Leo es un chico alegre, casi siempre lleva una sonrisa en su rostro y es muy sociable. Siempre ha tenido varios gustos, pero el que más ha destacado ha sido el deporte, cosa que le ha llevado a siempre andar relacionándose con un montón de gente.

No le importan edades ni genero, ve a todos como iguales, sabe de muchos temas, por lo que es fácil mantener una conversación con él, y siempre le interesa aprender más. Es bastante preocupado con las personas e intenta tener mucho cuidado al tratar con ellas, evita tocar temas sensibles y nunca pregunta demás.

A fin de cuentas es bastante relajado, trata de no meterse en problemas y ser responsable, no se involucra en dramas de otras personas, a menos que lo considere realmente necesario o le hayan pedido ayuda.

La iba bastante bien en el colegio, teniendo las mejores notas de su curso. Adora a su familia con toda su alma, son su razón de ser y existir y no hay nada que no haría por ellos. Y de hecho, ha dejado de hacer cosas por ellos.

La única cosa que podría hacer enojar a Leo son comentarios respecto a su familia. No lo va a pensar dos veces, es probablemente la razón por la que una o dos veces terminó involucrándose en alguna pelea, los va a defender a muerte, todo lo demás deja de importar cuando se trata de ellos. El respeto y el cariño por quien lance un mal comentario respecto a ellos se desvanece automáticamente, y quedan tachados en la lista del pelinegro.

Aparte de eso, es una persona que jamás daría problemas, incluso en el lugar en dónde se encuentran ahora, sigue siendo el mismo chico alegre que todos conocen.

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Es un chico de estatura media, llegando a 1,75 centímetros de alto siendo apenas más alto que su hermana. Tiene unos brillantes ojos celestes que siempre le han hecho pensar en la nieve, por la clara tonalidad de ellos. Aunque su cabello es negro, tiene teñido un mechó rojo a un lado de su cara, y en la nuca tiene uno de color dorado, no podía decidir así que al final se hizo ambos.

Leo usa ropas cómodas, bastante grandes, lo cuál lo terminan haciendo ver más pequeño de lo que realmente es, toda su actitud es completamente relajada, casi arrastra los pies al caminar, siempre lleva una sonrisa algo floja en su rostro y sus ojos brillando. Aparte de eso, no hay mucho que destacar de él.

Forma de Raza:

En su forma de raza es bastante más ato, midiendo 1,87, tiene unos brillantes ojos dorados ahora acompañados de un par de lentes. Su cabello es un poco más largo, de color castaño y se degrada en un color amarillo. Unas orejas de zorro salen desde arriba de su cabeza, con los mismos colores pero empiezan amarillas y terminan en café.

Tiene un tatuaje en todo su torso, más hacia el lado izquierdo de un dragón chino. Y a diferencia de su forma humana, aquí cuenta con ropas negras y algo apretadas, no tan cómodas como a él le gustan. Sus pantalones cuentan con un espacio hecho para que pase su cola, que al igual que sus orejas es de un bonito color dorado y termina en tonalidades café.

Su forma animal corresponde a un zorro, común y corriente. Es un zorro de estatura normal, quizá un poco más grande que los comunes, todas sus extremidades son de colores oscuros y su pelaje mantiene aquel color dorado. Es una especie omnívora por lo cual no tiene tantos problemas al consumir comidas en aquella forma.

Leo es el segundo hijo en una hermosa y gran familia, siendo menor que su hermana por apenas una hora. De por si, el no considera que tenga una gran historia, su familia era maravillosa, sus padres eran amables y cariñosos y le enseñaron todo lo que pudieron. Leo era quien era gracias a ellos, y en gran parte gracias a su hermana y hermanos pequeños.

Si bien de pequeño nunca lo notó, porque uno de niño jamás tiene ganas de pasar tiempo con su hermana, Gala siempre tuvo problemas. Mientras él se dedicaba a jugar con otros niños, hacía sus tareas y se interesaba por un montón de temas, su hermana parecía casi no existir. De todas formas el pequeño Leo empezó a pasar más tiempo con ella rápidamente, tratando de incluirla con sus amigos, o acompañarla a donde fuese.

Nunca dio problemas, no tuvo un gran cambio de personalidad ni nada, siempre fue así. Sus hermanos menores necieron cuando ellos tenían 10 y luego 12 años. Siendo gemelos a diferencia de ellos que eran mellizos. Gala fue quien más atención le dio a sus pequeños hermanos, dándole un poco de calma al pelinegro quien estaba constantemente preocupado por su familia.

