Imagen 1 normal
Imagen 2 cosplay de gato (?)
Imagen 3 Banshee


¿Qué se podría decir de esta chica? ¿Cómo describirla? Alguien inteligente, alguien quien leía varios libros en su época. Un tanto introvertida y gentil. Con una aparente compleja personalidad. Tachada como antisocial y misteriosa, había muchos rumores rondando por la escuela en la cual estaba. Pero no le importaban demasiado.

Su realidad era esa, pérdida en las palabras de los gruesos libros de fantasía, misterio, terror, novelas policiacas y poemas de lo oculto. Llegó un momento en su vida donde simplemente no hablaba, por lo menos no era ella misma. Con una sonrisa que apenas se asomaba por sus labios se lo dedicaba a todo aquel que se le acercara.

Calmada, con bastante paciencia al momento de tratar otras personas, con una mentalidad abierta, flexible ante los problemas de los demás, y la manera en que trata a todas las personas por igual, sin importarle de donde vengan, siempre con respeto. Directa con sus palabras, con un cierto toque de elegancia en su voz.

Teniendo un mundo creado solamente para ella en su mente, viviendo las historias que tanto anhela, que tanto le gusta leer una y otra vez. Una persona ordinaria que se veía en la vida cotidiana a menos de que alguien la saque de su fantasía.

Con una curiosidad inusual, las preguntas son disparadas de su boca como si no tuvieran fin con el objetivo de saber hasta el más pequeño detalle. Claro, era una de las características para poder ser una escritora y poder poner sus ideas en papel tan claro como el agua.

No todos pueden ser perfectos, y ella estaba demasiado lejos de ello. Sin poder expresarse bien, sin saber cómo comunicarse con los demás, la ansiedad siempre se apodera de ella. Nunca saber qué emociones sentir en el momento, llorar en lugar de reír, reír en lugar de guardar silencio.

Por eso mismo era mejor vivir en un mundo imaginario, porque ahí puede controlar lo que esté pasando sin miedo a la vergüenza, a las palabras que se dicen en su espalda. Con una imaginación activa, vienen los sueños lúcidos que siempre tiene, pero no solamente eran sueños, sino también pesadillas que afectan en su estado mental.

Una chica sincera que oculta varias cosas, pero que se esfuerza en poder hacer lo mejor para los demás en ayudar en todo lo que pueda…

En todo...

Afectada por la desaparición de su hermano, ella tiene ciertas ilusiones sobre él, lo ve, tranquilo, jugueteando. Oh pero qué vívida imaginación tenía. Es una desgracia que acompañaría a la joven desde que no la encontró en la mañana en su cama, ni él ni su peluche favorito.
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No hay mucho que describir realmente, no destaca cuando se nota a primera vista. De figura frágil, pesa 50 kilos y mide 1 metro con 60 centímetros, está ligeramente por debajo de lo mínimo; su piel es blanca, de cabello negro el cual le llega hasta la altura de su pecho, ojos verdes esmeralda, no tiene algún detalle destacable si omitimos sus ojos, tal vez la delgadez que posee o el hecho de que su cintura es un poco más pequeña a lo que normalmente debería de estar. A todo esto, en ella hay una esencia como de muñeca, y en efecto, si se mantiene quieta por unos momentos parecerá que no tiene vida, que es una réplica a tamaño real, es algo extraño y de alguna manera encantador en ella, pareciera que el brillo en sus ojos no fuera lo suficientemente fuerte como para mostrar el alma que su cuerpo contiene.

En sus ojos se muestran ojeras a causa de insomnios por el trauma que siempre está presente, todos los días, a veces despeinada por lo mismo, provocando que su largo cabello lacio se ondule levemente.

Su gusto por los vestidos es bastante notable, teniendo un guardarropa llenos de estos gracias a sus habilidades, el poco conocimiento que tiene en textiles y la práctica, la mayoría de un estilo victoriano, que van desde la combinación de colores con tonalidades azules, morados y negros hasta rojos, una gran tonalidad de grises, algunos casos marrón los cuales varia con varios corsets (de ahí su cintura pequeña). Es una gran variedad sin lugar a dudas, pero ante todos estos prefiere, o más bien el que utiliza de manera usual dentro de su refugio.

