Desde pequeña Elaine fue una joven sumamente callada, sin opiniones, sin objeciones, solo captando ordenes y haciendo su mejor esfuerzo por que todo quedara de manera perfecta y sin fallo alguno, aun que para sus padres el único fallo era ella. No importaba cuanto intentara impresionarlos, cuanto tratara de demostrar que a pesar de su ceguera ella era capaz de hacer lo que sea, que no necesitaba de ojos para superar a quien sea, sin embargo sus cualidades jamas fueron apreciadas por ellos, nunca, siempre había un "pero" ante el mas mínimo logro que pudiera obtener. "Nadie te tomara en serio." "Eres débil de esta manera." "No llegaras a ningún lado de este modo.", eran siempre las mismas frases que poco a poco comenzaron a destruir su mente, convirtiéndola por mucho tiempo en una niña demasiado retraído y fría, un estado en el que no parecía tener emociones y solo se comportaba como una maquina, captando ordenes y realizándolas sin inconvenientes. Esto en cierto modo se convirtió en motivo de burla para sus antiguos compañeros de escuela pero para Elaine no eran mas que palabras vacías, mas que un ruido sin sentido; Y así como fue privada de ver desde su nacimiento, ahora ella misma se estaba privando de oír, tan solo para evitar dolores e inseguridades innecesarias para su vida.
Una vez que su estudios primarios acabaron, al tener que ingresar a la secundaria fue transferida a otra escuela por dificultades de sus padres que ya no eran del todo capaces continuar costeando su educación, en lo que mas que una escuela, parecía un reclusorio del cual fue liberada. Aun así no tenia mayor emoción por encontrar con nuevas personas, le parecía de menos ya que se suponía que asistía a la institución solo para estudiar y nada mas. "No hay tiempo para las amistades". Aquella convicción de todas maneras no se mantuvo firme por demasiado tiempo.
Al entrar a Fallgate conforme el tiempo pasaba, Elaine comenzó a cambiar considerablemente dejando atrás aquella niña sin emociones y seca. Comenzó a conseguir amigos que a pesar de su ceguera no la trataban como a alguien débil. Rodeada de chistes, risas y cariño, lentamente comenzó a contagiarse de todo ello, formando una nueva personalidad, a una nueva Elaine.
En ocasiones solía ser alguien engreída debido a su desempeño como estudiante, orgullosa de si misma, toda una narcisista, sin embargo no por ello hacía menos a nadie, quizás podría burlarse un poco, incluso regañar a aquel quien no pusiera de su esfuerzo en los estudios, pero mas que sonarse cruel cada vez que lo hacía, se oía preocupada y al mismo tiempo enfadada por quien solo flojeaba. Se había convertido en alguien totalmente servicial y amable, continuaba poniendo su mayor esfuerzo y dedicación en lo que otros le pedían, sin embargo no por ello era estúpida, sabia cuando poner un limite en todo, cuando un favor ya se convertía en un aprovechamiento, y aun que generalmente la encontraras sonriendo de forma tranquila, cuando se enfada se vuelve todo un demonio sin ataduras en su lengua, pues la razón se pierde por un instante y no piensa correctamente que tan hiriente puede llegar a ser cuando abra su boca. Por otra parte, la tristeza en ella era de lo mas raro en ver, pocos la encontraron en aquel estado alguna vez, pues Elaine no era de aquellas personas que se dejaran afectar por cosas negativas, siempre intento ser fuerte, verlo todo como un reto mas que como un problema, después de todo para ella no había ninguna utilidad en estar triste, prefería afrontar todo de la mejor manera y lo antes posible, pues tampoco le agradaba cargar con culpas o torturar a su mente constantemente con el mismo problema.
Y como ultimo detalle de esta niña. Elaine era una doble cara aun que en el buen sentido. Con sus amigos y demás personas que la rodearan, eran una chica ejemplar, quizás con carácter y autoridad fuertes, siempre amable, tranquila y correcta en todo, mas cuando se trataba de Astrid, su profesora, todo ello podía irse directo al caño. La perfección se perdía, aquel carácter fuerte igualmente se desvanecía, se convertía en una chica bastante torpe, distraída, pues paso mas de una vez en que distraída por la voz de la mayor tuvo que preguntar una, dos o tres veces mas que le volviera a repetir aquello de lo que estaban hablando, simplemente se volvía desastrosa, atontada por la dulzura y amabilidad de ella. Una fase de Elaine que nadie conocía mas que su adorada profesora. ⚝

Forma humana.