Se inscribió a varios clubes de deportes, talleres, todo lo que se le podía ocurrir con tal de desligarse de la culpa que sentía que iba por él. Al menos todo lo que hacía lo hacía con gusto, y de todas formas aquello lo llevo a concursos entre otras cosas. Intentó aprender a tocar instrumentos aunque no se le dieron muy bien, pero descubrió que tenía una muy buena voz.

Creyó que las cosas iban cada vez mejor, se sintió más relajado, pasaba tiempo con su hermana, le enseñaba lo que sabía, le pedia que lo acompañase a sacar a los gemelos al parque de vez en cuando, salía con sus padres a hacer algunso trámites, sólo por acompañarlos un rato.

Pero las cosas no se pusieron realmente feas hasta dos años después, cuando los mellizos tenían catorce años. Las locuras de su hermana habían llegado a otro nivel y Leo parecía carecer de control sobre ello. Pasaba todo el tiempo que le era posible con ella en el colegio, le hablaba, la animaba, le decía que estaba bien, que no importaba. En las noches escuchaba a sus padres hablar, sin saber que hacer, llorar porque no podían ayudar a su hija, y Leo se sentía igual, sin saber que hacer.

Obviamente llevarla a un terapeuta ayudó bastante, pero no fue suficiente. Gala se escapaba en las noches, Leo intentó cubrirla las primeras veces, pero eventualmente sus padres se dieron cuenta, a falta de sus gritos histéricos en mitad de la noche, todo terminó siendo demasiado evidente, y para más, él no tenía idea de a dónde iba ni qué hacía, sólo tenía mensajes de ella cada cierto tiempo avisándole que estaba bien.

Nunca demostró lo mucho que todo eso le afectaba, y se sentía completamente responsable. No podía evitar pensar que alguno de los problemas de su hermana debía pertenecerle a él. Nunca lloró ni se quejó, y se dedicó a buscar soluciones al respecto.

Dejó de hacer algunos deportes, intentando enfocarse en buscar información y ayuda. Sentía que en muchos sitios lo planteaban como algo sencillo, pero no lo estaba siendo en absoluto.

Finalmente el día del evento arrastró a su hermana hasta allí. Pensaba que podría ayudarle el intentar hacer un poco de vida social, aunque bien sabía que no sería nada fácil. Sin embargo la había llevado a la peor pesadilla de su vida, cuando el gas le derretía el cuerpo, sólo pudo reír por un segundo, sintiendo que todo se desvanecía, incrédulo de lo mal que todo había salido y cómo le había fallado a su familia.

Eligió ser un teriántropo simplemente por los animales, en específico los zorros. Le hacían pensar en los kitsunes, eran el animal mitológico que más le gustaba. No lo pensó demasiado, sólo lo hizo, sin considerar absolutamente nada más.

Despertó junto a su hermana, quien abrió los ojos unos momentos luego de él e inmediatamente se lanzó a abrazarla, ver que todo era real le afectó mucho más que el proceso en si, se prometió que la cuidaría en todo lo que fuese posible y un brillante diamante apareció en el centro del collar que llevaba en su cuello.

No le importaban las reglas, estaría con ella independiente de que raza fuese. Al principio fue bastante difícil, pero poco a poco se las fueron arreglando. Lo primero que hizo Leo fue tocar el manto que decían inhabilitaba las reglas, pues no tenía intenciones de arriesgarse. Se separaban lo menos posible, sólo cuando era necesario.

Pudieron llegar a un acuerdo con los híbridos neutrales, les entregaron un auto y ellos los ayudaban cuando lo necesitasen. Leo se dejaba encadenar y encerrar en una van las noches de luna llena, lo último que quería era dañar a alguien.

Por suerte las cosas fueron muchísimo más fáciles cuando recibieron los espejos, pudo estar mucho más tranquilo ahora que podía ver a su hermana prácticamente siempre e incluso podía comunicarse con ella. Y el alivio de ver a su familia, fue simplemente lo mejor del mundo.

❂ Intentó aprender a tocar instrumentos, pero era demasiado disperso para concentrarse, aún quiere hacerlo.
❂ Siempre le gustaron los deportes, practica todos los que puede.
❂ Se le hace fácil estudiar o aprender cosas nuevas, todo le interesa.
❂ No tiene idea de que va a hacer a futuro con su vida, no ha sido capaz de elegir algo que realmente le apasione como para dedicarse a ello.
❂ Se tiñó el cabello, una mecha roja y una dorada detrás del cuello simplemente por gusto.
❂ Desde niño tuvo un gran gusto por los animales mitológicos, siendo el kitsune uno de sus favoritos, razón por la que eligió ser un zorro.
❂ Prefiere las cosas saladas antes que las dulces.
❂ Le gusta estar abrigado y calentito, odia el frío.
❂Tiene un afán por usar muchas capas de ropa.