volver a abrazar sus propias rodillas. Su cuerpo aún temblaba -. No sé cómo empezar.
Su voz se deshizo en un hilo mientras todas las palabras se quebraban a medida que hablaba. Abrazó sus piernas con fuerza, intentó analizar la situación. Tenía que agradecer que no se había ido, estaba allí, y eso le daba una oportunidad de hacer algo, de ayudarlo. Lo que fuese. Respiró, intentando pensar y darle prioridad a algunas cosas.
-Hay... Uhm, comida y agua -dijo, luego de un gran suspiro y limpiarse varias veces la cara, intentando poco a poco calmarse -. Y en esa mochila de allá -se movió suavemente, su brazo temblaba violentamente al estirarlo para apuntar una mochila de color negro y rojo -. Está mi diario de vida, tiene fotos, están las fechas.
Tenía claro que aquello podría ser una pésima idea, Persephone escribía en él todo el tiempo, y era un diario que llevaba usando desde hace dos años, por lo que el chico tendría que buscar la fecha desde que se conocieron en adelante. Lo que le aterraba de aquello, era el pensamiento de que fuese e negarlo todo y tratarla como una loca, y de sólo pensarlo volvió a llorar, se mordió la lengua, intentando no hacer ruido, pero su respiración estaba agitada y se encontraba hecha completamente una bolita en el piso.
No podía pensar en cómo hablar con él o decirle nada, así que esa era su única opción.
-Sé que no confías en mi -murmuró entre sollozos -. Así que me quedaré aquí, no me moveré ni un centímetro. Los demás no están aquí ahora por lo que no tienes que preocuparte de eso tampoco.
Pensar que todo lo que había hecho lo hacía por él, liderar aquel grupo, esforzarse por salir de allí, ayudar a los demás, intentar ser una mejor versión de ella misma. Sólo por él. Y estaba allí, a su lado, como si ella fuese un completo desconocido.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Dom Mayo 23, 2021 1:04 am
You can repair
this shit?
I hope so...
¿Qué podía decir al respecto? Verdaderamente en sus memorias no había nada que relacionara a la chica, en todos sus recuerdos solo estaba él, siempre solo, apartado de todo el mundo, causando problemas, siendo el mismo idiota de siempre, en su mente no habia ni un solo buen momento, solo soledad y tristeza, el mismo desprecio por su propia vida y por el mundo.
Siquiera se sorprendió cuando ella confesó que ambos habían estado viviendo juntos, ya comenzaba a dar por hecho que había muchas cosas “imposibles” que había sucedido en su vida humana pero cuando hacía un intento por recordar algo de ello solo comenzaba a sentir una intensa punzada en la cabeza, como si alguien estuviera apuñalando su cerebro en cuanto hacía el intento por darle sentido a todas esas palabras. Solo atinó a negar con la cabeza, bastante incómodo al respecto pero sobre todo avergonzado por ser el único que no entendía nada de eso. En serio ¿Cuánto había olvidado?
Para ese momento no le importaba comer o hidratarse, en su estómago al igual que en su garganta se había formado un nudo que no podía deshacer, no sentía hambre alguna, incluso quería vomitar, toda esa situación lo ponía nervioso, bastante ansioso que simplemente no podía evitar rascar sus brazos ya lastimados. Volteo por un momento su cabeza siguiendo el punto a donde apuntaba la chica para ver esa mochila, sin embargo lo que más llamó su atención es aquel anillo puesto en el anular de la pelirroja, luego solo bajo la mirada a sus propias manos notando que él también llevaba un anillo demasiado similar que incluso le aterraba.
No se movió ni un solo milímetro, se quedó helado viendo sus propias manos, sin decir nada, solo tratando de calmar sus nervios y el impulso incontrolable de salir corriendo de ese lugar. Le asustaba ir a buscar ese diario y encontrarse con todo aquello que se borró de sus memorias ¿Que pasaría una vez que supiera todo eso? ¿Que iba a hacer con ello? No podía recordar nada y solo leyendo dudaba que pudiera hacer algún sentido a su cabeza.
Finalmente tomó el valor para ir en busca de la mochila en donde rebuscar hasta dar con el cuaderno; lo apretó entre sus temblorosas manos, nervioso por ver con que se iba a topar ahí dentro… Dios, todo eso era una tortura pero al menos no eran tan horrible como lo que estuvo pasando durante todos esos días en soledad.
— Per..Persephone... —
Pero solo volvió a callarse; deseaba decirle que él estaba bien, que no había porque llorar pero todo era una mentira que no estaba dispuesto a decir.
Se quedó sentado a un lado de la mochila y comenzó a pasar una página tras otra, leyendo por encima cada palabra hasta encontrar su nombre escrito en algún lugar para comenzar con algo. Finalmente se encontró en una de las hojas además de unas cuantas fotos las cuales claramente no podía recordar el momento en que fueron tomadas.
Soltó un pesado suspiro, no estaba seguro de si estaba listo para comenzar a leer, solo repitió su nombre una y mil veces dentro de su cabeza hasta que finalmente empezó a leer con bastante calma para que ninguna palabra fuera olvidada y al mismo tiempo poder entender todo eso.
Días, semana, meses escritos en ese pequeño cuaderno, escenarios que no tenía idea de que había sucedido, sentimientos que de alguna manera fueron borrados de su pecho ¿O nunca los tuvo? No podía entender nada de lo que estaba escrito. Emancipación, una relación, regalos, sentimientos, canciones, fotos, toda una vida relatada, olvidada. Hacia un gran esfuerzo por recordar todo ello pero al rebuscar en los recuerdos simplemente no encontraba nada, comenzaba a caer en la desesperación por desconocer de todo eso, quería sus memorias de vuelta, quería recordarla a ella, a su aparente y feliz vida que alguna vez tuvo, queria saber que pasaba, por que pasaba, no soportaba el intenso dolor que comenzaba a surgir en su pecho, sentía que se estaba rompiendo de nuevo, que su corazón y mente eran trizas y no encontraba ningún modo de repararlo, todo se desmoronaba.
No pudo saber en qué momento comenzó a llorar, el momento en que dejó el diario a un lado y solo se derretía en lágrimas, abrazando sus propias piernas, aguantando las ganas de gritar y solo saliendo un quejido ahogado de su garganta. Nuevamente sus límites habían sido cruzados más allá de lo que era capaz de soportar, no podía soportar el dolor, la desesperación por haber perdido todo eso, lo que tanto deseo durante toda su vida y ahora no estaba, lo había destruido sin saber cómo. Lo olvido todo, absolutamente todo.
— L-Lo siento… Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... —
Murmuró incontablemente una disculpa, ahora si podía sentir verdadera culpa por… Todo…
— Lo siento… Yo no quería olvidar esto.. lo quiero de vuelta, quiero lo que olvide... —
Le costaba respirar, comenzaba a agitarse, a volver a jalar de su cabello, apretar su cabeza mientras solo podía ver aquel diario que se cayó de sus manos.
— Persephone lo siento… No lo entiendo, no sé por qué no está en mi cabeza todo esto, solo.. solo... —
Ya no podía seguir hablando, su garganta ardía, su cabeza dolía, todo se había ido a la mierda desde un inicio, sólo podía llorar ahogándose en sus propias lágrimas y jadeos.
Luciel NefimLuciel Nefim
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Mar Mayo 25, 2021 2:54 pm
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Cuarta Semana
2017
Luciel Nefim
Apretó su cuerpo contra sus piernas cuando tomó el diario, en un intento por esconderse, Luciel nunca lo había leído, pero aquella situación lo ameritaba. Le daba más terror qque si lo hubiese hecho antes, pues no sabía que reacción podría tener, en el pasado, se las podría haber imaginado, pero parecía que nada de eso quedaba.
El diario de Persephone estaba completamente decorado, con fotos, dibujos, stickers, flores secas, entre otras cosas. Era lo que hacía la mayoría de las veces en su tiempo libre, entradas por día y por horas, un cuaderno enorme que no había logrado rellenar en más de dos años.