Pero no todo es agraciado en ella, en las muñecas se notarán cortadas que se hizo en su vida anterior, y no solamente eso, heridas que ha cargado bastante tiempo gracias a los abusos escolares que enfrentaba en su momento.

Cuando se transforma en Banshee, su aspecto es espectral, cubriendo su cabeza con telas y solamente teniendo estos ojos completamente blancos en una piel verdosa acuática. Sin boca y apenas el relieve de la nariz, y aunque pueda hablar su tono se forma en uno espectral el cual contiene varias voces, una de ella, otro de su hermano desaparecido, y otras más de sus seres queridos que dejó atrás después de la bomba.

Este es el comienzo de una chica con el nombre de Kelly Chambers, una chica nacida en una familia normal. El padre era el jefe de policía reconocido en el pueblo y la madre como una enfermera en el hospital local de la zona y su hermano menor, Kyle Chambers. Era… una familia normal, trabajadora.

Toda su vida ha vivido en ese lugar, en ese pueblo de Grendelshire ubicado en Londres. No ha pasado mucho con su vida, siempre hundiéndose en los libros desde temprana edad. No socializaba mucho, no le gustaba, siempre iba a la biblioteca local después de la escuela, y cuando obtuvo a su hermano menor, era cuidarlo en las tardes que la familia no estaba.

La noche era donde toda la familia estaba reunida, su padre, su madre y su hermano menor ahí, en la cena. Era una familia contenta, a veces con problemas, pero eran peleas cotidianas de familia que no duraban ni una hora.

Realmente todo estaba funcionando como un reloj.

En donde más destacó fue en la literatura, en esa materia era la mejor de la clase. Recibía atención no deseada por ello, pero conforme crecía simplemente aprendió a ignorar a los demás de su clase, para bien o para mal.

Libros como los de Lovecraft, Stephen King, Edgar Allan Poe y una multitud más de libros le ayudaban a pasar las mañanas y tardes, de activar su imaginación hasta el punto de separarse de su soledad en la vida estudiantil. Tenía pocos amigos, o por lo menos pocas personas que podían darles ese título. Era toda una rutina que le encantaba, se sentía cómoda, apreciada no por lo real, sino por lo imaginario.

Con la gula a su lado, consumió cada libro que le compraban, cada libro de la biblioteca local. Todos y cada uno de ellos en diferentes locaciones, ya sea al aire libre acompañada por la naturaleza, como en el ambiente silencioso de las mesas de la biblioteca o los ruidosos salones escolares en donde ella atendía. No importaba, tan sólo ignoraba… e ignoraba… e ignoraba más y más y más.

Su vida social se mantuvo al mínimo la mayoría del tiempo, casi inexistente. Simplemente aquellos que la molestaban eran los que dirigían una palabra hacia ella, eso y las personas mayores con las cuales podía conversar de diferentes temas sin confundirse. Libros en manos, en la mochila, en su cabeza. Podían pasar horas en una conversación con las personas ya viejas y tenía una gran variedad de cosas para hablar, pero simplemente no eran temas los cuales compartía con sus compañeros.

Llegó a la adolescencia, y no tuvo la fase rebelde de muchos, ella se quedó como un retrato, nunca cambia, no quiso y no le gustaba, simplemente era la misma chica con libros en mano observando el mar de palabras que cada una de sus páginas albergaba.

Se volvió curiosa en las cosas que hacía su padre, en los registros, en cómo trabajaba al igual que su madre. Preguntaba sobre varias cosas que a veces los hartaba. Investigaba en libros y artículos que tenían guardados. Estaba por fin planeando su primera novela y estaba totalmente emocionada para poder presentarlo ante una convocatoria donde se revisaban escritos de todo tipo por la ciudad de Londres.

Y una noche, algo pasó.

Algo que impactaría a su familia y a ella para siempre.

Su hermano había desaparecido.

