I. Jamás cooperarás con otras razas.
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
¿Vienes a jugar con nosotros?
II. No intentarás comunicarte con el exterior.
III. Vivirás en este mundo y no en el exterior.
IV. Rompe una de las reglas, y un conocido de allá afuera muere.
En la oscuridad de tu inconsciencia, después de la explosión de una bomba en el evento al que acudiste, susurros te trajeron de vuelta a la vida.
El extraño evento a puertas abiertas del colegio Fallgate debería haber sido la primera advertencia.
Era casi el final del año escolar y todos estaban invitados, alumnos, profesores, todos los habitantes de Grendelshire. La magnitud del evento hasta había llegado a oídos de Londres.
Todos podían entrar sin invitación ni pagar por boletos. Excepto los menores de ocho años, una estipulación que debería haber sido la segunda bandera roja.
Aunque todo estaba cubierto de nieve, el cálido sol invitaba a recorrer el decorado colegio. Tiendas de comida, competencias, juegos, eventos, música, foros de debate, tantas cosas sucediendo al unísono que fue imposible para cualquiera darse cuenta de la farsa.
Lo único que escuchaste fue la explosión proveniente del medio del terreno antes de que tus tímpanos retumbaran a tal frecuencia que los subsiguientes gritos de terror y agonía se convirtieran en silencio. El gas azul que lentamente nubló tu vista claramente tenía la misma procedencia. Sentiste como te ahorcaba, quemaba, ahogaba bajo el agua, como si tragaras arena o ácido; todo dependía de tus peores miedos mientras perdías el conocimiento.
Después de despertarte con las reglas del juego, aquella voz ronroneó tus opciones, tu nuevo futuro. Debías elegir una raza antes de poder despertar.
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¿Sobrevivirás el Juego?
⚝ Reglas⚝ Ambientación⚝ Razas⚝ Alianzas⚝ Personajes Canon⚝ Territorios Neutrales⚝ Habilidades Prohibidas⚝ Modelo de Ficha⚝ Temas Libres⚝ Dudas⚝ Sugerencias⚝ Novedades⚝ ¡Conoce a la Administración!⚝ Discord
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⚝ Sistema de Encuentros ⚝ Sistema de Dados⚝ Hoja de Personaje⚝ Misiones⚝ Familiares⚝ Pide al NPC⚝ Puntos y Niveles⚝ Cierre de Temas⚝ Level Up⚝ Calendario⚝ Tienda⚝ Regalo de Puntos
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Baby, I'm the reason why Hell's so hot || Priv. Faith Asher
Vie Abr 22, 2022 5:03 pm por Joshua Friedrich
Problemas o Cambio de Botón AQUÍ
Lun Abr 18, 2022 7:33 pm por Invitado
Sabías que...¿Cuando mueres vas directo al cementerio de los alrededores?
Sabías que...¿Eres irreconocible en tu forma de raza?
Sabías que...¿Si abres temas libres en ciertos lugares quizás los responda un canon?
Sabías que...¿Para cruzar la neblina debes cumplir ciertas condiciones?
Sabías que...¿Cada templo tiene un secreto?
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Primero que nada, gracias a Emme, quién ha transformado el foro en esta maravilla, con una skin preciosa, widgets y perfiles. Además de que la gran mayoría de las tablas que usamos pertenecen a ella. Agradecemos infinitamente su paciencia con nosotros y a sus hermosas creaciones.
Por otra parte, quiero agradecer a nuestros usuarios y administradores. Todo aquel que se interesó en este proyecto y pone su granito de arena para mantenerlo vivo. Porque nosotros no seríamos nada sin ustedes. Y la administración, que a pesar de todo, siempre está ahí para todos nosotros, y se lanza con mis ideas locas y hacen que salga bien.
Atte. Persephone Hansen
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Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
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Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Miér Mar 24, 2021 1:45 am
- Canción:
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
Apenas a las doce de la noche, Juliette despertó por primera vez, primero por una pesadilla. Durante el día entero había estado vomitando sangre, dolores de cabeza, pensamientos intrusivos que invadían su mente cada segundo. Trató de controlarlo, se esforzó cada momento, ignorando las vueltas que su cabeza daba, limpiando la sangre que caía por sus labios con su muñeca antes de que alguno de sus hermanos pudiera notarlo. Deseaba con fuerza creer que aquel no sería el día que todo se desencadenara. No habían terapistas ni pastillas para ayudarla, y no estaba Vincent. ¿Cuántos trastornos habría sufrido con él? Recordaba despertar varias veces en sus brazos, sin saber que había pasado. Una vez bañada en sangre incluso, jamás preguntó, no quería saber. Estaba segura de no haberlo dañado a él, pues no tenia heridas ni nada, y eso era todo lo que importaba.
Lo peor de aquello eran las idas a negro, no recordar nada, la transición en la que su cuerpo era dominado y tomado por otra mente, lo único que mantenía eran conversaciones con las voces en su cabeza, una vez aquellas se desataban. Se mantuvo mirando al cielo unos cuantos minutos antes de tratar de conciliar el sueño nuevamente. Lo logró, y volvió a despertar, de golpe, pegó un salto, sudor frío recorría su cuerpo.
Lo sentía venir, con tanta fuerza, se tuvo que levantar. Juliette no sabía la hora, pero hacía frío, mucho frío. Comenzó a caminar, mientras se tambaleaba de un lado a otro, mareada por aquellos interminables dolores de cabeza, ya no reconocía sus pensamientos, todo giraba, escuchaba gritos y risas dentro de su cabeza.
Llegó a un pasillo, vio a dos personas... ¿Se podían considerar personas? Atacando a alguien, de manera indiscriminada. Oh, no se equivoquen, Juliette no se sentía perturbada por la escena en sí, su moral estaba un poco trastocada en ese punto. Pero las voces en su cabeza no la dejaron, la sangre le hervía. "Si no haces algo tú, lo haré yo" canturreó una de ellas en su cabeza, se quedó estática, un fuerte dolor de cabeza la hizo caer de golpe al piso, "Bien, lo haré yo"
-Vincent... -fueron las últimas palabras que salieron de sus labios antes de que la sangre escurriera como un río por sus suaves labios.
Así mismo, la pequeña dríade se levantó del piso, sus brazos colgaban, su brillo se había apagado de golpe, estaba opaca. Con una sonrisa, estiró sus brazos hacia arriba, tronando un par de huesos en el proceso. Luego de eso, se lanzó de golpe donde los otros, que habían obviado su existencia hasta ese momento. Se abalanzó rápidamente sobre uno, su mano rápidamente entró a su boca, depositando un dulce, que había pasado de ser de un brillante color rojo a uno verde chillón. Lo metió hasta su garganta, obligándole a tragarlo. El tipo al que estaban golpeando, cayó al piso, sorprendido de la aparición de la pequeña.
Así mismo, de manera acrobática le lanzó una patada al otro tipo, para luego caer en el piso. Las palabras "Listen to Me" salieron de sus labios, seguidas de un gesto rápido de su brazo, al mismo tiempo que la rama de un árbol atravesaba el vidrio del pasillo, y luego el torso de uno de ellos. Otro gritaba, desesperado.
-¿Qué pasa cariño? -susurró mientras levantaba su mentón -. ¿Acaso tragaste ácido?
Su vista volteó rápidamente al único allí con fuerzas para escapar, agarró su cabeza, y la azotó contra el vidio que se encontraba atrás de él, luego contra el piso, una y otra y otra vez. ¿Estaba muerto? De seguro sí pero eso no la detuvo. No se reía, sólo reventaba su rostro mientras su mirada se mantenía fija en él, escuchando el grito del otro, le estaba irritando tanto, demasiado...
Dejó caer el cuerpo del chico al piso, y caminó donde el otro.
-Hey -dijo primero, mientras se echaba hacia atrás espantado, sin dejar de quejarse -. Hey deja de gritar.
Obviamente no dejó de gritar, se acercó, enterrando sus propias garras en el cuerpo ajeno, dejando tracitos, dibujos que se llenaan de sangre, cuando intentó escapar, se sentó sobre él. Y poco a poco, fue cortando su cuerpo, hasta la garganta. En algún momento, volvió a su forma humana. Los siguió pateando, golpeando, aunque ya no habían ruidos, sólo el sonido de los huesos y la carne chocar y reventar contra el asfalto. El sonido de los jadeos agotados de Juliette, mientras sus ropas se bañaban en sangre al igual que sus labios.
Lo peor de aquello eran las idas a negro, no recordar nada, la transición en la que su cuerpo era dominado y tomado por otra mente, lo único que mantenía eran conversaciones con las voces en su cabeza, una vez aquellas se desataban. Se mantuvo mirando al cielo unos cuantos minutos antes de tratar de conciliar el sueño nuevamente. Lo logró, y volvió a despertar, de golpe, pegó un salto, sudor frío recorría su cuerpo.
Lo sentía venir, con tanta fuerza, se tuvo que levantar. Juliette no sabía la hora, pero hacía frío, mucho frío. Comenzó a caminar, mientras se tambaleaba de un lado a otro, mareada por aquellos interminables dolores de cabeza, ya no reconocía sus pensamientos, todo giraba, escuchaba gritos y risas dentro de su cabeza.
Llegó a un pasillo, vio a dos personas... ¿Se podían considerar personas? Atacando a alguien, de manera indiscriminada. Oh, no se equivoquen, Juliette no se sentía perturbada por la escena en sí, su moral estaba un poco trastocada en ese punto. Pero las voces en su cabeza no la dejaron, la sangre le hervía. "Si no haces algo tú, lo haré yo" canturreó una de ellas en su cabeza, se quedó estática, un fuerte dolor de cabeza la hizo caer de golpe al piso, "Bien, lo haré yo"
-Vincent... -fueron las últimas palabras que salieron de sus labios antes de que la sangre escurriera como un río por sus suaves labios.
Así mismo, la pequeña dríade se levantó del piso, sus brazos colgaban, su brillo se había apagado de golpe, estaba opaca. Con una sonrisa, estiró sus brazos hacia arriba, tronando un par de huesos en el proceso. Luego de eso, se lanzó de golpe donde los otros, que habían obviado su existencia hasta ese momento. Se abalanzó rápidamente sobre uno, su mano rápidamente entró a su boca, depositando un dulce, que había pasado de ser de un brillante color rojo a uno verde chillón. Lo metió hasta su garganta, obligándole a tragarlo. El tipo al que estaban golpeando, cayó al piso, sorprendido de la aparición de la pequeña.
Así mismo, de manera acrobática le lanzó una patada al otro tipo, para luego caer en el piso. Las palabras "Listen to Me" salieron de sus labios, seguidas de un gesto rápido de su brazo, al mismo tiempo que la rama de un árbol atravesaba el vidrio del pasillo, y luego el torso de uno de ellos. Otro gritaba, desesperado.
-¿Qué pasa cariño? -susurró mientras levantaba su mentón -. ¿Acaso tragaste ácido?
Su vista volteó rápidamente al único allí con fuerzas para escapar, agarró su cabeza, y la azotó contra el vidio que se encontraba atrás de él, luego contra el piso, una y otra y otra vez. ¿Estaba muerto? De seguro sí pero eso no la detuvo. No se reía, sólo reventaba su rostro mientras su mirada se mantenía fija en él, escuchando el grito del otro, le estaba irritando tanto, demasiado...
Dejó caer el cuerpo del chico al piso, y caminó donde el otro.
-Hey -dijo primero, mientras se echaba hacia atrás espantado, sin dejar de quejarse -. Hey deja de gritar.
Obviamente no dejó de gritar, se acercó, enterrando sus propias garras en el cuerpo ajeno, dejando tracitos, dibujos que se llenaan de sangre, cuando intentó escapar, se sentó sobre él. Y poco a poco, fue cortando su cuerpo, hasta la garganta. En algún momento, volvió a su forma humana. Los siguió pateando, golpeando, aunque ya no habían ruidos, sólo el sonido de los huesos y la carne chocar y reventar contra el asfalto. El sonido de los jadeos agotados de Juliette, mientras sus ropas se bañaban en sangre al igual que sus labios.
Juliette Aphroditte & Vincent Schwarz
by emmeRe: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Vincent Schwarz Miér Mar 24, 2021 2:29 am
Una noche, claro, en un principio era así, y al final igual fue así. ¿Qué horas eran? Esa pregunta se pasó de su cabeza en un dos por tres. El pelirrojo observaba la luna mientras que seguía fumando de una manera tranquila, extrañamente calmada. Cerró los ojos por un momento, si, tenía que caminar, avanzar, buscarla.
Había pasado un día, tal vez dos desde que encontró la cajetilla de cigarros a un lado de él, después de tener su crisis, ahí estaban. Con una pequeña sonrisa agradece realmente haber encontrado su droga. ¿Quién se lo había dado? No tenía ni la más mínima idea. Dejó salir el humo acumulado por sus fosas nasales. Era demasiado relajante. Un sabor de menta, le recordaba a su antigua vida. Pasaba por su boca, el ligero ardor de ese sabor.
Le encantaba.
Estaba en ese momento en el techo de la escuela. algunos gritos a lo lejos. Si, era tiempo de cacería. Una calada más. Se dio media vuelta y comenzó a andar. Sacó de su bolsillo un vidrio y lo posó en su muñeca, ¿Acaso tenía que hacerlo? Para bajar rápido sí, pero… no, no más daño a su cuerpo por ahora. Con un ligero suspiro aventó el vidrio a un lado, escupió junto a esa arma improvisada su cigarro que ya se estaba acabando.
Se agarró de la orilla del edificio, observó abajo, hacia el árbol que estaba ahí a un lado. Respiro profundamente, el hombre dio unos pasos para atrás. A la cuenta de tres corrió y saltó. Con fuerza se golpeó contra las ramas de aquel ser de la naturaleza -Ugh… maldita sea- con un suspiro observó a un lado, después el otro, por ahora no había nadie a su alrededor.
Se dejó caer del árbol y azotó con fuerza contra el suelo. Fue mejor de lo que esperaba realmente, solamente algunas cortadas de las ramas, algunos golpes. Movió la cabeza de un lado a otro y emprendió su viaje. No tenía ni la más mínima idea de donde buscar, de donde tan siquiera empezar. No era alguien quien reunía información preguntando a los demás, su reputación más el rostro neutral que tiene mantiene a la mayoría de la gente alejada de él. No iba a perseguirlos.
Sacó un cigarro de nuevo y lo prendió, la única flama que se veía en la noche, y después una calada. Después dos, y al final una tercera mientras que acumulaba todo ese humo en sus pulmones. Tal vez tendría que dejar de fumar, sabía que era un veneno, pero no podía evitarlo, era lo que lo podía calmar en estos momentos, mantener sus demonios en un límite.
Escuchaba golpes, refriegas, algún que otro grito que era silenciado de repente. Una noche normal en esta maldita escuela del infierno. No tenía ganas de matar, de unirse a la pelea, no, solamente mantenía una cosa en mente, y lo iba a hacer. Iba a encontrarla de alguna manera u otra.
Era de noche, y parecía ser que sería en vano su búsqueda.
No sabía porque se giraba a ver a la luna en ese momento, ¿Acaso buscaba algún consejo? Aquel satélite había sido testigo de todos los actos violentos que ha hecho desde que llegó a este lugar. De ese acto tan desquiciado y carnoso… no, Vincent no quería pensar eso ahora. Primero sería encontrar a Juliette, después... Después se verá que es lo que pasa.