La pelirroja apenas levantó la vista a medida que el chico leía, esperando que no se diese cuenta de que lo estaba mirando. Sus ojos estaban apagados, no tenían aquel brillo que destacaba a la pelirroja, aquella fuerza, las lágrimas dejaban de caer poco a poco, enfocando su concentración en el chico que se encontraba con ella en la cafetería.
Claramente, se alzó de golpe al ver como Luciel comenzaba a decaer, dejando todo lo que ella sentía de lado para arrastrarse suavemente cerca de él, extendió una mano, para luego retraerla lentamente. Quería abrazarlo, quería contenerlo, pero le daba demasiado miedo las reacciones que el chico pudiese tener, no sabía que pasaba dentro de su cabeza en aquel momento, no tenía idea del daño que podría hacerle. ¿Pero qué habían de las cosas buenas? Podía ayudarlo, ¿no?
Persephone ahogó un chillido al escucharle pedir disculpas, no podía soportar verlo así, no era su culpa, estaba lejos de ser su culpa y no había razón para disculparse.
-Por favor... No te disculpes -murmuró bajito, con la voz y el corazón pendiendo de un hilo -. No es tu culpa que te hayan hecho esto.
Sentía que se iba a quebrar de nuevo, claramente estaba en un estado mental delicado, pero no podía permitírselo ahora. Tenía que cuidar a Luciel, tenía que protegerlo y ayudarlo. No había espacio para que la pelirroja lidiara con sus propios sentimientos. Antes hubiese sacudido la cabeza en un gesto normal que hacía cuando algo le abrumaba e intentaba sacarlo de su cabeza, ahora sólo cerró los ojos con fuerza y resopló suavemente, cualquier cosa con tal de no asustar a Luciel.
-Lo tendrás de vuelta -aseguró, acercándose un poco más, sin llegar a tocarlo y aún con suficiente distancia como para que no fuese a sentirse amenazado. Sentía que lidiaba con un pequeño gato salvaje, suavemente, comenzó a cantar el coro de una canción, no esperaba conseguir mucho con eso, pero era lo que hacía Persephone cuando Luciel estaba mal -.You've got it all (Lo tienes todo), You lost your mind in the sound (Perdiste tu mente en el sonido), There's so much more, you can reclaim your crown (Hay tanto más, puedes reclamar tu corona), You're in control (Tienes el control), Rid of the monsters inside your head (librate de los monstruos en tu cabeza), Put all your faults to bed (Pon todos tus problemas a dormir), You can be King again. (Puedes ser rey otra vez).
Tuvo que detenerse, pues sintió un apretón en el corazón, recordando que aquella había sido la primera canción que le había cantado alguna vez. Casi todas las demás, las había acompañado con un piano o un violín. Tragó saliva, un poco arrepentida, saber que no recordaba ni aquello sólo aumentó más el dolor de su pecho.
-¿Qué es lo que hay en tu cabeza, Luciel? -la vista al piso, quería entender, pero no quería ser invasiva, no sabía cómo actuar, no sabía como hacer para no ser la misma de siempre, la persona que sólo era con él -. Me vas a tener que ayudar a entender.
Intentó dedicarle una sonrisa, pero apenas logró formar una que poco se parecía a una. Dejó la vista clavada en el piso, mientras se mordía los labios en un nuevo intento de contener las lágrimas.
El diario de Persephone estaba completamente decorado, con fotos, dibujos, stickers, flores secas, entre otras cosas. Era lo que hacía la mayoría de las veces en su tiempo libre, entradas por día y por horas, un cuaderno enorme que no había logrado rellenar en más de dos años.
La pelirroja apenas levantó la vista a medida que el chico leía, esperando que no se diese cuenta de que lo estaba mirando. Sus ojos estaban apagados, no tenían aquel brillo que destacaba a la pelirroja, aquella fuerza, las lágrimas dejaban de caer poco a poco, enfocando su concentración en el chico que se encontraba con ella en la cafetería.
Claramente, se alzó de golpe al ver como Luciel comenzaba a decaer, dejando todo lo que ella sentía de lado para arrastrarse suavemente cerca de él, extendió una mano, para luego retraerla lentamente. Quería abrazarlo, quería contenerlo, pero le daba demasiado miedo las reacciones que el chico pudiese tener, no sabía que pasaba dentro de su cabeza en aquel momento, no tenía idea del daño que podría hacerle. ¿Pero qué habían de las cosas buenas? Podía ayudarlo, ¿no?
Persephone ahogó un chillido al escucharle pedir disculpas, no podía soportar verlo así, no era su culpa, estaba lejos de ser su culpa y no había razón para disculparse.
-Por favor... No te disculpes -murmuró bajito, con la voz y el corazón pendiendo de un hilo -. No es tu culpa que te hayan hecho esto.
Sentía que se iba a quebrar de nuevo, claramente estaba en un estado mental delicado, pero no podía permitírselo ahora. Tenía que cuidar a Luciel, tenía que protegerlo y ayudarlo. No había espacio para que la pelirroja lidiara con sus propios sentimientos. Antes hubiese sacudido la cabeza en un gesto normal que hacía cuando algo le abrumaba e intentaba sacarlo de su cabeza, ahora sólo cerró los ojos con fuerza y resopló suavemente, cualquier cosa con tal de no asustar a Luciel.
-Lo tendrás de vuelta -aseguró, acercándose un poco más, sin llegar a tocarlo y aún con suficiente distancia como para que no fuese a sentirse amenazado. Sentía que lidiaba con un pequeño gato salvaje, suavemente, comenzó a cantar el coro de una canción, no esperaba conseguir mucho con eso, pero era lo que hacía Persephone cuando Luciel estaba mal -.You've got it all (Lo tienes todo), You lost your mind in the sound (Perdiste tu mente en el sonido), There's so much more, you can reclaim your crown (Hay tanto más, puedes reclamar tu corona), You're in control (Tienes el control), Rid of the monsters inside your head (librate de los monstruos en tu cabeza), Put all your faults to bed (Pon todos tus problemas a dormir), You can be King again. (Puedes ser rey otra vez).
Tuvo que detenerse, pues sintió un apretón en el corazón, recordando que aquella había sido la primera canción que le había cantado alguna vez. Casi todas las demás, las había acompañado con un piano o un violín. Tragó saliva, un poco arrepentida, saber que no recordaba ni aquello sólo aumentó más el dolor de su pecho.
-¿Qué es lo que hay en tu cabeza, Luciel? -la vista al piso, quería entender, pero no quería ser invasiva, no sabía cómo actuar, no sabía como hacer para no ser la misma de siempre, la persona que sólo era con él -. Me vas a tener que ayudar a entender.
Intentó dedicarle una sonrisa, pero apenas logró formar una que poco se parecía a una. Dejó la vista clavada en el piso, mientras se mordía los labios en un nuevo intento de contener las lágrimas.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por The Watcher Miér Mayo 26, 2021 4:13 pm
Título AquíTítulo Aquí
Un libro de tapa de cuero aparece frente a Luciel, abriéndose de golpe y pasando hojas y hojas hasta de tenerse en una. Abierto de par en par, la página del lado izquierdo comienza a pintarse con un recuadro que repite una imagen borrosa, una imagen que se mueve lentamente hasta cambiar levemente. Se pueden reconocer dos siluetas, sin embargo no sus rostros ni su alrededor, si prestas atención, podrías reconocer algunos de los colores en aquella imagen, que se muestran todos tenues.
Mientras tanto en el lado derecho comienza a escribirse un texto por si solo:
Lo que parecía un pequeño cuento de hadas para niños se terminó de plasmar en el cuaderno, antes de caer abierto de par en par al piso.
Aviso: Las imágenes en el cuaderno se volverán cada ve más claras y coloridas a medida que Luciel vaya recordando ese "cuento" en específico.