Su cabello es largo casi llegando a cubrir toda su espalda, de hebras finas es de un ligero y suave tono rosado, mas al ser tan leve casi puede confundirse con un color grisaceo o bien blanco. Sus ojos a pesar de su ceguera tomaron una coloracion verde en vez de mantenerse grises como en realidad deberian de ser. Aquellos orbes verdes eran decorados con finas y largas pestañas negras. De labios finos y sonrosados los cuales resaltan de su piel palida y sin imperfecciones. Su cuerpo por otro lado, es un tanto delgado y pequeño, no posee musculatura por lo que es sencillo vencerla en fuerza, sin embargo esto le permite ser agil y muy flexible por lo que antes de tocarla habria que atraparla. En promedio mide 1.73 metros. Las prendas que generalmente lleva son vestidos o faldas y para cubrir su pecho siempre es una camisa o algun tipo de blusa con encajes o volados. Su estilo de ropa es clasico con un toque de romantico.

Forma raza.
No hay mayores cambios en su apariencia mas que sus ojos los cuales se tornan de un rojo carmesi y su cabello el cual se oscurece completamente llegando a un gris oscuro y es recogido en un rodete para así no estorbar en su camino, ademas de esto, la mitad de su rostro es cuebierta por una pieza metalica la cual le es util al momento de preparar sus pociones e intentar nuevas, ya que la mantiene alejada de los posibles vapores de estos. Su prendas constan de de un sosten el cual cubre tan solo su precho y parte del cuello, adornado de piezas metalicas las cuales tendrian su utilidad como una armadura, mas al ser tan escaso y dejar varias zonas igual de vitales al descubierto, aquellas piezas no son mas que un accesorio sin demasiadas utilidades. Por abajo lleva un especie de bikini unicamente decorado de encajes en los bordes, ademas de que atada a su cintura hay una pequeña bolsa con tres compartimentos en los cuales guarda los tres tipos de pociones que es capaz de crear. En sus piernas lleva medias que cubren hasta la mitad de su muslo que igualmente son decoradas por las mismas piezas metalicas de su pecho, ademas en sus muslos tambien lleva atada una correa con compartimentos mas pequeños en donde guarda muestras de lo que logre recolectar en su camino.

Nacida en cuna de oro, la joven Elaine desde los primeros instantes de su vida jamas careció de nada, siendo hija única el dinero y afectos iban todos y exclusivamente dirigidos hacía ella, incluyendo el desprecio de sus padres, mas esto ultimo era de lo menos que debía preocuparse, pues todo lo que no recibía de ellos eran entregado por sus Nanas, mujeres que cuidaban a la pequeña como al oro mismo, tratándola como si fuera hija propia, mimando y consintiendo cada uno de sus deseos y caprichos con tal de ver esa hermosa sonrisa resplandecer en su rostro.
La pequeña heredera es producto de un matrimonio arreglado, una unión sin ningún tipo de lazo afectivo entre un hombre y una mujer de dos familias extremadamente adineradas y poderosas quienes unidas podrían lograr hacer grandes cosas; "O al menos eso me han repetido toda mi vida" La hija no deseada por ninguno de sus progenitores mas completamente necesaria para heredar la riquezas de sus abuelos, solo una herramienta que perdió toda su utilidad al momento de nacer, todo por ser una "creación imperfecta" puesto que Elaine ha sido ciega desde el primer momento en que llego al mundo. Despreciada y desechada por sus propios padres, estos solo se encargaban por mantener el bienestar material y económico de su "pequeño error", pues tampoco tenían tiempo para gastarlo en una niña discapacitada, el trabajo era lo mas importante para ellos, el dinero y continuar creciendo aun más. Quizás fue una gran suerte para ella el haber nacido con tal condición, especialmente por que mantenía alejado a esas dos personas quienes no tenían en su mente mas que ideales egoísta, arrogantes y podridos. "El fin justifica los medios" era la "gran" frase familiar solo para decir que no importara a quien tuvieras que destruir, si la recompensa era millonaria, deberás hacer todo por ganarla; era un alivio que Elaine no fuera parte de esa familia y quienes la educaron con virtudes y moral fueron únicamente sus Nanas, especialmente "Rosella" la única mujer que considero como su verdadera madre.