Sus pasos, sus piernas lo guiaron por los pasillos enormes del colegio, y fue en uno de esos momentos, mientras que su cigarro estaba a medio acabar, aquel punto rojizo que quemaba el veneno que le calmaba, que el humo pasaba por su boca y lo llenaba para después ser expulsado por su nariz. Fue ese momento donde la vio en la luz de la luna.
Primero no pensó que fuera ella, parpadeó unas cuantas veces, después se tallo los ojos, parecía ser otra persona y a la vez familiar. Como si recordara alguna que otra escena. ¿Qué era lo que quería decir sus memorias? Por ahora estaba completamente nublado, pero eso no importaba, no, tenía que actuar, tenía que detenerla.
Corrió hacia ella lo más rápido que podía. Su cuerpo actuaba donde su mente no sabía. La abrazó con fuerza cuando llegó a ella, apegándose a su pecho, separando de esos dos cuerpos sin vida hasta la pared contraria. -Juliette, basta- le susurró mientras que aplicaba la fuerza necesaria para detenerla. Sus músculos recordaban. Su cuerpo actuaba por sí solo. ¿Cuántas situaciones? ¿Por cuánto tiempo estuvo con ella? No lo podía entender por el momento. Las memorias estaban flotando sin una línea temporal en claro.
Lanzó su cigarro a un lado y acariciaba sus cabellos, sus brazos, -Juliette, soy yo, Vincent- dijo, un sabor amargo en sus labios, ardía pronunciar ese nombre después de lo que hizo. ¿Era digno de hacerlo? Le dolía el pecho, su labio inferior sufría por una fuerte mordida. Estaba ahí, con ella. Por fin con ella.
Meses habían pasado, se veía un poco diferente, pero era la misma la cual deseaba y necesitaba. ¿Cómo iba a actuar en ese momento? No lo sabía, no tenía ni la más mínima idea. La culpa lentamente lo carcomía por dentro. Esta debió ser un reencuentro bonito, algo por la cual se pueda recordar con una sonrisa, pero en su mente, todo lo estaba torturando. Su demonio lo hacía sufrir por los pecados que cometió.
-¿Juliette?- Preguntó de nuevo, calmado, aún abrazándola. Que era lo que le depararía el futuro se preguntaba cada segundo.
Había pasado un día, tal vez dos desde que encontró la cajetilla de cigarros a un lado de él, después de tener su crisis, ahí estaban. Con una pequeña sonrisa agradece realmente haber encontrado su droga. ¿Quién se lo había dado? No tenía ni la más mínima idea. Dejó salir el humo acumulado por sus fosas nasales. Era demasiado relajante. Un sabor de menta, le recordaba a su antigua vida. Pasaba por su boca, el ligero ardor de ese sabor.
Le encantaba.
Estaba en ese momento en el techo de la escuela. algunos gritos a lo lejos. Si, era tiempo de cacería. Una calada más. Se dio media vuelta y comenzó a andar. Sacó de su bolsillo un vidrio y lo posó en su muñeca, ¿Acaso tenía que hacerlo? Para bajar rápido sí, pero… no, no más daño a su cuerpo por ahora. Con un ligero suspiro aventó el vidrio a un lado, escupió junto a esa arma improvisada su cigarro que ya se estaba acabando.
Se agarró de la orilla del edificio, observó abajo, hacia el árbol que estaba ahí a un lado. Respiro profundamente, el hombre dio unos pasos para atrás. A la cuenta de tres corrió y saltó. Con fuerza se golpeó contra las ramas de aquel ser de la naturaleza -Ugh… maldita sea- con un suspiro observó a un lado, después el otro, por ahora no había nadie a su alrededor.
Se dejó caer del árbol y azotó con fuerza contra el suelo. Fue mejor de lo que esperaba realmente, solamente algunas cortadas de las ramas, algunos golpes. Movió la cabeza de un lado a otro y emprendió su viaje. No tenía ni la más mínima idea de donde buscar, de donde tan siquiera empezar. No era alguien quien reunía información preguntando a los demás, su reputación más el rostro neutral que tiene mantiene a la mayoría de la gente alejada de él. No iba a perseguirlos.
Sacó un cigarro de nuevo y lo prendió, la única flama que se veía en la noche, y después una calada. Después dos, y al final una tercera mientras que acumulaba todo ese humo en sus pulmones. Tal vez tendría que dejar de fumar, sabía que era un veneno, pero no podía evitarlo, era lo que lo podía calmar en estos momentos, mantener sus demonios en un límite.
Escuchaba golpes, refriegas, algún que otro grito que era silenciado de repente. Una noche normal en esta maldita escuela del infierno. No tenía ganas de matar, de unirse a la pelea, no, solamente mantenía una cosa en mente, y lo iba a hacer. Iba a encontrarla de alguna manera u otra.
Era de noche, y parecía ser que sería en vano su búsqueda.
No sabía porque se giraba a ver a la luna en ese momento, ¿Acaso buscaba algún consejo? Aquel satélite había sido testigo de todos los actos violentos que ha hecho desde que llegó a este lugar. De ese acto tan desquiciado y carnoso… no, Vincent no quería pensar eso ahora. Primero sería encontrar a Juliette, después... Después se verá que es lo que pasa.
Sus pasos, sus piernas lo guiaron por los pasillos enormes del colegio, y fue en uno de esos momentos, mientras que su cigarro estaba a medio acabar, aquel punto rojizo que quemaba el veneno que le calmaba, que el humo pasaba por su boca y lo llenaba para después ser expulsado por su nariz. Fue ese momento donde la vio en la luz de la luna.
Primero no pensó que fuera ella, parpadeó unas cuantas veces, después se tallo los ojos, parecía ser otra persona y a la vez familiar. Como si recordara alguna que otra escena. ¿Qué era lo que quería decir sus memorias? Por ahora estaba completamente nublado, pero eso no importaba, no, tenía que actuar, tenía que detenerla.
Corrió hacia ella lo más rápido que podía. Su cuerpo actuaba donde su mente no sabía. La abrazó con fuerza cuando llegó a ella, apegándose a su pecho, separando de esos dos cuerpos sin vida hasta la pared contraria. -Juliette, basta- le susurró mientras que aplicaba la fuerza necesaria para detenerla. Sus músculos recordaban. Su cuerpo actuaba por sí solo. ¿Cuántas situaciones? ¿Por cuánto tiempo estuvo con ella? No lo podía entender por el momento. Las memorias estaban flotando sin una línea temporal en claro.
Lanzó su cigarro a un lado y acariciaba sus cabellos, sus brazos, -Juliette, soy yo, Vincent- dijo, un sabor amargo en sus labios, ardía pronunciar ese nombre después de lo que hizo. ¿Era digno de hacerlo? Le dolía el pecho, su labio inferior sufría por una fuerte mordida. Estaba ahí, con ella. Por fin con ella.
Meses habían pasado, se veía un poco diferente, pero era la misma la cual deseaba y necesitaba. ¿Cómo iba a actuar en ese momento? No lo sabía, no tenía ni la más mínima idea. La culpa lentamente lo carcomía por dentro. Esta debió ser un reencuentro bonito, algo por la cual se pueda recordar con una sonrisa, pero en su mente, todo lo estaba torturando. Su demonio lo hacía sufrir por los pecados que cometió.
-¿Juliette?- Preguntó de nuevo, calmado, aún abrazándola. Que era lo que le depararía el futuro se preguntaba cada segundo.
Vincent SchwarzVincent Schwarz
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Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Sáb Mar 27, 2021 4:40 pm
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
No escucho los pasos atrás de ella, y tampoco vio al sujeto al final del pasillo. Sólo sintió los brazos una vez la tocaron, mientras la envolvían, poco a poco se giraba para atacar a quien osaba tocarla. Pero al ver su rostro, aquellos ojos, su cuerpo se estremeció, una voz gritaba fuertemente desde su interior.
-Suéltame -gruñó, mientras con una mano se afirmaba la cabeza y con la otra intentaba débilmente empujar y apartar al pelirrojo.
Sangré volvió a caer sobre sus labios, seguida de otro gruñido. Se limpió los labios con la muñeca, sacando el exceso de sangre que caía por éstos. Su cabeza daba vueltas, algo entro de ella luchaba por salir. Estaba molesta, muy molesta, dolida. Porque aquella persona allí presente la había abandonado, a ambas más bien. Podía aceptar que ni siquiera la reconocieran como una persona diferente como tal, y sólo como la locura dentro de Juliette. Pero no podía soportar que la hubiese abandonado.
"Sé quién eres" respondió en su cabeza, sus ojos llenos de lágrimas, se voltearon a verlo, su expresión estaba llena de dolor, sabía que no tenía demasiado tiempo antes de que alguien volviese a tomar control sobre aquel cuerpo.
-Me abandonaste -dijo, leve, como un chillido, su voz quebrada.
Apenas pasó un segundo y todo su cuerpo se fue abajo, no había nada de fuerza en ella. La clásica ida a negro antes de que Juliette despertara, sin saber nada de lo que había pasado, sin recordar nada. Aunque internamente luchaba contra esto, luego era incapaz de hacer memoria, de recordar lo que pasó.
Pasaron unos minutos, poco a poco abrió los ojos. Se sentía cálida, un olor que conocía muy bien la envolvía. Hubiese tenido una reacción más alegre, si no fuese porque el cuerpo le dolía y apenas podía abrir los ojos, agotada. Y ahí, al inicio borroso, pudo ver si silueta, luego mejor, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Lo había extrañado tanto, había esperado tanto ese encuentro. ¿Cómo la había encontrado? Gracias a Dios Juliette no se preocupó de mirar a su alrededor en aquel momento, con la poca fuerza que tenía, arrastró sus manos hasta su cuello, su nuca y enredó sus dedos en el cabelló del chico.
-Vincent... -apenas susurró, mientras intentaba desesperadamente convencerse de que aquello no era un sueño.
No sintió la sangre aún tibia sobre prácticamente todo su cuerpo, demasiado enfocada en la persona que tenía al frente, embobada en su olor y en los recuerdos. Había pasado tanto tiempo buscándolo, y recién ahora aparecía. Juliette tenía claro que venía despertando de una crisis, pero le pareció poco importante. No había sucedido nada grave antes, ¿no? De seguro ahora tampoco, así que se enfocó en la única cosa que le importaba en ese momento.
-Suéltame -gruñó, mientras con una mano se afirmaba la cabeza y con la otra intentaba débilmente empujar y apartar al pelirrojo.
Sangré volvió a caer sobre sus labios, seguida de otro gruñido. Se limpió los labios con la muñeca, sacando el exceso de sangre que caía por éstos. Su cabeza daba vueltas, algo entro de ella luchaba por salir. Estaba molesta, muy molesta, dolida. Porque aquella persona allí presente la había abandonado, a ambas más bien. Podía aceptar que ni siquiera la reconocieran como una persona diferente como tal, y sólo como la locura dentro de Juliette. Pero no podía soportar que la hubiese abandonado.
"Sé quién eres" respondió en su cabeza, sus ojos llenos de lágrimas, se voltearon a verlo, su expresión estaba llena de dolor, sabía que no tenía demasiado tiempo antes de que alguien volviese a tomar control sobre aquel cuerpo.
-Me abandonaste -dijo, leve, como un chillido, su voz quebrada.
Apenas pasó un segundo y todo su cuerpo se fue abajo, no había nada de fuerza en ella. La clásica ida a negro antes de que Juliette despertara, sin saber nada de lo que había pasado, sin recordar nada. Aunque internamente luchaba contra esto, luego era incapaz de hacer memoria, de recordar lo que pasó.
Pasaron unos minutos, poco a poco abrió los ojos. Se sentía cálida, un olor que conocía muy bien la envolvía. Hubiese tenido una reacción más alegre, si no fuese porque el cuerpo le dolía y apenas podía abrir los ojos, agotada. Y ahí, al inicio borroso, pudo ver si silueta, luego mejor, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Lo había extrañado tanto, había esperado tanto ese encuentro. ¿Cómo la había encontrado? Gracias a Dios Juliette no se preocupó de mirar a su alrededor en aquel momento, con la poca fuerza que tenía, arrastró sus manos hasta su cuello, su nuca y enredó sus dedos en el cabelló del chico.
-Vincent... -apenas susurró, mientras intentaba desesperadamente convencerse de que aquello no era un sueño.
No sintió la sangre aún tibia sobre prácticamente todo su cuerpo, demasiado enfocada en la persona que tenía al frente, embobada en su olor y en los recuerdos. Había pasado tanto tiempo buscándolo, y recién ahora aparecía. Juliette tenía claro que venía despertando de una crisis, pero le pareció poco importante. No había sucedido nada grave antes, ¿no? De seguro ahora tampoco, así que se enfocó en la única cosa que le importaba en ese momento.
Juliette Aphroditte & Vincent Schwarz
by emmeRe: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Vincent Schwarz Sáb Mar 27, 2021 5:26 pm
Con fuerza la sostenía, en sus brazos, sintiendo aquellos débiles empujones, en vano claramente. Dejo salir un pequeño suspiro. Sus ojos la observaban con cariño y nostalgia. No la dejó separarse, no ahora. Sentía que la iba a dejar de nuevo y eso hacía, que la culpa que carcomía su alma era suficiente como para salir, abandonarla de nuevo. Su corazón apretó con fuerza, no podía hacerle eso, no de nuevo. Tragó un poco de saliva, al verla de esta manera, ¿Que tanto daño más podía hacerle? No quería responder a esa pregunta.
-Lo se…- Es lo que pudo responder, sintiendo como el cuerpo ajeno se vencía contra su propio peso. La cargó como si fuera una princesa. Observó el desastre que ella hizo en aquel pasillo, no, esa vista la iba a afectar cuando despertara, ¿Cómo lo sabía? Era más su instinto que provenía de distintas memorias fragmentadas que navegaban por su cabeza. Sus ojos pasaron de nuevo por el rostro ajeno. Camino, alejándose de esa escena, por lo menos lo suficiente para que cuando despertara no fuera aquel lugar que vería primero. Se quedó sentado al final en unos escalones, manteniendo a Juliette en sus brazos.
Si, esa pelirosa que tanto ha estado impregnada en su mente. Alguien importante para él. Una persona que era su única debilidad. Ante ella no podía ocultar nada. Tarde o temprano las palabras fluían. Respiró profundamente, sin saber bien cómo hizo para ocultar aquel pasado de ella. Aunque solamente eran fragmentos, tenía una idea de que ignoraba el pasado y evitaba hablar de ello. Si… iba a tener que aprender de nuevo aquellas técnicas. Tenía que hacerlo.
Respiró profundamente, pasando su mano en las mejillas ajenas, limpiaba las lágrimas rebeldes, aquella sangre que se quedó impregnada en sus labios. Deseaba besarla. Dejo salir un suspiro, No sabía si estar feliz de verla o tener culpa por ello, remordimiento. Las palabras ajenas rebotaban en su cabeza, una y otra vez, le molestaba, le enojaba que tuvo esa idea de separarse, aunque haya sido de manera inconsciente, que se había alejado para encontrar la libertad de que su demonio se satisfaciera de gran manera a base de sangre. Negó con la cabeza, ya no iba a pasar, con ella en brazos podía controlarse una vez más.
