Varios días ya han pasado desde que, según ella, el ataque terrorista hubiese sucedido. Desde que despertó por primera vez en su forma hibrida, ha pasado su tiempo intentando obtener información sobre su escuadrón y el resto de personas que se encontraban en la misma situación que ella. Ha visto oculta detrás de arbustos todo tipo de cosas; gente transformándose en seres que solo podían existir en cuentos de hadas, matanza, traición, amor... Era como estar en una película de mal gusto, solo que todo lo que sucedía pasaba en realidad.

Los cadáveres con los cuales llego a cruzarse por el camino mientras recorría el territorio le dieron lastima, pero no por eso se echó para atrás al examinarlos y tomar aquellos objetos que pudiesen ser de valor como lo eran por ejemplo tijeras, cúteres y lápices. Si tenia suerte encontraba algo para comer, pero nada significante, talvez un caramelo que los saqueadores en el momento de chequear el cuerpo se les paso por lo alto... Si tenia suerte, encontraba las victimas de algunos locos que se dejaban llevar por la sed de sangre y no mataban para sobrevivir, esos cadáveres cargaban las mejores cosas...

Pero, a pesar de todo, la situación la mantenía fría. No porque no tenia sentimientos, no porque le daba igual la vida de estas personas, sino porque ya todo esto lo ha visto antes en las guerras en las cuales ha participado. Miseria que caía sobre niños como al igual adultos ha visto durante su trabajo e incluso cuando deseabas salvarlos a todos, era imposible, justo como ahora.

Su única esperanza era llegar a encontrar su escuadrón, aquellos con los cuales antes ha pasado por situaciones atroces, pero no tenía pista alguna de que “grupo” o “raza” eran ahora. Lo bueno sin embargo era que aún le faltaban lugares por inspeccionar, ya que cuando alguien desconocido patrullaba, ella se mantenía a distancia para no llamar la atención, y eso le prohibía vigilar algunos sitios por mucho tiempo. Estaba segura de que trabajar en grupo era lo más productivo en esta situación, pero actualmente no podía permitírselo, ya que sus acciones podían terminar causando la muerte de alguien de su equipo si se aliaba ciegamente con otros, en especial ahora que casi todos parecían tener una apariencia distinta o mejor dicho “secundaria”.

Se sentía atrapada en el ojo de un huracán, y no solo estaba preocupada por los miembros de su escuadrón, sino que también por la fémina a la cual debieron proteger, ya que esta desapareció durante la explosión.

El territorio que hoy tenía en mente inspeccionar más de cerca era el parque de juegos, si no veía mucho movimiento sospechoso se atrevería a ver por una de las ventanas del colegio, y fue así que con cautela avanzó, evitando todo ruido posible, y alzando la cabeza solo cuando estuvo ya arrodillada ante una de las ventanas del edificio.

”Parece ser la enfermería...”

Pensó mientras miraba atenta lo que tenía la habitación, solo asomándose a momentos.

Atenta se mantuvo inspeccionando aquello que tenía la enfermería desde afuera del edificio, pero desde su posición era difícil ver que cosas podían mantener ocultas ahí adentro, y no solo eso, lo mas probable era que este fuese el territorio de alguna raza. Lugares claves al fin y al cabo suelen ser ocupados al instante. Jugaba con el pensamiento de entrar bruscamente y rebuscar lo que pudiese antes de que viniesen a por ella, pero rápido se distrajo de sus planes cuando escucho unos pasos acercarse mas o menos a su posición. La fémina rápido se agacho para mantenerse oculta en unos cuantos arbustos cercanos. Su mirada la afilo como si acechase una presa, del bolso de pierna que llevaba saco silenciosamente una de las tijeras que guardo antes y planeaba usar como arma en casos como estos.

Sabia que acercarse a alguien mientras este bajaba la guardia no era honorable... ¿pero eso realmente importaba en una guerra? Suave tomo algo de aire sin llamar mucho la atención, siguiendo de forma lenta y silenciosa a aquella persona que desde los arbustos no podía ver muy bien, solo supuso que por su altura se trataba muy probablemente de una mujer, y por sus alas de algun tipo de ángel o demonio ¿acaso la habían mandado a patrullar? Fuese como fuese iba a poner su plan en marcha, pero antes lo repaso como si de una película se tratase en su cabeza...

Lanzarla al suelo y ponerse sobre ella haría que sus alas queden inmóviles contra el piso, llevar una mano a sus muñecas para aprisionarlas evitaría que intentase escabullirse, acercar la tijera al cuello dejaría en claro que no estaba en posición de negociar ni de pedir ayuda sin consecuencias... Si, ese sería el plan.