Aun en su condición, por mero capricho de sus padres sus primero años de estudios obligatoria-mente fueron tomados por el gran colegio "Pompouny". Una institución de lo mas recta y refinada, en donde no se permitía ni un solo error o falla, aun que curiosamente Elaine este inscrita allí mas no era para menos, pues la mente de la joven era excepcional, su falta de visión no era ningún impedimento para los estudios. Un lugar lleno de silencio, ni en los pasillos, ni en los salones, no existía nada que perturbara la perfecta paz de la institución solo el sonidos de una voz adulta impartiendo sus conocimientos y el roce de los lapices sobre los mismos cuadernos. Sin duda un lugar que podría llegar a ser agobiante para muchos, un sitio gris, aburrido y solo repleto de pequeños arrogantes y envidiosos niños que se ponían por encima del resto solo por su dinero. Aun que el principal objetivo de esos pequeños diablos era la pequeña Elaine, solo por su "deplorable" condición. Era el objeto de burla de muchos, el pequeño ratón de pruebas, sin embargo todo los abusos que pudo haber recibido no eran mas que verbales, nadie tenia el valor suficiente de tocarla, no por falta de ganas, sino mas bien por que inmediatamente podrían ser expulsados si "desprestigiaban" a la maravillosa y perfecta Pompouny. Siquiera a la salida podían hacerle algo, pues siempre fue sobre protegida por sus Nanas quienes eran las primeras en llegar para recogerla de la escuela.
Sus primeros años en la primaria se convirtieron solo en recuerdos vacíos, inútiles, que en ocasiones volvía a rememorar mas no sentía nada por ello, era lo mismo que solo recordar una pared blanca -aun que en realidad no sepa que era el blanco-
Al acabar sus estudios primarios fue trasladada a una nueva escuela "A una mas de tu calibre" según sus padres. Fallgates, el nuevo entorno el cual debía afrontar, nuevos estudiantes y profesores que realmente no le traían ninguna emoción. Creía con convicción que solo serian los mismo estudiantes estúpidos que tratarían de abusar de ella, que solo le generarían problemas y por ende debía solo ignorarlos, mas aquel pensamiento la equivocación mas maravillosa que pudo tener en su vida. Conforme los días pasaban, algunos estudiantes comenzaban a acercarse a ella, unos por curiosidad, otros por lastima disfrazada de amabilidad, esa misma lastima que Elaine se encargo de destruir poco a poco al demostrar su capacidad. Era claro que no le agradaba ser vista como alguien débil, se había esforzado por demasiado tiempo de su vida en ser independiente de todos. Mas, para Elaine hubo alguien especial, una persona por la cual todos sus sentidos se derrumbaron en un instante y con solo unas pocas palabras. "Soy Adtrid, tu nueva profesora de ingles. Un gusto en conocerte." Una frase tan trivial y común para cualquier estudiante recién llegado, pero por alguna razón, para Elaine fue el principio de una obsesión que jamas pudo encontrarle una explicación. Fue una voz dulce, calmada, cariñosa -aun que esto ultimo fácilmente pudo haberlo imaginado ella misma en todo su delirio- que derritió sus oídos, en aquel instante pudo sentir como su rostro ardía y su boca se quedaba sin palabras, seguramente quedando en ridículo. Desde aquel día, Elaine se había vuelto completamente apegada a su profesora, aun cuando no le tocaban clases con ella, no le importaba, permanecía a su lado como un chicle, todo con tal de oír su voz, lo único que traía a Elaine tan perdidamente ¿Enamorada?

Día del evento.
Aquel día se había esforzado por lucir simplemente maravillosa, por tener la imagen más perfecta, todo con tal de impresionara a su profesora. Le había pedido ayuda a sus Nanas para que la vistieran y peinaran, claro que ella misma no podía saber que tal luciría pero confiaba completamente en el criterio de sus cuidadoras y sabía que con ellas no habría nada de que preocuparse. Llegada a la escuela, las primeras en recibirla fueron un par de sus amigas, que entre saludos y abrazos elogiaron su aspecto, lo que antes poco le importaría realmente, pero como ya había dicho antes, esperaba lucir esplendida para el momento en que se encontrara con Astrid, por lo que los halagos fueron un gran alivio para su mente. Sin embargo durante toda la noche fue incapaz de dar con ella, sabía que se encontraba en el evento, después de todo Elaine se había encargado de preguntarle personalmente si asistiría, obteniendo su Sí como respuesta, ademas de esto, creyó haber oído su voz en un par de ocasiones pero sus amigas la retenían con sus charlas y demás, por lo que su encuentro con su profesora parecía que seria todo un fracaso.
