(Don't) Take a bite

Había visitado la enfermería más veces en ese mes de lo que jamás había hecho en sus días de escuela, uno pensaría que al ser una vampiresa, sus capacidades físicas y de auto regeneración estarían ahí por default y aún que en cierta forma si tenía la capacidad de curarse en cierto nivel, la verdad era que más veces de lo habitual, necesitaba la atención de los que se habían apoderado de la enfermería. Así que por ello caminaba por el pasillo, su mano envuelta en una venda y su vestido negro abrasando sus curvas. No era una herida grave, apenas un corte causado por los dientes de un chico que decidió no dejarse morder, al final no logro tomar gran cantidad, pero había hecho pasar un mal rato al contrario por la herida, digamos que el chico iba a necesitar mucho reposo, pues las joyas de la familia debían estar moradas tras la tremenda patada que la vampiresa le propinó.

El lugar estaba desolado, curiosamente los Ángeles no abarrotaban el pasillo como solían hacerlo y sus sentidos solo notaron a una persona en la enfermería, esperaba que fuera uno de los alados, pero en su lugar se encontró a un chico de cabello negro) dándole la espalda y hurgando con prisa por el mueble de medicinas y demás. La albina observó curiosa la situación, acercándose de forma sigilosa y callada hasta estar a unos pasos del extraño, una sonrisa divertida pintaba sus labios y una idea cruzo por su mente...después de todo seguía sedienta y él parecía lo suficientemente interesante para no ser un total mediocre "Pues...supongo que tendrá que ser suficiente" pensó, escuchando las palabras de frustración contrarías.

Atrapo la cajita blanca entre sus manos antes de que esta le golpeara en la cabeza, leer el reverso le robo una sonrisa burlona y no pudo evitar imaginar que el chico era virgen (pues de que otra forma habría pasado por alto lo que venía a buscar) y sus palabras terminaron de llenar el cuadro. De forma silenciosa, toma asiento en la silla que usualmente era utilizada por la encargada de la enfermería y agita la pequeña caja cual víbora de cascabel -Pero que curiosa situación...- dice al fin, con un tono burlón y divertida -Alguien que viene a buscar protección en este lugar no es inusual pero...jamás habría pensado que alguien ocupará de esta protección ¿en qué se a convertido esto?- ligeramente teatral como su madre solía hacerlo, fingiendo estar escandalizada antes de dejar salir una risa divertida. No podía decir que se le había ocurrido buscar condones en un lugar así, no era que planeaba acostarse con nadie así que.... Y si llegaba a pasar, no creía que podía presentar un problema, después de todo estaban en esa situación donde sus cuerpos cambiaban con habilidades increíbles o incluso completamente de forma física, era imposible que alguien quedara embarazada.

"De lo contrario ¿que pedazo de idiota mete a un montón de chicos calientes en una situación de adrenalina? No creo que pretenda tener una guardería aquí..."