Apenas la desconocida tomo asiento y perdió unos segundos buscando algo, aprovecho la rubia el momento para sin piedad alguna tirarse sobre ella. La morena se sentó sobre el vientre de su “victima” y agarro con su mano izquierda las muñecas de la chica para acomodarlas sobre su cabeza contra el piso. Con su diestra ni un segundo dudo en presionar el filo de la tijera abierta contra el cuello de la fémina. En su mente solo tenia prioridad absoluta obtener información.

-Me dirás ahora que cosas tienen ahí dentro y cuantos son, no quiero que hables, no quiero que luches, si lo haces no dudare en cortarte la gargant-...-

Su voz sonaba monótona y frívola, hablaba como si fuese una máquina que simplemente estaba programada a cumplir con su labor, como si esta situación no tenía nada de raro, fue solo cuando realizo a quien realmente había “capturado” es que el rostro de la morena mostro leve sorpresa.

-¿Aria...? Pensé... que... bueno...-

Alejo rápido la tijera de la piel de la chica, desviando incluso con cierta culpa su mirada. ¿Debía disculparse? ¿Eran enemigas? ¿Aliadas? Aquello no lo tenía en claro aún.

La reacción de la fémina si la desconcertó un poco, pero de todos modos se alzo al instante y le ofreció incluso su diestra para ayudarle a alzarse. No se sentía realmente apenada, pero si le avergonzaba prácticamente haber asaltado a la persona que se supone debió haber protegido todo este tiempo, así que... sin poderlo evitar, agacho la cabeza. Resignada guardo aquella tijera suya y luego para distraerse a sí misma solo se le ocurrió jugar con sus dedos como si fuese una tímida chica...

-I am sorry. No sé dónde están, cuando desperté habían desaparecido. Estoy intentando reunirme con ellos, pero debido a que la tecnología no sirve en este lugar solo me queda como opción recorrer todo territorio posible en búsqueda de pistas.-

Puede que estaba dando mucha información, pero no deseaba ser descortés con una posible aliada, además, si se mostraba amigable y honesta, talvez eso ayudaría a que no se vuelva un objetivo de aquellos que son más fuertes que ella, no hacia daño tener a alguien del interior que diga una que otra palabra a su favor.

-Estoy sola.-

Sus palabras fueron dichas con confianza, no temía admitir algo como eso, incluso si era peligroso.

-Tu... no te ves hambrienta, ni débil, supongo que encontraste un grupo...-

Asumió después de haberle echado una mirada atenta de abajo hacia arriba, no viendo heridas graves a primera vista por lo menos.

-¿Puedo preguntar a qué raza perteneces?-

Le resultaba peculiar preguntar por información tan extraña, si era honesta, tampoco se sentía bien hablando tan al descubierto con alguien, ya que no deseaba llamar la atención ni poner en peligro a su acompañante.

-No cabe duda de que has de estar mejor que yo... me alegro...-

Aquello fue dicho sin envidia alguna, parecía incluso aliviada de que estuviese bien la fémina, por lo que le dedico una leve sonrisa y se señalo luego a si misma con el pulgar derecho confiadamente.

-Cualquier cosa puedes contar conmigo si estas en aprietos.-

Incluso si sabía que sus recursos eran limitados, con gusto los iba a compartir con ella de ser necesario, en parte porque se sentía culpable de no haberla buscado al instante después de lo ocurrido, pero todo soldado que no se salva primero a sí mismo no será nunca capaz de salvar a otros.

-¿Como has pasado estos días? ¿Tu grupo te trata bien?-

Se cruzo de brazos al cabo de unos segundos, manteniéndose atenta a sus alrededores en todo momento.

-Hm, no deberías decir eso. Confianza es algo que das a las personas que quieres, no a cualquiera. Solo porque tengas un grupo no significa que confíes en ellos.-

Desvió su mirada por un instante después de responder. Si la había atacado es porque no la reconoció en el momento, tampoco es que iba a cortar gargantas sin pensarlo, pero tenía que actuar segura y creíble para sacar lo que quería de los demás. Si no la veían dispuesta a todo por sobrevivir, lo más probable es que no fuesen a decirle nada, pero eso no era una información que iba a darle a su acompañante. Un jugador de Póker tampoco hacia obvio cuales cartas tenía en su mano.

-Además, he trabajado casi toda mi vida en la milicia, sé de qué hablo cuando se trata de confianza. Si no confiase en mi equipo, ya me habría aliado ciegamente con el grupo de mi raza...-

Soltó un suspiro brusco, la verdad sentía que estaba siendo muy seca con sus palabras, pero es que así era ella. No iba a dar rodeos, y, en parte, daba consejos porque quería, si alguien le hacia caso bien, sino, también lo aceptaría sin problema alguno. Puede que había subestimado al ángel en aquel momento, parecía mas tímida a primera vista de lo que realmente era.