En aquel momento no fue cociente de aquel humo, de aquella supuesta neblina que hacía que el respirar fuera una dificultad, comenzaba a sofocarse y no podía hacer nada para escapar. Su cuerpo pareció haberse entumecido haciendo sus piernas flaquear y en un instante acabar en el suelo, no sentía y no oía nada, las voces a su alrededor se habían apagado apenas dio un respiro de aquello que la rodeaba. Creía que la hora de su muerte había llegado ¿Por que? ¿Por que justo ahora? Cuando todo iba tan bien, cuando por fin se sentía feliz con su vida ¿Por que debía acabar?... Lo ultimo que recuerda después de haber desfallecido fue un pequeño pensamiento, una voz extraña la cual no era en lo absoluto la suya que le hacia mención de algunas reglas, ademas de lo que parecía ser una especie de "bestiario" oral, lleno de diferentes seres detallados que para ella no eran mas que cuentos de hadas. Debía elegir uno de ellos, quizás el que mejor pudiera representar su personalidad, su ser... "Un elfo. Seré un elfo." Respondido. Solo cuando finalmente eligió el tipo de raza fue capaz de despertar, aun que algo extraño comenzó a suceder... Al separar sus parpados, sus ojos fueron capaces de percibir su entorno y aun que no el mas bello de todos, no le importaba en lo absoluto, no había lugar para quejas, no cuando finalmente fue capaz de ver el mundo que siempre la rodeo -o algo así- En sus ojos comenzaron a crearse pequeñas lagunas que muy pronto desembocaron en un torrente de lagrimas, una tras otra resbalando en sus mejillas y sin ser capaz de detenerlas. Se había llenado de felicidad que no fue capaz de contenerla. Corrió por doquier viendo cada detalle a su alrededor, colores, objetos, todo, no conocía nada de lo que veía, pero eso era lo de menos. Poco después entre tanto correteo, por accidente logro encontrar a la primera persona del lugar, Persephone... La reconoció en un instante, no solo por su voz, su aroma igualmente ayudaba a identificar a otros. Sin embargo al verla, se percato sobre su entorno, volvió a la retorcida realidad en la que fue atrapada dándose cuenta e que si Persephone se encontraba allí, era posibles que muchos otros alumnos e invitados del evento igual... otras personas como su profesora. Algo simplemente le dijo que debía buscarla, obviando completamente la presencia de Hansen.

No estaba segura de a donde ir, de que hacer o por donde comenzar, vagaba por la escuela mirando a su alrededor, buscando rastro de algún otro que quizás haya caído como ella en esa delirante realidad. Pasillos, salones, biblioteca, patio, iba de un extremo a otro hasta que llego al parque, allí encontró a alguien más, una figura la cual por supuesto no reconoció pero no tuvo dudas en acercarse para así obtener algo más de información. Corrió tras ella y conforme mas se acercaba, comenzó a percibir un ligero aroma familiar y tranquilizador, un olor que adoro desde el primer instante al sentirlo. "¡Astrid!" grito con su mayor fuerza, sin creer que por fin vería el rostro de aquella persona que tanto había adorado. La abrazo como nunca antes lo había hecho, se aferro a ella sintiendo alegría con solo su calor. Sabia que era su profesora, nunca estuvo tan segura de algo y realmente no se equivoco.
Gracias a ella consiguió algo mas de información sobre aquel lugar, sobre el peligro de las demás razas. Algunos eran traicioneros y trastornados, como si al aparecer allí habían olvidado toda su humanidad, todos sus limites y moral, aun que de todas formas no todos se comportaban de la misma manera, solo aquellos que eligieron ser demonios parecían ser los mas crueles de todos, pero eso de todas manera no exentaba al resto de razas que igualmente podrían esconder su maldad tras una apariencia.