Observaba su rostro, como aquellos párpados luchaban por abrirse, y cuando lo hicieron simplemente fueron cubiertos por lágrimas que se derramaban. Un sentimiento llenaba su ser, la había extrañado, de todo este tiempo, parecía no haberla visto por años, por décadas. Era ese sentimiento el cual era una calma total cuando por fin encuentras lo que buscabas. Esas manos, cálidas de la ajena que le rodeaban. Suspiro un poco, mostrando lo que sería una pequeña sonrisa. No era un hombre que mostrara mucho, pero cuando lo hacía era honesto.
-Aquí estoy- Susurró, acariciando su mejilla con suavidad, dejando que sus labios tocaran a los ajenos en un pequeño beso, y después en uno más largo. Deseaba desaparecer con ella, que nada más los molestara. Que simplemente se fueran de aquel lugar, regresar a un pasado que poco recordaba, pero aquellas emociones y sentimientos. La memoria era extraña, apenas y podía ver con claridad las diferentes escenas, pero lo que venía con ellos, las sensaciones, emociones estaban tan claras como el agua calmada.
Calidez en los labios ajenos, no le importaba que se manchaba de rojo, no, apegaba a Juliette contra su cuerpo. No iba a soltarla, nunca más. Cerró sus ojos y sólo pegó suavemente su frente con la ajena -Llegué… un poco tarde Juliette- dijo, como si fuera de esas veces que llegaba del trabajo demasiado tarde y lo único que deseaba era tomar un poco y estar con ella, en el sofá o en la cama, tan sólo disfrutando de su compañía.
Algo realmente modesto, no pedía nada más. Su expresión era seria, aunque su sonrisa rompía todo el semblante de estar enojado. Era un poco extraño, pero bienvenido. Dejó un beso en la frente -No tienes porque preocuparte- Sentía que había sido buscado, ¿Por cuánto tiempo? ¿Desde que llegaron a este lugar olvidado por dios? Entre más pensaba más culpable se sentía. Pero pudo ignorar el sentimiento, por lo menos en este momento estando con ella. Sólo esta vez permitía que sus pensamientos llenaran su cabeza.
-Lo se…- Es lo que pudo responder, sintiendo como el cuerpo ajeno se vencía contra su propio peso. La cargó como si fuera una princesa. Observó el desastre que ella hizo en aquel pasillo, no, esa vista la iba a afectar cuando despertara, ¿Cómo lo sabía? Era más su instinto que provenía de distintas memorias fragmentadas que navegaban por su cabeza. Sus ojos pasaron de nuevo por el rostro ajeno. Camino, alejándose de esa escena, por lo menos lo suficiente para que cuando despertara no fuera aquel lugar que vería primero. Se quedó sentado al final en unos escalones, manteniendo a Juliette en sus brazos.
Si, esa pelirosa que tanto ha estado impregnada en su mente. Alguien importante para él. Una persona que era su única debilidad. Ante ella no podía ocultar nada. Tarde o temprano las palabras fluían. Respiró profundamente, sin saber bien cómo hizo para ocultar aquel pasado de ella. Aunque solamente eran fragmentos, tenía una idea de que ignoraba el pasado y evitaba hablar de ello. Si… iba a tener que aprender de nuevo aquellas técnicas. Tenía que hacerlo.
Respiró profundamente, pasando su mano en las mejillas ajenas, limpiaba las lágrimas rebeldes, aquella sangre que se quedó impregnada en sus labios. Deseaba besarla. Dejo salir un suspiro, No sabía si estar feliz de verla o tener culpa por ello, remordimiento. Las palabras ajenas rebotaban en su cabeza, una y otra vez, le molestaba, le enojaba que tuvo esa idea de separarse, aunque haya sido de manera inconsciente, que se había alejado para encontrar la libertad de que su demonio se satisfaciera de gran manera a base de sangre. Negó con la cabeza, ya no iba a pasar, con ella en brazos podía controlarse una vez más.
Observaba su rostro, como aquellos párpados luchaban por abrirse, y cuando lo hicieron simplemente fueron cubiertos por lágrimas que se derramaban. Un sentimiento llenaba su ser, la había extrañado, de todo este tiempo, parecía no haberla visto por años, por décadas. Era ese sentimiento el cual era una calma total cuando por fin encuentras lo que buscabas. Esas manos, cálidas de la ajena que le rodeaban. Suspiro un poco, mostrando lo que sería una pequeña sonrisa. No era un hombre que mostrara mucho, pero cuando lo hacía era honesto.
-Aquí estoy- Susurró, acariciando su mejilla con suavidad, dejando que sus labios tocaran a los ajenos en un pequeño beso, y después en uno más largo. Deseaba desaparecer con ella, que nada más los molestara. Que simplemente se fueran de aquel lugar, regresar a un pasado que poco recordaba, pero aquellas emociones y sentimientos. La memoria era extraña, apenas y podía ver con claridad las diferentes escenas, pero lo que venía con ellos, las sensaciones, emociones estaban tan claras como el agua calmada.
Calidez en los labios ajenos, no le importaba que se manchaba de rojo, no, apegaba a Juliette contra su cuerpo. No iba a soltarla, nunca más. Cerró sus ojos y sólo pegó suavemente su frente con la ajena -Llegué… un poco tarde Juliette- dijo, como si fuera de esas veces que llegaba del trabajo demasiado tarde y lo único que deseaba era tomar un poco y estar con ella, en el sofá o en la cama, tan sólo disfrutando de su compañía.
Algo realmente modesto, no pedía nada más. Su expresión era seria, aunque su sonrisa rompía todo el semblante de estar enojado. Era un poco extraño, pero bienvenido. Dejó un beso en la frente -No tienes porque preocuparte- Sentía que había sido buscado, ¿Por cuánto tiempo? ¿Desde que llegaron a este lugar olvidado por dios? Entre más pensaba más culpable se sentía. Pero pudo ignorar el sentimiento, por lo menos en este momento estando con ella. Sólo esta vez permitía que sus pensamientos llenaran su cabeza.
Vincent SchwarzVincent Schwarz
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Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Dom Mar 28, 2021 3:14 am
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
Lo vio sonreír, levemente como sólo él hacía, se llenó de felicidad, definitivamente era él. Casi no lo creía, pero allí estaba, sintió el calor de su mano en su mejilla, tan real. Sus labios al principio, le llenaron de mariposas como si fuese la primera vez, correspondió el beso, se sentía llena de emociones.
Se dejó apegar a su cuerpo, mientras se acercaba, su rostro cerca de su cuello, restregó la punta de su nariz contra la piel del contrario. Sonrió ante aquella frase que conocía bastante bien.
-No importa... Lo que importa es que estás sano y salvo de vuelta.
Aceptó el beso en la frente con una sonrisa. Se apartó un poco para poder mirarlo más. Y entonces vio la sangre en sus ropas, pronto se dio cuenta que aquella sangre venía de ella y no de él, miró sus ropas, sus manos, y notó que toda la sangre en la que estaba bañada no tenía ninguna posibilidad de ser sólo la sangre que ella vomitaba cuando le venían las crisis. Levantó rápidamente la vista hacia Vincent, sus ojos abiertos como platos.
-¿Qué hice Vincent? -chilló, mientras pasaba la mirada por el cuerpo de Vincent buscando heridas.
Nunca había hecho algo malo en sus crisis, ¿no? Vincent se lo habría dicho si alguna vez hubiese dicho algo malo, ¿cierto? Sonaba lógico que él le hubiese ocultado cualquier cosa para protegerla, pues Juliette probablemente no podría tomar aquel peso. Ahora estaba procesando esas cosas, y se sentía desesperada. Aunque ni siquiera podía estar segura de que habría pasado, quizá sólo la habían atacado o algo. Miró nuevamente al chico, intentando buscar una respuesta.
No se movió, se quedó estática. Todo debería haber sido perfecto, o al menos agradable, no haber estado en una crisis cuando él la encontró, y estar bañada en sangre no ayudaba mucho. Todo estaba siendo horrible, y no sabía que pensar, cómo arreglarlo, rogaba porque Vincent tuviese una respuesta que pudiese hacerle sentir mejor, algo que sonara razonable.
Se dejó apegar a su cuerpo, mientras se acercaba, su rostro cerca de su cuello, restregó la punta de su nariz contra la piel del contrario. Sonrió ante aquella frase que conocía bastante bien.
-No importa... Lo que importa es que estás sano y salvo de vuelta.
Aceptó el beso en la frente con una sonrisa. Se apartó un poco para poder mirarlo más. Y entonces vio la sangre en sus ropas, pronto se dio cuenta que aquella sangre venía de ella y no de él, miró sus ropas, sus manos, y notó que toda la sangre en la que estaba bañada no tenía ninguna posibilidad de ser sólo la sangre que ella vomitaba cuando le venían las crisis. Levantó rápidamente la vista hacia Vincent, sus ojos abiertos como platos.
-¿Qué hice Vincent? -chilló, mientras pasaba la mirada por el cuerpo de Vincent buscando heridas.
Nunca había hecho algo malo en sus crisis, ¿no? Vincent se lo habría dicho si alguna vez hubiese dicho algo malo, ¿cierto? Sonaba lógico que él le hubiese ocultado cualquier cosa para protegerla, pues Juliette probablemente no podría tomar aquel peso. Ahora estaba procesando esas cosas, y se sentía desesperada. Aunque ni siquiera podía estar segura de que habría pasado, quizá sólo la habían atacado o algo. Miró nuevamente al chico, intentando buscar una respuesta.
No se movió, se quedó estática. Todo debería haber sido perfecto, o al menos agradable, no haber estado en una crisis cuando él la encontró, y estar bañada en sangre no ayudaba mucho. Todo estaba siendo horrible, y no sabía que pensar, cómo arreglarlo, rogaba porque Vincent tuviese una respuesta que pudiese hacerle sentir mejor, algo que sonara razonable.
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by emmeRe: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Vincent Schwarz Dom Mar 28, 2021 9:02 am
El olor que ella emanaba era algo nostálgico. Le permitía desbloquear un poco más de memorias, acomodar algunas que ya tenía, tener una imagen más clara. Si, allí estaba entre sus brazos. No iba a dejarla ir. Por fin, después de bastante tiempo. Dejó un suspiro cuando acercó su nariz a su cuello. Si, estos eran los tratos que tanto le encantaban.
Asintió con la cabeza al escuchar esas palabras, era reconfortante escucharla, provocando que aquella culpa que estaba dominando lentamente se detuviera y retrocediera. Como si tan sólo las palabras dirigidas a él fueran un mecanismo de defensa. Estaba con ella ahora, y no podía cambiar el hecho de sentirse completo. Si, estaba en sus brazos llena de sangre, pero no le importaba nada eso. Era normal por lo menos para él, acostumbrado una vida dentro de este lugar lleno de violencia, sangre, destripamiento y horrores de un ser humano agresivo.
-Tranquila- dijo al notar esos ojos de preocupación, con una mano acariciaba la mejilla ajena, con la otra pasó por las húmedas ropas ajenas hasta llegar a la mano ajena y entrelazo sus dedos con los de ella. apretó suavemente -No hiciste nada malo- susurró y dejó un beso en los labios ajenos, en un intento de calmar a su pareja. Uno pequeño, cariñoso -Fue mi culpa, vi que te estaban molestando, no pude evitarlo- Una pequeña, blanca mentira, como si fuera algo sumamente natural en el momento.
¿Había hecho esto antes? Su cuerpo y su voz actuaban como si esta situación fuera tan normal. Dentro de su cabeza no podía entenderlo por completo, pero tampoco se iba a pasar el tiempo intentando recobrar memorias perdidas. No. Ella estaba ahí enfrente de él, entre sus brazos, y la iba a proteger con toda su fuerza. Sin importar que.
-Hice un desastre, es mejor que no veas como quedaron- mencionó, para él era lo más normal hacer eso, tal vez algo que pasó a ser trivial, y era peligroso. La calma al decir esas palabras era algo de alguien versado en el arte de matar. Como si fuera parte de su vida cotidiana. Respiró profundamente y con su mano acarició con suavidad la mejilla ajena.
-Todo estará bien Juliette, lo prometo- De nuevo, otros susurros en esa oscura noche, de nuevo, observaba a la ajena con cariño, aunque su rostro no lo representaba, era esa mirada protectora que le daba. Respiro profundamente, esperando a que la mentira funcione. La apegó más a él, cerrando sus ojos por un momento, disfrutando de un momento de calma.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que no ha estado en este estado de tranquilidad? Era una sensación alienígena. Algo que desconocía y que en un principio no le gustaba en absoluto, ¿Era acaso miedo? Tal vez era por su consciencia la cual atacaba por todos los frentes desde que había llegado a este lugar solamente para que el demonio con el que compartía cuerpo lo callara y lo tentara a un espiral de violencia extrema, como si viviera el día a día en películas snuff. Y lo peor del caso, es que había caído totalmente en ello, disfrutando cada momento mientras llenaba su cuerpo de sangre. No comía, ni tomaba, simplemente el cigarro y la violencia constante olvidaban aquellas mundanas necesidades en un ciclo de vida, muerte y reencarnación que parecía no tener un fin.
-Pareces cansada, duerme- dijo, abriendo los ojos de nuevo, observando el rostro ajeno, dejando un beso en la punta de la nariz. Si no hubiera recuperado sus memorias, todo esto parecería algo ajeno, fuera de este mundo. Como si su propio cuerpo fuera alguien desconocido, ¿A quién trataba de esa manera? Solamente a ella y no era algo que él podía evitar. Ni siquiera el demonio que tenía dentro lograba deshacerse de todas esas emociones que estaban enterradas dentro de su corazón.
Un demonio con un corazón, ¿Quién lo pensaría? Era algo anormal, los demonios son seres arrogantes, egoístas, egocéntricos y violentos. si, todo eso era lo que podía describir a Vincent estando en este lugar y desde antes de pasar a este mundo. Era un demonio hecho y derecho cuya única debilidad fue aceptar el amor de una persona que conoció en el bar, como si el destino los hubiera juntado. Como si la vida le dijera que había algo más fuera de esa rutina monótona y vil que se había establecido en su vida.
Que podría haber una clase de ser humano atrapado en su ser.
Que había más sentimientos y pensamientos, emociones y sensaciones más allá de la malicia y la indiferencia. Que el color de su vida por una razón se pinto rosa como los cabellos ajenos, un rosa oscuro que ha veces caía en una escala de grises y otras veces en rojo vivo. Y sin embargo, ahí había estado con ella todos estos años. A su lado. Aguantando cada problema que ella tenía.
¿Acaso eso era amor? Un sentimiento que desde hace tiempo había olvidado.
Amor… era una palabra completamente extraña que le había tomado tiempo en reconocerlo, pero aceptarlo… no lo sabía, tal vez, sólo tal vez, podría darse una oportunidad. sus recuerdos no estaban completos para tener una respuesta a esa cuestión. Pero… sólo lo sentía.
