Al no tener a Astrid cerca, dentro de la biblioteca las cosas se volvían un poco más complicadas; su profesora era quien generalmente ponía el orden y daba las mejores ayuda, Elaine mientras tanto solo se la pasaba leyendo para aprender más sobre el mundo exterior sin arriesgarse demasiado a los peligros de ese mundo y solo ayudar cuando era llamada por alguien. ¿Qué más podía hacer? Era una chica bastante inútil, sus habilidades no servían mucho más que para sanar a los que llegaran heridos, pero fuera de eso, no era alguien indispensable o al menos así se sentía ella. Apenas se fue su profesora tuvo que armarse de valor y comenzar con los deberes de un "líder". Comenzó a explorar fuera de la biblioteca, recolectar recursos, aprovechar todo lo que había aprendido para mantener bien a sus elfos, pero de todas formas las cosas seguían siendo un tanto pesadas y complicadas para ella. Era una de las más jóvenes entre los elfos, difícilmente le hacían caso por lo que también aprendió a imponerse y mostrarse más severa aunque no fuera verdaderamente su estilo pero solo de esa forma encontró cierto orden y paz para hacer todo más llevadero.

Habían pasado cerca de una semana y media desde que se quedo completamente a cargo, durante ese tiempo logro conocer a la líder de las banshees y acabar de formas muy inesperadas ese encuentro. Aquella chica de alguna manera había logrado arruinar su cabeza, concentrarse era algo sumamente difícil cuando mantenía su forma humana, no podía pasar más de una hora con su apariencia normal sin que un ataque dará avisos de su llegada, por lo que se veía obligada a estar en todo momento transformada en elfo lo que igualmente le resultaba algo molesto pues no conservaba la agudeza de sus sentidos siendo humana.

Había aprovechado los primeros rayos de sol de la mañana para salir a explorar un poco y tratar de buscar algunas flores para terminar unas pociones, claro que siempre trataba de tener cuidado de no perturbar a ninguna raza y cuidarse de que otros la atacaran, sin embargo al llegar el medio día ya estaba de regreso hacia la biblioteca, pues no tenia demasiada energía ni magia para mantenerse tan activa.
Dejo todo lo que había recolectado sobre una de las mesas y solo tomo asiento frente a ella. Unos pocos minutos para descansar no le harían ningún daño a nadie, además todos parecían estar enfocados en sus propios asuntos o simplemente también explorando; mientras no llegara el anochecer podía mantenerse relativamente tranquila por aquellos que no estaban.

Por un momento cerro sus ojos y lentamente regreso a su apariencia humana, no tenia mente suficiente para pensar en nada en concreto, solo se enfocaba en sus sentidos y de esa manera revisar toda la biblioteca para saber que todos los presentes estaban bien, sin embargo, pudo "ver" que algo nuevo estaba cerca de allí. No era un elfo ni mucho menos una persona, solo tenia la certeza de que era un animal tomando un pequeño descanso en las ventanas de la biblioteca.
No tardo en en volver a transformarse en un elfo y fijar sus ojos hacia las ventanas para buscar a la pequeña figura. No estaba segura de lo que era pero alegremente fue a revisar. Según lo que recordaba de los libros que leyó aquello era un zorro, el primer zorro que de carne y hueso que veía en vivo. Quería chillar de la alegría, deseaba tanto tocarlo y mimarlo un poco pero siendo salvaje estaba más que segura de que iba a morderla o similares.

Se alejo en silencio de la ventana, no deseaba espantarlo y que saliera corriendo mientras la pequeña elfa iba en busca de algo de fruta para ofrecerle. Tomo de su propia ración la mitad de una manzana y con cuidado regreso hacia el ventanal para comenzar a abrirlo silenciosamente. No iba a negar que estaba un poco nerviosa por el hecho de que el zorro pudiera escapar, aun así trato de ser tan gentil y suave posible mientras estiraba su brazo fuera de la ventana para poder acercar ligeramente el trozo de manzana a las narices del animal, quizás de esa forma lograría atraerlo mientras su mano libre daba pequeños toques a la cabeza para despertarlo.
— Psst... ¿No quieres comer algo? Seguro no han sido muy fácil para ti tampoco obtener un poco de comida. —
Su voz era suave, apenas audible.