Luego de un momento de charla, recordó la antigua aparición de Perse, por ello y con cierta preocupación llevo consigo a Astrid al ultimo sitio en el cual la vio por primera vez  - después de todo, tampoco dejaría sola a la su mayor adoración - Tuvo suerte de encontrarla no tan lejos de donde la encontró. La llamo con voz alegre y así junto a su profesora se acerco. Igualmente tuvo una pequeña charla con la pelirroja, siempre con una mano en aquel manto, según decía,  especial. Solo y cuando acabaron, logro obtener un trozo de este, después de todo le seria de ayuda para comunicarse con otros en caso de que lograra encontrar a mas razas. Sin embargo... No pudo ser de ese modo. En cuanto la figura de Pershepone había desaparecido de su vista, casi de inmediato la voz de su profesora resonó reclamando aquel trozo de tela y según sus razones era solo para investigar el mismo, pues no tenía fe en que fuera verdad aquella magia. Por supuesto que Elaine no replico y solo lo entrego, con una gran sonrisa en sus labios, pero después de todo no estaba realmente de acuerdo con aquel trato ¿Por que no solo dividirlo en dos y que ella investigara la otra mitad? pero aun así no hablo. De todas formas no era algo seguro de que Elaine mantuviera su silencio frente a otros, buscaría de alguna manera comunicarse con el resto de razas, pues la información que necesitaba no se encontraba en libros.
"Solo el mejor sobrevivirá..." convencida de que era así, era realmente un peligro encontrarse solo en ese mundo a menos que fueras lo suficientemente fuerte para lograr defenderte, pero ese no era el caso de Elaine o de por si, cualquier otro elfo, pues aun que eran inteligente y hábiles, solo eran útiles para poder esquivar y escapar, pues según entendía no era la raza mas fuerte y mucho menos la mas temida. Creyó que al menos entre su misma raza debían protegerse, darse una mano.
Hasta el momento solo fue capaz de encontrar a una mas de su misma raza -Anwen- siendo con esta nueva tres integrante de aquel pequeño grupo. Elaine por otra parte desde el primer momento tomo el mando, no por que lo haya decidido del todo ella, sino mas bien que al ofrecérselo a su profesora esta se negó, realmente no supo la razón pero tampoco tuvo el valor para preguntar por ello. Ahora era la nueva líder de los elfos, trataría de hacer su mejor intento por llevar adelante aun que sea a sus dos compañeras y los próximos que fueran a aparecer. Siendo así que luego de haber tomado la biblioteca lentamente la voz entre otras razas comenzó a correr "Un grupo de elfos se instalo  en la biblioteca" "No quieren a nadie que no sean los suyos allí" y entre miles de rumores mas, los cuales pudieron llegar a oídos de otros elfos neutrales que aun no conocían que tenían su propio espacio y "amigos" que por el simple hecho de ser "iguales" se protegerían entre si.

"Prometo cuidar de ti, aun que deba dar mi vida, lo haré sin tener una sola duda."
Con su mano en el pecho y de rodillas frente a ella, Elaine juro desde aquel momento en jamas permitir que algo pudiera suceder y si así seria, jamas podría perdonarse a si misma.

►Solo es capaz de ver cuando se encuentra transformada en su raza, sin embargo cuando vuelve a la normalidad igualmente vuelve a ser ciega.
►Es amiga de Luciel desde hace años ya que sus padres generalmente hacen negocios con los de Luciel.  Igualmente  que su rival ya que cuando se encontraban en la escuela ambos competían por ver quien obtenía la mejor calificación.
►Quizás la razón por cual le atrae tanto Astrid es por que al oír su voz no fue capaz de sentir ningún tipo de lastima o compasión, sin embargo a medida que comenzó a conocerla, se dio cuenta que era aun mas hermosa de lo que podía imaginar.
►Gran parte de su tiempo se encuentra en el parque ya que de allí puede obtener varios materiales para crear sus pociones. Siempre en su forma de raza, vagando y recolectando desde insecto hasta plantas.
►En ocasiones suele esconderse para así espiar a su profesora.. nunca tiene suficiente de ella.
►No es completamente ciega, ya que Elaine es capaz de "ver" mas no de la misma manera que todos. A través de sus sentidos, oído, olfato y tacto,  es capaz de detallar su entorno, cada uno de los objetos. Y al mismo tiempo reconocer a las personas a través de su perfume natural. Puede caminar ella sola con miles de obstáculos al frente y no tropezara con ninguno de ellos. Podría decirse que ve del mismo modo que un murciélago.
►Aun que no es una gran diferencia, en su forma de raza es ligeramente mas fuerte, sin embargo sigue sin compararse a la fuerza que otras razas poseen.