Mientras tanto en el lado derecho comienza a escribirse un texto por si solo:
"Tu cuento en estos momentos se encuentra en construcción por la administración. Por favor revise más tarde. BEEEEEP"
Lo que parecía un pequeño cuento de hadas para niños se terminó de plasmar en el cuaderno, antes de caer abierto de par en par al piso.
Aviso: Las imágenes en el cuaderno se volverán cada ve más claras y coloridas a medida que Luciel vaya recordando ese "cuento" en específico.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Sáb Jun 12, 2021 11:59 pm
You can repair
this shit?
I hope so...
Se había desesperado por completo, luego de haber leído varias de las entradas de aquel diario, observar cada foto y recuerdos que ya no tenia, lo único que parecía quedarle era la desesperación. No tenia la menor idea de como lidiar con todo eso, apenas lograba comprender que Persephone no era su enemiga pero poco servía todo eso si en realidad no sabia el porque no lo era. Días, semanas, meses de recuerdos que solo se esfumaron de su mente, dejando en su lugar una locura que aparentemente no podía ser curada, solo emporar cada vez más con el paso del tiempo. No podía siguiera desahogarse, necesitaba volver a gritar, dañarse de alguna manera pues la culpa que ahora cargaba iba a ser difícil, sino imposible de quitar pues comprendía a la perfección que le había hecho daño a la única persona que al parecer había creído en él y que todo se lo dio.
No pudo dejar de llorar, solo se abrazaba con fuerza, gimoteaba y se exaltaba, ya no tenia control de nada siquiera de su propia respiración pues se estaba ahogando con sus propias lagrimas y jadeos. Se sentía como un niño que hacia el mayor berrinche de todos, solo exigiendo aquello que le fue quitado de sus manos pero sus preciados recuerdos no eran solo un juguete tonto, era su felicidad y la cordura que había perdido por completo.
Siquiera pudo notar el momento en que la pelirroja se acerco a él y aun si lo hacia ya no tenia nada por lo cual correr o asustarse, comenzaba a darle completamente igual todo, ya no tenia una verdadera razón por la cual esforzarse pues todo eso había sido un golpe demasiado duro que no podía enfrentar en lo absoluto, siquiera las voces en su cabeza podían hacerle sentir peor de lo que ya estaba, gritos y gritos que le recriminaban los imbécil que era hasta que solo guardaron silencio con una voz ajena a ellos comenzó a resonar.
Una canción que nunca antes había escuchado pero que sonaba extrañamente familiar, rápidamente había logrado calmar su llanto, su mente y sentimientos, la suave melodía resonando en su cabeza lograban adormecerlo, podía relajarlo y lograr que sacara su desastroso rostros de entre sus piernas solo para dirigir una mirada perdida hacia la chica. No entendía por que aquello se sentía tan bien, incluso dándole una muy ínfima felicidad que no había sentido en años. De alguna manera quería acercarse más a ella, sentía la necesidad de abrazarla hasta que toda melodía se detuvo y solo regreso en si y aquellas ideas solo se esfumaron por completo o al menos rechazaba llevarlas a cabo.
Ese ya no era el mismo Luciel de hace unos minutos atrás, ahora estaba completamente relajado y tranquilo, bastante perdido como si no hubiera cerebro alguno dentro en esa cabeza, apenas logrando procesar las preguntas de la menor,
— Yo...- —
Estaba a punto de dar una respuesta pero algo extraño comenzó a suceder y corto por completo su voz. La mochila que Luciel cargaba comenzaba a moverse, algo allí dentro parecía querer salir desesperadamente hasta que logro encontrar su libertad. Aquel libro que nunca pudo destruir se presento frente a los ojos del chico, abriendo una pagina en blanco al azar y comenzando a llenarse sus hojas con un extraño relato que parecía un tonto cuento de hadas y a su lado imágenes borrosas pero que de alguna manera sentía que tenían algo que ver con él. Luego de terminar de escribirse este libro solo cayo al suelo con sus tapas abierta, Luciel claramente lo tomo y comenzó a leer con cuidado toda aquella historia, era extraño pero al mismo tiempo parecía tener algo a cerca de Persephone pues no conocía a ninguna otra chica de cabellos rojos como mencionaba el relato. Luego paso a ver las imágenes que se movían al otro lado, borrosas y solo siendo capaz de distinguir alguno de sus colores.
Claramente Luciel no entendía nada de todo eso, no podía relacionarlo a algo pues no tenia idea que era exactamente lo que estaba contando, aun así poco pudo importar pues el chico lentamente comenzó a caer, sus ojos se iban hacia atrás y los parpados se cerraban hasta que finalmente solo se desmayo dejando caer el libro de sus manos. Era solo cuestión de tiempo para que Luciel se acabara durmiendo, había pasado días sin pegar los ojos mas que por unos miserables minutos puesto que siempre estaba teniendo pesadillas, siquiera le dio tiempo de decirle algo a la chica, ya no podía, su cuerpo entero le exigía un descanso pues no tenia energía ni para acceder a su forma de serafín.
Extrañamente esa vez no tuvo ni una sola pesadilla, pudo dormir plácidamente al menos por una hora entera pero en cuanto el tiempo se cumplió, lentamente comenzó a despertar con un terrible dolor de cabeza que parecía como si alguien le comprimiera el cráneo con ambas manos. El dolor era insoportable y no le dejo tranquilo por unos cuantos minutos en los que chillo y cubrió su cabeza buscando algún alivio pero el dolor solo no se detenía.
— Per..Persephone... —
Fue lo único que pudo decir, la única palabra, el único nombre que estaba rondando su cabeza junto a imágenes extrañas, un recuerdo que parecía estar regresando.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Jue Jun 17, 2021 9:53 pm
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Cuarta Semana
2017
Luciel Nefim
Aunque la canción logró calmar al chico, el cuerpo de la pelirroja no había dejado de temblar, no fue capaz de acercarse, de brindarle ningún tipo de apoyo, absolutamente nada más que cantarle una canción. Aunque era un alivio verlo tranquilo, se sentía inútil y estúpida.
No fue capaz de decir absolutamente nada pues un libro se abrió de golpe frente al chico, lo que la hizo sobresaltarse mientras veía páginas y páginas en blanco pasar hasta detenerse de golpe en una. No vio nada en ese libro, y no fue capaz de fijarse realmente, pues rápidamente levantó la vista hacia el chico, intentando ver su expresión, descifrar sus pensamientos, algo, lo que fuese. Pero para cuando escuchó el libro caer cerrado al piso, pronto vio como Luciel comenzaba a cabecear y caer dormido en cosa de segundos.
Nuevamente, no alcanzó reaccionar ni hacer nada, sólo mirar. Luego de un profundo respiro, en donde se volvía a morder la lengua y tragarse todo lo que sentía, se acercó para acomodarlo y taparlo, sólo para luego sentarse a su lado y hacer guardia luego, tenía que cuidar su sueño.
Los primeros segundos fueron fáciles, intentando mantenerse ocupada, pero mientras más tiempo pasaba tenía menos cosas con las que distraerse, escuchaba hasta su respiración, se pellizcaba la piel, se mordía la lengua, apretaba sus muñecas como si pudiera revivir el dolor de las heridas que ya hace tiempo no eran más que cicatrices, incluso intentó pensar en su familia, en los maltratos y los abusos, pero ni siquiera eso pudo detenerlo, el dolor que sentía en aquel momento era tal que no podía creerlo y mucho menos tolerarlo.
Todos aquellos malos momentos habían sido reemplazados por la dulzura y el cariño que aquel chico le había entregado, la confianza que habían formado, la vida por la que habían luchado, todo para ser arrebatado en segundos, en algo que no sabía si jamás podría recuperar, pero Persephone daría su vida en ello. Su cuerpo se encogía cada segundo, mientras cada palabra pasaba por su cabeza, mientras contaba suavemente en voz baja intentando nuevamente en un inútil intento distraerse.