Asintió con la cabeza al escuchar esas palabras, era reconfortante escucharla, provocando que aquella culpa que estaba dominando lentamente se detuviera y retrocediera. Como si tan sólo las palabras dirigidas a él fueran un mecanismo de defensa. Estaba con ella ahora, y no podía cambiar el hecho de sentirse completo. Si, estaba en sus brazos llena de sangre, pero no le importaba nada eso. Era normal por lo menos para él, acostumbrado una vida dentro de este lugar lleno de violencia, sangre, destripamiento y horrores de un ser humano agresivo.
-Tranquila- dijo al notar esos ojos de preocupación, con una mano acariciaba la mejilla ajena, con la otra pasó por las húmedas ropas ajenas hasta llegar a la mano ajena y entrelazo sus dedos con los de ella. apretó suavemente -No hiciste nada malo- susurró y dejó un beso en los labios ajenos, en un intento de calmar a su pareja. Uno pequeño, cariñoso -Fue mi culpa, vi que te estaban molestando, no pude evitarlo- Una pequeña, blanca mentira, como si fuera algo sumamente natural en el momento.
¿Había hecho esto antes? Su cuerpo y su voz actuaban como si esta situación fuera tan normal. Dentro de su cabeza no podía entenderlo por completo, pero tampoco se iba a pasar el tiempo intentando recobrar memorias perdidas. No. Ella estaba ahí enfrente de él, entre sus brazos, y la iba a proteger con toda su fuerza. Sin importar que.
-Hice un desastre, es mejor que no veas como quedaron- mencionó, para él era lo más normal hacer eso, tal vez algo que pasó a ser trivial, y era peligroso. La calma al decir esas palabras era algo de alguien versado en el arte de matar. Como si fuera parte de su vida cotidiana. Respiró profundamente y con su mano acarició con suavidad la mejilla ajena.
-Todo estará bien Juliette, lo prometo- De nuevo, otros susurros en esa oscura noche, de nuevo, observaba a la ajena con cariño, aunque su rostro no lo representaba, era esa mirada protectora que le daba. Respiro profundamente, esperando a que la mentira funcione. La apegó más a él, cerrando sus ojos por un momento, disfrutando de un momento de calma.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que no ha estado en este estado de tranquilidad? Era una sensación alienígena. Algo que desconocía y que en un principio no le gustaba en absoluto, ¿Era acaso miedo? Tal vez era por su consciencia la cual atacaba por todos los frentes desde que había llegado a este lugar solamente para que el demonio con el que compartía cuerpo lo callara y lo tentara a un espiral de violencia extrema, como si viviera el día a día en películas snuff. Y lo peor del caso, es que había caído totalmente en ello, disfrutando cada momento mientras llenaba su cuerpo de sangre. No comía, ni tomaba, simplemente el cigarro y la violencia constante olvidaban aquellas mundanas necesidades en un ciclo de vida, muerte y reencarnación que parecía no tener un fin.
-Pareces cansada, duerme- dijo, abriendo los ojos de nuevo, observando el rostro ajeno, dejando un beso en la punta de la nariz. Si no hubiera recuperado sus memorias, todo esto parecería algo ajeno, fuera de este mundo. Como si su propio cuerpo fuera alguien desconocido, ¿A quién trataba de esa manera? Solamente a ella y no era algo que él podía evitar. Ni siquiera el demonio que tenía dentro lograba deshacerse de todas esas emociones que estaban enterradas dentro de su corazón.
Un demonio con un corazón, ¿Quién lo pensaría? Era algo anormal, los demonios son seres arrogantes, egoístas, egocéntricos y violentos. si, todo eso era lo que podía describir a Vincent estando en este lugar y desde antes de pasar a este mundo. Era un demonio hecho y derecho cuya única debilidad fue aceptar el amor de una persona que conoció en el bar, como si el destino los hubiera juntado. Como si la vida le dijera que había algo más fuera de esa rutina monótona y vil que se había establecido en su vida.
Que podría haber una clase de ser humano atrapado en su ser.
Que había más sentimientos y pensamientos, emociones y sensaciones más allá de la malicia y la indiferencia. Que el color de su vida por una razón se pinto rosa como los cabellos ajenos, un rosa oscuro que ha veces caía en una escala de grises y otras veces en rojo vivo. Y sin embargo, ahí había estado con ella todos estos años. A su lado. Aguantando cada problema que ella tenía.
¿Acaso eso era amor? Un sentimiento que desde hace tiempo había olvidado.
Amor… era una palabra completamente extraña que le había tomado tiempo en reconocerlo, pero aceptarlo… no lo sabía, tal vez, sólo tal vez, podría darse una oportunidad. sus recuerdos no estaban completos para tener una respuesta a esa cuestión. Pero… sólo lo sentía.
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Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Dom Abr 04, 2021 4:30 pm
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
Entre que se encontraba mareada y cansada, no podía creer que estaba allí, a su lado, todo le hacía creer que era una ilusión, una mentira, una jugarreta de su cabeza para hacerle pasar un mal rato, ilusiones que luego destruirían. Lo que provoco que repentinamente, con la poca fuerza que le quedaba se le abalanzara nuevamente.
-No puedo creer que estés aquí -sollozó, feliz y asustada al mismo tiempo -. ¿De verdad eres tú? ¿Vincent?
Necesitaba asegurarse, no podía perderlo de nuevo, ¿Por qué le había costado tanto encontrarlo? No importaba ahora, estaba allí, sí, estaba junto a ella, sentía su olor, su piel, su voz, todo. Realmente estaba allí.
Asintió entrando en calma mientras le hablaba, no le costaba mucho imaginarse esa situación, al menos a ella le hacía bastante sentido. No juzgaría a Vincent por ponerse agresivo, aún más en aquel mundo donde todo era tan confuso y terrible, poco importaba, pero realmente no quería ser ella la que hubiese manchado sus manos con sangre, por alguna razón.
Se acomodó lentamente contra su pecho, y soltó una risita ante lo último. De verdad estaba un poco trastocada ya, con todo lo que había pasado.
-¿Un desastre? No, creo que no quiero ver -jugueteó un poco, mientras volvía a estirar su mano hacia el pelirrojo, acariciando su mejilla suavemente.
No había forma de expresar todo lo que Juliette sentía, estaba demasiado feliz, al fin sentía que estaba llena, que no le faltaba algo en su vida. Lamentablemente, el único problema era que no podía llevarlo con ella a su alianza, pues de seguro la terminaban mirando feo y le decían que si quería estar con él mejor se fuera. Pero poco importaba eso ahora, quería estar con él.
Negó bruscamente con la cabeza, temía demasiado volver a despertar sola. Aunque apenas podía su cuerpo ya, y estaba agotada, no había forma, ¿Cómo podría dejar de mirarlo luego de tanto tiempo sin verlo? Tenía sus ojos clavados en él, sin ninguna intención de dejar ir.
-No hay forma de que me ponga a dormir ahora -sonrió suavemente, el cansancio se notaba en su rostro -. Sólo quiero estar contigo.
Aquellas últimas palabras parecían más una súplica que otra cosa, no quería volver a perderlo. Ojalá hubiese llegado junto a él al evento, de aquella forma jamás se hubiera separado de él, hubiesen estado juntos todo ese tiempo. Tenía tantas cosas que contarle, pero las palabras parecían ser tan poco, y no sentía que contarle cosas fuese lo que quería realmente.
-No puedo creer que estés aquí -sollozó, feliz y asustada al mismo tiempo -. ¿De verdad eres tú? ¿Vincent?
Necesitaba asegurarse, no podía perderlo de nuevo, ¿Por qué le había costado tanto encontrarlo? No importaba ahora, estaba allí, sí, estaba junto a ella, sentía su olor, su piel, su voz, todo. Realmente estaba allí.
Asintió entrando en calma mientras le hablaba, no le costaba mucho imaginarse esa situación, al menos a ella le hacía bastante sentido. No juzgaría a Vincent por ponerse agresivo, aún más en aquel mundo donde todo era tan confuso y terrible, poco importaba, pero realmente no quería ser ella la que hubiese manchado sus manos con sangre, por alguna razón.
Se acomodó lentamente contra su pecho, y soltó una risita ante lo último. De verdad estaba un poco trastocada ya, con todo lo que había pasado.
-¿Un desastre? No, creo que no quiero ver -jugueteó un poco, mientras volvía a estirar su mano hacia el pelirrojo, acariciando su mejilla suavemente.
No había forma de expresar todo lo que Juliette sentía, estaba demasiado feliz, al fin sentía que estaba llena, que no le faltaba algo en su vida. Lamentablemente, el único problema era que no podía llevarlo con ella a su alianza, pues de seguro la terminaban mirando feo y le decían que si quería estar con él mejor se fuera. Pero poco importaba eso ahora, quería estar con él.
Negó bruscamente con la cabeza, temía demasiado volver a despertar sola. Aunque apenas podía su cuerpo ya, y estaba agotada, no había forma, ¿Cómo podría dejar de mirarlo luego de tanto tiempo sin verlo? Tenía sus ojos clavados en él, sin ninguna intención de dejar ir.
-No hay forma de que me ponga a dormir ahora -sonrió suavemente, el cansancio se notaba en su rostro -. Sólo quiero estar contigo.
Aquellas últimas palabras parecían más una súplica que otra cosa, no quería volver a perderlo. Ojalá hubiese llegado junto a él al evento, de aquella forma jamás se hubiera separado de él, hubiesen estado juntos todo ese tiempo. Tenía tantas cosas que contarle, pero las palabras parecían ser tan poco, y no sentía que contarle cosas fuese lo que quería realmente.
Juliette Aphroditte & Vincent Schwarz
by emmeRe: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Vincent Schwarz Lun Abr 05, 2021 9:15 pm
-soy yo Juliette, soy yo…- dijo en una voz baja, con una pequeña sonrisa, una sonrisa que solamente él podía mostrar solamente a la mujer que le había entregado su corazón. Respiró profundamente, si, parecía ser años de separación en donde en realidad habían sido meses los cuales habían pasado enfrente de él. Entre sus manos se encontraba ella, de verdad, no era algún sueño, pero tampoco se esperaba a que fuera tan pronto, tan sólo se decidió y ahora, después de unos días de búsqueda, los dos estaban por fin reunidos.
Cerró sus ojos al recibir la caricia ajena, si, ese toque de ella era todo lo que necesitaba para que su cuerpo dejará de estar ansioso, que era calmar a una bestia que mantenía en su interior. Dejó salir un suspiro antes de entreabrir sus ojos, solamente mirándola a los ojos, esos orbes que le encantaba perderse todo el tiempo posible.
Pero no todo era perfecto, no, se encontraba con la culpa en su espalda, ahí asomado, un pequeño demonio cuya sonrisa le hacía sentir enfermo del estómago. Con fuerza, solamente su mente lentamente se nublaba, sentía las garras de aquellos sentimientos desgarraban el corazón que tenía, las emociones que estaban viajando por la felicidad que le daba de verla de nuevo estaban siendo interrumpidas por un profundo remordimiento.
-Estarás conmigo- susurró y acarició su mejilla, la forma de negarse de la ajena era tierna, le gustaba bastante, podía hasta reír en el momento, pero no, no quería molestarla por ahora. Dejó un beso en la frente ajena, sentía de nuevo, su corazón siendo apretado de manera brusca, tortuosa. Un dolor con más de mil agujas.
Un fragmento de memoria, si, había llegado sólo a este lugar. despertó en un lugar que apenas y reconocía gracias a que las palabras no se le habían olvidado, tampoco los sentimientos, y esa imagen que estaba impregnada, la imagen de la mujer que estaba en sus brazos. Si solamente no hubiera tardado, si le hubiera dado… prioridad en lugar del trabajo que se le había puesto enfrente. Si… los recuerdos llegaban lentamente.
Un pequeño suspiro, después una pequeña sonrisa seguido por un beso en la frente ajena y después en sus labios, esos tiernos y dulces labios, parecía haber pasado décadas desde la última vez que los había probado, y ahora que estaba ahí, junto a ella, no quería separarse para nada en el mundo. Ella estaba cansada, y él no podía pensar en lugares para estar seguros. Se levantó, teniéndola entre sus brazos, apegando a su cuerpo a Juliette y sus pies comenzaron a avanzar.
¿A donde iban? ¿A dónde se dirigían? A un lugar donde la noche no fuera mortal. Subió las escaleras hasta llegar al segundo piso, observó de un lado, después al otro, y sus pasos firmes retumbaron por los vacíos pasillos, su objetivo es ir a un extremo de la escuela y no dormir con ella en sus brazos, en etse momento ella necesitaba protección, y no podía dejarla en su territorio, no, su egoísmo en ese momento era demasiado como para pensar racionalmente. Sentía que si la soltaba iba a desaparecer como por arte de magia.
-Juliette, te prometo nunca separarme de ti, ¿está bien? Y tampoco te separes de mí- decía, tratando de hacer plática mientras que llegaba a su destino, no mostraba su preocupación ante ella, estaba con un rostro que daba seguridad en sus palabras. Observó de un lado y después al otro, podía ir al techo con ella en sus brazos, si, no era difícil escalar, pero no pensaba una manera de hacerlo con ella en brazos. Esa idea fue descartada.
Su cuello sintió como una mano invisible le apretaba con fuerza, si, la culpa se estaba moviendo por debajo de su piel, lo estaba torturando tanto como podía. Le susurraba palabras que no quería escuchar, le traía recuerdos que le hacían sentirse culpable. Respiró profundamente, ¿acaso esta noche iba a ser demasiado larga por estos pensamientos? Por lo menos estaba con ella…
Y eso era lo único que necesitaba.
Cerró sus ojos al recibir la caricia ajena, si, ese toque de ella era todo lo que necesitaba para que su cuerpo dejará de estar ansioso, que era calmar a una bestia que mantenía en su interior. Dejó salir un suspiro antes de entreabrir sus ojos, solamente mirándola a los ojos, esos orbes que le encantaba perderse todo el tiempo posible.
Pero no todo era perfecto, no, se encontraba con la culpa en su espalda, ahí asomado, un pequeño demonio cuya sonrisa le hacía sentir enfermo del estómago. Con fuerza, solamente su mente lentamente se nublaba, sentía las garras de aquellos sentimientos desgarraban el corazón que tenía, las emociones que estaban viajando por la felicidad que le daba de verla de nuevo estaban siendo interrumpidas por un profundo remordimiento.
-Estarás conmigo- susurró y acarició su mejilla, la forma de negarse de la ajena era tierna, le gustaba bastante, podía hasta reír en el momento, pero no, no quería molestarla por ahora. Dejó un beso en la frente ajena, sentía de nuevo, su corazón siendo apretado de manera brusca, tortuosa. Un dolor con más de mil agujas.
Un fragmento de memoria, si, había llegado sólo a este lugar. despertó en un lugar que apenas y reconocía gracias a que las palabras no se le habían olvidado, tampoco los sentimientos, y esa imagen que estaba impregnada, la imagen de la mujer que estaba en sus brazos. Si solamente no hubiera tardado, si le hubiera dado… prioridad en lugar del trabajo que se le había puesto enfrente. Si… los recuerdos llegaban lentamente.
Un pequeño suspiro, después una pequeña sonrisa seguido por un beso en la frente ajena y después en sus labios, esos tiernos y dulces labios, parecía haber pasado décadas desde la última vez que los había probado, y ahora que estaba ahí, junto a ella, no quería separarse para nada en el mundo. Ella estaba cansada, y él no podía pensar en lugares para estar seguros. Se levantó, teniéndola entre sus brazos, apegando a su cuerpo a Juliette y sus pies comenzaron a avanzar.