Nadie lo había visto, buscaron por todas partes, por el bosque cercano, en los campos y en los caminos, en los diferentes edificios. Contactaron familias pero nada… absolutamente nada… y ahí fue donde el único lugar donde se podía sentir realmente segura se derrumbó.

Todo cayó, el estrés, la presión.

Su madre cayó en depresión y se formó una maldita obsesión por el hijo desaparecido. Su padre buscó por todas partes hasta que perdió su trabajo tiempo después. La familia normal ahora estaba totalmente arruinada por la desaparición de uno de ellos.
Simplemente era eso.

Y un día, ella igual lo hizo. Agarrando sus cosas, escapando de casa en un día festivo. Su mochila con ropa y algunas cosas, ¿A dónde se dirigía? no sabía, simplemente caminaba. Solamente eso, sus piernas la iban a llevar a un lugar mejor, a un santuario.

La dulce escuela, un ambiente lleno de recuerdos. Ahí estaba ella, con sus cosas, ella solamente quería despedirse de sus profesores antes de irse por siempre, ¿Acaso no era una sentimental?

Y se escuchó una bomba, y en un manto blanco se despertó. Su espalda flotando en un lago. Sus cabellos largos extendiéndose en todas las direcciones posibles. Con lo que tenía a su disposición, se levantó de ese lugar y observó sus manos.

¿Por qué una banshee?

No lo sabía, no tenía ni la más mínima idea, tal vez la culpa que devoraba su corazón era suficiente para ser aquel ser mitológico que en sus libros dictaban que era un ser que se rompía en llanto o gritos ante la muerte de un pariente lejano.
Era la mejor decisión.

Lo que le era desconocido es que se convirtió en la líder, ¿Por qué ella? Tal vez porque era la única que no pensaba en ella misma, sino en las demás. Que en sus ojos atendía y dictaba bastante sabiduría. Que reunió a las demás Banshees para que se ayudarán, para que cada una de ellas tuviere lo que necesitase sin llegar a las peleas.

Ella abrazaba a las Banshees que gritaban a causa de las reglas quebrarse. Con fuerza sin importar su frágil físico. Ella estaba ahí para todas, protegiendo a todas como si fuera una madre con una manada. como una de los personajes de los libros que tenía albergados en su cabeza.

Su objetivo es hacer que todas las razas convivan en paz, trata de buscar equilibrio en todos, y aunque hay una cantidad considerada de Banshees que se opongan, es un trabajo que solamente ella puede con el poder del liderazgo que le fue concedido en contra de su voluntad, pero que valientemente tomó.

De diferentes maneras evade romper la primera regla. Desde su habilidad con las memorias, como escritos que hace con los pasajes de poesía de los diferentes autores que ha consumido a lo largo de su vida para indicar sus intenciones a aquellos que quieran algún momento cercano a la paz.

Ahora su refugio está lleno de plantas medicinales, de decoraciones gracias a algunos seres bondadosos que quieren hacer este lugar un lugar mejor.

Detesta el aroma del alcohol y el humo a cigarro, recuerda los malos momentos que tuvo con su familia en un tiempo de crisis. Además, es muy débil al alcohol.

Fanatica de lo oculto, en este mundo colecciona todo tipo de objetos que obtiene o pide en este mundo, como escamas de dragones o cuernos de demonios.

No le interesan las relaciones sexuales, aunque eso no quiere decir que pueda considerarlas en algún momento si se consigue a través de una relación amorosa.

Como el área de literatura, no era de más que se interesara por el arte, teniendo algunos cuadros que ella misma pintó, aunque no son para nada buenos, por lo menos se esfuerza.

Es una gran amante del té, y por ende varias plantas que sirven para la creación de este. Teniéndolo más como un pasatiempo el cual invita a todo aquel que la visite.

El ruido, la aturde y no le deja pensar bien.

Al tener conocimientos de medicina gracias a su madre y su propio conocimiento obtenido de diferentes libros, se siente capacitada de atender heridas que no sean fatales o que se necesite sustancias más allá de lo que la naturaleza ofrece.

Tiene una cierta fascinación con los cuchillos, por lo que los colecciona y esta activamente buscando por más y más.

Es amante de los gatos