Había pasado porque ella no era suficiente, ¿cierto? Porque nunca fue lo suficientemente importante, porque no podía hacer nada, había obtenido algo que claramente jamás había merecido y el mundo se lo había arrebatado cruelmente, como debía ser. Por supuesto, ella jamás podría ser suficiente, jamás podría hacer nada por nadie, era ridículo si quiera pensar que todo ese tiempo juntos realmente había existido. Toda su vida había estado destinada a ser un juguete.
Pero Luciel no merecía eso, por lo que tendría que luchar un poco más, sólo un poco más, para ayudar a la persona que amaba. Eso era lo único que importaba, lo único que necesitaba hacer, tenía que cuidarlo, protegerlo, dejarlo ser feliz. Lejos de ella, muy muy lejos, o sólo le haría daño, nada bueno venía con ella, claro, sin ella Luciel jamás hubiese ido al evento de seguro, jamás habría llorado tanto.
Lágrimas caían silenciosamente por las mejillas de la pelirroja, sollozos ahogados, respiración entrecortada, uñas enterradas en sus brazos, sangre saliendo de su labio de tanto morderlo. Pero todo se detuvo de golpe cuando escuchó al peliazul quejarse. Rápidamente desvió su mirada hacía él, limpiando los rastros de lágrimas y sangre con su muñeca para luego acercarse con cuidado. Inhaló profundamente, para luego dedicarle una mirada gentil y acomodar el cabello del contrario.
-Hey... -murmuró suavemente, poniendo su mano sobre la del contrario, intentando darle algún apoyo, pero realmente no sabía que hacer.
Claramente no se sentía bien, algo estaba mal.
-¿Luciel?
No fue capaz de decir absolutamente nada pues un libro se abrió de golpe frente al chico, lo que la hizo sobresaltarse mientras veía páginas y páginas en blanco pasar hasta detenerse de golpe en una. No vio nada en ese libro, y no fue capaz de fijarse realmente, pues rápidamente levantó la vista hacia el chico, intentando ver su expresión, descifrar sus pensamientos, algo, lo que fuese. Pero para cuando escuchó el libro caer cerrado al piso, pronto vio como Luciel comenzaba a cabecear y caer dormido en cosa de segundos.
Nuevamente, no alcanzó reaccionar ni hacer nada, sólo mirar. Luego de un profundo respiro, en donde se volvía a morder la lengua y tragarse todo lo que sentía, se acercó para acomodarlo y taparlo, sólo para luego sentarse a su lado y hacer guardia luego, tenía que cuidar su sueño.
Los primeros segundos fueron fáciles, intentando mantenerse ocupada, pero mientras más tiempo pasaba tenía menos cosas con las que distraerse, escuchaba hasta su respiración, se pellizcaba la piel, se mordía la lengua, apretaba sus muñecas como si pudiera revivir el dolor de las heridas que ya hace tiempo no eran más que cicatrices, incluso intentó pensar en su familia, en los maltratos y los abusos, pero ni siquiera eso pudo detenerlo, el dolor que sentía en aquel momento era tal que no podía creerlo y mucho menos tolerarlo.
Todos aquellos malos momentos habían sido reemplazados por la dulzura y el cariño que aquel chico le había entregado, la confianza que habían formado, la vida por la que habían luchado, todo para ser arrebatado en segundos, en algo que no sabía si jamás podría recuperar, pero Persephone daría su vida en ello. Su cuerpo se encogía cada segundo, mientras cada palabra pasaba por su cabeza, mientras contaba suavemente en voz baja intentando nuevamente en un inútil intento distraerse.
Había pasado porque ella no era suficiente, ¿cierto? Porque nunca fue lo suficientemente importante, porque no podía hacer nada, había obtenido algo que claramente jamás había merecido y el mundo se lo había arrebatado cruelmente, como debía ser. Por supuesto, ella jamás podría ser suficiente, jamás podría hacer nada por nadie, era ridículo si quiera pensar que todo ese tiempo juntos realmente había existido. Toda su vida había estado destinada a ser un juguete.
Pero Luciel no merecía eso, por lo que tendría que luchar un poco más, sólo un poco más, para ayudar a la persona que amaba. Eso era lo único que importaba, lo único que necesitaba hacer, tenía que cuidarlo, protegerlo, dejarlo ser feliz. Lejos de ella, muy muy lejos, o sólo le haría daño, nada bueno venía con ella, claro, sin ella Luciel jamás hubiese ido al evento de seguro, jamás habría llorado tanto.
Lágrimas caían silenciosamente por las mejillas de la pelirroja, sollozos ahogados, respiración entrecortada, uñas enterradas en sus brazos, sangre saliendo de su labio de tanto morderlo. Pero todo se detuvo de golpe cuando escuchó al peliazul quejarse. Rápidamente desvió su mirada hacía él, limpiando los rastros de lágrimas y sangre con su muñeca para luego acercarse con cuidado. Inhaló profundamente, para luego dedicarle una mirada gentil y acomodar el cabello del contrario.
-Hey... -murmuró suavemente, poniendo su mano sobre la del contrario, intentando darle algún apoyo, pero realmente no sabía que hacer.
Claramente no se sentía bien, algo estaba mal.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Sáb Jul 03, 2021 11:19 pm
You can repair
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¿Qué era todo eso que estaba viendo? Tantas imágenes dentro de su cabeza que lenta y tortuosamente tomaban forma. Él y Persephone siendo los protagonistas de cada escena que pasaba, escenarios que antes no estaban ahora regresaban tan claramente a su mente, un recuerdo, tantos sentimientos que por todo un mes se convenció que nunca antes los había tenido, pero ahora… Ahí estaba… Existían y eran tan fuertes como los de aquel primer día.
No lo entendía, nada tenía sentido, buscaba una lógica a todo eso, pero lo único que encontró fueron miles de lágrimas que se convirtieron en un terrible llanto, horribles espasmos provocados por la misma desesperación que no tenía un nombre ¿Tristeza, felicidad? No estaba realmente seguro de cómo llamarlo, pero lo hacía sentir aliviado, de alguna u otra forma aquellos recuerdos que regresaron le dieron tan extraña paz que hace semanas atrás había perdido para siempre. Ya no había voces, ya no había dolor, solo un terrible cansancio y las enormes ganas de librarse de lo que por tanto tiempo se guardó.
Trato de comprobarlo por su cuenta, asegurarse que todo ello no era solo un terrible engaño de su mente que le entregaba esperanza solo para luego arrebatársela cruelmente. Apenas en silencio y con suficiente cuidado sus manos fueron hacia los brazos de la chica, alzando las mangas que cubrían ambas muñecas para así descubrir viejas cicatrices de cortadas, aunque en una de ellas se veía bastante más diferente de lo que había en su mente. — Yo… Yo una vez los limpie… ¿No es así? Corrimos de tu hermanastro… — Solo pasaba una y otra vez las mismas imágenes tratando de recordar el correcto orden de todos esos eventos. — Recuerdo esa canción… Nunca antes nadie me había cantado… — y con esas palabras una pequeña sonrisa se escapó en sus labios, una risilla risueña mientras sus ojos en ningún momento se apartaban de las muñecas de la pelirroja. — Vimos las estrellas… Y… — no fue capaz de hablar, nuevamente las lágrimas lo atacaron.
Su cuerpo temblaba como una pequeña hoja seca en el frio viento de otoño. Todas esas memorias de aquel día, todos los sentimientos de esa noche, había logrado recuperar aunque sea una pequeña parte de lo que había perdido, tantos sentimientos que regresaban y lo emocionaban hasta el punto de lograr una sonrisa en su boca que no se permitía borrar aun durante el llanto. — Estaba tan asustado y tu solo… — continúo riendo y lentamente logro levantar su cabeza para encontrarse con la mirada de la chica a quien volvió a sonreír con tanta confianza. — Recuerdo tus palabras… “Entre los dos lo mandaremos al hospital.” — ahí estaba, esos hermosos ojos esmeralda en los que se había perdido profundamente en esa fría noche, nuevamente los encontraba y como el primer día aun le resultaba preciosos, aun lo llenaban de calma.