-Y no solo confío en ellos, sino que también en mi propia fuerza. No tengo miedo de sobrevivir sola porque lo he hecho antes, y hasta ahora lo he logrado exitosamente ¿no?-

Alzo sus brazos y los flexiono durante un momento para dejar ver mejor los musculosos que eran.

-Creo que aún no conoces mi apariencia de raza... será mejor que te la muestre.-

La morena cerro su mirada por un instante y su apariencia cambio en un abrir y cerrar de ojos. Poseía ahora cabello blanco y largo que le llegaba a las rodillas, orejas de conejo y ojos color carmesí. Le agradaba aquella apariencia suya la verdad, pero se mantenía usualmente en su forma “humana” para ser mejor reconocible.

-¿Habilidades extrañas?-

Movió sus orejas de conejo levemente al escuchar dentro del edificio algo de movimiento; en especial ahora en su forma intermedia sus sentidos eran mejores, sería difícil que algo sucediera sin que se enterase.

-Si no te molesta, me gustaría saber de que hablas. En mi caso, soy mas fuerte en esta forma y tengo mejor sentido del peligro, pero considero mis habilidades muy unidas a los animales que he elegido... ¿Acaso tus poderes no son iguales a los de otros ángeles?-

Ladeo leve su cabeza mientras ponía sus manos en sus propias caderas. Sabia más o menos de los poderes que podía haber en este mundo, pero siempre supuso que las habilidades que se obtenían estaban siempre ligadas de un modo u otro a la raza seleccionada.

Alzo una ceja ante las palabras de la fémina, llegó a notar lo irritada que se encontraba por su tono de voz, pero la morena se mantuvo relajada y calmada, resignada solo le dedico una leve sonrisa, talvez incluso una sonrisa que demostraba su lado irónico, una sonrisa leve que se la dedicabas a un niño cuando hacia un berrinche.

-Esto para mi no es nuevo, Aria. No me compares contigo. Solo me has visto por un par de minutos ¿quién ha dicho que no tengo más cartas ocultas bajo la manga? ¿Crees que esta locura es nueva para mí? No lo es. No importa si hay superpoderes involucrados o no en una guerra, sigue siendo lo mismo: Una guerra. Matanza sin sentido. He visto niños sin extremidades suplicándome que los libere de su miseria... ¿Acaso tú puedes decir lo mismo? Eso demuestra que no hemos llevado el mismo estilo de vida, lamento si a tus ojos parezco una “idiota”, lamento que no esté asustada como tu.-

Sus palabras fueron secas y directas. No estaba omitiendo los sentimientos de su acompañante, pero era ingenuo suponer que ambas estaban en la misma situación. Estaban en el mismo lugar, sí, pero para ella esto no era realmente distinto al mundo cruel que ya ha experimentado antes. Todos seguían siendo los mismos monstruos que en el otro mundo, solo que ahora llevaban una máscara distinta. La gente estaba luchando por recursos, la gente se mataba por motivos sin sentido... ¿realmente era este lugar tan diferente al mundo que ya conocían de antes? Por lo menos para la morena no era tanta la diferencia, aunque, si pensaba en Aria, solo podía suponer que esta lucho con otro tipo de problemas, problemas no similares de graves a los actuales por lo visto. Ambas venían de mundos completamente distintos.

El rostro de la hibrida se puso más serio de repente. Se acerco a la fémina y llevo sus manos a los hombros de la ángel por un instante para volver a mirarla de cerca a los ojos.

-¿Ha muerto alguien a quien amabas en tus manos? ¿Viste su sangre fluir por tus dedos? ¿Viste sus ojos perder el brillo de la vida? Si no has experimentado algo como eso antes, no puedo tomar tus problemas en serio, Aria. Considérate afortunada de que tu mayor preocupación sea solo tener que salvar tu propio trasero ahora... Solo estar en un grupo no es suficiente para sobrevivir si no hay confianza... Incluso aquellos que consideras de “tu grupo” en cualquier momento pueden clavarte el cuchillo por la espalda ¿Qué diferencia hace entonces que un desconocido te lo clave por ahí cuando viajas sola o alguien de tu grupo en el quien no confías? Ambos son extraños a tus ojos.-

Y la hibrida se separó. Su serio semblante volvió a uno más calmado.

-Pero eh, soy una idiota, no sé porque tengo que decirle algo como esto a una mujer hecha y derecha ¿no? Puede que ya hayas visto a alguien querido morir antes... incluso si es el caso, te felicito entonces que el numero sea bajo.-

Dio un par de pasos hacia atrás, y no pudo evitar comenzar a zapatear con el pie derecho el suelo, igual que un conejo ansioso.

-No se entonces si tengo envidia por tus poderes o no... ¿Y bien, cual es tu plan ahora? Creo que si me quedo mucho tiempo acá contigo van a preocuparse por ti tarde o temprano los de allí adentro ¿no?-