¿A donde iban? ¿A dónde se dirigían? A un lugar donde la noche no fuera mortal. Subió las escaleras hasta llegar al segundo piso, observó de un lado, después al otro, y sus pasos firmes retumbaron por los vacíos pasillos, su objetivo es ir a un extremo de la escuela y no dormir con ella en sus brazos, en etse momento ella necesitaba protección, y no podía dejarla en su territorio, no, su egoísmo en ese momento era demasiado como para pensar racionalmente. Sentía que si la soltaba iba a desaparecer como por arte de magia.
-Juliette, te prometo nunca separarme de ti, ¿está bien? Y tampoco te separes de mí- decía, tratando de hacer plática mientras que llegaba a su destino, no mostraba su preocupación ante ella, estaba con un rostro que daba seguridad en sus palabras. Observó de un lado y después al otro, podía ir al techo con ella en sus brazos, si, no era difícil escalar, pero no pensaba una manera de hacerlo con ella en brazos. Esa idea fue descartada.
Su cuello sintió como una mano invisible le apretaba con fuerza, si, la culpa se estaba moviendo por debajo de su piel, lo estaba torturando tanto como podía. Le susurraba palabras que no quería escuchar, le traía recuerdos que le hacían sentirse culpable. Respiró profundamente, ¿acaso esta noche iba a ser demasiado larga por estos pensamientos? Por lo menos estaba con ella…
Y eso era lo único que necesitaba.
Vincent SchwarzVincent Schwarz
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Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Jue Abr 15, 2021 8:03 pm
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
Sentía que todos esos dolorosos días por fin terminaban, su cuerpo y alma reclamaban un descanso, se llenaba de alegría y por fin sentía todo el dolor que no se había permitido sentir. Las lágrimas que eran de felicidad rápidamente empezaron a caer más rápido, las manos de Juliette apretaron la polera del contrario. Se había sentido sola, tan sola y asustada. Lo había extrañado demasiado, no tenía nadie con quién hablar, con quién contar, había ayudado a muchas personas mientras lo buscaba, pero había seguido sola.
Lloraba y sollozaba, tratando de controlarse, tratando de mantenerse bien, estable, pero ni siquiera podía formular bien un par de palabras, sintió el suave beso en la frente y sólo pudo sentir ante sus palabras. Apretaba con más fuerza la polera mientras poco a poco comenzaba a calmarse.
Luego de otro beso en la frente, y un delicado y cálido beso en sus labios Vincent la levantó. Se aferró a su cuello, intentando no ser demasiado carga para él, aunque tampoco era como que pesara demasiado.
-Yo... Ni de broma me vuelvo a separar de ti -dijo con intención de bromear, pero la risa que salió de sus labios era triste.
Lo abrazó un poco más, sintiendo su olor, la suavidad de su piel, aquel olor a cigarrillos que traía casi siempre. Lo que la llevó a pensar lo bien que estaría uno ahora. Suspiró, sabía lo que él estaba pensando.
-Entremos a esa sala de allí, este era mi colegio de pequeña... Esa es una salita pequeña, no debería entrar nadie, allí descansaban los profesores entre clases.
Era un lugar pequeño, con suerte entrarían unas cinco personas sin quedar apretados, habían un par de sillas y mesas que para variar ya estaban despedazadas, un par de objetos más y esas cosas. Como dijo, la chica no se separó de él, pero apenas podía mantener los ojos abiertos.
-Creo que mejor me dejas por aquí, creo... Creo que no puedo aguantar más...
Rápidamente las palabras se tornaron en susurros a medida que comenzaba a ver borroso y sus ojos se cerraban, esforzándose por abrirlos de nuevo, sus brazos que se habían sujetado con firmeza al cuello de Vincent se deslizaban. Meses de preocupación caían junto con el sueño que la invadía, y sus ojos rápidamente se cerraron para envolverla en un sueño, mientras rogaba por estar despierta un poco más para poder estar con Vincent, era lo único que quería.
Lloraba y sollozaba, tratando de controlarse, tratando de mantenerse bien, estable, pero ni siquiera podía formular bien un par de palabras, sintió el suave beso en la frente y sólo pudo sentir ante sus palabras. Apretaba con más fuerza la polera mientras poco a poco comenzaba a calmarse.
Luego de otro beso en la frente, y un delicado y cálido beso en sus labios Vincent la levantó. Se aferró a su cuello, intentando no ser demasiado carga para él, aunque tampoco era como que pesara demasiado.
-Yo... Ni de broma me vuelvo a separar de ti -dijo con intención de bromear, pero la risa que salió de sus labios era triste.
Lo abrazó un poco más, sintiendo su olor, la suavidad de su piel, aquel olor a cigarrillos que traía casi siempre. Lo que la llevó a pensar lo bien que estaría uno ahora. Suspiró, sabía lo que él estaba pensando.
-Entremos a esa sala de allí, este era mi colegio de pequeña... Esa es una salita pequeña, no debería entrar nadie, allí descansaban los profesores entre clases.
Era un lugar pequeño, con suerte entrarían unas cinco personas sin quedar apretados, habían un par de sillas y mesas que para variar ya estaban despedazadas, un par de objetos más y esas cosas. Como dijo, la chica no se separó de él, pero apenas podía mantener los ojos abiertos.
-Creo que mejor me dejas por aquí, creo... Creo que no puedo aguantar más...
Rápidamente las palabras se tornaron en susurros a medida que comenzaba a ver borroso y sus ojos se cerraban, esforzándose por abrirlos de nuevo, sus brazos que se habían sujetado con firmeza al cuello de Vincent se deslizaban. Meses de preocupación caían junto con el sueño que la invadía, y sus ojos rápidamente se cerraron para envolverla en un sueño, mientras rogaba por estar despierta un poco más para poder estar con Vincent, era lo único que quería.
Juliette Aphroditte & Vincent Schwarz
by emmeRe: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Vincent Schwarz Jue Abr 15, 2021 9:15 pm
Dejó mostrar una pequeña sonrisa cuando ella le dijo eso, si, el intento de broma, pero que escondía esos sentimientos detrás de unas dulces palabras. Observó a la sala indicada y el hombre pelirrojo asintió con la cabeza, entrando, abriéndose paso entre los asientos y las mesas destrozadas. Si, era pequeño, perfecto para los dos enamorados.
Se sentó en la pared contraria a la entrada, ya estaba más tranquilo, esas palabras de ella le aliviaba con gusto. Dejó un beso en su frente al escucharla -Descansa, que nunca más te dejaré- susurró, dejando un último beso a su bella durmiente antes de que se hundiera. Respiró profundamente, observando la puerta, no le causaba nada de confianza. Mordió su brazo, enterró sus dientes en la piel hasta que emergiera sangre, y con fuerza se arrancó un pedazo de piel la cual masticó y después escupió a un lado, y la sangre que emanaba de la herida era comandada para hacer una pared carmesí.
-Buenas noches Juliette, no dejaré que nada malo te pase- susurró a lo bajo, dejando que durmiera tranquila. La iba a proteger de todo lo que pasara. Ahí estaba ella, entre sus brazos, la mujer que amaba con fuerza. Le dejo un beso en su mejilla y otro en su frente, aún no podía creer que la había encontrado, que estaba ahí junto a él, en sus brazos. Parecía una muñeca, esperaba que su mente no le jugara ningún truco.
La culpa lo carcomía con lentitud, en su alma sabía que esto no podía durar, que junto a ella no podía hablar de eso. No le podía confesar el horrible crimen que había cometido. Observó la sangre, su mano, aquellos hilos que pasaban a la pared que formaba, cada vez sintiéndose más débil, pero era por su seguridad. No iba a morir frente a ella, pero iba a ser lo posible por no separarse, por no herirla. Metió una de sus manos a su propia boca, agarró la lengua, una de las maneras era cortándose la lengua, otra más era coser los labios con sangre. Todo lo que fuera necesario para que su crimen no le afectara en su corazón, pero presentía que si se hería más, ella le iba a regañar y no le iba a perdonar.
Estaba en una encrucijada. Las voces de esa noche regresaban tan vivas como nunca, aquellos sonidos de lujuria, ese ambiente enfermo el cual se había hundido, un acto el cual nunca había podido hacer con Juliette. Le era imposible herirla, pegarle, levantarle la mano era un acto que jamás había hecho. Siempre descargaba su furia en otras partes, nunca enfrente de ella, nunca en su cuerpo o alma. Ella le daba la tranquilidad que necesitaba, pero en ese momento carecía de eso. En esa noche los fantasmas del pasado lo cazaban sin tregua.
Sacó uno de los cigarros de esa cajetilla bendecida y lo prendió, dejando que el humo lo calmara, que la nicotina ahuyentara de su mente las garras de la oscuridad. Con una calada se relajó, y con otra más solamente pensaba en ella. La noche pasaba más rápido de lo que creía, y con ella los cigarros que consumía, eran demasiados, pero al final necesarios para conservar su sanidad y no poner en peligro la sanidad ajena, y aquella nicotina se salía por la ventana rota de la habitación.
No se sentía cansado, todo lo contrario, estaba completamente activo, sentía que si dormía ella iba a desaparecer de su vista, que al final todo esto era un juego retorcido de su mente. No había desaparecido, al llegar el alba ella estaba ahí, en sus brazos, durmiendo. Si, deseaba estar en una cama o en un sofá junto a ella, como en los viejos tiempos, tal vez una lata de cerveza o una botella de whisky media vacía a un lado, los cigarros apagados en el cenicero, en un ambiente frío como era el pueblo, pero siempre con ella bajo las mismas sábanas, bajo el mismo techo.
Era algo que sin darse cuenta necesitaba, ella era su todo. Y no se había dado cuenta hasta el momento en el cual estaba en sus brazos, descansando, en que vio su rostro de nuevo. Causaba una cierta nostalgia que le pegaba en su corazón. Si, aunque estuvieran en algún otro lugar completamente diferente, los dos estaban ahí, y él iba a ofrecer toda la protección que ella deseaba… y era todo lo que necesitaba para poder vivir como antes, para volver a ser Vincent de nuevo.
Estaba completo.
Se sentó en la pared contraria a la entrada, ya estaba más tranquilo, esas palabras de ella le aliviaba con gusto. Dejó un beso en su frente al escucharla -Descansa, que nunca más te dejaré- susurró, dejando un último beso a su bella durmiente antes de que se hundiera. Respiró profundamente, observando la puerta, no le causaba nada de confianza. Mordió su brazo, enterró sus dientes en la piel hasta que emergiera sangre, y con fuerza se arrancó un pedazo de piel la cual masticó y después escupió a un lado, y la sangre que emanaba de la herida era comandada para hacer una pared carmesí.
-Buenas noches Juliette, no dejaré que nada malo te pase- susurró a lo bajo, dejando que durmiera tranquila. La iba a proteger de todo lo que pasara. Ahí estaba ella, entre sus brazos, la mujer que amaba con fuerza. Le dejo un beso en su mejilla y otro en su frente, aún no podía creer que la había encontrado, que estaba ahí junto a él, en sus brazos. Parecía una muñeca, esperaba que su mente no le jugara ningún truco.
La culpa lo carcomía con lentitud, en su alma sabía que esto no podía durar, que junto a ella no podía hablar de eso. No le podía confesar el horrible crimen que había cometido. Observó la sangre, su mano, aquellos hilos que pasaban a la pared que formaba, cada vez sintiéndose más débil, pero era por su seguridad. No iba a morir frente a ella, pero iba a ser lo posible por no separarse, por no herirla. Metió una de sus manos a su propia boca, agarró la lengua, una de las maneras era cortándose la lengua, otra más era coser los labios con sangre. Todo lo que fuera necesario para que su crimen no le afectara en su corazón, pero presentía que si se hería más, ella le iba a regañar y no le iba a perdonar.
Estaba en una encrucijada. Las voces de esa noche regresaban tan vivas como nunca, aquellos sonidos de lujuria, ese ambiente enfermo el cual se había hundido, un acto el cual nunca había podido hacer con Juliette. Le era imposible herirla, pegarle, levantarle la mano era un acto que jamás había hecho. Siempre descargaba su furia en otras partes, nunca enfrente de ella, nunca en su cuerpo o alma. Ella le daba la tranquilidad que necesitaba, pero en ese momento carecía de eso. En esa noche los fantasmas del pasado lo cazaban sin tregua.
Sacó uno de los cigarros de esa cajetilla bendecida y lo prendió, dejando que el humo lo calmara, que la nicotina ahuyentara de su mente las garras de la oscuridad. Con una calada se relajó, y con otra más solamente pensaba en ella. La noche pasaba más rápido de lo que creía, y con ella los cigarros que consumía, eran demasiados, pero al final necesarios para conservar su sanidad y no poner en peligro la sanidad ajena, y aquella nicotina se salía por la ventana rota de la habitación.
No se sentía cansado, todo lo contrario, estaba completamente activo, sentía que si dormía ella iba a desaparecer de su vista, que al final todo esto era un juego retorcido de su mente. No había desaparecido, al llegar el alba ella estaba ahí, en sus brazos, durmiendo. Si, deseaba estar en una cama o en un sofá junto a ella, como en los viejos tiempos, tal vez una lata de cerveza o una botella de whisky media vacía a un lado, los cigarros apagados en el cenicero, en un ambiente frío como era el pueblo, pero siempre con ella bajo las mismas sábanas, bajo el mismo techo.
Era algo que sin darse cuenta necesitaba, ella era su todo. Y no se había dado cuenta hasta el momento en el cual estaba en sus brazos, descansando, en que vio su rostro de nuevo. Causaba una cierta nostalgia que le pegaba en su corazón. Si, aunque estuvieran en algún otro lugar completamente diferente, los dos estaban ahí, y él iba a ofrecer toda la protección que ella deseaba… y era todo lo que necesitaba para poder vivir como antes, para volver a ser Vincent de nuevo.
Estaba completo.
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Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Lun Abr 19, 2021 9:29 pm
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
Aquella noche se sintió completamente dividida, una parte de ella parecía estar enfurecida y triste, nostálgica, mientras que la otra y la más presente sólo sentía un montón de euforia. Aunque habían otro montón de emociones mezcladas, dudas, ansiedad, miedo, entre otras. Pesadillas que se transformaban en sueños, luego se envolvían en baños de sangre, para luego aparecer en los brazos de Vincent.
No podría haber estado más confundida, no entendía lo que sentía, no entendía lo que las voces en su cabeza decían y gritaban, todos entremezclado, su cabeza pareciera explotar en cualquier momento. Su cuerpo por otra parte tenía espasmos, temblaba y su cabeza ardía, las mejillas de Juliette ligeramente sonrojadas por el calor.
La presión había sido demasiada, todos peleaban y discutían que debían hacer, cómo lidiar con la situación, la Juliette que siempre estaba a cargo en cambio, sólo quería abrazar a Vincent y ya. Todas hablaban, todas gritaban, se revolvían. Y sólo una se mantenía en silencio, arrullada en un rincón, mientras rascaba sin parar y lentamente una pared, si Juliette se hubiese logrado concentrar un poco, hubiese escuchado los sollozos, y luego las risas maniáticas que se desarman en llantos, y la vocecita repitiendo frases mientras rascaba la pared con más fuerza.