No quiso ser cuidadoso, no le importo nada más en el mundo, solo busco aferrarse a Persephone en un fuerte abrazo. Aun no era capaz de recordar todo lo que había leído en el diario de la chica, pero sabía que todas esas historias no eran imposibles, todas esas entradas existían y quería esforzarse por conseguirlas, quería recuperar lo que perdió y solo necesitaba encontrar la confianza que tan temeroso le entrego a la menor aquella noche luego de un día tan caótico.
— Persephone... — Respiro con calma escondido en el hombro de la pelirroja, un simple nombre pronunciado con una increíble calma y cariño que hace solo una hora parecían imposibles de existir.
Luciel NefimLuciel Nefim
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Sáb Jul 24, 2021 12:50 am
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Cuarta Semana
2017
Luciel Nefim
Se había quedado mirando a Luciel, cuidando su sueño, vigilando que todo estuviera en orden mientras aguantaba el dolor en el pecho y la falta de aire. Se había ensimismado en sus pensamientos y se sobresaltó cuando la mano de Luciel levantó las mangas de su poleron, no se había puesto sus guantes, por lo que las cicatrices de las que tanto se avergonzaba quedaron al descubierto y la expresión de Persephone se deformó en una mueca de horror. Claramente aquello no era lo primero que quería que Luciel viera, menos ahora que no la recordaba, hubiese apartado el brazo de golpe, pero las palabras del chico la detuvieron.
Sus ojos se abrieron mientras lo escuchaba, casi incrédula de que estuviese recordando al inicio lo único que pudo atinar a hacer fue asentir con la cabeza. Quería hablar, decirle algo, pero sentía como las lágrimas venían incontrolablemente formando un nudo en su garganta. Apretó los dientes mientras aguantaba aquello, intentando mantenerse fuerte por el peliazul.
Su sonrisa, sus lágrimas, todo volvía a sentirse un poco familiar, no veía aquel frío en sus ojos como antes ¿Podía hacerlo, no? Recuperar al Luciel que conocía... Tenía que hacerlo. Intentó sonreírle, aunque fuese un poco.
-Es una promesa que aún no cumplimos.
Claramente no eran las mejores palabras para recordar aquel encuentro ni a ella, pero realmente poco importaba aquello. Lo bueno era que podía recuperar aquellos recuerdos, podía volver a estar bien.
Pensó que podría contener el llanto si aguantaba un poco más, pero cuando Luciel se abalanzó sobre ella sintió que todas las paredes que había construido se caían en segundos. Se aferró a él, sus manos en su espalda aferradas a su polera en un intento de no enterrar sus uñas, los sollozos comenzaron a salir de sus labios mientras lo apretaba con algo de fuerza. Se había sentido tan sola, tan inútil y ridícula, toda su determinación y esfuerzo por salir de allí habían sido por él, ahora no estaba segura de cómo seguiría guiando a Los Rebeldes cuando sentía que todo se había caído en pedazos.
Lo había necesitado tanto, cuando las cosas fueron difíciles, cuando sangre cayó por sus labios y su consciencia se esfumó, lo había extrañado como nunca podría haber extrañado a nadie más, al mirar hacia un lado buscando su mano, luego de reír con los demás esperando escucharlo también. Y tenerlo allí era tan bueno como malo, porque al final Persephone realmente no sabía nada, no sabía cómo sacarlos de allí, cómo ayudar a Luciel, no podía asegurar la seguridad de nadie y acababa de perder toda la motivación de liderar su propio grupo.
Sabía que aquello último sólo duraría hasta el día siguiente, después de todo las personas que quería siempre le habían importado más que sus propios problemas.
-Lo siento tanto... -murmuró mientras intentaba ahogar los sollozos.
Sus ojos se abrieron mientras lo escuchaba, casi incrédula de que estuviese recordando al inicio lo único que pudo atinar a hacer fue asentir con la cabeza. Quería hablar, decirle algo, pero sentía como las lágrimas venían incontrolablemente formando un nudo en su garganta. Apretó los dientes mientras aguantaba aquello, intentando mantenerse fuerte por el peliazul.
Su sonrisa, sus lágrimas, todo volvía a sentirse un poco familiar, no veía aquel frío en sus ojos como antes ¿Podía hacerlo, no? Recuperar al Luciel que conocía... Tenía que hacerlo. Intentó sonreírle, aunque fuese un poco.
-Es una promesa que aún no cumplimos.
Claramente no eran las mejores palabras para recordar aquel encuentro ni a ella, pero realmente poco importaba aquello. Lo bueno era que podía recuperar aquellos recuerdos, podía volver a estar bien.
Pensó que podría contener el llanto si aguantaba un poco más, pero cuando Luciel se abalanzó sobre ella sintió que todas las paredes que había construido se caían en segundos. Se aferró a él, sus manos en su espalda aferradas a su polera en un intento de no enterrar sus uñas, los sollozos comenzaron a salir de sus labios mientras lo apretaba con algo de fuerza. Se había sentido tan sola, tan inútil y ridícula, toda su determinación y esfuerzo por salir de allí habían sido por él, ahora no estaba segura de cómo seguiría guiando a Los Rebeldes cuando sentía que todo se había caído en pedazos.
Lo había necesitado tanto, cuando las cosas fueron difíciles, cuando sangre cayó por sus labios y su consciencia se esfumó, lo había extrañado como nunca podría haber extrañado a nadie más, al mirar hacia un lado buscando su mano, luego de reír con los demás esperando escucharlo también. Y tenerlo allí era tan bueno como malo, porque al final Persephone realmente no sabía nada, no sabía cómo sacarlos de allí, cómo ayudar a Luciel, no podía asegurar la seguridad de nadie y acababa de perder toda la motivación de liderar su propio grupo.
Sabía que aquello último sólo duraría hasta el día siguiente, después de todo las personas que quería siempre le habían importado más que sus propios problemas.
-Lo siento tanto... -murmuró mientras intentaba ahogar los sollozos.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Miér Sep 01, 2021 10:42 pm
You can repair
this shit?
I hope so...
Aun se sentía un poco extraño abrazarla, apenas había recuperado su primer recuerdo, quizás el más importante y aquel con el que tenía la seguridad de que podía confiar en ella, sin embargo, solo era uno, para él, Persephone continuaba siendo casi una completa desconocida y tener esa clase de cariños era simplemente raro, más aún cuando paso tanto tiempo aislado de todo contacto humano, convenciéndose de que todos querrían matarlo ya sea por una u otra razón, pero… No quería pensar en lo extraño que era abrazarla, Luciel tan solo obedeció al primer pensamiento que cruzo por su mente y nada más, él solo quería sentirse protegido, olvidar sus miedos por un segundo y sintió que conseguiría aquello entre sus brazos. — Yo… Yo lo lamento, lamento haberte hecho pasar por todo esto. — aún tenía un largo camino por recorrer sin saber en lo absoluto cuanto de él le faltaba.
No tenía idea por cuánto tiempo se mantuvo aferrada a la menor, solo sabía que fue un largo rato hasta que se sintió satisfecho y poco a poco comenzó a apartarse para encontrar con ese rostro enrojecido por las lágrimas. Intento limpiar los residuos con su manga, teniendo el máximo cuidado al hacerlo, nuevamente la veía tan pequeña y frágil, quería cuidarla con su vida. — No es necesario llorar, recuperare todas mis memorias, estaremos juntos de nuevo. — a diferencia de Persephone, para Luciel aquello no era la gran cosa, existía un remedio para arreglar las cosas y eso le bastaba… Claro que no le iba a doler como a ella, después de todo, no era él quien sufría el dolor de que su gran amor haya perdido cada memoria que había costado tanto crear. — Saldremos juntos de aquí. — intento darle una pequeña sonrisa mientras su mano suavemente daba unas pequeñas caricias a esa cabellera rojiza.
Después de un momento extendió su mano hacia el diario de la menor, revisando por encima algunas de las paginas; aun no podía creer todas las cosas que estaban escritas allí, seguía siendo casi irreal, pero… ¿Qué ganaba con mentirle? — Son tantos recuerdos… Hay algunos que me gustaría recuperar cuanto antes… — Suspiro pesadamente dejando el cuaderno a un costado solo para apreciar el anillo que llevaba en su anular; al parecer si tenía un significado. Lentamente lo fue retirando de su propio dedo solo para darse cuenta que este llevaba grabado en su interior “Persephone” — Que habré estado pensando cuando hice esto… — soltó una pequeña risa antes de volver al silencio y nuevamente colocarse el anillo en su anular. Era como un niño pequeño que descubría algo nuevo y desconocido, revisando tanto el anillo como el collar que llevaba. — Este collar tiene un imán ¿No es así? ¿Por qué lo tiene? — de un lado a otro lo veía inspeccionaba con nostalgia, como si supiera el significado de aquello, como si siquiera recordara por qué lo llevaba.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Sáb Sep 04, 2021 8:37 pm
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El abrazo de alguna manera le quitaba el aliento, se sentía débil y pequeña, pero segura, como siempre se había sentido en los brazos de Luciel, no pudo evitar encogerse un poco y aferrarse más, mientras dejaba las lagrimas caer silenciosamente, aferrándose a su polera, y apoyando su frente en el hombro del contrario. Sólo pudo negar con la cabeza cuando habló, no quería que se disculpara, nada de esto era su culpa y ahora al menos tenía esperanza de que lo solucionarían.
Apreció cada segundo de ese abrazo, hace unas horas atrás dudaba de si podría estar en sus brazos nuevamente algún día, y quería darlo todo porque fuese así. Y ahora estaba allí, no como esperaba, no como quería, pero estaba allí con ella.
Hubiese querido pensar en que ya no tendría que sentirse tan sola, que podría cargar el peso con él, pero sabía que no sería así. Luciel lo que más necesitaba ahora era recuperarse, sentirse mejor, entonces Persephone sabía que podría hacer mucho más. No necesitaba preocuparse de más cosas.
Al momento en que la soltó, miró al suelo y dejó que secase las lágrimas que no terminaban de caer, asintiendo con la cabeza mientras apretaba los labios. Suspiró, intentando dejar ir el dolor y dedicarle una sonrisa, lo cual fue bastante difícil.
-Claro que saldremos de aquí juntos.
Su voz colgaba de un hilo, claramente su garganta se sentía maltratada luego de tanto sollozar y contener el nudo que se había formado allí.
Su cabeza se ladeo en dirección a la mano de Luciel a medida que la acariciaba, y luego mantuvo su atención en él, sintiendo una presión en el pecho que hizo que sus mejillas tomasen más color al momento en que se quitaba el anillo. Su corazón a mil, pensando que podría devolvérselo y aquello definitivamente terminaría de romperla, pero luego notó que volvía a ponerlo donde correspondía, con alivio.
-No sé que estabas pensando, la verdad -una risa triste salió de sus labios mientras quitaba el suyo igualmente -. Nunca dejaste de sorprenderme.
Luciel recordaría lo mucho que le costaba decir cosas como aquella, la vergüenza que siempre le invadía en esas situaciones, pero sabía que no era así.
-El imán es... -dudó un poco antes de pensarlo bien, y llegó a la conclusión de que sería mejor mostrarlo -. Te muestro... No te asustes.
Sacó el collar que se escondía bajo su polera, y se acercó lentamente a Luciel, posando una mano en la nuca de él, esperando que los collares hicieran su trabajo y se unieran. Para cuando se encajaron y una pequeña y tímida sonrisa se encontraba en los labios de la pelirroja, notó que estaba peligrosamente cerca del peli azul, y al mismo tiempo que no recordaba nada, por lo que se alejó abruptamente.
-¡Lo... Lo siento!
Era casi imposible describir la vergüenza que sentía en ese instante, lo que en algún momento se había vuelto una costumbre era algo desconocido para él, y era demasiado doloroso de considerar.
Apreció cada segundo de ese abrazo, hace unas horas atrás dudaba de si podría estar en sus brazos nuevamente algún día, y quería darlo todo porque fuese así. Y ahora estaba allí, no como esperaba, no como quería, pero estaba allí con ella.
Hubiese querido pensar en que ya no tendría que sentirse tan sola, que podría cargar el peso con él, pero sabía que no sería así. Luciel lo que más necesitaba ahora era recuperarse, sentirse mejor, entonces Persephone sabía que podría hacer mucho más. No necesitaba preocuparse de más cosas.
Al momento en que la soltó, miró al suelo y dejó que secase las lágrimas que no terminaban de caer, asintiendo con la cabeza mientras apretaba los labios. Suspiró, intentando dejar ir el dolor y dedicarle una sonrisa, lo cual fue bastante difícil.
-Claro que saldremos de aquí juntos.
Su voz colgaba de un hilo, claramente su garganta se sentía maltratada luego de tanto sollozar y contener el nudo que se había formado allí.
Su cabeza se ladeo en dirección a la mano de Luciel a medida que la acariciaba, y luego mantuvo su atención en él, sintiendo una presión en el pecho que hizo que sus mejillas tomasen más color al momento en que se quitaba el anillo. Su corazón a mil, pensando que podría devolvérselo y aquello definitivamente terminaría de romperla, pero luego notó que volvía a ponerlo donde correspondía, con alivio.
-No sé que estabas pensando, la verdad -una risa triste salió de sus labios mientras quitaba el suyo igualmente -. Nunca dejaste de sorprenderme.
Luciel recordaría lo mucho que le costaba decir cosas como aquella, la vergüenza que siempre le invadía en esas situaciones, pero sabía que no era así.
-El imán es... -dudó un poco antes de pensarlo bien, y llegó a la conclusión de que sería mejor mostrarlo -. Te muestro... No te asustes.
Sacó el collar que se escondía bajo su polera, y se acercó lentamente a Luciel, posando una mano en la nuca de él, esperando que los collares hicieran su trabajo y se unieran. Para cuando se encajaron y una pequeña y tímida sonrisa se encontraba en los labios de la pelirroja, notó que estaba peligrosamente cerca del peli azul, y al mismo tiempo que no recordaba nada, por lo que se alejó abruptamente.
-¡Lo... Lo siento!
Era casi imposible describir la vergüenza que sentía en ese instante, lo que en algún momento se había vuelto una costumbre era algo desconocido para él, y era demasiado doloroso de considerar.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Luciel Nefim Vie Oct 08, 2021 9:50 pm
You can repair
this shit?
I hope so...
Realmente ya no era necesario que Persephone tuviera el mismo cuidado de hace un par de horas, con su primer recuerdo devuelto a la memoria, Luciel sentía la seguridad que durante todas esas semanas desconoció por completo, claro que tampoco confiaba en ella al 100% pero de cero a tener algo, era mucho. Por supuesto que aún era bastante temeroso de miles de cosas más, después de todo, el terror que lo siguió durante todo ese tiempo en soledad no iba a ser algo sencillo de olvidar y por supuesto le tomaría bastante esfuerzo para superar. Por el momento solo tenía a la pelirroja a su lado, su único consuelo y compañía hasta que lograra aprender a no desconfiar tanto de los demás.
Tranquilamente asintió con la cabeza ante la advertencia de la menor, agradecía que un poco el cuidado que tenía con su trato, ya que incluso cuando la vio acercarse tuvo un mínimo sobresalto que trato de esconder lo antes posible, aún estaba lejos de acostumbrarse a la presencia de otro, pero mientras tanto podía practicar un poco con ella. En todo momento se mantuvo atento a lo que pudiera suceder, desde el instante que vio el collar de la otra y poco a poco como se acercara hasta que ese pequeño sonido metálico sonara. Ambos dijes unidos por ese pequeño imán, encajando a la perfección uno con el otro. — Realmente son bastante lind-… ¿Eh? — Lo tomo por sorpresa verla alejarse de forma tan brusca, en consecuencia, logrando que incluso Luciel diera un salto hacia atrás. No había pasado ni diez segundos, apenas tuvo tiempo para hablar y poco logro apreciar ese pequeño detalle. — Tra-Tranquila, no tienes que disculparte, está todo bien, Persephone. — Estaba confundido y un poco aturdido, pero no paso mucho más hasta que regreso a acortar la distancia entre ambos para intentar unir una segunda vez esos pequeños collares.