Pero Juliette estaba concentrada en tratar de entender a quienes gritaban y luchaban, intentando alzar su propia voz entre ellas, resultando imposible, al final terminó por cubrir sus oídos mientras intentaba alejarse de su propia cabeza. Su sueño volvió a revolverse, cambiando, destrozando y formando cosas a cada segundo, recuerdos, fantasías, todo se encontraba allí, pesadillas y miedos, el amor de su vida y su familia. Todo.
No despertó en toda la noche, pero claramente algo no estaba bien en su cabeza. Sólo pegó un saltó pequeño cuando ya había salido el sol hace unas horas, su respiración agitada, sentía mucho frío y su cuerpo ardía. Miró a su alrededor desconcertada, viendo borroso, apenas reconociendo el cabello desordenado del chico, mientras sus ojos se abrían y cerraban nuevamente.
-¿Vincent...?
Aún escuchaba de fondo las vocecitas, aunque levemente, y podía poco a poco ir entendiendo algunas de las palabras. Sólo que su cabeza no le daba en ese momento para pensar en absolutamente nada. Sabía, muy en el fondo lo que tenía que hacer, pero necesitaba sentirse mejor, aunque fuese un poco, o ella volvería a tomar el control. Y Juliette no podía permitir que aquello sucediera.
-Vincent... -murmuró, siendo interrumpida por un poco de tos -. En mi bolso... Tengo agua y unos dulces... ¿Me los podría pasar, por favor?
Su voz sonaba como una clara súplica, un poco más aguda y rasposa, realmente no se sentía nada bien. Odiaba tener aquella enfermedad, y parecía todo haber empeorado y enloquecido más ahora que se encontraban en aquel lugar.
No podría haber estado más confundida, no entendía lo que sentía, no entendía lo que las voces en su cabeza decían y gritaban, todos entremezclado, su cabeza pareciera explotar en cualquier momento. Su cuerpo por otra parte tenía espasmos, temblaba y su cabeza ardía, las mejillas de Juliette ligeramente sonrojadas por el calor.
La presión había sido demasiada, todos peleaban y discutían que debían hacer, cómo lidiar con la situación, la Juliette que siempre estaba a cargo en cambio, sólo quería abrazar a Vincent y ya. Todas hablaban, todas gritaban, se revolvían. Y sólo una se mantenía en silencio, arrullada en un rincón, mientras rascaba sin parar y lentamente una pared, si Juliette se hubiese logrado concentrar un poco, hubiese escuchado los sollozos, y luego las risas maniáticas que se desarman en llantos, y la vocecita repitiendo frases mientras rascaba la pared con más fuerza.
Pero Juliette estaba concentrada en tratar de entender a quienes gritaban y luchaban, intentando alzar su propia voz entre ellas, resultando imposible, al final terminó por cubrir sus oídos mientras intentaba alejarse de su propia cabeza. Su sueño volvió a revolverse, cambiando, destrozando y formando cosas a cada segundo, recuerdos, fantasías, todo se encontraba allí, pesadillas y miedos, el amor de su vida y su familia. Todo.
No despertó en toda la noche, pero claramente algo no estaba bien en su cabeza. Sólo pegó un saltó pequeño cuando ya había salido el sol hace unas horas, su respiración agitada, sentía mucho frío y su cuerpo ardía. Miró a su alrededor desconcertada, viendo borroso, apenas reconociendo el cabello desordenado del chico, mientras sus ojos se abrían y cerraban nuevamente.
-¿Vincent...?
Aún escuchaba de fondo las vocecitas, aunque levemente, y podía poco a poco ir entendiendo algunas de las palabras. Sólo que su cabeza no le daba en ese momento para pensar en absolutamente nada. Sabía, muy en el fondo lo que tenía que hacer, pero necesitaba sentirse mejor, aunque fuese un poco, o ella volvería a tomar el control. Y Juliette no podía permitir que aquello sucediera.
-Vincent... -murmuró, siendo interrumpida por un poco de tos -. En mi bolso... Tengo agua y unos dulces... ¿Me los podría pasar, por favor?
Su voz sonaba como una clara súplica, un poco más aguda y rasposa, realmente no se sentía nada bien. Odiaba tener aquella enfermedad, y parecía todo haber empeorado y enloquecido más ahora que se encontraban en aquel lugar.
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by emmeRe: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Vincent Schwarz Mar Abr 20, 2021 12:04 pm
Recordaba, si, esos momentos en los cuales tenía que estar despierto toda la noche para protegerla, con su mano acariciaba su mejilla, su frente, observando como ella sufría en esta noche. Espasmos, temblores, lo que podía hacer Vincent era arrullar, entre sus brazos comenzaba a moverse lentamente, su cuerpo recordaba, su cuerpo sabía lo que tenía que hacer cuando pasaba.
Fragmentos, pequeños, flotantes, aislados de todos los demás. Con caricias que él daba, parecía otra persona completamente diferente a la que había vivido estos tres meses dentro de este maldito lugar olvidado por dios. Olvidado por todos, como si fuera un infierno el cual apenas podían soportar si se encontraba con la persona más importante… y por ese tiempo él no tenía a nadie al lado. Respiró profundamente, cerrando sus ojos, sus manos pasando de manera gentil su mejilla.
-Juliette- susurraba su nombre de vez en cuando, todas sus energías solamente enfocadas en ella, nadie más importaba, los deseos de venganza, de sadismo, de ser un total maníaco el cual era guiado por sus instintos demoníacos y primitivos eran reemplazados por un ser civilizado y protector, celoso, que su mente no tenía cabida de nada más que ella. Dejó un beso en su frente, si, estaba caliente, ardiendo, una mala noche .
*Culpa ubi maior est, ibi gravior debet esse poena* Aquella voz que se resguarda dentro de su mente, ahí, en lo profundo de un abismo, un ser que se encontraba esperando para el momento de salir, atrapado por el presente, en donde no sabía si en un futuro podría liberarlo de nuevo. Lo invadía junto con la culpa, había cometido traición y tenía que enfrentarse al mayor castigo. Por primera vez desde hace un tiempo, o desde lo que podía recordar, temía. Temía por lo que se avecinaba una vez que su boca decidiera revelar todo lo que había hecho.
Negó con suavidad con la cabeza, no podía dejar que la culpa destruyera todo, no ahora, no en un tiempo, la mantendría a raya al igual que el demonio. Un cigarro en sus labios, aspirando, dejando que el humo se metiera en sus pulmones, que le infectara el veneno que lo calmaba cada segundo hasta no poder más y tuviera que sacarlo, sin darse cuenta llevaba más de diez… quince cigarrillos, tal vez más, tal vez menos, solamente observaba a un lado, la pila de colillas que estaba juntando a un lado, eran demasiadas como para contarlas. Era lo que le calmaba, traía paz a su mente, a su cuerpo, que el humo saliera por la ventana destrozada. La sanidad estaba en cuerda floja, solamente por ella, lo hacía todo por ella.
La mañana llegó, rápido, lento, no le importaba, solamente podía ver los rayos del sol pasar por el agujero. Una hora… dos horas… tres horas… ella no despertaba de su reposo, y así estaba bien, que descanse. No se atrevía a despertarla, a perturbar el sueño que ella estaba teniendo, o pesadilla. Solamente un cariñoso abrazo, protector, para este punto la pared de sangre que bloqueaba la entrada ya había tenido suficiente. Se sentía débil, se había pasado… posiblemente. Cerró su herida de su brazo, ya no era necesaria, la sangre que estaba ahí bloqueando la salida la iba a utilizar para otros fines, más que nada a la defensiva.
-Aquí estoy- le susurró al escuchar su nombre ser pronunciado por la dulce voz de la ajena. Asintió con la cabeza ante su orden, no le gustaba verla así, débil, había pasado momentos así, los medicamentos que tenía que comprar, cada cierto tiempo iba a la farmacia para conseguirlos, había sido una rutina que soportaba por la mujer que amaba, pero aquí… ¿Cómo? No había pensado en eso, sintió el sudor frío recorrer por su frente, por su espalda. Más miedo.
Agarró el bolso y sacó el agua y unos dulces como ella había indicado, con cuidado los agarraba. Con su brazo que estaba siendo soporte para su cabeza lo levantó por un momento para que pudiera tomar los dulces y el agua, ¿Acaso ese era el reemplazo en este mundo? En un mundo de fantasía, donde los teléfonos no funcionaban y se tenían que conformar con las antiguas maneras de comunicación. La apegó a él, acariciando su brazo, cerró sus ojos por un momento, no estaba cansado, para nada en el mundo, solamente estaba… preocupado, y aunque no lo mostrara en su rostro, sus acciones lo decían todo.
-¿Cómo te sientes?- Preguntó en voz baja, dejando un beso en su frente y otro más en la punta de la nariz. No se iba a separar de ella ya que estaba ahí -¿Va todo bien?- otra pregunta más, apuntando a su enfermedad esta vez, no le gustaba para nada, se arrepentía de no estar con ella en el principio, y se arrepentía aún más de no buscarla por tanto tiempo, decidió el libertinaje y la locura antes de ir a buscar a esa persona importante que se encontraba en su mente, que aún sin recuerdos ella estaba ahí, que su corazón no podía olvidar ni tampoco su cuerpo.
Fragmentos, pequeños, flotantes, aislados de todos los demás. Con caricias que él daba, parecía otra persona completamente diferente a la que había vivido estos tres meses dentro de este maldito lugar olvidado por dios. Olvidado por todos, como si fuera un infierno el cual apenas podían soportar si se encontraba con la persona más importante… y por ese tiempo él no tenía a nadie al lado. Respiró profundamente, cerrando sus ojos, sus manos pasando de manera gentil su mejilla.
-Juliette- susurraba su nombre de vez en cuando, todas sus energías solamente enfocadas en ella, nadie más importaba, los deseos de venganza, de sadismo, de ser un total maníaco el cual era guiado por sus instintos demoníacos y primitivos eran reemplazados por un ser civilizado y protector, celoso, que su mente no tenía cabida de nada más que ella. Dejó un beso en su frente, si, estaba caliente, ardiendo, una mala noche .
*Culpa ubi maior est, ibi gravior debet esse poena* Aquella voz que se resguarda dentro de su mente, ahí, en lo profundo de un abismo, un ser que se encontraba esperando para el momento de salir, atrapado por el presente, en donde no sabía si en un futuro podría liberarlo de nuevo. Lo invadía junto con la culpa, había cometido traición y tenía que enfrentarse al mayor castigo. Por primera vez desde hace un tiempo, o desde lo que podía recordar, temía. Temía por lo que se avecinaba una vez que su boca decidiera revelar todo lo que había hecho.
Negó con suavidad con la cabeza, no podía dejar que la culpa destruyera todo, no ahora, no en un tiempo, la mantendría a raya al igual que el demonio. Un cigarro en sus labios, aspirando, dejando que el humo se metiera en sus pulmones, que le infectara el veneno que lo calmaba cada segundo hasta no poder más y tuviera que sacarlo, sin darse cuenta llevaba más de diez… quince cigarrillos, tal vez más, tal vez menos, solamente observaba a un lado, la pila de colillas que estaba juntando a un lado, eran demasiadas como para contarlas. Era lo que le calmaba, traía paz a su mente, a su cuerpo, que el humo saliera por la ventana destrozada. La sanidad estaba en cuerda floja, solamente por ella, lo hacía todo por ella.
La mañana llegó, rápido, lento, no le importaba, solamente podía ver los rayos del sol pasar por el agujero. Una hora… dos horas… tres horas… ella no despertaba de su reposo, y así estaba bien, que descanse. No se atrevía a despertarla, a perturbar el sueño que ella estaba teniendo, o pesadilla. Solamente un cariñoso abrazo, protector, para este punto la pared de sangre que bloqueaba la entrada ya había tenido suficiente. Se sentía débil, se había pasado… posiblemente. Cerró su herida de su brazo, ya no era necesaria, la sangre que estaba ahí bloqueando la salida la iba a utilizar para otros fines, más que nada a la defensiva.
-Aquí estoy- le susurró al escuchar su nombre ser pronunciado por la dulce voz de la ajena. Asintió con la cabeza ante su orden, no le gustaba verla así, débil, había pasado momentos así, los medicamentos que tenía que comprar, cada cierto tiempo iba a la farmacia para conseguirlos, había sido una rutina que soportaba por la mujer que amaba, pero aquí… ¿Cómo? No había pensado en eso, sintió el sudor frío recorrer por su frente, por su espalda. Más miedo.
Agarró el bolso y sacó el agua y unos dulces como ella había indicado, con cuidado los agarraba. Con su brazo que estaba siendo soporte para su cabeza lo levantó por un momento para que pudiera tomar los dulces y el agua, ¿Acaso ese era el reemplazo en este mundo? En un mundo de fantasía, donde los teléfonos no funcionaban y se tenían que conformar con las antiguas maneras de comunicación. La apegó a él, acariciando su brazo, cerró sus ojos por un momento, no estaba cansado, para nada en el mundo, solamente estaba… preocupado, y aunque no lo mostrara en su rostro, sus acciones lo decían todo.
-¿Cómo te sientes?- Preguntó en voz baja, dejando un beso en su frente y otro más en la punta de la nariz. No se iba a separar de ella ya que estaba ahí -¿Va todo bien?- otra pregunta más, apuntando a su enfermedad esta vez, no le gustaba para nada, se arrepentía de no estar con ella en el principio, y se arrepentía aún más de no buscarla por tanto tiempo, decidió el libertinaje y la locura antes de ir a buscar a esa persona importante que se encontraba en su mente, que aún sin recuerdos ella estaba ahí, que su corazón no podía olvidar ni tampoco su cuerpo.
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Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Dom Abr 25, 2021 11:44 pm
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
Hizo el esfuerzo por acomodarse a medida que Vincent la levantaba un poco para que ella pudiese beber el agua y comer aquellos dulces. Eran los que ella misma había creado, así que deberían al menos bajar el dolor de cabeza, pero dudaba que acallasen las voces que aún escuchaba al fondo de su mente, el parloteó no paraba y era insufrible.
Trató de dedicarle una sonrisa al chico luego de beber el agua, sintiendo como su cuerpo se refrescaba. Aunque veía todo borroso, por lo que no se percató de la muralla de sangre ni de las colillas de cigarrillos a un lado.
-Estoy bien... -murmuró suavemente, mientras intentaba sentarse y apoyarse en el pecho de Vincent -. Tengo un poco de frío... Eso es todo.
Su voz se escuchaba débil, y la chica volvió a cerrar los ojos mientras buscaba el calor ajeno. No pretendía volver a dormir, pero no quería forzar su vista ni mucho menos. Asintió ante la siguiente pregunta, no había mucho que decir, no quería complicar las cosas, ella misma iba poco a poco entendiendo de que se trataba aquella disputa en su cabeza, pero no quería lidiar con ello ni escucharlas, pues tenía su propia opinión.