Después de aquello había pasado bastante tiempo a solas junto con la menor, sentados uno frente al otro, con una distancia mínima entre ambos mientras la lluvia resonaba con fuerza en el exterior. Luciel nuevamente la estaba volviendo a conocer, preguntando miles de cosas que le interesaran y en contadas ocasiones debatiendo por un corto tiempo lo que era ese lugar, pero el chico se negaba un poco a hablar, no quería recordar en la prisión que todos estaban atrapados, prefería distraer su mente con cualquier otra cosa, olvidar un poco lo malo y dormir… Realmente quería dormir, pero de nuevo estaban esas voces molestando en su cabeza y aun que no gritaran, no le dejaban quedarse tranquilo, distrayéndolo varias veces de la conversación que llevaban y en otras perdiendo un poco el hilo de la charla. Un par de veces bostezaba y en otras sus ojos se desviaban hacia cualquier otra dirección, como si buscara la voz que lo distraía, pero claro, solo era su cabeza jugándole una mala pasada.
Llegado a cierto punto sus propios parpados caían por si solos sobre sus ojos, casi no aguantaba el cansancio y si continuaba esforzándose de más, en cualquier segundo acabaría desmayándose de nuevo. Seguía sintiendo un poco de miedo de dormir, pero nada podría estar mal si en esos momentos Persephone lo acompañaba ¿Cierto? — Perse… Lamento molestarte, pero… — apretaba sus labios, impidiéndose expresar lo que quería; aun no tenía la suficiente confianza, pero se estaba quedando sin opciones o, mejor dicho, no tenía ninguna otra opción que considerar. Le costaba demasiado hablar ya que su propio orgullo lo hacía callar. Se sentía como una carga, tan lamentable e incapaz de valerse por sí mismo que solo podía dar lastima. — No es nada, lo siento… Solo son las voces molestando, no me hagas caso. — apretó con fuerzas sus puños intentando tragarse todo lo malo, pero cuanto más cansado peor era para su cabeza.
Un pesado suspiro había escapado de su boca, debía encontrar alguna forma de seguir despierto y no molestar a la chica, pero si seguía en esa calma, no iba a tardar mucho en caer. Quizás para su suerte o desgracia, no mucho después la primera persona, luego de ellos dos, había entrado a la cafetería y Luciel lejos de estar tranquilo, inmediatamente se puso en alerta, sin darse cuenta que su una de sus manos se sujetó con fuerza de la manga de la polera de la chica, mientras su mirada se afilaba con rabia y falsa valentía. Su mente quería defenderla, pero en su actual estado y sin una pizca de magia no era capaz siquiera de protegerse a sí mismo, sin mencionar el miedo que estaba por encima de todas las emociones.
Su cabeza había olvidado que claramente Persephone no iba a ser la única que ocupaba la cafetería, que allí dentro seguramente había muchos más estudiantes que estuvieran reunidos para ayudarse, pero por ese momento, esa idea no tenía cabida en su mente, para él, todos eran enemigos menos Persephone.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Persephone Hansen Mar Oct 26, 2021 3:56 pm
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Sus mejillas estaban completamente rojas, luego de escuchar a Luciel notó que claramente estaba sobre reaccionando, pero su corazón no se calmaba y el nudo en su garganta no se disipaba. Realmente tenía tantas ganas de desaparecer como de estar allí con él, y lo único que en aquel momento logró calmarla un poco fue la cercanía que él tuvo con ella.
Ver que se acercara a juntar los collares hiozo que la peliroja soltara un suspiro de alivio, claramente ya no estaba tan asustado de ella, pero de todas fromas tendría que tener cuidado. Todo lo que quería era abrazarlo, decirle lo mucho que lo había extrañado, preguntarle que había pasado, cómo había llegado allí, estar con él, como hubiese hecho si tuviese sus recuerdos. Pero no podía, y tenía que contener todo eso dentro de ella misma, y rezar porque en algún momento recordase todo, en poder estar como antes.
Si eso no era posible... Haría lo imposible para conquistarlo nuevamente, lo que fuese necesario, poco le importaba.
-¿Molestarme? -ladeó la cabeza, con algo de curiosidad -. No molestas, dime cualquier cosa que necesites, ¿Si?
Pronto recordón que no le había mencionado nada a Luciel respecto a las personas que estaban con ella allí, y probablemente debería hacerlo o algo podría salir muy mal.
Claro que bastó pensarlo para que la puerta se abriese y apareciera Oktavia en ella, con su clásica sonrisa de victoria que pronto se transformó en una de curiosidad, turnandose entre mirar al chico y a la empapada Persephone con los ojos rojos, lo cual no era muy bueno, pues luego de mirar a Luciel nuevamente, se veía bastante alterado.
-Ah... No es precisamente el mejor momento -murmuró, algo incómoda, pero la chica no se movió del lugar -. Uh... Luciel, ella es Oktavia. Lo siento, debí mencionarlo antes -se arrodilló frente a él, tratando de hacer que se concentrara en ella -. Soy la líder de éste grupo, realmente no tienes nada que temer.
Sabía que no sería tan sencillo como aquello, pero al menos debía intentarlo.
Ver que se acercara a juntar los collares hiozo que la peliroja soltara un suspiro de alivio, claramente ya no estaba tan asustado de ella, pero de todas fromas tendría que tener cuidado. Todo lo que quería era abrazarlo, decirle lo mucho que lo había extrañado, preguntarle que había pasado, cómo había llegado allí, estar con él, como hubiese hecho si tuviese sus recuerdos. Pero no podía, y tenía que contener todo eso dentro de ella misma, y rezar porque en algún momento recordase todo, en poder estar como antes.
Si eso no era posible... Haría lo imposible para conquistarlo nuevamente, lo que fuese necesario, poco le importaba.
-¿Molestarme? -ladeó la cabeza, con algo de curiosidad -. No molestas, dime cualquier cosa que necesites, ¿Si?
Pronto recordón que no le había mencionado nada a Luciel respecto a las personas que estaban con ella allí, y probablemente debería hacerlo o algo podría salir muy mal.
Claro que bastó pensarlo para que la puerta se abriese y apareciera Oktavia en ella, con su clásica sonrisa de victoria que pronto se transformó en una de curiosidad, turnandose entre mirar al chico y a la empapada Persephone con los ojos rojos, lo cual no era muy bueno, pues luego de mirar a Luciel nuevamente, se veía bastante alterado.
-Ah... No es precisamente el mejor momento -murmuró, algo incómoda, pero la chica no se movió del lugar -. Uh... Luciel, ella es Oktavia. Lo siento, debí mencionarlo antes -se arrodilló frente a él, tratando de hacer que se concentrara en ella -. Soy la líder de éste grupo, realmente no tienes nada que temer.
Sabía que no sería tan sencillo como aquello, pero al menos debía intentarlo.
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Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]Re: You can repair this shit? [Priv. Persephone / contenido delicado]
por Faith Asher Jue Dic 23, 2021 9:31 pm
We'll Fix it TogetherCafeteríaPrimer MesColectivo
TNo llevaba demasiado tiempo con los Rebeldes. Tanto se había demorado en encontrar a Persephone que la pequeña rubia seguía intentando patear la sensación de estar siempre en peligro, siempre con la guardia alta. ¡No había muerto hace días! Hace un mes nunca hubiese pensado que estaría agradeciendo aquello. Pero hace un mes estaba viva.
Se encontraba haciendo rondas alrededor de la cafetería, absolutamente empapada de pies a cabeza. Todos seguían con la guardia bastante alta, peleando por territorios y recursos, aunque Faith entendía, no podía avalar tanta violencia. Disuadía con palabras cuando se podía, cuando no, no le quedaba más que defender ahora que tenía gente que contaba con ella.