Sintió un revoltijo en su estómago junto con otra punzada en su cabeza. Se llevó bruscamente las manos a ésta, mientras cerraba los ojos con fuerza. No lo pensó dos veces y se lanzó a un lado lejos de Vincent antes de vomitar sangre, afirmándose con una mano antes de dejar que todo su cuerpo cayese al piso. "No no no no" chilló en su cabeza, aquello no podía estar pasando ahora.
Comenzó a tratar de respirar, con calma, inhalar y exhalar, tratando de calmar su cuerpo. Lentamente el caramelo hacía efecto y el dolor de cabeza bajaba, haciendo más notoria la voz que se escuchaba detrás de todas las demás.
-Juro que no es nada -murmuró antes de que el chico se preocupase demasiado -. Pasa desde que estoy aquí.
No tenía cabeza para explicarlo en aquel momento. Estaba mareada, asustada, nerviosa, entre muchas otras cosas, y aunque sólo quería estar bien y ponerse al día con Vincent, no podía, no podía enfocarse ni concentrarse. Y no iba a mentir, el olor a cigarrillos estaba por todo el lugar y no estaba ayudando, por lo general aquello no le molestaba, pero en esas condiciones sabía que no ayudaba.
-¿Crees que puedas abrir la ventana por favor? -Se esforzó en volver a dedicarle una sonrisa.
Trató de dedicarle una sonrisa al chico luego de beber el agua, sintiendo como su cuerpo se refrescaba. Aunque veía todo borroso, por lo que no se percató de la muralla de sangre ni de las colillas de cigarrillos a un lado.
-Estoy bien... -murmuró suavemente, mientras intentaba sentarse y apoyarse en el pecho de Vincent -. Tengo un poco de frío... Eso es todo.
Su voz se escuchaba débil, y la chica volvió a cerrar los ojos mientras buscaba el calor ajeno. No pretendía volver a dormir, pero no quería forzar su vista ni mucho menos. Asintió ante la siguiente pregunta, no había mucho que decir, no quería complicar las cosas, ella misma iba poco a poco entendiendo de que se trataba aquella disputa en su cabeza, pero no quería lidiar con ello ni escucharlas, pues tenía su propia opinión.
Sintió un revoltijo en su estómago junto con otra punzada en su cabeza. Se llevó bruscamente las manos a ésta, mientras cerraba los ojos con fuerza. No lo pensó dos veces y se lanzó a un lado lejos de Vincent antes de vomitar sangre, afirmándose con una mano antes de dejar que todo su cuerpo cayese al piso. "No no no no" chilló en su cabeza, aquello no podía estar pasando ahora.
Comenzó a tratar de respirar, con calma, inhalar y exhalar, tratando de calmar su cuerpo. Lentamente el caramelo hacía efecto y el dolor de cabeza bajaba, haciendo más notoria la voz que se escuchaba detrás de todas las demás.
-Juro que no es nada -murmuró antes de que el chico se preocupase demasiado -. Pasa desde que estoy aquí.
No tenía cabeza para explicarlo en aquel momento. Estaba mareada, asustada, nerviosa, entre muchas otras cosas, y aunque sólo quería estar bien y ponerse al día con Vincent, no podía, no podía enfocarse ni concentrarse. Y no iba a mentir, el olor a cigarrillos estaba por todo el lugar y no estaba ayudando, por lo general aquello no le molestaba, pero en esas condiciones sabía que no ayudaba.
-¿Crees que puedas abrir la ventana por favor? -Se esforzó en volver a dedicarle una sonrisa.
Juliette Aphroditte & Vincent Schwarz
by emmeRe: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Vincent Schwarz Lun Abr 26, 2021 2:53 am
Estaba bien… si, eso era lo que decía, pero algo dentro de su corazón lo negaba, claro, no lo estaba, para nada. Respiró profundamente, por lo menos podía estar seguro de que ella estaba con él. La ayudaba a acomodarse, si, esa sonrisa era todo lo que necesitaba y no se cansaba de decirlo, de pensarlo, así era con ella, así siempre había sido si los fragmentos de memoria no le fallaban en absoluto… solo ella necesitaba…
La abrazaba, protegiéndola con sus brazos, pegando un poco más el cuerpo ajeno a él, si, se encontraba bastante débil, ¿Cuánto tiempo más para que ella se pusiera de pie y lo abrazaría y lo besaría? No importaba, siempre él iba a esperarla, siempre lo había hecho. Un amor que era tan profundo y ardía bastante, que el combustible solamente eran las palabras de la ajena, de la chica pelirrosa con la que había pasado años.
Se preocupó cuando la observó agarrar su cabeza -Hey, Juliette- susurró su nombre, llamándola, pero parecía que no tenía éxito. Tragó saliva, un poco preocupado por lo que estaba ocurriendo y esa sensación, ese sentimiento comenzaba a elevarse cada vez más. Tragó un poco de saliva, ella se separó de él, y no pudo hacer más que seguirla, de poner su mano en la espalda ajena, de ponerse de rodillas y acercarse, de acariciar su espalda con suavidad sin saber qué más hacer. -Respira, lento, todo estará bien- ¿Acaso era algo que había pasado con anterioridad? Su mente nublada no podía aparecer las respuestas que deseaba, maldita su memoria bloqueada, fragmentada, completamente rota, como si fueran cadenas que intentaban unirse.
-No me digas que no es nada- le dijo, en un sentido de regaño paternal, no sabía qué hacer. Acariciaba sus cabellos, los acomodaba para que no le molestaran -Estás sufriendo- le dijo, observando por todos lados, tratando de encontrar una manera, de hacer algo para ella, para que estuviera bien. Y ante esa pregunta asintió con la cabeza. Se levantó, observando que la ventana estaba rota, pero no era suficiente, necesitaba más aire y eso era lo que le iba a dar.
Utilizó su puño derecho, pasaba la sangre que estaba de la puerta en este como si fuera un guante y con toda la fuerza que tenía golpeó una y otra vez, utilizando completamente su cuerpo, solamente quejándose de que la pared no se vencía, pero con cada golpe era un avance, hasta ya el quinto golpe pudo hacerlo y de pronto sonó que algo se quebró en su mano, pero fue oculto casi por completo por los pedazos de pared cayendo al exterior, un fuerte dolor comenzó a surgir de su muñeca, de sus nudillos, sus dedos debajo de la capa de sangre que había. No le importaba el dolor, no se quejaba, solamente lo mantenía ahí, presionando con fuerza, intentando acomodar lo que se había zafado, y lo que se había roto que no se moviera más.
Frente a él pudo respirar lo que era la naturaleza, si, había hecho un agujero un poco más grande que su cabeza, pero pensaba que era suficiente. Intento mover los dedos, pero solamente frunció el ceño, no tenía que preocuparse. El humo salía, aquel que no había podido pasar por la ventana rota. Con un suspiro se sentó en el suelo, utilizando su otra mano para acariciar los cabellos ajenos, mientras que la que tenía rota la ocultaba en su espalda y pensó por un momento, solamente uno… en donde la muerte pudiera reparar el daño ocasionado, pero lo que menos deseaba era separarse de ella.
Tener una mano rota era lo de menos y al igual que eso hizo desaparecer la pared de sangre que bloqueaba la entrada, ya con los rayos de sol era suficiente para indicar que estaban seguros, por lo menos en ese momento que era su reencuentro.
-Creo que eso servirá- le dijo, teniendo una pequeña sonrisa ladina en su rostro, acomodando de nuevo los cabellos ajenos con una mano. Relamió sus labios, estaba un poco sediento, ¿Por qué? Posiblemente porque no se permitía estar bastante tiempo vivo como para tener la necesidad de alimentarse o de tomar líquidos de una manera saludable. Claro que no, que su mundo hasta el momento era pelear, morir y renacer, nada en medio, ni descanso para comer, ni para tomar agua o pensar en lo que estaba haciendo.
Claro que no, la forma más pura de un peleador sin límite alguno. Respiro profundamente, cerrando sus ojos y acostándose a un lado de ella, observando cómo su sangre estaba esperando ahí, en lo alto del techo solamente para sus órdenes. Si, estaba un poco más cansado, a de ser por la falta de sangre en su cuerpo. Su mano aún posada en ella, solamente era recolectar energía, de ahorrar todo lo que podía, no quería dormir, no quería hacer nada más que estar con ella.
La abrazaba, protegiéndola con sus brazos, pegando un poco más el cuerpo ajeno a él, si, se encontraba bastante débil, ¿Cuánto tiempo más para que ella se pusiera de pie y lo abrazaría y lo besaría? No importaba, siempre él iba a esperarla, siempre lo había hecho. Un amor que era tan profundo y ardía bastante, que el combustible solamente eran las palabras de la ajena, de la chica pelirrosa con la que había pasado años.
Se preocupó cuando la observó agarrar su cabeza -Hey, Juliette- susurró su nombre, llamándola, pero parecía que no tenía éxito. Tragó saliva, un poco preocupado por lo que estaba ocurriendo y esa sensación, ese sentimiento comenzaba a elevarse cada vez más. Tragó un poco de saliva, ella se separó de él, y no pudo hacer más que seguirla, de poner su mano en la espalda ajena, de ponerse de rodillas y acercarse, de acariciar su espalda con suavidad sin saber qué más hacer. -Respira, lento, todo estará bien- ¿Acaso era algo que había pasado con anterioridad? Su mente nublada no podía aparecer las respuestas que deseaba, maldita su memoria bloqueada, fragmentada, completamente rota, como si fueran cadenas que intentaban unirse.
-No me digas que no es nada- le dijo, en un sentido de regaño paternal, no sabía qué hacer. Acariciaba sus cabellos, los acomodaba para que no le molestaran -Estás sufriendo- le dijo, observando por todos lados, tratando de encontrar una manera, de hacer algo para ella, para que estuviera bien. Y ante esa pregunta asintió con la cabeza. Se levantó, observando que la ventana estaba rota, pero no era suficiente, necesitaba más aire y eso era lo que le iba a dar.
Utilizó su puño derecho, pasaba la sangre que estaba de la puerta en este como si fuera un guante y con toda la fuerza que tenía golpeó una y otra vez, utilizando completamente su cuerpo, solamente quejándose de que la pared no se vencía, pero con cada golpe era un avance, hasta ya el quinto golpe pudo hacerlo y de pronto sonó que algo se quebró en su mano, pero fue oculto casi por completo por los pedazos de pared cayendo al exterior, un fuerte dolor comenzó a surgir de su muñeca, de sus nudillos, sus dedos debajo de la capa de sangre que había. No le importaba el dolor, no se quejaba, solamente lo mantenía ahí, presionando con fuerza, intentando acomodar lo que se había zafado, y lo que se había roto que no se moviera más.
Frente a él pudo respirar lo que era la naturaleza, si, había hecho un agujero un poco más grande que su cabeza, pero pensaba que era suficiente. Intento mover los dedos, pero solamente frunció el ceño, no tenía que preocuparse. El humo salía, aquel que no había podido pasar por la ventana rota. Con un suspiro se sentó en el suelo, utilizando su otra mano para acariciar los cabellos ajenos, mientras que la que tenía rota la ocultaba en su espalda y pensó por un momento, solamente uno… en donde la muerte pudiera reparar el daño ocasionado, pero lo que menos deseaba era separarse de ella.
Tener una mano rota era lo de menos y al igual que eso hizo desaparecer la pared de sangre que bloqueaba la entrada, ya con los rayos de sol era suficiente para indicar que estaban seguros, por lo menos en ese momento que era su reencuentro.
-Creo que eso servirá- le dijo, teniendo una pequeña sonrisa ladina en su rostro, acomodando de nuevo los cabellos ajenos con una mano. Relamió sus labios, estaba un poco sediento, ¿Por qué? Posiblemente porque no se permitía estar bastante tiempo vivo como para tener la necesidad de alimentarse o de tomar líquidos de una manera saludable. Claro que no, que su mundo hasta el momento era pelear, morir y renacer, nada en medio, ni descanso para comer, ni para tomar agua o pensar en lo que estaba haciendo.
Claro que no, la forma más pura de un peleador sin límite alguno. Respiro profundamente, cerrando sus ojos y acostándose a un lado de ella, observando cómo su sangre estaba esperando ahí, en lo alto del techo solamente para sus órdenes. Si, estaba un poco más cansado, a de ser por la falta de sangre en su cuerpo. Su mano aún posada en ella, solamente era recolectar energía, de ahorrar todo lo que podía, no quería dormir, no quería hacer nada más que estar con ella.
Vincent SchwarzVincent Schwarz
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Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Dom Mayo 02, 2021 12:07 am
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
Realmente no quería preocuparlo de esa forma, estaba todo saliendo mal, y eso la ponía bastante mal. Odiaba que todo en su cabeza estuviese mal, que todas esas voces estuviesen arruinando ese momento, quería gritar, pero no tenía fuerza en el cuerpo para eso en ese momento, así que trató de enfocarse y relajarse. Se concentró en su respiración, intentando dejar ir todo lo demás por unos segundos.
-Estoy bien Vincent, de verdad -afirmó, intentando sonar segura -. Pasa cuando mis otras personalidades intentan tomar el control.
Vincent sabría de qué estaba hablando, aunque claramente la parte de vomitar sangre no era algo que sucediera en su vida normal, era algo que pasaba en aquel lugar, desde que tenía esa forma y poderes. Y ahora era difícil controlarlo, su cuerpo y mente estaban débiles, había una sobre carga de información en su cabeza que no podía entender. Pero evidentemente, el pelirrojo era el centro de todo eso.
Se acomodó un poco, apoyándose en la pared contraria a la que fue Vincent. Claro, la ventana estaba rota, lo recordaba desde anoche ahora que lo pensaba, pero de todas formas en aquel momento el olor era demasiado para su cabeza. Volvió a tomar un poco de agua, sentía como poco a poco, los dulces hacían su efecto y el dolor de cabeza se desvanecía. Dándole un poco de paz y calma para procesar lo que pasaba.
-Aparentemente generaste una gran confusión en mi cabecita -bromeó con una sonrisa -. Ni siquiera entiendo lo que dicen.
Se llevó una mano a la cabeza, estaba cansada de eso, apenas podía tolerar los ataques normales y aquello estaba siendo excesivo. Claro, quizá si de manera controlada pudiese dejar salir a cada una a decir lo que fuese que querían, se dejarían de joderle la vida en aquel momento. Ella sólo quería poder levantarse, abrazarlo, estar con él, preguntarle qué había pasado. Pero no, todo tenía que ser un completo desastre.
-Ya va a pasar, en algún momento tienen que cerrar la boca.
No sabía si lo decía para ella o para el pelirrojo, pero poco le importó. Se acomodó junto a él, dejándose embriagar por su olor, su contacto. Había extrañado muchísimo la sensación de sus manos en su cabello, las locuras que era capaz de hacer, lo suave que encontraba su piel a pesar de que nunca había esperado que así fuera, su voz y sus palabras. A pesar de que internamente se sentía en el infierno, estar en sus brazos definitivamente la llevaba a las nubes, bajando un poco sus nervios y dándole un poco de calma.
-¿Dormiste algo? Ah, y en el bolso, creo que también deberían haber un par de frutas o algo...
Ella no tenía hambre, pero quería asegurarse de que Vincent comiera. Ahora que lo pensaba, sus hermanas ninfas debían estar preocupadas por ella, ¿Qué hora era? Esperaba no fuese muy tarde, no quería más dramas.