Todavía era de día, pero la tarde venía en camino y no quería enfrentarse a algún vampiro sola. Además, las nubes oscurecían todo más rápido. Se encaminó hacia la puerta con cuidado, abriéndola en silencio luego de dar algunos golpecitos que indicaban que era ella.
“Todo en or-” Entró diciendo, pero el resto de las palabras se atascaron en su garganta. Como cada vez que encontraba a algún conocido en ese purgatorio, la cara de la chica palideció y tuvo que apoyar una mano contra la pared para estabilizarse. “Luciel…” ¿Luciel, también? Tristeza se transformó rápidamente en rabia, la chica aguantó las ganas de chillarle al cielo a duras penas.
¿No había sido suficiente? ¿No había probado que el chico sólo era víctima de sus circunstancias, que detrás de la fachada sólo era alguien de buen corazón? La respuesta era clara, si estaba ahí, no había bastado. Quizás otro mes de tutorías, pero el comportamiento del chico cambió tanto, aunque hubiese sido sólo en las paredes de la biblioteca mientras estaba con ella.
Sus labios temblaron, más al ver el estado de ambos, aún más al ver las heridas de su amigo, su expresión. El purgatorio no había sido amigable con él, se había perdido en aquel lado más oscuro, quizás. No importaba, no ahora que estaba ahí. A pesar de mi rabia y furia, dame la fuerza necesaria para ayudar a alguien que no merece sufrir aquí. Decidió aplazar su forma de raza, las heridas no eran serias, ya habría tiempo para sanarlas luego, cuando la situación no estuviese tan tensa como para cortarla con un cuchillo.
“Lo siento tanto…” Murmuró con un pesar inmenso, asegurándose de que sus manos estuvieran visibles por si acaso. Ladeó la cabeza y esbozó el fantasma de una sonrisa. Imposible creer que había una pizca de violencia, un pelo amenazante en la pequeña rubia tan empapada como un estropajo. Dejó de temblar de frío sólo cuando su cuerpo se encendió en una indignación que no podía vocalizar.
“Estás a salvo, lo prometo.” Agregó, intentando apaciguar su voz, no logró que sonara especialmente dulce o esperanzada, no en ese momento donde sólo podía demostrarse amigable. Sus enormes ojos azules pasaban de uno a otro, haciendo inventario de heridas, emociones, expresiones, adecuándose a la situación, logrando formar una idea aproximada de lo que sucedió.
Sabía que eran pareja, sabía que Persephone probablemente acababa de enterarse que Luciel estaba ahí, de lo contrario lo hubiesen buscado. Sabía que ambos habían sufrido mucho más de lo que merecían, basándose en lo mucho que el peliazul le había contado. Juzgando por cómo se sentía ella, sólo podía imaginarse lo mucho que podía dolerle a la pelirroja, a él, también.
“Lo siento tanto.” Repitió, parpadeando infinitas veces para no largarse a llorar, que no era su momento de estar alterada, sin importar el peso que sentía, que se había echado al hombro la responsabilidad de que ambos estuviesen atascados en el purgatorio con ella. Si hubiese hecho más, si me hubiese esforzado un poco más, quizás…
Se encontraba haciendo rondas alrededor de la cafetería, absolutamente empapada de pies a cabeza. Todos seguían con la guardia bastante alta, peleando por territorios y recursos, aunque Faith entendía, no podía avalar tanta violencia. Disuadía con palabras cuando se podía, cuando no, no le quedaba más que defender ahora que tenía gente que contaba con ella.
Todavía era de día, pero la tarde venía en camino y no quería enfrentarse a algún vampiro sola. Además, las nubes oscurecían todo más rápido. Se encaminó hacia la puerta con cuidado, abriéndola en silencio luego de dar algunos golpecitos que indicaban que era ella.
“Todo en or-” Entró diciendo, pero el resto de las palabras se atascaron en su garganta. Como cada vez que encontraba a algún conocido en ese purgatorio, la cara de la chica palideció y tuvo que apoyar una mano contra la pared para estabilizarse. “Luciel…” ¿Luciel, también? Tristeza se transformó rápidamente en rabia, la chica aguantó las ganas de chillarle al cielo a duras penas.
¿No había sido suficiente? ¿No había probado que el chico sólo era víctima de sus circunstancias, que detrás de la fachada sólo era alguien de buen corazón? La respuesta era clara, si estaba ahí, no había bastado. Quizás otro mes de tutorías, pero el comportamiento del chico cambió tanto, aunque hubiese sido sólo en las paredes de la biblioteca mientras estaba con ella.
Sus labios temblaron, más al ver el estado de ambos, aún más al ver las heridas de su amigo, su expresión. El purgatorio no había sido amigable con él, se había perdido en aquel lado más oscuro, quizás. No importaba, no ahora que estaba ahí. A pesar de mi rabia y furia, dame la fuerza necesaria para ayudar a alguien que no merece sufrir aquí. Decidió aplazar su forma de raza, las heridas no eran serias, ya habría tiempo para sanarlas luego, cuando la situación no estuviese tan tensa como para cortarla con un cuchillo.
“Lo siento tanto…” Murmuró con un pesar inmenso, asegurándose de que sus manos estuvieran visibles por si acaso. Ladeó la cabeza y esbozó el fantasma de una sonrisa. Imposible creer que había una pizca de violencia, un pelo amenazante en la pequeña rubia tan empapada como un estropajo. Dejó de temblar de frío sólo cuando su cuerpo se encendió en una indignación que no podía vocalizar.
“Estás a salvo, lo prometo.” Agregó, intentando apaciguar su voz, no logró que sonara especialmente dulce o esperanzada, no en ese momento donde sólo podía demostrarse amigable. Sus enormes ojos azules pasaban de uno a otro, haciendo inventario de heridas, emociones, expresiones, adecuándose a la situación, logrando formar una idea aproximada de lo que sucedió.
Sabía que eran pareja, sabía que Persephone probablemente acababa de enterarse que Luciel estaba ahí, de lo contrario lo hubiesen buscado. Sabía que ambos habían sufrido mucho más de lo que merecían, basándose en lo mucho que el peliazul le había contado. Juzgando por cómo se sentía ella, sólo podía imaginarse lo mucho que podía dolerle a la pelirroja, a él, también.
“Lo siento tanto.” Repitió, parpadeando infinitas veces para no largarse a llorar, que no era su momento de estar alterada, sin importar el peso que sentía, que se había echado al hombro la responsabilidad de que ambos estuviesen atascados en el purgatorio con ella. Si hubiese hecho más, si me hubiese esforzado un poco más, quizás…
Faith Asher + Persephone & Luciel
Faith AsherFaith Asher
Inventario : Nivel 2 - Rosario, cáliz y Biblia con efectos.
Cristal Aurora - Objeto para domar un familiar.
Pastel de habilidad - Te permite tener una habilidad extra durante dos temas.
Edad : 17
Nivel :
Rompe Regla I :
Raza : Ángel
Mensajes : 120
XP : 336
Fecha de inscripción : 28/12/2018
Localización : Camino al Cielo, si tengo suerte
Cristal Aurora - Objeto para domar un familiar.
Pastel de habilidad - Te permite tener una habilidad extra durante dos temas.
Edad : 17
Nivel :
- 3
Rompe Regla I :
- Si
Raza : Ángel
Mensajes : 120
XP : 336
Fecha de inscripción : 28/12/2018
Localización : Camino al Cielo, si tengo suerte
Hoja de Personaje
Vida:
(120/120)
Habilidades:
Habilidades | Descripción | Daño | Defensa | Habilidad 1 | Romanos 13:4 | +7 | +6 | Habilidad 2 | Salmos 147:2 | 0 | 0 | Habilidad 3 | Salmos 3:3 | 0 | +7 | Debilidad 1 | Romanos 12:19 | 0 | 0 | Debilidad 2 | Salmos 1:6 | -5 | -10 | Debilidad 3 | Juan 6:53 | 0 | 0 |
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