-Estoy bien Vincent, de verdad -afirmó, intentando sonar segura -. Pasa cuando mis otras personalidades intentan tomar el control.
Vincent sabría de qué estaba hablando, aunque claramente la parte de vomitar sangre no era algo que sucediera en su vida normal, era algo que pasaba en aquel lugar, desde que tenía esa forma y poderes. Y ahora era difícil controlarlo, su cuerpo y mente estaban débiles, había una sobre carga de información en su cabeza que no podía entender. Pero evidentemente, el pelirrojo era el centro de todo eso.
Se acomodó un poco, apoyándose en la pared contraria a la que fue Vincent. Claro, la ventana estaba rota, lo recordaba desde anoche ahora que lo pensaba, pero de todas formas en aquel momento el olor era demasiado para su cabeza. Volvió a tomar un poco de agua, sentía como poco a poco, los dulces hacían su efecto y el dolor de cabeza se desvanecía. Dándole un poco de paz y calma para procesar lo que pasaba.
-Aparentemente generaste una gran confusión en mi cabecita -bromeó con una sonrisa -. Ni siquiera entiendo lo que dicen.
Se llevó una mano a la cabeza, estaba cansada de eso, apenas podía tolerar los ataques normales y aquello estaba siendo excesivo. Claro, quizá si de manera controlada pudiese dejar salir a cada una a decir lo que fuese que querían, se dejarían de joderle la vida en aquel momento. Ella sólo quería poder levantarse, abrazarlo, estar con él, preguntarle qué había pasado. Pero no, todo tenía que ser un completo desastre.
-Ya va a pasar, en algún momento tienen que cerrar la boca.
No sabía si lo decía para ella o para el pelirrojo, pero poco le importó. Se acomodó junto a él, dejándose embriagar por su olor, su contacto. Había extrañado muchísimo la sensación de sus manos en su cabello, las locuras que era capaz de hacer, lo suave que encontraba su piel a pesar de que nunca había esperado que así fuera, su voz y sus palabras. A pesar de que internamente se sentía en el infierno, estar en sus brazos definitivamente la llevaba a las nubes, bajando un poco sus nervios y dándole un poco de calma.
-¿Dormiste algo? Ah, y en el bolso, creo que también deberían haber un par de frutas o algo...
Ella no tenía hambre, pero quería asegurarse de que Vincent comiera. Ahora que lo pensaba, sus hermanas ninfas debían estar preocupadas por ella, ¿Qué hora era? Esperaba no fuese muy tarde, no quería más dramas.
Juliette Aphroditte & Vincent Schwarz
by emmeRe: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Vincent Schwarz Dom Mayo 02, 2021 4:22 am
A sus palabras, asintió con la cabeza, no recordaba demasiado lo de sus personalidades, tenía aún las memorias bastante nubladas, pero poco importaba, la amaba tal y como era, y realmente era lo único el cual el pelirrojo podía tomar importancia. Ella, a su lado. Con un pequeño suspiro asintió con la cabeza, si ella decía que estaba bien entonces así era, le iba a creer sin importar que fuera mentira, toda su confianza estaba depositada en ella, ¿Iba a ser lo mismo? Posiblemente, ¿Y después de la verdad? Tuvo un momento de duda, lo suficiente como para preocuparse, sentir temor, pero era momento de destruir la pared, no pensar en esas cosas.
Después de su demostración de fuerza bruta, estaba descansando en el suelo, cerrando sus ojos, un poco cansado por el peso de la fuerza que había dejado salir, que fue utilizada para abrir un agujero en la pared. Pero no solamente era eso, era el cansancio que había acumulado por no dormir. Su cabeza se sentía ligera, bastante, como si fuese una nube, una pluma, algo mucho más ligero que eso, el aire mismo, que su cabeza no podía enfocarse en nada.
-Disculpa por ello- susurró por lo bajo, con una pequeña sonrisa en su rostro, cansado, con hambre, con sueño, con sed… no era una combinación que quería sentir, pero fácilmente podía tirarse, matarse y regresar, pero como había dicho, era algo bastante tedioso y no quería morir frente a ella, ni dejarla sola ni por un segundo. Asintió con la cabeza, observando con ojos entreabiertos a su mujer, como ella estaba pasando por algo malo, por una enfermedad mental que no acababa de entender, ¿Acaso lo habría entendido en su vida pasada? Posiblemente, o muy posiblemente no… como sea, estaba ahí para ella.
-Esperemos que sea pronto entonces- le dijo en un susurro mientras que se acercaba a ella, arrastrándose un poco por el suelo y mientras lo hacía sentía que perdía el control de su sangre, ese era también un factor importante, toda la sangre que había utilizado solamente para crear una barrera estaba en el techo, y con un movimiento hizo que esa sangre pasará por la ventana rota, se alejara del agujero y cayera en el exterior, lejos de ellos. No quería ensuciarse ni tampoco ensuciarla a ella, por lo menos no más de lo que ya estaba.
Con un brazo herido, con una mano completamente rota y sostenida por un guantelete de sangre negó con la cabeza, arrastrándose un poco para quedar apoyada en ella, su cabeza en su regazo, sus ojos cerrados, dejando salir un suspiro, pero con una sonrisa escondida en todo eso. Negó suavemente con la cabeza, no había dormido nada, ni comido nada, ni algo por el estilo, como si es que durmiera por horas, no, era siempre de sueño corto, o por lo menos eso pensaba, unas cuatro, seis horas y estaba todo bien, tres horas mínimo era necesario para que tuviera energías.
-No te preocupes, estoy bien, solamente necesito un descanso- Dijo, acomodándose un poco antes de caer en un profundo sueño, teniendo sus manos sobre su estómago, era su turno de hundirse al inconsciente, a ese lugar donde se formaban los sueños, pero para él no eran sueños, eran recuerdos desbloqueados gracias a las muertes que tuvo anteriormente. ¿Cuántas veces había muerto? No las contaba, nunca lo hacía, pero lo iba a dejar de hacer por ella.
Recuerdos malditos, recuerdos traicioneros, que solamente lo llevaban a una fuerte culpa, que lo consumían en un mar de pesadillas y maldiciones. Que no era lo que se esperaba, que aquellos demonios lo comían vivo, que no podía soportar mentirle. Voces, de él, de esa mujer de cabellos amarillos, Amira… ese nombre lo tenía grabado en su cabeza con acero al rojo vivo, necesitaba su venganza, ahora podía saber que era así, desquitarse, hacerla desaparecer de este lugar, de este espacio, de mandarla a dormir con los peces. Para eso necesitaba más fuerza, y ahora estaba completamente débil.
Sentía como algo lo aplastaba mientras que era separado en varias partes, como era jalado hasta que fuera dividido como si fuera una tortura mongola antigua. Atado a caballos que demostraban ser hechos de tinieblas, que sus cascos sacaban un fuego más peligroso que el mismo infierno. Estaba ahorcado, quemado, asesinado, adiós cabeza… ser derretido por ácido, morir devorado por una bola de vampiros. Sus sueños no eran placenteros, en el mundo real demostraba eso por las múltiples muecas que mostraba al pasar de tres horas… casi cuatro horas de sueño.
Peligroso era la culpa cuando se manifiesta, que el odio no era para los demás, sino para él mismo.
Después de su demostración de fuerza bruta, estaba descansando en el suelo, cerrando sus ojos, un poco cansado por el peso de la fuerza que había dejado salir, que fue utilizada para abrir un agujero en la pared. Pero no solamente era eso, era el cansancio que había acumulado por no dormir. Su cabeza se sentía ligera, bastante, como si fuese una nube, una pluma, algo mucho más ligero que eso, el aire mismo, que su cabeza no podía enfocarse en nada.
-Disculpa por ello- susurró por lo bajo, con una pequeña sonrisa en su rostro, cansado, con hambre, con sueño, con sed… no era una combinación que quería sentir, pero fácilmente podía tirarse, matarse y regresar, pero como había dicho, era algo bastante tedioso y no quería morir frente a ella, ni dejarla sola ni por un segundo. Asintió con la cabeza, observando con ojos entreabiertos a su mujer, como ella estaba pasando por algo malo, por una enfermedad mental que no acababa de entender, ¿Acaso lo habría entendido en su vida pasada? Posiblemente, o muy posiblemente no… como sea, estaba ahí para ella.
-Esperemos que sea pronto entonces- le dijo en un susurro mientras que se acercaba a ella, arrastrándose un poco por el suelo y mientras lo hacía sentía que perdía el control de su sangre, ese era también un factor importante, toda la sangre que había utilizado solamente para crear una barrera estaba en el techo, y con un movimiento hizo que esa sangre pasará por la ventana rota, se alejara del agujero y cayera en el exterior, lejos de ellos. No quería ensuciarse ni tampoco ensuciarla a ella, por lo menos no más de lo que ya estaba.
Con un brazo herido, con una mano completamente rota y sostenida por un guantelete de sangre negó con la cabeza, arrastrándose un poco para quedar apoyada en ella, su cabeza en su regazo, sus ojos cerrados, dejando salir un suspiro, pero con una sonrisa escondida en todo eso. Negó suavemente con la cabeza, no había dormido nada, ni comido nada, ni algo por el estilo, como si es que durmiera por horas, no, era siempre de sueño corto, o por lo menos eso pensaba, unas cuatro, seis horas y estaba todo bien, tres horas mínimo era necesario para que tuviera energías.
-No te preocupes, estoy bien, solamente necesito un descanso- Dijo, acomodándose un poco antes de caer en un profundo sueño, teniendo sus manos sobre su estómago, era su turno de hundirse al inconsciente, a ese lugar donde se formaban los sueños, pero para él no eran sueños, eran recuerdos desbloqueados gracias a las muertes que tuvo anteriormente. ¿Cuántas veces había muerto? No las contaba, nunca lo hacía, pero lo iba a dejar de hacer por ella.
Recuerdos malditos, recuerdos traicioneros, que solamente lo llevaban a una fuerte culpa, que lo consumían en un mar de pesadillas y maldiciones. Que no era lo que se esperaba, que aquellos demonios lo comían vivo, que no podía soportar mentirle. Voces, de él, de esa mujer de cabellos amarillos, Amira… ese nombre lo tenía grabado en su cabeza con acero al rojo vivo, necesitaba su venganza, ahora podía saber que era así, desquitarse, hacerla desaparecer de este lugar, de este espacio, de mandarla a dormir con los peces. Para eso necesitaba más fuerza, y ahora estaba completamente débil.
Sentía como algo lo aplastaba mientras que era separado en varias partes, como era jalado hasta que fuera dividido como si fuera una tortura mongola antigua. Atado a caballos que demostraban ser hechos de tinieblas, que sus cascos sacaban un fuego más peligroso que el mismo infierno. Estaba ahorcado, quemado, asesinado, adiós cabeza… ser derretido por ácido, morir devorado por una bola de vampiros. Sus sueños no eran placenteros, en el mundo real demostraba eso por las múltiples muecas que mostraba al pasar de tres horas… casi cuatro horas de sueño.
Peligroso era la culpa cuando se manifiesta, que el odio no era para los demás, sino para él mismo.
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Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]Re: Oh she's Sweet but a Psycho [Priv. Vincent // Gore]
por Juliette Aphrodite Vie Mayo 14, 2021 11:33 pm
A little bit Psycho
Pasillos - 03:00 am.
Rio suavemente, mientras lo miraba con cariño, y extendía su mano para tomar la del contrario.
-No te disculpes, no es realmente tu culpa -mientras más lo escuchaba hablar, más extraño lo sentía, se acercó, le dio un pequeño beso en su nariz con cuidado -. ¿Te sientes bien? Normalmente hablas un poco más del tema.
Bien recordaba que Vincent había logrado acallar esas voces y ayudarla en el pasado, no era primera vez que Juliette tenía esa clase de ataques, ni problemas, para nada. De hecho, podría considerarse algo casi común, sobre todo cuando se trataba de Vincent. Y ahora era incluso peor, pues ya no tenía sus remedios, Vincent debería saberlo, aquello no debería parecerle extraño, lo que debería parecerle extraño es que no estuviese hablando como una completa desquiciada.
Comenzó a acariciar su cabeza y luego posó un beso en su frente, notó el brazo, y las heridas, entre cerró un poco los ojos, pero decidió ignorarlo por el momento. Su corazón se oscurecía, el dolor en su cabeza se calmaba, y la actitud de Juliette cambiaba rápidamente. Posó una de sus manos sobre el pecho del pelirrojo.
-¿Un descanso? -murmuró en un tonó que bien podría ser juguetón o amenazante.
Ni ella misma sabia que era lo que insinuaba, no estaba segura de nada en aquel momento. Si era el Vincent con el que estuvo por años, él sabría la respuesta mejor que ella, eso seguro.
Pasó sus manos por el cuello del contrario, y vio como rápidamente había quedado dormido. Apoyó su cabeza contra la pared con un suspiro. Cada vez se sentía más segura de que algo no estaba bien, que había algo distinto, pero en aquel momento no tendría que importarle.
Acarició la cabeza del chico con cuidado durante todo el tiempo que durmió, mirando atentamente el hueco en la pared y la puerta. Pocos ruidos se escuchaban a esas horas, el peligro era principalmente en la noche. Rio un poco, segura de que debían estar preocupados por ella, pero el pelirrojo era más importante que cualquier otra cosa, era todo lo que tenía.
-No te disculpes, no es realmente tu culpa -mientras más lo escuchaba hablar, más extraño lo sentía, se acercó, le dio un pequeño beso en su nariz con cuidado -. ¿Te sientes bien? Normalmente hablas un poco más del tema.
Bien recordaba que Vincent había logrado acallar esas voces y ayudarla en el pasado, no era primera vez que Juliette tenía esa clase de ataques, ni problemas, para nada. De hecho, podría considerarse algo casi común, sobre todo cuando se trataba de Vincent. Y ahora era incluso peor, pues ya no tenía sus remedios, Vincent debería saberlo, aquello no debería parecerle extraño, lo que debería parecerle extraño es que no estuviese hablando como una completa desquiciada.
Comenzó a acariciar su cabeza y luego posó un beso en su frente, notó el brazo, y las heridas, entre cerró un poco los ojos, pero decidió ignorarlo por el momento. Su corazón se oscurecía, el dolor en su cabeza se calmaba, y la actitud de Juliette cambiaba rápidamente. Posó una de sus manos sobre el pecho del pelirrojo.
-¿Un descanso? -murmuró en un tonó que bien podría ser juguetón o amenazante.
Ni ella misma sabia que era lo que insinuaba, no estaba segura de nada en aquel momento. Si era el Vincent con el que estuvo por años, él sabría la respuesta mejor que ella, eso seguro.
Pasó sus manos por el cuello del contrario, y vio como rápidamente había quedado dormido. Apoyó su cabeza contra la pared con un suspiro. Cada vez se sentía más segura de que algo no estaba bien, que había algo distinto, pero en aquel momento no tendría que importarle.
Acarició la cabeza del chico con cuidado durante todo el tiempo que durmió, mirando atentamente el hueco en la pared y la puerta. Pocos ruidos se escuchaban a esas horas, el peligro era principalmente en la noche. Rio un poco, segura de que debían estar preocupados por ella, pero el pelirrojo era más importante que cualquier otra cosa, era todo lo que tenía.
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